Monday, February 26, 2007

HASTA CUÁNDO: LA NATURALEZA SE VA A CANSAR DE LIMPIAR LO QUE ENSUCIAMOS


       Lo invito a que observemos juntos los caminos distintos que toman los hombres y la naturaleza en el cumplimiento de sus tareas.
      Cuando la raza humana trabaja, contamina; cuando lo hace la naturaleza, ocurre lo contrario, el ambiente se limpia.
     Veamos: una empresa construye un edificio de departamentos. Dependiendo de la altura y el tamaño, los trabajos pueden tomar más de un año. Durante la construcción se generan ruidos espantosos, un vasto perímetro se ensucia con polvo, barro y escombros, se producen malos olores.
     Del otro lado, veamos como lo hace la naturaleza, supongamos un bosque. Los árboles crecen en silencio, sostenidamente, van consumiendo gases tóxicos y crean microclimas y hábitat para otras formas vivientes. En madurar un bosque de pinos puede tardar veinte años, pero desde muy jóvenes los árboles son una bendición.
     Para hacer el edificio, los hombres gastan una desproporcionada cantidad de energía. Digo desproporcionada porque inciden factores como su transporte al lugar donde se construye; por la entropía; por la producción en los pozos petroleros remotos o por el funcionamiento de las centrales termo e hidroeléctricas. Eso es contaminación ambiental indiscutida.
   En cambio, para crecer, vigorizarse y madurar, un bosque también necesita energía. Pero, la naturaleza no consume ni petróleo ni electricidad proveniente de fuentes contaminantes para construir la espesura. Simplemente usa energía producida en otro mundo: el sol, la que es transportada limpiamente, sin ruido, a la tierra a la velocidad de la luz.
     Otro ejemplo, un invierno seco amenaza con un descenso de los embalses, con una disminución de los cauces y la falta de lluvias prolonga y aumenta la suciedad del aire. Suciedad que nosotros mismos producimos. Pero, de pronto, apenas con un anuncio de horas, la naturaleza se apiada, sopla el viento, arrastra nubes y llueve limpiando nuestro aire y convirtiendo un cielo gris de smog en un cielo azul y diáfano, para que nosotros lo enturbiemos otra vez. Para hacer llover, la naturaleza transportó millones de metros cúbicos de agua desde el océano al continente sin quemar un solo litro de gasolina sin hacer ni ruido. Maravilloso. ¿Cuánto deberíamos gastar y contaminar los humanos para lograr algo mínimamente parecido?
        Yo diría que es suficiente con los ejemplos, porque los hay por decenas y los va encontrar usted mismo con una sola mirada a su alrededor.
     Si la cosa es tan clara como lo hemos expresado, ¿qué nos cuesta aprender la lección de la naturaleza?, cuidar nuestro mundo y heredarlo impecable a las generaciones del futuro. Cada vez que construimos contaminando, más lejos estamos de los caminos de Dios. Y un día la misericordia se va a agotar...



Thursday, February 22, 2007

LOS CELULARES CONTAMINAN POR EL RUIDO Y POR LAS CONVERSACIONES BANALES

       Primero se demarcaron las zonas para fumadores y no fumadores en los restaurantes y en los vuelos comerciales; después se impusieron restricciones en las oficinas y comenzaron a hacerse comunes carteles como prohibido fumar u otros por el estilo. Hasta que por último se promulgó la ley que desterró el consumo de cigarrillos en los recintos cerrados. Desde entonces, los fumadores tienen que salir al patio o derechamente a la calle para darse ese placer.

     El proceso anterior duró años y no se ha detenido. Así, no me extrañaría que en el futuro el acto de fumar sea puesto fuera de la ley, aduciendo cualquier razón, incluso, que incide en el calentamiento global.
     Creo también que un proceso parecido podría estar en marcha, para los teléfonos móviles. Porque hablar por celular en cualquier parte, a todo volumen y a cualquier hora, es contaminación acústica equivalente a la contaminación química de un cigarrillo, creo yo.
    Primero, convengamos en que ruido es una interferencia de las comunicaciones y de los pensamientos, algo desagradable en sí mismo. De este modo, arriba de un bus, por ejemplo, usted va soportando el ruido del motor, las latas, los vidrios. Pero, ahora debe sumar las llamadas telefónicas de algunos pasajeros y además de contenidos banales, que no tienen urgencia.
   Y si bien una conexión por celular es ruidosa, es ruido con contenido. El pasajero que va estoicamente soportando el ruido del bus, debe estar dispuesto a oír la sarta de estupideces que muchas personas aprovechan de ventilar en público a través del teléfono.
   Por eso cuando me informo que está prohibido conducir un vehículo hablando por celular, creo que ése puede ser el primer paso del proceso en marcha enunciado más arriba. Un segundo botón de muestra se puede observar en los cines y en los eventos, donde se pide desconectar los teléfonos móviles.
   Es posible que en los buses aparezcan letreros que pidan hablar por celular en voz baja, lo que será la antesala de próximos carteles como el siguiente:
   Prohibidos los celulares encendidos (ley 22.3456).

Wednesday, February 21, 2007

NACE UNA NUEVA CULTURA CON EL TRANSANTIAGO


(Foto obtenida de un ejemplar de Newsweek del año 1998 es una de las tantas usadas para ironizar el sistema Transantiago).

  Las percepciones son subjetivas, por lo tanto en ellas el peso emocional puede superar a la razón. Así, uno percibe que una persona es agradable, pesada, simpática, eficiente, emprendedora, amistosa. La percepción también vale para las cosas.
     Como la mayoría, comencé a usar el sistema de transporte público de superficie cuyo nombre de fantasía es Transantiago. Tiene hartos vericuetos el servicio, que no voy a enumerar. En este sentido creo que hacia fines del presente año los ciudadanos de la capital recién nos manejaremos con propiedad en el sistema. Un año, estimo, que tardará en imponerse esta nueva cultura para moverse por la ciudad.
       Es una nueva cultura a la que tendremos que acostumbrarnos, así como nos cambiamos de la máquina de escribir al computador o aprendimos a manejar y usar los teléfonos celulares.
   Como usuario, percibí nuevas realidades emocionales. Las enumero a continuación:
      Cuando uno sube al bus de recorrido, hay que llevar una tarjeta de prepago  con sensor electrónio llamada  bip, no dinero en efectivo. Es necesario saber dónde exponerla o por dónde pasarla. Pero, no hay que preocuparse, porque en tal circunstancia sale a flote la solidaridad del chileno y alguien comedido enseña. Se aprende altiro.
   Durante el viaje hay una tendencia de todos a hablar con todos, preguntar por paraderos, tiempos de viaje y lo demás. Esa actitud yo no lo conocía antes.
   Se ha introducido un nuevo leguaje que comienza a integrarse a nuestro vocabulario: el troncal, el alimentador, la intermodal, el validador, la parada autorizada, entre otros términos.
  Aquel submundo de vendedores de bebidas, de parches-curitas, cantantes, artistas populares o mendigos que nos acompañaban en los viajes de las micros amarillas, ha desaparecido. ¿Adónde se habrán ido con sus productos y sus lamentaciones?
  A bordo de un bus del Transantiago parece que estoy en otra ciudad. Es como cuando uno se compra un par de zapatos que hay que amansar. Y si de emociones se trata, no echo de menos el sistema antiguo. Creo que con este sacrificio individual, todos ganaremos colectivamente.

✸ (Comentario de algunos años más tarde: pues volvieron todos).

Thursday, February 15, 2007

EL PENSAMIENTO TIENE QUE SER RÁPIDO


           En la actividad de las comunicaciones las tareas hay que hacerlas ya, al toque. No hay mañana. Es hoy. En los canales de televisión, donde se trabaja bajo un fuerte stress, se debe tener salud compatible y la disposición de actuar rápido, primero que el resto.                    El pensamiento es poco reflexivo por la señalada rapidez. No creo que un editor tenga tiempo para meditar una iniciativa y la decisión. Es como actuar primero y pensar después. De allí que cuando uno ve las noticias, a veces cuesta entender el contexto de los hechos porque las notas difícilmente entregan una perspectiva. Están producidas al toque.                                                                                 En la tele, la premisa es pensar rápido. Hay que sumar, restar, sacar cuentas a la mayor velocidad posible y tener las respuestas al porqué se actuó o se hizo de tal manera. Un editor que se reporta ante su jefe sabe que tiene que estar preparado, manejar una batería de respuestas a una batería de preguntas potenciales. Si falla en un interrogatorio clave puede perder credibilidad o caer varios puestos en el ranking de sus pares.                                                          Un amigo editor que interactuaba todos los días con el jefe máximo, me decía que hacía ejercicios mentales para estar a punto, ir bien informado, demostrar criterio, exhibir buen juicio, dominar los asuntos contingentes, conocer alguna copucha, decir una broma, opinar sobre tal resturant, haber visto la última película de moda, estar leyendo a un autor conocido, tener en la punta de la lengua una cita de algún filósofo, conocer alguna fecha histórica, saber las más recientes variables económicas y demostrar una capacidad razonable para anticipar el rumbo de los acontecimientos sociales…                                                                                                          Agotador.
          Cuando con ese amigo nos servíamos un cafecito en el canal y se acercaba la hora de la reunión aquella, me miraba con los ojos fijos y me decía: “tengo que pensar rápido, tengo que pensar rápido…”

Wednesday, February 14, 2007

VOLTERETAS EN VIDEO

(Foto: www.local.attac.org)
Debe ser complicado meterse con gente de harto renombre –digamos, vacas sagradas, en materias personales, porque como tales probablemente pueden tener respuestas ingeniosas y hasta convincentes para todo, más que razones de peso. De allí que se requiera de una buena cuota de coraje para intentarlo.

¿Se atrevería usted a pedirle cuentas a Oscar Garretón, por ejemplo?, ¿a José Joaquín Brunner, a Enrique Correa, a Eugenio Tironi?, ¿Pedirles explicaciones por sus cambios radicales en sus actitudes, en sus posturas políticas o en sus concepciones filosóficas, respecto de lo que pensaron, dijeron o hicieron en el pasado?

Yo, no. Si tuviera la opción personal de hacerlo, no. Sólo lo haría profesionalmente si las circunstancias y el propósito lo avalaran, previamente conversado, eso sí.

Por eso me llaman la atención los que se atreven en la personal, no sólo con los nombres citados sino con todos aquellos a los que podríamos rotular de intocables en el ámbito social, académico, empresarial o del poder. Como lo hace el gordo Michael Moore con sus documentales cinematográficos.

Diría que la irreverencia definitivamente es admirable, pero desde afuera.

Y esta materia viene al cuento, porque el domingo anterior UCV Televisión emitió un documental realizado y protagonizado por el diputado de izquierda Marco Enríquez-Ominami. Resumen: él mismo golpeando puertas, tratando de hallar respuestas al porqué de la muerte de su padre Miguel Enríquez respecto de la vida acomodada y tranquila de la que hoy disfrutan algunos de sus coetáneos.

Marco fue recibido por las personas nombradas más arriba, quienes respondieron a su modo las preguntas al planteamiento de fondo de la película.

Valiosa la producción por el intento, por el logro y por la perspectiva desde la humildad demostrada claramente en pantalla por su realizador. Me sorprendió positivamente este trabajo. Es de esas películas en las que una vez terminada, uno sigue conversando sobre el tema.

Tuesday, February 13, 2007

UN TOQUECITO DE SOFISTICACIÓN


Con mi amigo Mario Reyne entramos en un salón de té, del centro, para hablar de proyectos. Estábamos sentados junto a una simpática mesita y empezábamos a conversar sobre nuestros asuntos, cuando llegó el mesero. Yo un chocolate, dijo Mario. Y yo pedí un té.

¿De qué variedad?, me preguntó el mesero.

Sorprendido por la pregunta, me sentí un poco incómodo, mientras Mario, con los ojos bien abiertos, noqueado por lo que me había dicho el mesero, me miró para ver cuál sería mi reacción. Pensé ágilmente y se me ocurrió responder con otra pregunta:

¿Qué me ofreces?

Los clásicos, señor: breakfast, earl grey, jazmin tea…

Se me vino el alma al cuerpo, por fin había entendido la pregunta inicial y dije con aire de canchero:

En la selección de un té, yo no me equivoco. Un earl grey, por favor.

Mario me seguía mirando más anonadado.

¿Qué pediste?

Un tipo de té, pues Mario, de ese que venden en el supermercado, le dije dándome las ínfulas de un experto.

A mí que no me vengan con esas preguntas, me dijo Mario hablando a lo derecho y haciendo un mohín. Y continuó:

Cada vez que yo pido té, me traen té, del de siempre. ¡Qué sé yo de qué marca o etiquetas por el estilo. Para mí el té es un solo!

Pero, Mario, insistí, es que el earl grey tiene su saborcito como a pimienta, ¿me entiendes?

Mi amigo me miró incrédulo moviendo la cabeza con aire resignación. Y en ese momento nos enfrascamos a conversar nuestros asuntos.

ME CONTARON QUE ASÍ FUE LA RENDICIÓN ALEMANA


--------
El General alemán Alfred Jodl (tercero a la derecha), flanqueado por el Almirante Von Friedeburg (segundo a la derecha), firma el 7 de mayo de 1945 en Reims, Francia, la rendición alemana, dando fin oficial a la guerra en Europa. Pero el día oficial de la victoria es todavía motivo de debate: los rusos no aceptaron la firma de Reims y exigieron una ratificación en Berlín el 9 de mayo.

(Foto: www.bbc.co.uk)
----------

En una nota anterior cité a mi amigo Herbert Zegers, fallecido hace años, una excelente persona, quien durante la Segunda Guerra Mundial integró el ejército alemán. Tuve la oportunidad de oírle historias no narradas que él vivió durante ese conflicto en el grado de cabo y en particular acerca del día de la capitulación.

Me dijo que a primera hora de la mañana el día de la rendición del Tercer Reich, el 7 de mayo de 1945, los oficiales de su regimiento citaron a la tropa para una formación a las tres de la tarde. Entre los soldados nadie sabía con qué propósito.

El regimiento de Herbert estaba instalado en el norte de Italia, zona donde fue destinado luego de haberse replegado del frente oriental. La primera parte de esa jornada transcurrió como todos los días con los soldados preparando sus cosas, sus uniformes y su armamento. Después del rancho, a eso de las doce y media, la tropa se concentró en el cuartel a la espera de la formación.

Fue entonces cuando mi amigo Zegers y sus compañeros comenzaron a sospechar que estaba ocurriendo algo fuera de lo común: no se veían los oficiales. Durante el almuerzo él alcanzó a divisar a dos tenientes, a los que después perdió de vista de repente.

“Llegaron las tres de la tarde, --me dijo Herbert-- y todos nos mirábamos unos a otros como diciendo ¡exijo una explicación! Ni el coronel a cargo de nuestro regimiento ni su séquito de oficiales aparecieron por ninguna parte. Así que nos formamos como estaba previsto por orden de un sargento. O sea, nos dimos cuenta que todo el regimiento estaba al mando de un sargento. Se nos cayó la teja que la guerra había terminado y que habíamos perdido. Por eso, nuestros jefes se hicieron humo…”

Entonces le pregunté a Herbert, qué había pasado después de esa formación. Me dijo que el sargento había llamado a romper filas, pero que no dio la orden de dejar el regimiento. Sin embargo, como las certezas de la rendición eran clarísimas, los soldados empezaron a quitarse sus uniformes y trataban de vestirse de paisanos. Al final nadie se acordó de la orden del sargento de no salir del recinto, puesto que el mismo suboficial también se lo había tragado la tierra.

Herbert continuó diciéndome que él se concertó con otro cabo para ir a la cocina, donde ya no había nadie, para tomar la comida que hubiera y salir de allí. Su amigo se había conseguido un jeep. Con el estanque lleno, ambos, vestidos de italianos, salieron velozmente del regimiento por la puerta principal, cuya barrera estaba levantada y no había guardias. Por el espejo retrovisor, Zegers pudo ver como los últimos soldados, hasta entonces sus compañeros, salían corriendo también, en todas direcciones.

En el jeep dejaron el poblado y se fueron por un camino secundario hasta que el vehículo se perdió en el bosque. Subieron un cerro elevado muy poco concurrido y acamparon entre los árboles. Dos semanas después, bajaron asustados y se presentaron ante las autoridades aliadas. Aquellos les tomaron los datos, ellos entregaron el jeep y quedaron en libertad un par de días después. Herbert regresó a su país en un camión, para tratar de hallar a su familia. Me dijo que más de una semana después de la rendición, la aviación aliada seguía atacando zonas urbanas de la derrotada Alemania nazi.

Conocí a Zegers cuando yo era redactor de noticias internacionales en TVN y él era jefe de la agencia DPA en Santiago.

Monday, February 12, 2007

LA CAPITAL TRASTORNADA Y DEFORMADA


     Estudiosos de las comunicaciones afirman que los medios construyen la realidad social y yo agregaría que también la deforman, creando espejismos, convirtiendo como si fueran materias generales, asuntos que son particulares.
      Conversé acerca de esta cuestión con una persona que viajó desde el sur y que no conocía Santiago. De inmediato me interesó saber si las imágenes de la ciudad que había visto por la televisión y, por tanto, la idea que él tenía de la capital eran similares a las que él estaba comprobando por sus propios ojos. Sus respuestas fueron sorprendentes:
      «Primero, cuando el bus se detuvo en el terminal pensé que sentiría más calor del que me recibió en el andén. Me había hecho el ánimo para sofocarme y la verdad es que no era distinto de la temperatura promedio de mi pueblo, unos 27 grados centígrados a esa hora de la tarde».
       Continuó mi huésped:
    «Segunda realidad, pensé que el aire sería más pesado, irrespirable, que habría smog por todos lados y comprobé que la brisa era la misma que mece las galegas de la zona central. Nada nuevo».
     «Tercera realidad, cuando salí a la Alameda me preocupe de abrir bien los ojos, porque los delincuentes y cogoteros estarían esperándome detrás de los quioscos de bebidas o que muchos patudos se acercarían de inmediato a mí a contarme algún cuento del tío. Nada que ver, los santiaguinos resultaron ser tan amables como los habitantes de mi pueblo. Eso que la gente del sur es buena onda es cierto, pero aquí en Santiago, también».
     «Cuando llegué a la estación del metro imaginaba que tendría que luchar codo a codo con agresivos pasajeros para abordar ese medio de transporte. Nada más lejano a la realidad. Después al momento de subir a un taxi, me sorprendió que el vehículo llevara sus vidrios abajo, puesto que yo sabía que los cogoteros quitarían sus pertenencias a los pasajeros y saldrían huyendo. Sin embargo, pude viajar a mi destino en taxi con el codo apoyado en la ventana».
    «Por último, la ciudad es más grande que la que muestra la televisión. El centro es enorme, los edificios son más altos de lo que imaginé y nunca pensé que los carabineros de La Moneda a uno lo trataban tan bien. Las imágenes que me llevo de la capital a mi pueblo, son muy distintas a las que me muestra la televisión».

UN DÍA PARA SOCIÓLOGOS


    En nuestras clases de Sociología, en la Universidad de Concepción, nos decían que los sociólogos son observadores del comportamiento de la gente en sociedad para conocer sus conductas y poder teorizar sobre los cambios culturales.
      La puesta en marcha del Transantiago marca un cambio de época en el transporte público de la ciudad, que involucrará un cambio de cultura radical entre los usuarios. Estoy claro que no habrá marcha atrás y que quienes protestan hacen uso de su derecho a pataleo, nada más.
      Si estuviera vivo don José Zapiola escribiría en sus «Recuerdos de Treinta Años», que las micros te recogían en la puerta de tu casa y te dejaban en la puerta de tu trabajo, que a bordo podías comprar un helado, una bebida fría o un parche curitas y de cuando en cuando oír algún cover en vivo de Violeta Parra. En una ciudad moderna, eso ya no será posible.
    Quienes somos el jamón del sándwich, o sea, los usuarios, tendremos que adecuarnos. Creo que si se implementa bien, el Transantiago será un salto al futuro, lo que no significará bienestar individual, digamos, en el consumo del transporte. Pero, sí ganaremos en otras cosas: orden en las calles, más educación al subir o al bajar, empleo de los paraderos como es debido, respeto en los horarios. Habrá que caminar más. Pero, eso también es bueno.
     Vuelvo sobre los sociólogos. Como estos días son de transición cultural en el transporte, me imagino que estarán tomando nota en los terminales, en los paraderos, viendo las opiniones por televisión, recogiendo ellos mismos las respuestas a sus encuestas. El trabajo que estos profesionales hagan en la investigación de este cambio servirá para otras modificaciones que el estado tendrá que aplicar en el futuro como el uso racional de la energía, el agua potable y otros servicios.
    El conocimiento que se obtenga de este cambio masivo, radical, que incluye a millones, servirá como modelo para aplicar en el porvenir. Este es un día para los sociólogos, pero no me pregunte usted si ellos están tan interesados, como yo me imagino.

Friday, February 09, 2007

UN EXPLOSIVO TRIÁNGULO AMOROSO EN ÓRBITA TERRESTRE



Como los faranduleros no han hablado del triángulo amoroso entre astronautas, hay un asunto de lo más sabroso porque incluye hasta un intento de asesinato, aquí vamos con el análisis:

Dos mujeres se disputan el amor de un caballero: La víctima de los engaños, la astronauta Lisa Nowak; su rival, una oficial de la fuerza aérea, Colleen Shipman y el caballero, el astronauta Bill Oefelein.

Nowak voló el año pasado en el Discovery y su especialidad era mover el brazo mecánico del transbordador. Shipman es una ingeniera a cargo de los lanzamientos de cohetes en Cabo Cañaveral y Oefelein es un hombre que se desempeña bien en el espacio extraterrestre, pero que no se maneja con las mujeres.

El asunto es muy serio porque informada de la infidelidad del caballero, Nowak decidió deshacerse de Shipman. La esperó en el aeropuerto y la atacó con un producto químico con el propósito de eliminarla. Fue detenida y está presa.

Este descontrol de emociones pudo haber tenido efectos catastróficos. Imaginemos que Shipman se hubiera querido deshacer de Nowak,  pudo haber hecho que el Discovery estallara en el despegue.

Pensemos que la celosa Nowak se hubiera querido tomar desquite de Oefelein. Como experta en el brazo mecánico del transbordador pudo haber conseguido cortar el cable que unía al astronauta a la nave durante una caminata espacial. Oefelein, en ese caso, habría quedado flotando en órbita, sin ayuda, sin oxígeno, sin comida, sin comunicación. Tendríamos el primer cadáver girando para siempre en torno a la tierra.

Por último, si Nowak hubiera matado con sus manos a Oefelein en la estación orbital internacional, habríamos visto el crimen por televisión. Pero, desde el punto de vista jurídico ¿qué tribunal tendría competencia para juzgar un asesinato en el espacio exterior en una nave multinacional?

Ningún escritor de ciencia ficción que conozco imaginó un triángulo amoroso con tanto riesgo potencial. Los expertos deberán abocarse ahora a desarmar triángulos por las buenas y no ser mudos testigos de infidelidades, antes que el problema les estalle en la cara. Afortunadamente la víctima de los devaneos del caballero optó por actuar contra su rival con los pies en la tierra, donde la aplicación de la ley no admite opiniones en contrario.
Yo creo que el juez que ve el caso tiene que citar a los testigos y "tapaderos", ya.

Thursday, February 08, 2007

LOS MÁRTIRES ANÓNIMOS DE LA CARRETERA AUSTRAL

(Foto: www..thikatravel.com)
Muchos turistas en 4x4 recorren hoy la carretera austral. Yo también lo he hecho recientemente, una linda experiencia. Conocí la zona en 1976 cuando el camino no existía.

Una de mis botas de goma se rajó medio a medio cuando pasé por entre la maleza porque una planta como el maguey, de hoja larga, actuó al modo de un cuchillo y me quedé virtualmente con un pie sin protección en el descampado y bajo la lluvia.

Esta experiencia la tuve mientras reporteaba para TVN la construcción de un tramo de la carretera austral, en el sector de Santa Lucía, al sur del lago Yelcho. Quien actuaba como mi guía en esta incursión por esa tierra virgen era un coronel de Ejército de apellido Van Schowen, encargado de las obras. Él me había advertido del peligro del contacto con los tupidos arbustos del sotobosque. Caminábamos saltando charcos, pisando los envaralados sobre los que echarían las piedras de la futura calzada.

A pie subíamos una cuesta para llegar a las faenas donde grupos de trabajadores con hachas y picotas abrían la senda luchando contra la naturaleza. Mientras avanzábamos teníamos a la derecha la montaña y a la izquierda un enorme desfiladero cordillerano que terminaba en un profundo río. El coronel se detuvo y lo mismo hicimos los demás. “Aquí tuvimos que usar dinamita”, contó Van Schowen, “para poder continuar con el camino. El problema fue que varios días después una parte de este cerro se vino abajo y se llevó a dos trabajadores. Están sepultados allá en el fondo por el rodado. Hicimos todo lo que pudimos para recuperar los cuerpos”.

Como la construcción de la Gran Muralla China, el camino Austral también tiene sus mártires. Me quedé pensando en los sufrimientos de esos trabajadores anónimos, cuando el repentino canto de un chucao me devolvió a la realidad. Mi reportaje, que salió al aire en las noticias de las nueve se refirió, en parte, a esos sacrificios.

En Puerto Montt me despedí de Van Schowen, un tipo amable con aires de ser hombre de campo. Años más tarde volví a saber de él, pero en circunstancias muy distintas. El avión en el que volaba cerca de Coyhaique sufrió un accidente y desapareció. Pese a las intensas búsquedas realizadas entonces, la aeronave no fue encontrada, situación que se mantiene hasta hoy. Tampoco fueron hallados sus ocupantes. Corrieron la misma suerte de aquellos trabajadores anónimos. Con la muerte del coronel, muchas historias sobre ese camino se perdieron.
No hace mucho tiempo el alcalde de Cochamó me dijo que quería colocar en el centro de la placita de Río Puelo, un busto en recuerdo de Van Schowen, como un homenaje a un realizador poco conocido de la ruta austral. Le sugerí que ese reconocimiento también podría hacerse extensivo a todos quienes dieron su vida en la construcción de ese hermoso camino de Chile.

Wednesday, February 07, 2007

UNA MARCHA DE MÁS DE 40 AÑOS

Guerrillero, guerrillero, decía el estribillo de esa marcha revolucionaria, cuyo nombre no sé, pero que imagino debe ser ése: Guerrillero.

La oí en los años sesenta, como cortina musical del noticiario de Radio Habana, Cuba, “territorio libre de América”, como decía el locutor a modo de slogan de ese espacio radial. El estribillo era pegajoso y me quedó grabado.

Como parte de las tareas de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Concepción, había que escuchar los noticiarios: La Voz de América, Radio Moscú, Radio Chilena, Portales, Minería, Simón Bolívar, para aprender a hacer las noticias.

Me propuse en aquellos años buscar y tener esa marcha en mis archivos como una reliquia nostálgica. Comencé por visitar las casas de música de Concepción. En la tienda Rapsodia, instalada en un recodo de la galería Olivieri, su dueño, Bernardo Saldías, me dijo cortante –como hablaba él, que no la tenía. Y no la hallé en ninguna otra tienda del ramo en la ciudad penquista. Tampoco en Santiago, ni en Valparaíso. En mis viajes al extranjero también la busqué sin resultados.

Entonces me propuse intentar en Cuba. Ahí la cosa no podía fallar. Sin embargo, yo nunca fui allí, pero la encargué a amigos viajeros a ese país del Caribe. El primero me trajo de regreso un CD, adquirido en una disquería de La Habana. Instalé rápidamente el compact en mi equipo casero de audio para oír mi marcha… y nada. En su reemplazo el equipo reprodujo canciones de Carlos Puebla y sus Tradicionales tales como “Si no fuera por Emiliana…” La persona que me trajo el CD me explicó que eso era lo único que había en Cuba cercano a lo que yo buscaba. Desilusión.

Cuando el Papa Juan Pablo II fue a La Habana, le hice el encargo al productor Pepe Martínez, de Canal 13, quien viajó para la cobertura. Al regreso, la misma historia: me pasó un CD con música de Silvio Rodríguez “Mi unicornio azul”, pero en el registro no estaba la marcha aquélla. Pepe, muy cordial siempre, me dijo lo mismo: es lo más próximo a lo que me encargaste. Le agradecí, pero...

Hasta que conocí hace un tiempo a una persona cubana, quien me aclaró que esas marchas, que se difundieron en los comienzos de la revolución, nunca estuvieron a la venta. Si lo hubiera sabido a tiempo, pensé, me habría ahorrado cuarenta años de búsqueda. Pero, espérate, me dijo mi amigo tratando de sacarme de mi súbito pesimismo, yo voy a hacer algo. Pasaron varios meses hasta que me topé de nuevo con esa persona, quien sonriente me dijo: “toma aquí está. La encontré en mis archivos”. Se me pusieron los pelos de punta, corrí a mi equipo de audio y puse el CD para salir del empacho. Presioné play y subí el volumen. Los bafles sonaron fuerte:

¡Guerrillero, guerrillero!

SI USTED AYUDA, PUEDE HABER VACANTE


He tenido la oportunidad de revisar antecedentes de personas que buscan trabajo. Me doy cuenta que cada uno hace su currículum vitae con lógica tincada. Unos más originales que otros, pero que no son otra cosa que copias de formatos. Hay ideas en Internet y hay personas que ayudan. Pero, no sé de la existencia de un patrón.

Es obvio que un curriculum debe tener los datos básicos de la persona interesada, sus antecedentes académicos, sus publicaciones si las hay y la experiencia laboral.

¿Es suficiente?, ¿Sirve todo eso para el propósito?

Creo que esos datos no alcanzan para que las personas que adoptan las decisiones se formen una idea cabal a partir de los datos en el papel. Faltan cosas importantes en un curriculum. Por eso es que los ejecutivos echan mano a los psicólogos.

Son los psicólogos que entrevistan a los interesados los que ahondan más para obtener lo que ellos llaman “los insumos” para poder emitir un fallo que declara competente o no apto a la persona para desempeñarse en un puesto tal.

A un curriculum le faltan los otros antecedentes necesarios: cuáles son sus preferencias, qué música le gusta, los libros que ha leído, los que está leyendo, qué tipo de películas, cuáles son sus sueños, cuáles sus hobbies, dónde le gustaría ir, a quién le agradaría conocer. O tal vez, qué cosas no le gustan.

Con estos datos el ejecutivo que escoge entre varios interesados tendría una visión más completa y alcanzaría a captar las vibras de los postulantes, lo que le ayudaría a despertar su intuición y elegir adecuadamente.
Si usted está en esta en la situación de buscar empleo, presente su curriculum a quien corresponda. Le sugiero llenar una segunda página, con el lado simpático de su vida. No está de más, ni nadie lo va a rechazar.

Friday, February 02, 2007

LOS POLÉMICOS KILOS DE TYRA BANKS



      No siempre vamos a hablar de cosas graves. También podemos darnos un recreo y comentar algo del glamour internacional, lo que no es necesariamente frivolidad. En este sentido, les cuento que descubrí a Tyra Banks en un show de televisión norteamericana, no hace mucho. La trama del asunto era que esta mujer dirigía un casting para descubrir a una próxima top model. Me sorprendió su belleza, pero por sobre todo, su personalidad. Era capaz de hacer llorar a jóvenes aspirantes angustiadas por ganar y no se le movía un músculo del rostro ni sus ojos brillaban jamás por la presencia de una lágrima en los momentos emotivos más fuertes.
      Tyra Banks está otra vez en la cresta de la ola porque de los 52 kilos que pesaba, ha subido a cerca de 80. Con todo ese sobrepeso igualmente apareció en la portada de la revista People atacando a sus críticos: «recibo cientos de mails de chicas que me dicen "tú no eres sólo un pellejo, como todas las otras; tú eres bella”», dice Tyra en la publicación.

    Banks quería ser veterinaria, pero justo cuando ingresaba en la universidad la llamaron para modelar. Sus medidas como modelo profesional eran 92-60-92. Su talla de vestidos es 38 y calza 41, según la Wikipedia.
   Dejó de ser supermodelo hace dos años y desde entonces se ha despreocupado un poco de su peso; pero sus admiradores y amigos destacan que su busto natural y su cuerpo no han perdido ni un ápice de la belleza indispensable para cautivar a millones.
   Aparte de supermodelo, Tyra es estrella del cine ─ha actuado en películas de segundo nivel─, ha participado en clips con Michael Jackson y me informo, recién, que también grabó un disco como solista: «Mueve tu cuerpo».
   Los gringos tienen Tyra para rato: porque engorda o porque adelgaza: en las fotos que adjunto aquí: aparece ella como era en 1998 y como era hasta hace muy poco tiempo. La Wikipedia destaca que mide un metro ochenta de estatura y que sus ojos son verdeo o eventualmente grises.