Tuesday, September 26, 2006

MARISCAR LAPAS PARA PODER PRODUCIR OSTIONES

        Sibucal es el Sindicato de Buzos de Caldera. Estos trabajadores del mar se organizaron hace nueve años con el fin de producir ostiones. Comenzaron con cerca de 300 mil unidades en Bahía Inglesa y hoy están a punto de llegar al millón. Para el 2008 se preparan para extraer cuatro millones de unidades. Saque usted cuentas: cada ostión en el bote vale 110 pesos más iva.


               Sibucal, como decíamos, es un sindicato, pero también es una empresa. Tiene 35 socios y da empleo a 16 personas. Han ido creciendo gracias a su constancia y espíritu emprendedor, pero también con los créditos otorgados por Banco Estado Micro Empresas, otras instituciones y porque han recibido un par de hectáreas marinas donde cultivan su producto. La minúscula superficie de mar que les fue asignada no se compara con la enormidad concedida a la empresa Camanchaca, por ejemplo. Pero, igualmente, ellos están contentos porque sus ostiones ya hallaron mercados en Francia.

El sindicato es citado como un modelo nacional de organización en la base y sentido emprendedor. Son gente sencilla, pero trabajadora. Sibucal tiene un camión, un bote de operaciones bahía con brazo hidráulico, que le permite cosechar los ostiones del mar, un bote menor con motor fuera de borda y un trimarán, que les proporciona una superficie de unos cien metros cuadrados sobre el mar en el cual realizan todas las operaciones para sus cultivos.

Don Tito Alfaro fue uno de los socios fundadores de Sibucal. Él trabaja un día de la semana gratis para la organización y en la actualidad está a cargo de la bodega en su sede del centro de Caldera. Sólo de ese modo, un sindicato que deriva en empresa, puede echar raíces, crecer y transformarse en un lucrativo medio de vida.

Me gustó el ánimo de estos trabajadores, su fe en el porvenir. Cuando les falta plata para pagar una cuota de un crédito, se ponen en acción. No le piden a otro banco. Don Tito me dijo que en ese caso, la orden es clara: ¡Ya, muchachos, todos a sacar lapas para reunir el dinero y cumplir con el banco! Las lapas de venden rápido y, por tanto, es dinero fresco.

(En la foto, don Tito Alfaro con el autor a bordo del bote bahía en Bahía Inglesa)

LAS COMUNICACIONES ESTÁN EN GUERRA



         En la guerra contra el terrorismo que libra el presidente Bush y sus aliados, estos últimos, cada vez menos, se dan algunas estrategias interesantes.
       Uno de ellos: un diario francés informó acerca de la muerte por fiebre tifoidea del mismísimo Osama Bin Laden, en alguna parte de Pakistán. La información la agarraron todos los medios occidentales. Hasta ahí la estrategia comunicacional de este lado del mundo iba bien. Y, de acuerdo con los cálculos de la inteligencia, debía ir mejor aún.
      La filtración de la inteligencia francesa sin una fuente muy confiable, ─según el gobierno de Paris sus informantes eran sauditas─, causó efectos. Para Al Qaeda se hacía imperioso desmentir de algún modo el rumor que crecía en occidente. Por eso el lunes surgieron voces negando la versión.
      De todas formas, como el desmentido no resulta suficiente, la organización extremista islámica tendrá que dar a conocer las últimas imágenes de su líder haciendo cualquier cosa, para probar que está vivito y coleando.
     En este sentido, la estrategia dio frutos, porque obligará a Al Qaeda a mostrar a su jefe. Porque ése es el juego. Sin embargo, lo malo de la jugada es el riesgo que conlleva. Esto es que para dar muestra de fortaleza y negar la muerte de Osama, los terroristas digan presente con un nuevo ataque horripilante en algún sensible punto de occidente.

Friday, September 22, 2006

LA TRIQUIÑUELA DE CHÁVEZ



     No me trago el show de Hugo Chávez en el podio de la Asamblea General de Naciones Unidas, porque podría ser una perfecta triquiñuela de apoyo al presidente norteamericano George W. Bush.

   Lo concreto fue que al mandatario venezolano le importaron un bledo las sofisticadas normas del protocolo de estado y aprovechó la tribuna para hacer su número: descalificar, remedar y reírse del hombre más poderoso de la tierra.
      Por otro lado, puede que no todos estemos de acuerdo con la forma de expresarse de Chávez, pero sin él esta asamblea hubiera sido más fome aún. Imagínese usted sentado ahí días enteros oyendo a compuestitos jefes de estado, una lata. Son los personajes como el venezolano los que salvan a Naciones Unidas del tedio. Recuerdo a Nikita Khruchev golpeando la mesa con su zapato, los pintorescos discursos de Fidel Castro y ahora la pieza teatral de Chávez.
    Pero, volvamos al punto. Hasta donde sé, el comercio entre Estados Unidos y Venezuela marcha sin novedad en el frente. Bienes manufacturados y cibernéticos viajan de norte a sur, mientras que en sentido contrario el flujo de petróleo no se corta. O sea, tanto Bush como Chávez se necesitan. Y esto lo vi con plena claridad en la televisión. Senadores del Partido Demócrata, de dura oposición del presidente, salieron a la palestra a defenderlo, algo nunca visto en Estados Unidos, salvo en situaciones de guerra.
    Analizando el caso con un mínimo de suspicacia, como lo estoy viendo, parece que el acuerdo tácito de apoyo mutuo en lo político le está dando a ambos muy buenos resultados.

Thursday, September 21, 2006

DESCUBRIMIENTOS EN LA COSTA ATACAMEÑA




La zona costera de la Región de Atacama tiene sus sorpresas para los visitantes novatos.
La desembocadura del río Copiapó es una explanada de un centenar de hectáreas donde florece el tímido humedal, de vegetación muy baja con escasos pajonales. Desde el fin de la quebrada por donde el ínfimo hilo de agua se abre paso hasta la orilla del mar no hay más de 400 metros. Lo curioso, sin embargo, es la huella que el cauce dejó en las rocas cuando alguna vez en la prehistoria bajó rugiendo arrastrando millones de metros cúbicos de agua dulce. Hoy en día esa afirmación no pasa de ser una hipótesis sostenida únicamente por la sinuosidad de las líneas esculpidas en las capas de piedra tosca de la ribera, a unos 40 metros de altura de donde hoy está el río.

Un segundo hito novedoso es el pueblo fantasma de Puerto Viejo, en la orilla sur del río Copiapó. Fantasma sólo en la época invernal, porque cuando llegan las vacaciones se transforma en un bullente 

campamento multicolor con miles de veraneantes. El pueblo se formó con el paso de los años, a través de una invasión pacífica de gente de Copiapó. Los ocupantes se organizaron de alguna manera y se auto asignaron sus metros cuadrados. Puerto Viejo es un modelo de toma sin banderas de partidos políticos y sin desalojos. Sin embargo, dicen en Bahía Inglesa que muy pronto estallará el conflicto, porque últimamente apareció una persona que dice tener el título de propiedad sobre todo el enorme predio ocupado. Si el supuesto dueño inicia acciones, es posible que veamos a Carabineros expulsando a los orondos veraneantes de Puerto Viejo, quienes se construyeron unas modestas casitas en la playa sin pagar ni un peso por sus metros cuadrados.




La última sorpresa de un rápido recorrido por la costa es la Playa de La Virgen. Pero, la novedad no es la pequeña bahía de arenas blancas y aguas turquesa, sino una roca situada al lado del camino de tierra que conduce a la playa. La arenisca, los vientos y la camanchaca esculpieron esta roca de 
dos metros y medio de altura, a lo largo de millones de años. Y hoy, la obra de la Naturaleza está terminada. Dependiendo del ángulo con que se la mire, parece la escultura de una mujer joven sentada con un niño en los brazos. La imagen parece tener el pelo largo suelto sobre la espalada. El rostro mira hacia la guagua en su regazo y el vestido es largo como una túnica que se introduce en la arena. Tal vez por eso, la playa ha sido bautizada de La Virgen. La visión es sorprendente.
(Foto1: ribera prehistórica del río Copiapó en su desembocadura. Foto 2: Puerto Viejo desolado en invierno, sin sus veraneantes. Foto 3: Piedra de La Virgen a pocos metros de la playa del mismo nombre)

Wednesday, September 20, 2006

EL MAQUINISTA O'DONOVAN

EL TREN COPIAPÓ-CALDERA permanece expuesto en el campus de la Universidad de Copaipó.

En el hermoso puerto de Caldera visité el museo ferroviario local, emplazado en el bello edificio de la primitiva estación terminal del ferrocarril a Copiapó. Sus tijerales interiores, su andén de madera son los mismos de aquello años de la plata dulce del mineral de Chañarcillo en el siglo XIX. Lo curioso del recinto es que tenía puertas que se cerraban cada vez que un tren ingresaba al lugar. Y la causa de tan curiosa práctica, dicen que era la carga que transportaba el tren: plata y oro.


Detalles del interior de la locomotora.
El convoy de pasajeros entraba a la estación por una puerta paralela, de manera que no había ocasión para que algún viajero se tentara por recoger alguna muestra. De la bodega cerrada del lugar, el rico mineral iba a los buques a escasos cien metros de distancia, desde donde salía hacia otras latitudes. Pero, esta es la parte histórica del viejo ferrocarril, vamos a la anécdota que todavía cuentan los vecinos de allí.

El dueño del tren era un norteamericano llamado William Wheelwright, quien luego de adquirir la máquina y los vagones en Philadelphia construyó los poco más de 86 kilómetros que separan al puerto de la ciudad interior Copiapó. Y, ciertamente, edificó la primera estación ferroviaria de Sudamérica, la de Caldera.

Gran inauguración gran, el 25 de diciembre de 1851.

Dicen que hubo tanto vino, bailes y fiestas ese mediodía, que el maquinista titular se emborrachó al punto que nadie estaba dispuesto a pasarle la locomotora “Copiapó” para el viaje inaugural. La prudencia aconsejó a don William, quien le pidió al segundo piloto, el irlandés norteamericano John O’Donovan, para que condujera el convoy. Este maquinista se ganó la titularidad de inmediato.




Aunque no hay fotos de O’Donovan, parece que el tipo era muy carismático y tanto en Caldera, en Copiapó, como en las estaciones intermedias tenía muchos amigos y, probablemente también admiradoras. La farándula de la época no dejó testimonios escritos si tuvo amantes en uno o todos los paraderos. Cantores populares le dedicaron poemas y payas.

El gringo O’Donovan, decíamos, era un tipo muy querido en todo el valle de Copiapó. Como tenía la cabeza y la barba color de zanahoria, los viajeros y la gente que esperaba en los andenes lo apodaron cara'e'fuego. Acentuaba su aspecto colorín, el reflejo en su rostro de las llamas de la caldera, cuando la “Copiapó” llegaba bufando a las estaciones. Es posible, y éste es un añadido personal, que O’Donovan haya sido seco para el whisky, no por su origen irlandés sino por la dura vida en el desierto de Atacama. Me lo imagino con los riñones en la mano a los mandos de ese esperpento mecánico y chamuscado por el calor. No olvidemos que el tipo provenía de la comodidad "cuica" de Philadelphia. Por el costo de su sacrificio –aunque más de algún placer debió haberse regalado--, salud por car'e'fuego.
Foto del Archivo Histórico de Chile. El tren Caldera-Copiapó detenido en la estación
Monte Amargo,  1913.

LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL PERDIÓ UNA GENERALA

ORIANA FALLACI
       Con la partida de Oriana Fallacci se apagó una voz poderosa que llamaba tomar conciencia de la amenaza de la guerra santa proclamada por fundamentalistas contra el pensamiento y la civilización occidental. Muchos gobiernos de esta parte del mundo procuraron mantener ese llamado escondido en el sótano, porque les resultaba demasiado incómodo en su relación con los estados islámicos o porque les producía miedo. Otros que han lanzado alertas parecidas son el escritor iraní Salman Rushdie y el papa Benedicto XVI. Y es cosa de ver cómo han reaccionado los fanáticos ante sus fundadas denuncias.
       La periodista florentina, quien vivió muchos años en Nueva York, se convirtió en un ejemplo de coraje para acusar con firmeza la traición y el doble juego tanto en política como en el amor. De acuerdo con su manera de ser, lo incorrecto había que decirlo de frente con nombre y apellido, molestara a quien molestara. Por eso se ganó el odio de los enemigos de occidente y la frialdad de los gobernantes de guante blanco.
      Fallaci es un paradigma del periodismo idealista porque materializó el sueño de escribir con la verdad. Aunque se tuviera observaciones o peros a sus puntos de vista, era el propósito lo que causaba admiración, la transparencia de su compromiso para con sus lectores. Ella vivió para su público, les relató realidades ocultas dentro de las estructuras del poder en el medio político de occidente y denunció prácticas groseramente explícitas en países de gobiernos fanáticos.
      Rescato de Oriana Fallaci su valor, su desprecio por las adulaciones, su no contaminación con los intereses instrumentales, la profundidad de sus planteamientos, su argumentación difícil de rebatir, su austeridad, ese estilo literario vigoroso que nació increíblemente de una mujer de aspecto tan débil, su respeto por el lector, la sinceridad para decir lo adecuado, la firmeza de su personalidad.
      La literatura de Fallaci calza más con la descripción de la realidad y las intenciones humanas que con la ficción que prefieren otros periodistas cuando incursionan en la literatura. Su pluma desnudó a personajes como Arafat, Kissinger, el rey Hussein, Jomeini y describió con crítica razonable a Prodi, Berlusconi, Clinton, Bin Laden y otros tantos. Si ella no lo hubiera hecho no habríamos conocido jamás el lado oscuro de esos protagonistas de la historia, fruto, en gran medida, del marketing político.
       No tuvo miedo para apuntar con el dedo y poner en su sitio a los fanáticos musulmanes que predican la guerra santa, degüellan a sus rehenes frente a las cámaras de televisión para después vender los videos o humillan y golpean en público a sus mujeres. «No se puede llevar una vida armoniosa con ese tipo de gente que sólo quiere verte convertido al Islam. Su religión no es la libertad, que se lleven el Corán para su casa»
, dijo la periodista en una de sus últimas entrevistas.
      Falacci se fue a la tumba ─y ella sabía muy bien que eso ocurriría pronto debido a su enfermedad─ sin los reconocimientos públicos que merecía. Pero, tanto respeto tuvo por sus lectores, que ha recogido de ellos con creces el mejor reconocimiento al que puede aspirar un periodista. Sus últimos años los vivió sin luces, sin focos, sin cámaras; pero con la admiración y la gratitud de millones de corazones en todo el mundo. Y eso ella también lo sabía.

UNA BARRA DE ORO MERECE UNA CARICIA



Son sus propiedades únicas las que hacen del oro, el más apetecible de los metales. De color amarillo, es muy dúctil e incorruptible a la acción de la humedad, el aire y muchos agentes corrosivos. Por eso se lo usa para fabricar monedas, joyas, ornamentos e instrumentos valiosos. Es un elemento químico pesado, relativamente nuevo en la composición del universo. La historia humana está llena de hechos relacionados con este metal: el vellocino de oro, el rey Midas, el comercio antiguo, las guerras, las traiciones, el robo. Los gobiernos de todo el mundo procuran hallar oro fácil en sus territorios para acuñarlo y mantenerlo en sus bodegas como reservas.

Podemos hablar mucho y escribir otro tanto sobre este metal precioso. Sin embargo, voy a contar mi experiencia con este atractivo metal. Estando en La Serena, un amigo me invitó a un asado en la casa de un pirquinero, un tipo jovial, bueno para la talla, dueño de una enorme casa con patio y de una vistosa 4x4. De esto hace más de 15 años. Entre copa y copa y carne con ensalada, esta persona comenzó a hablarnos de su actividad en los cerros de la cuarta región, donde tenía un trapiche. Para su trabajo extractivo contrataba a mineros curtidos bajo el sol. Nuestro amigo sacaba oro, tal era su negocio, muy rentable por lo demás a juzgar por las apariencias.

Para mí ese trabajo resultaba curioso, por lo que me interesé en hacerle preguntas a este pirquinero, como los hay por centenares en esa zona. El tipo tenía buena labia, pero también su cuota de picardía. Me explicó que había que tener una paciencia asiática para rescatar unos míseros gramos de oro, luego de horas y horas de hacer girar el trapiche en la molienda de piedras. Siguieron los brindis.

Una hora más tarde ya habíamos terminado de conversar sobre ese asunto de la extracción de oro, cuando el pirquinero volvió a la carga. Con los ojos brillosos por el alcohol y más pícaro que antes, me preguntó si alguna vez yo había visto una barra de oro puro. No, jamás, le respondí. "Uno ya está acostumbrado, pero la primera vez dan escalofríos", me dijo como si se tratara de una advertencia. En el fragor del asado, el pirquinero desapareció mientras yo seguí mi charla con otras personas presentes en la reunión. En unos minutos se presentó de nuevo el dueño de casa esta vez trayendo un gran paquete envuelto en papel de diario. Tome, me dijo, véalo.

Recibí el pesado envoltorio con las dos manos. Acto seguido, el pirquinero me pidió que lo abriera. Lo hice, tiré el papel de diario que cayó al suelo hecho pedazos. Y me encontré de súbito sosteniendo un lingote amarillo, frío, con un peso equivalente a dos ladrillos grandes. ¿Esto es oro?, le pregunté incrédulo. "Sí señor, oro puro", me guiñó. "Es para que lo vea no más". Miré el metal en toda su belleza y acaricié sus aristas no pulimentadas. Mientras observaba la barra preciosa hubo un silencio en la fiesta y se oyó un oh, en segundo plano. No me había dado cuenta que la emoción me había erizado la piel como carne de gallina.

Thursday, September 07, 2006

LOS PRIMEROS CHILENOS A PICA

Visité el hermoso oasis de Pica, al sureste de Iquique, que florece verde en las arenas altas al oriente de la Pampa del Tamarugal. El pueblito agrícola y turístico es un regalo de la Naturaleza, que luce como un manchón vegetal contra el fondo ocre del desierto de Atacama y el azul oscuro del cielo. Allí viven unas tres mil personas. Pica es una voz quechua que significa una flor en la arena.

Los conquistadores se asentaron en el lugar, donde crecen abundantes cítricos y aromáticos frutos tropicales. El verdor sólo es posible gracias a las afloraciones de agua dulce y tibia en la parte alta de la localidad. Los españoles agregaron únicamente vides a las plantaciones originarias, que desarrollaron los incas. Por lo que al poco tiempo produjeron un excelente vino y grapa. Toda la infraestructura de riego, a partir de las aguas cordilleranas que emergen entre las dunas, es herencia de la cultura incaica.

Pasado el tiempo, Pica se convirtió en territorio peruano hasta la Guerra del Pacífico, en que la localidad quedó bajo soberanía chilena. Y éste es el punto del presente breve comentario.

Cuenta la tradición histórica del lugar, que los antiguos habitantes peruanos de Pica vivían de la producción de los frutos señalados y de una forma primitiva de turismo. En esta práctica, mataban llamos, ovejas o cabras para recibir a los visitantes con carne fresca, hortalizas y frutas.

¿Cómo sabían ellos que venían los turistas de entonces? Me aclaró esta duda doña Luz Morales, de 81 años, ex concejala local y actual dirigente de los agricultores. Me dijo:

“Los habitantes se informaban de la venida de gente afuerina cuando veían desde la parte alta de Pica la polvareda que los viajeros levantaban por el oeste. Bastaba esta información para matar los animales y las niñas aprovechaban de arreglarse y ponerse muy bonitas. Sucedió entonces la Guerra del Pacífico. Se supo que las tropas chilenas habían tomado Iquique.”

Continuó doña Luz con su historia: “Sin embargo, Iquique estaba lejos y los turistas seguían llegando a Pica, de modo que la práctica de matar animales continuó, a partir de la información de la polvareda. Ocurrió que un día se avistó mucho polvo en la pampa y los habitantes hicieron lo de siempre. Sin embargo, alguien dio la voz de alerta que no eran turistas los que se acercaban, sino el ejército chileno con varios regimientos de caballería. Rápidamente los peruanos tomaron sus cosas y huyeron. Sólo quedaron las mujeres”…

Doña Luz terminó su cuento de este modo: “Luego de la estampida peruana hacia el interior, Pica quedó sin hombres. A las pocas horas llegó el ‘temido’ ejército. Sin embargo, las mujeres comprobaron que sólo se trataba de cuatro jinetes pertenecientes al regimiento chileno Cazadores del Desierto, quienes habían amarrado ramas secas a las colas de sus caballos y galopaban en zigzag acercándose a Pica. Esta estratagema engañó a los hombres peruanos. Las mujeres festejaron la llegada de los jinetes ofreciéndoles una cena con carne de llamo y con todos los otros manjares con que esperaban a los turistas. En el intertanto los soldados izaron por primera vez la bandera chilena en el oasis. Después se dejaron querer por las mujeres. Nunca esos soldados chilenos lo habían pasado tan bien como durante esta ingeniosa llegada a Pica”.

Thursday, August 24, 2006

LO QUE HICIERON CON PLUTÓN FUE UNA CANALLADA


          Pobres plutonenses. Nuestros astrónomos le han quitado el rango de planeta a su suelo natal, los han rebajado de categoría en una votación efectuada en Praga. No tuvieron una pizca de compasión. Esto fue un acto de ignominia.
       Imagino que los afectados no alcanzaron a decir ni pío. Para mí, alguien en la comunidad astronómica mundial le tenía bronca a algún plutonense y se desquitó de este modo. Pudo haber sido un problema de platas, un asunto de mafia, algo de química corporal o una traición de amor. Lo malo para ellos fue que la votación se hizo y Plutón dejó de ser un planeta, porque era muy chico, porque estaba muy lejos o por una de las razones antes señaladas.
       De lo que sí estoy segurísimo es que la noticia no ha llegado aún a esos territorios, porque las ondas de radio con la información están viajando para allá a la velocidad de la luz, pero igual se demora por la distancia. Creo que incluso podría haber contra manifestaciones, protestas. Este despojo de la categoría, dejará sin representación a los plutonenses en la comunidad interplanetaria. Por esa razón algunos se cambiarán de planeta y adquirirán otra nacionalidad, porque a nadie le gustaría que lisa y llanamente lo rebajen en público.
       Creo que las consecuencias podrían ser de dos tipos: que los plutonenses apelen de la decisión haciéndonos llegar una carta rogatoria y segundo, que podría ser lo más grave, que se organicen y nos declaren la guerra. Si prospera esta opción, agarrarse porque sería el primer conflicto interplanetario que surge a raíz de una votación oscura y desinformada realizada en Praga. Porque lo que allí le hicieron a Plutón fue, en buen chileno, una mariconada.

Tuesday, August 22, 2006

MINEROS Y SÚPER SEÑORES


       De prosperar todas las exigencias planteadas por los trabajadores del cobre de La Escondida, se podría generar la súbita aparición de una súper clase obrera, que crearía un abismo de diferencia con el resto de los trabajadores del país.
     Porque piden el pago de 16 millones de pesos por cada sindicalizado. Si pensamos que la cifra que consiguieron los empleados externos, que son los que hacen la pega cochina en las faenas, fue sólo de quinientos mil pesos, mejor ni hablar. Si los mineros obtienen la plata que exigen, ¿con qué cara van a mirar a sus pares de empresas contratistas que laboran ahí mismo? Las lucas constituirán una cuña entre sindicalizados y externos. Los primeros serán una súper clase obrera y los segundos, los explotados.
       Ese es un problema, igual que este otro: ¿el cobre es de la Escondida o es de Chile? Es de Chile, por tanto ¿por qué el beneficio de un recurso que es de todos, favorece sólo a unos pocos? Entonces se desencadena una serie de preguntas cuyas respuestas son súper complicadas.
      Veamos el problema desde este otro ángulo: ¿Por qué los mineros de la Escondida fundamentan sus peticiones a partir de las ganancias por el alto precio del mineral? Al hacerlo de este modo, están amarrando la pedida a una cuestión puntual de bonanza. ¿Qué pasará cuando tengan que negociar en una situación opuesta, es decir que el precio del metal ande por los suelos, por ejemplo?
      Complicada está la cosa para los analistas y expertos en cuestiones laborales, especialmente cuando estamos a las puertas de la negociación colectiva de los mineros de Codelco que debe realizarse en septiembre.

Monday, August 21, 2006

LA MEJOR MANZANA DE CHILE

(Foto: www.botanicalonline.com)
La manzana que más se vende en el mundo es una fruta roja, grande, de pulpa firme, con textura robusta, una marcada dulzura y una tenue acidez. Es la manzana Golden Smith, la típica representada en las caricaturas por aquella que el alumno le lleva de regalo a su profesora. Se cultiva mayormente en el hemisferio norte por condiciones geográficas y climáticas más favorables para su desarrollo que en esta zona del mundo. Por eso, en Chile se produce sólo en pequeñas cantidades y son las que a veces encontramos en los supermercados.

Pese a que nuestro valle central es productor importante de otras variedades de esta fruta también de gran aceptación en el mundo, los chilenos no somos grandes consumidores de manzanas. En promedio no comemos más de diez o trece kilos al año por persona versus un europeo, por ejemplo, que puede llegar a consumir hasta treinta kilos.

Se ha determinado que esta sabrosa fruta es originaria de la Mesopotamia y que hace miles de años los manzanos eran arbustos de poca altura. Hoy, las variedades son muchas; unas naturales, otras transgénicas. Pero, la Golden Smith es la que se impone a todas en volumen de ventas. Pienso que la razón podría ser que esa manzana es la más rica de todas o la que agrada a más gente, aunque sobre gustos no hay nada escrito.

Friday, August 18, 2006

El Triángulo Talca, París y Londres

Yo no había recorrido Talca, ciudad por la que uno pasa tangencialmente cada vez que va por el longitudinal al sur. Me sorprendió esta ciudad de unos 200 mil habitantes, por lo bien cuidada, con su hermosa alameda , sus edificios señoriales en torno a la plaza de armas y su bella universidad.

Lo primero que les pregunté a los talquinos fue la razón o el origen de ese viejo dicho conocido en el país y que también circula en Europa de “Talca, París y Londres”. Y lo digo en serio, pues en una oportunidad en la capital británica, una mujer me lo recordó cuando le dije que yo provenía de Chile.

El cuento es bien largo, me dicen en la capital de la séptima región. Y me informan que las versiones son muchas.

Una, que el eslogan se lo ganó la ciudad por su fama de sucia, igual que la nombrada que llegaba del viejo mundo sobre la falta de aseo en las capitales francesa y británica.

Dos, que por su ubicación, en un sector bajo del valle central, Talca era brumosa en invierno como lo es Londres. Entonces alguien dijo a modo de comparación: Talca parece Londres. Después cambiaron el verbo por un sustantivo así que el dicho final quedó Talca, París y Londres.

Y la versión más difundida es que había una famosa tienda de sombreros en el centro de la ciudad, a comienzos del siglo XX. Su propietario le decía orgulloso a sus clientes que sus exclusivos productos los vendían sólo en Talca, en París y en Londres. Como la idea marquetera era buena, el mismo propietario escribió debajo del nombre de su tienda la siguiente frase: “Talca, París y Londres” la que substió por muchos años, hasta que el negocio cerró.

Por último, los talquinos me contaron que otra historia a este respecto apunta a una persona que llegó a vivir a Talca. Nadie pudo confirmar nunca su verdadera procedencia, pero hablaba con acento extranjero. Les dijo a sus vecinos que por fin llegaba a vivir en el mejor lugar de la tierra, que había tenido la suerte de hallar Talca después de haber vivido en París y en Londres. Esta afirmación conquistó a los vecinos quienes lo acogieron con cariño, una rareza, me dicen, porque los talquinos "somos famosos por constituir una sociedad harto cerrada".

Wednesday, August 16, 2006

LAS PESADILLAS PUEDEN SERNOS MUY ÚTILES


Por alguna razón, los seres humanos queremos ver cosas extraordinarias: la más grande imaginable, la infinitamente chica, la más lejana, la más antigua. Nos gustaría llegar a los límites si es que ellos existieran. Por nuestra naturaleza pecadora incurrimos muchas veces en la grave falta de tratar de encontrar una explicación para la existencia misma de Dios.

Veo esas imágenes creadas computacionalmente de un hipotético devastador terremoto en Valparaíso. El sismo es el máximo imaginable, por cierto, casi grado diez Richter. Y, obvio, el fenómeno azotó de día claro, con un sinfín de cámaras instaladas en puntos estratégicos y enfocadas precisamente ahí donde ocurrió lo más destructivo. Y por suerte, justo había también camarógrafos sobrevolando la zona.

Luego de exhibidas parte de estas imágenes, fue posible construir una lógica: a alguien se le ocurrió hacerlo a lo Hollywood, vimos las escenas extremas, vinieron las críticas y las amenazas de demandas por atemorizar a tanta gente. Pero, pasado este primer impacto del sismo, nació lo más importante: la ciencia. Me informo que se harán estudios para tratar de conocer qué efectos tendría un fenómeno semejante en la zona del puerto y los balnearios cercanos.

En Estados Unidos inventaron películas cataclísmicas con el choque de cometas y asteroides. La gente fue a los cines, las vio por televisión. Y se produjo esa lógica, salieron de alguna parte los recursos para los estudios de eventos posibles de esas proporciones, porque era un materia de preocupación pública. Eso es lo que está ocurriendo con el terremoto virtual registrado en Valparaíso. ¿A nadie se le habrá ocurrido una explosión tipo Cracatoa en el volcán Villarica?, ¿Qué pasaría con Pucón?

La ficción antecede a la ciencia. Y la ficción nace por esa motivación de la que hablábamos al comienzo: sueños o pesadillas con cosas catastróficas, olas de más de 30 metros, terremotos grado diez, caída de gigantescos cometas incandescentes, lluvia de estrellas. O algo más cercano, mega construcciones, mega proyectos, mega puentes...

Mejor no sigamos hablando de este asunto.

Monday, August 14, 2006

El Arte, los Valores, los Pingüinos y Marcuse

En una reunión, oigo a Claudio di Girólamo, jefe de la División de Cultura del Ministerio de Educación y gran pintor muralista hablar con un reportero. Hacía declaraciones sobre la libertad, desde el punto de vista del arte. Estas fueron las respuestas que le oí:

“La libertad sin riesgo no existe. La libertad se prueba en el riesgo. La libertad no es tener las veredas más anchas que la calle. Tenemos mucho trecho que correr como raza humana respecto de la libertad. Yo creo que la libertad no se puede conculcar con mil cosas. Pero, también es muy importante que sepamos usarla. Debemos ser sólidos en nuestros principios éticos para usar nuestra libertad”.

“La libertad debemos usarla para la excelencia. La creatividad siempre supone un riesgo de ruptura con las cosas existentes. Pero, la cultura se basa es una especie de espiral donde uno crea valores, después empieza a transgredir esos valores y termina subvirtiendo esos valores que creó para inventar otros nuevos”.

“Mando un mensajito cuando veo los cabros de hoy. Cuando ellos dicen ‘no estamos ni ahí’; no están ni ahí con los valores de ahora, pero están creando los nuevos valores. ¡Ah, sorpresa, nos despertamos frente a la revolución de los pingüinos. Ah, qué espanto! Pero, si se sabía que venía eso. Porque realmente, ellos están creando y me encanta que ellos hayan dado en el clavo, que no se quedaron en el pase escolar gratuito o la PSU, etc. Sino que dijeron aquí hay un problema de calidad en la educación. Y calidad en la educación no es saber más matemáticas o más inglés. Es otra cosa, más calidad en la educación”.

De vuelta en mi casa leo un párrafo del libro Un Ensayo sobre la Liberación, del filósofo y sociólogo alemán Herbert Marcuse publicado en 1969, diez años antes de su muerte. Se refiere a los cambios en el arte y sus juicios son categóricos. Dice:

“La reconstrucción en el arte, después de la primera guerra mundial, fue brutal. El nuevo arte no se rebeló contra un estilo u otro, sino contra el significado del arte tradicional. Su irrupción se vio en la destrucción de la sintaxis, la fragmentación de las palabras y las frases, el uso explosivo del lenguaje ordinario, la composición sin partitura, sonatas para cualquier cosa. Esta revuelta en el arte duró muy poco, sin embargo, porque fue absorbida en galerías de arte, dentro de las cuatro paredes, en la sala de conciertos y en el mercado o adornando los vestíbulos de los prósperos establecimientos de negocios.”

HOY UN PASADIZO, AYER UN GRAN CAFÉ

        Una fuerte corriente de aire se cuela entre la gente que avanza por el pasadizo que conecta a la peatonal Barros Arana con la galería Alessandri en Concepción. Hoy es un corredor remodelado, pero ayer fue la sede del Llanquihue, un legendario restaurán y fuente de soda, con un largo mesón que daba hacia Barros, donde se vendía café espresso. Y esta oferta única en el centro de la ciudad, preparada en una enorme máquina La Cimballi, de puro bronce, era la atracción de periodistas, futbolistas, políticos, comerciantes y vendedores viajeros. En torno a ese café se hacían transacciones de jugadores, se arreglaban entuertos municipales y se generaban noticias.
      En consecuencia no era extraño encontrar allí al Maestro García, la Totocha Inostroza, el chico Silvio Arriagada, Iván Cienfuegos, José Salerno, Luis Álamos, Pancho Bernasconi, “Cacharro” Thibaud, Ulises Cochimín Pozas, Bernardo Pelén, Osvaldo Patabendita Castro, Quintín Oyarzo, Patricia Bauer, Guido Bascur, Guillermo Silva, Hernán Osses, Mónica Silva, Antonio Álvarez, Alfonso Urrejola, Víctor Machuca, Max Wenger, Antonio Jaén y para qué seguir enumerando. Entre las once de la mañana y las dos de la tarde, los protagonistas del quehacer penquista pasaban en romería por el Llanquihue. Era un lugar para mostrarse, para decir presente a la sociedad local, para estar vigentes.
      Hasta que apareció el Haití, con la franquicia de Santiago, y esta pléyade de personalidades se trasladó al sector del hotel El Araucano. A partir de entonces se diversificó la oferta del café espresso y el Llanquihue fue quedando atrás. Al final de sus días, avanzado los años setenta, el pelo de la clientela había cambiado nivelando hacia abajo, por lo que perdió todo glamour y atractivo.
      Fin del cuento, el negoció cerró, retiraron el mesón, sacaron las sillas del restauran que estaba hacia el interior, desinstalaron La Cimballi de puro bronce y se la llevaron, llegaron los albañiles. Los arquitectos diseñaron un pasadizo muy ad hoc y el viento que sopló después se llevó la historia de treinta años, tal vez los más atractivos, del ya también lejano siglo veinte.

Tuesday, August 08, 2006

FIDEL CASTRO TUVO QUE ESPERAR UN TREN

Playa Blanca observada desde Lota.


«¿Un Tren?», dijo Fidel Castro acercando su boca al micrófono en un escenario al aire libre en Playa Blanca, al sur de Coronel, al oír que la multitud congregada en una vega junto a la carretera le gritaba que esperara, que no iniciara su discurso todavía, puesto que venía un tren atrasado de Lota con mineros que querían oír al comandante. «Ah, un tren. Buenos esperemos», añadió levantando las manos.
       La máquina Diesel hizo rechinar sus ruedas metálicas para frenar y permitir la bajada de los trabajadores. De ese modo aumentó considerablemente el número de personas en la audiencia. El incidente del tren le dio tiempo al inquieto reportero del Diario Color de Concepción, Salvador Schwartzmann para abrirse paso en la multitud, hacerse amigo de los guardaespaldas y lograr llegar hasta el mismo lugar donde estaba el comandante. Le habló y con su mano estirada le logró entregar un ejemplar de su diario, antes de ser barrido por los guardias de civil, los carabineros, los comités de seguridad de los trabajadores y la multitud. El fotógrafo captó esa escena de Fidel abriendo el Diario Color, que salió en portada al día siguiente.
       Esta imagen se me viene a la memoria, cuando veo que el diario El Sur inicia una serie de publicaciones con las 29 horas del jefe cubano en la zona. Sólo en Concepción se habla de la zona para involucrar una difusa área geográfica que va desde el Itata hasta Curanilahue, más o menos.
     Fidel estuvo en tres puntos de alto voltaje para la época, noviembre de 1971. Primero, con los mineros ahí en Playa Blanca; después con miles de pobladores que se habían tomado vastos terrenos para construir sus casas en Cuatro Esquinas, y que ellos llamaron «vivificante Campamento Lenin» y, por último, en la Universidad de Concepción.
     A esta fecha, 2006, treinta y cinco años después de ese suceso político, Playa Blanca sigue siendo un balneario que recibe a un número infinito de turistas de todos los pelajes, pero no a presidentes ni a comandantes. El Campamento Lenin, ¿alguien se acuerda?, hoy es una población con casas de material sólido, centros comerciales y escuelas. Y que yo sepa, hace tiempo que ya no se llama así. Las escalas del foro de la Universidad de Concepción están limpias de letras con pintura rojinegra. Aunque es posible ver alguna imagen del Che en un muro universitario, el trazo de su rostro carece de ideología. El Diario Color, que intentó un periodismo moderno y tecnológico en Concepción, desapareció.
       Los tiempos han cambiado a concho en Chile. ¿Y Fidel? algo ha actualizado, como que ahora usa terno y corbata para algunas ocasiones; pero en esencia sigue siendo el mismo.

PD: Castro murió en La Habana, el 25 de noviembre de 2016. Tenía 90 años.

A LAS MUJERES CHINAS TAMBIÉN LES GUSTA EL FÚTBOL

(N. de la R.: por una operación inapropiada del sistema, esta entrevista virtual publicada en julio de 2006 en este blog se perdió. Sin embargo, pude rescatar el texto para publicarlo de nuevo. El contenido de esta conversación es autétnico, sólo que la circunstancia es ficticia. Mi amiga Jingjing me envió esta foto suya posando con su bicicleta en un parque de Beijing para ilustrar esta publicación. Gracias.)


           Para esta entrevista virtual con Jingjing, me encuentro con ella en un café para turistas en una concurrida calle cerca del puente Marco Polo, en el sector oriente de Beijing. Mientras yo pido un café italiano, ella se inclina por un vaso de aromático té jazmín.

─¿Por qué a una niña como tú le gusta tanto el fútbol?

─Debo decirte que soy una fanática por adopción, no auténtica fanática. Pero, es que el mundial de fútbol es una moda aquí en China. Nos reunimos en las noches a ver los partidos. Hay que estar en onda y hablar con conocimiento de causa sobre este deporte en la oficina, en todas partes.

─¿Es un fenómeno nuevo acá?

─Al principio era como una lluvia suave, pero ahora es un aguacero. Todos nos mojamos y yo estoy estilando.

─¿Cuál es tu equipo favorito y por qué?

─Me gusta Brasil, pero lo mandaron de vuelta a casa. A mí y a mis amigas nos fascinan los jugadores brasileños, son todos atractivos. En cambio, mis amigos hombres admiran como juegan los argentinos. Además en nuestra conversación anterior tú me dijiste que creías que el campeón sería Francia. Veo que estás cerca, el jengibre viejo es más aromático que el nuevo, según decimos aquí en China.

─¿Y cómo ves los partidos?

─En China tenemos un canal del deporte y lleva en vivo los partidos. China y Alemania son los únicos países, según me han dicho, que transmiten durante el mundial absolutamente todos los encuentros. Y no solo eso, también ponen en el aire partidos antiguos, históricos. Como puedes comprobar los chinos estamos locos por el fútbol.

─¿Y qué pasará ahora que Brasil ya se fue?

─¿Tú me preguntas que quién sonreirá hasta el último minuto?

─Sí.

─Quién sabe. Para mí Portugal puede ser, porque su arquero es un hombre interesante. Quisiera que ese equipo siguiera adelante. Te cuento que un comentarista muy famoso de acá causó una tremenda conmoción en el país al término del partido Italia-Australia. Después del penal que clasificó a los italianos gritó: «Larga vida Italia, me carga Australia». Y lo sacaron del set. Pero, como seguramente tiene amigos en la televisión, dio explicaciones, diciendo que había sido una reacción humana, en caliente. Y volvió a los comentarios. ¿Ahí en Chile es igual?

─No, Jingjing acá nuestros comentaristas son condescendientes con todos. Lo más que pueden decir es: «Me pongo de pie», lo que se podría traducir como «me quito el sombrero ante ti».

Termina nuestra entrevista, a la salida del café Jingjing toma su bicicleta y se va a su oficina, yo me dirijo caminando a mi hotel cerca de ahí.

Wednesday, August 02, 2006

NO NOS QUEDARÁ OTRA OPCIÓN QUE RECERTIFICARNOS


       La postmodernidad nos ha traído nuevas obligaciones, que imagino, ustedes ya habrán captado. Las empresas y las instituciones luchan por conseguir certificaciones e incluyen nuevas metodologías impensadas hace apenas diez años.
   Todo el mundo habla de las certificaciones ISO, que son normas de estandarización internacional, para ganar en prestigio, en excelencia y en un mejor servicio para los clientes. Hay instituciones internacionales que certifican, realizan auditorías periódicas y le hacen un seguimiento a esas empresas. Cada tres años hay que recertificarse y de tanto en tanto, vamos con más auditorías. De otro lado se incorporan nuevas tecnologías como, por ejemplo, la Six Sigma, un procedimiento que permite lograr enormes ahorros con el sólo hecho de evitar las imperfecciones o corregir los desvíos del foco en los procesos productivos.
      La capacitación gana adeptos entre los trabajadores y es parte de la preocupación de la empresa, esto es que su personal no se quede atrás, que sepa todo lo nuevo relacionado con sus tareas. Escuché el rector de la Universidad Central, Luis Lucero, decir que esa casa de estudios estaba abierta a todos los adultos que quieran seguir cursos, diplomados, postgrados, postítulos, maestrías, etc. Porque el haber obtenido un título profesional, no significa cerrar los libros de estudio, como ocurría antes.
     Y aquí viene mi hipótesis. Así como van las cosas, me temo que muy pronto vamos a tener que certificar nuestras profesiones. No me extrañaría que a alguien se le ocurra que las Universidades extiendan los títulos profesionales con fecha de expiración, al modo como las municipalidades otorgan los carnés para conducir vehículos. Uno se podría negar a este procedimiento, me dirá usted, pero quedaría en franca desventaja frente a aquel que sí acepte y se titule de nuevo.

Monday, July 31, 2006

A QUIÉN ECHARLE LA CULPA



    









                    Creo que hemos sido afortunados de compartir una frontera tan extensa con Argentina. Creo también que los gobiernos sucesivos de la Casa Rosada tienen siempre una tendencia al populismo, hecho que nos afecta. El país se une muy rápido en torno a llamados políticos con dosis de nacionalismo.
                     Una pena, porque estoy convencido que hay otra Argentina, de intelectuales, científicos, empresarios, trabajadores que les gustaría mantener la efervescencia propia de sus genes, pero atemperada para no incomodar a los vecinos.
                              Con este asunto del gas, veo que vuelven al presente fantasmas de la guerra de Las Malvinas. Y el argumento lo oí a alguna gente de la calle. «Acuérdense de Las Malvinas», han dicho por la televisión, como una advertencia, cuando algún reportero plantea en encuestas callejeras las informalidades de la administración para cumplir compromisos con el gas.
                     Son voces que nos recuerdan que en ese conflicto estuvimos a favor de los ingleses. Sin embargo, para evitar el surgimiento de complejos de culpabilidad, veamos los contextos:
                        Primero, la guerra fue declarada por un alicaído gobierno militar encabezado por el general Leopoldo Fortunato Galtieri, quien ordenó invadir las islas y fue incapaz de permanecer en ellas. Fue una apuesta política sin éxito ni fe, con el único fin de salvar una dictadura desacreditada.
                              Segundo, en Chile existía la preocupación por que esta conducta de invadir islas se volviera contra nosotros, de tener éxito la incursión contra los ingleses. No en vano estábamos enfrascados en el problema del Beagle.
                              Tercero, las democracias no deberían dar argumentos que sólo favorecen la imagen de regímenes militares, la antítesis de gobierno de elección popular.
                           Cuarto, la guerra es la última opción. ¿Fue ésa acaso la última herramienta para que los argentinos recuperaran las Malvinas?
                            Claro, que Argentina será más grande teniendo esas islas bajo su soberanía, pero que esas voces no nos culpen del fracaso de la estrategia de militar para recuperarlas; ni menos algunos saquen del baúl la frase «acuérdense de Las Malvinas». Pero, ¿deberíamos preocuparnos de estas cosas? Si no, digamos por si acaso.

BIENVENIDOS AL MUNDO DEL FUTURO

(Foto: www.anblick.cl)
    La buenamoza Katharina Kastowsky, jefa de comunicaciones de la pista concesionada Vespucio Norte Express (VNE), me dice que su empresa llegó a acuerdo con todas las comunidades locales por las que cruza la moderna vía y que se ha llegado a feliz acuerdo, para que los habitantes de esos sectores vean en VNE una amiga. «No en vano vamos a tener que convivir por treinta años», me añade la rubia, señalando que la empresa hará parques y otras obras para mitigar el impacto.
      Me reúno con Jorge Millán, vicepresidente de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), y me dice que su organización está preocupada planificando lo que viene. «En veinte años más ─me remarca─, prácticamente todos los trabajadores tendremos que tener más de un empleo para mantener el estatus. El mercado nos obligará a buscar una segunda ocupación, debido a la flexibilidad laboral. Tener dos empleos puede ser algo bueno, si nos preocupamos ahora. No quisiéramos que nos sorprenda ese momento sin haber tomado todos los resguardos».
      Por la Alameda veo que el proyecto Transantiago sigue construyendo paraderos para sus buses modernos. Las líneas del metro continuarán en expansión. Las nuevas autopistas hallaron la fórmula para proseguir extendiendo el pavimento, transan con los vecinos. El gobierno promulgó una ley de seguro en el trayecto que favorece a quienes por razones de trabajo se trasladan de un lugar a otro: en particular los suplementeros y los profesores.
       Tenemos carreteras nuevas, metros, buses, seguros, menos horas de labor a la semana. O sea, la inferencia es súper simple: Tendremos que trabajar en más de un lugar para poder sobrevivir. Y esa premisa será válida para todos.