Asistí a una charla sobre insectos. Me sorprendí. Es un mundo enorme, inimaginado. Esos animalitos constituyen un auténtico sub reino en la Naturaleza, superior en número y variedad al de los mamíferos y las aves. Ante nuestros ojos los insectos muestran sabiduría, inteligencia, trabajo y organización. Este mundo desconocido inspiró el antiguo proverbio chino: «El aleteo de una mariposa se puede oír al otro lado del mundo». Y tan cierto resultó el proverbio que el meteorólogo Edward Lorenz*, padre de la teoría del caos, desarrolló la tesis llamada efecto mariposa, esto es que el aleteo de una mariposa en Pekín podría desatar al día siguiente lluvias en Nueva York. El efecto mariposa es una metáfora de la incidencia imprevista de lo mínimo, de eso que no tomamos en cuenta, en lo macro. Así de interesante resultan ser los insectos. Así de ensamblado con ellos parece estar el universo.
Lejos de las teorías y de los proverbios, con los pies puestos en la tierra, versó la entretenida charla-taller sobre insectos que dictó la entomóloga Valeria Palma Onetto, doctora en ese campo. Organizó el Departamento de Salud Ambiental de la Municipalidad de Providencia, según informó Rodrigo López, personero del municipio.
Desde su niñez Valeria ha tenido un marcado cariño hacia los insectos y los arácnidos. Según contó en su introducción alguna vez tuvo de mascota una araña pollito a la que ella alimentaba con cuerpos de insectos que guardaba en el refrigerador. Con ese ejemplo trató de aventar nuestros típicos recelos: una mordedura, un lancetazo, una picadura o la sorpresa súbita (susto) cuando alguno de ellos se nos cruza por la vida y alentó a quienes la escuchábamos a convivir mejor con los insectos y ‒por favor‒ a no usar insecticidas. Informó que como parte de sus estudios ella ha recorrido selvas en todo el mundo incluso en China. Dijo: «En la selva, el mayor peligro son las posibles caídas de árboles o ramas sobre las personas, no las mordeduras de serpientes ni de arañas».
Ya en la parte didáctica dio las principales características de los insectos: 1) tienen tres pares de patas, 2) presentan antenas, 3) tienen alas (si están presentes) y 4) tienen exoesqueleto. No hay que confundir un insecto con un arácnido; estos últimos tienen cuatro pares de patas y carecen de alas.
Sin embargo, dependiendo del interés o la expectativa del oyente, tal vez el aspecto más relevante sea conocer los comportamientos de los insectos en sus organizaciones naturales. Su entramado social no puede ser ajeno a los seres humanos.
Una especie citada en la charla: las termitas. En Chile coexisten originarias e introducidas. Se alimentan de madera y con ello contribuyen a degradarla, su rol principal. Pero, hay otros aspectos de la vida de las termitas en colonias que resultan interesantes y que la doctora Valeria calificó de una historia romántica. Porque ellas tienen una organización social, con obreras, soldados, reyes y reinas donde casi como en ninguna otra especie, se da el caso de «que una simple obrera tiene la posibilidad de llegar a ser reina», subrayó Valeria, aunque sobre esta particularidad no dio más antecedentes. Otra curiosidad en la vida de las termitas se puede encontrar en la literatura y es la comunicación. El investigador Melvin de Fleur en su libro Teorías de la Comunicación Masiva (1966) analiza la comunicación entre ciertos insectos que viven en colonias y que se basa en mecanismos exclusivamente heredados. Incluso si un individuo en estado larvario es retirado de la vida en la colonia durante un tiempo, no pierde su capacidad para participar del proceso una vez reincorporado. Así, por ejemplo, en el caso de una colonia de termitas, si los soldados perciben un peligro reaccionan automáticamente golpeando fuertemente con sus cabezas las paredes de las galerías, señal que es perfectamente comprendida, también automáticamente por el resto de la comunidad como una amenaza ad portas. El estudio de estas respuestas a determinadas significaciones ha permitido, por extensión, comprender más en profundidad la comunicación humana.
Un capítulo aparte de la charla de la doctora Valeria Palma fue la polinización. Dijo que el 75 por ciento de las plantas de las que nos alimentamos depende de agentes polinizadores, mayormente los insectos. Atraídos por el néctar situado en la base del interior de la flor, el insecto ingresa en ella, al salir arrastra polen de los estambres en su cuerpo el que fecunda al pistilo de otra flor cuando entra en ella para conseguir más néctar. Precisó Valeria que cada tipo de flor tiene un agente polinizador predeterminado, el que posee un cuerpo y la estructura bucal adecuada para llegar al fondo. Por tanto es necesario que flor y agente se ajusten a sus propias formas para que haya polinización. Por ejemplo, un voluminoso y pesado abejorro no puede ingresar en una flor estrecha, a la que sólo puede acceder una mariposa, provista de una larga trompa o probosis que le permite llegar al néctar y chuparlo al tiempo que el polen adherido a sus patas poliniza . Dijo que a este respecto, se han introducido agentes polinizadores, como el abejorro, cuya respuesta no ha sido satisfactoria, son demasiado grandes para ciertas flores. Ellos para conseguir el néctar se dirigen a la base por fuera, la muerden para beberlo y destruyen la flor. Al mimo tiempo, estos agentes importados entran en competencia con la especies nativas desplazándolas.
Nadie en la sala se lo preguntó a la doctora, pero quedó en evidencia, que habría empresas productoras de alimentos que introducen agentes polinizadores sin averiguar con los científicos poniendo en riesgo el ecosistema o derechamente causando graves perjuicios.
Las inmobiliarias e incluso los urbanistas tampoco consultan a los entomólogos, simplemente proyectan plazas aisladas, sin corredores y distantes entre sí, de manera que los insectos no tienen la capacidad para ir de una plaza a otra y si lo intentan mueren atropellados por el camino. Las plazas aisladas con respecto a los insectos crean el problema adverso de endogamia, los insectos degeneran.
En la charla-taller para adultos y niños mayores de 10 años, Valeria Palma mostró numerosas especies de insectos y arácnidos chilenos como parte de su repertorio particular. A la sala llevó además lupas y microscopios para poder mirar y apreciar los detalles de los cuerpos de estos interesantes animales.
