Friday, December 26, 2008

LOS GOLES QUE HACEN LOS JEFES SIEMPRE ESTARÁN EN DUDA

      Si usted es bueno para la pelota y no practica el fútbol profesionalmente, he aquí que tiene una buena oportunidad para ganar algunas lucas extras. Ha surgido, en algunos círculos, el oficio de galleta. Esto es que usted tiene que estar dispuesto a jugar fútbol defendiendo a un equipo de empresa, para lo cuál ésta ─me han dicho─, proporciona un contrato para exhibirlo en la cancha, cuando se lo pidan.
      También me han dicho que las empresas pagan 25 mil pesos a cada galleta por partido. Si usted está físicamente en condiciones y puede jugar ocho partidos al mes, su renta extra llegaría a los doscientos mil pesos líquidos al mes.
     Pero ─ojo─, no se trata de jugar solamente bien a la pelota. Se trata de desempeñarse en el campo como miembro de la empresa, teniendo en cuenta de ceder pases a los ejecutivos que integran el equipo. Esa conducta favorecerá al ejecutivo para que convierta hartos goles y al mismo tiempo usted se asegurará que lo sigan llamando para los partidos y ganarse cada vez 25 lucas.

Tuesday, November 25, 2008

CASEY JONES: EL HÉROE DE LOS FERROVIARIOS

El ingeniero maquinista Casey Jones.
      Por aquellas revistas de cómics editadas en México y difundidas en nuestros países latinoamericanos de aquellos tiempos sin televisión, conocí a ese personaje muerto hace 108 años en un accidente ferroviario cerca de Vaughn, Estados Unidos: Casey Jones.

          Un tipo joven, su fallecimiento ocurrió cuando tenía 37 años. Había cumplido hacía muy poco su sueño, ser ingeniero ferroviario. Casey Jones es un ejemplo de aquellas personas capaces de convertirse en héroes de alcance nacional; en su caso desde el modesto oficio de maquinista de locomotoras. Y no fue que saltara a la fama por su muerte épica, consciente y voluntaria, sino que en el desempeño de su trabajo ya era un tipo notorio entre los pasajeros del ferrocarril en el medio oeste.

      Y razones había. Por ejemplo, la historia cuenta la anécdota que era el maquinista más puntual de todos los conductores de su tiempo. Tanto así, que cuando su tren llegaba y se detenía en la estación, la gente ponía sus relojes a la hora.

   Casey Jones había arreglado su locomotora a vapor personalizando el pito de la máquina. Colocó varios tubos sincronizados, los que a cada silbato sonaban como un arpegio de suave a máximo y a suave. Cuando su tren de pasajeros atravesaba los campos durante las quietas noches de verano, los campesinos oían desde sus camas el silbato nocturno y decían amodorrados y en voz baja “Ése es Casey Jones conduciendo para Chicago”.

      Una noche de abril de 1900, sería el último viaje del querido maquinista. Cuando conducía su tren, entró en una curva percatándose que centenares de metros más adelante había otro convoy detenido en la vía principal por la que él debía pasar. Jones le gritó a su ayudante para que saltara, unos 300 metros antes del impacto. En seguida, aplicó los frenos y puso la máquina en reversa. En poco segundos, redujo la velocidad a unos setenta kilómetros por hora.

       Casey Jones guió con tal maestría su locomotora en los metros finales, que el impacto destrozó completamente los vagones del tren de carga detenido. Sin embargo, entre los pasajeros de su convoy no hubo heridos. La única víctima fatal del choque de aquella noche fue Casey Jones. Contaron los rescatistas que cuando llegaron a su cuerpo entre los hierros retorcidos de la máquina para retirarlo, la locomotora lanzó su último silbato característico, porque el maquinista mantenía una mano aferrada a la cuerda que lo accionaba.

      Su historia se hizo pronto muy conocida, hay monumentos y recuerdos en su memoria y hasta una canción popular. Por algún motivo, desde niño admiré a Casey Jones.
(En la foto de abajo, la locomotora 382, de Casey Jones, una de las más rápidas del servicio ferroviario de Illinois de fines del siglo XIX.)

Friday, November 21, 2008

ATACAMA SIN REPRESAS



        Son miles los turistas de todo el mundo que se maravillan y recorren las dunas y las planicies de nuestro Desierto de Atacama. Fotografían los colores increíbles que reflejan los cerros cada atardecer. La desolación de sus paisajes lo convierte en un lugar único en el planeta.
       Pero, ese territorio, como de escenografía cinematográfica, está atravesado por torres de transmisión eléctrica, que llevan energía a los centros mineros. Las estructuras están allí y permanecerán por mucho tiempo. El Desierto de Atacama, no obstante, se sobrepone al quiebre paisajístico de los cables. A pesar de las torres, el ojo humano se regocija en la Creación de sus montes, colinas, valles y quebradas. Territorio yermo a simple vista, pero rico en recursos.
     Los ecologistas que defienden la Patagonia sin torres eléctricas tienen en el desierto un buen ejemplo para alentar su mensaje. Y esta semana recibieron una ayudita, que posterga sin plazo definido los proyectos de la empresa Hydroaysén.
    Como en su momento nadie defendió al desierto de las torres de alta tensión, propongo una cruzada cuyo slogan sea: Desierto de Atacama sin Represas.

Friday, November 14, 2008

CHASCARROS DE JAMES EN BOND EN PARANAL

Ingreso al hotel La Perla de las Dunas, donde se filmó la película con 007.
¿Qué es Paranal? ¿Un cerro? ¿Un observatorio astronómico? ¿Un estudio cinematográfico?

Todas estas preguntas tienen por respuesta un rotundo sí.

El cerro Paranal está en la II Región cerca de la caleta de Paposo, 140 kilómetros al sur de Antofagasta. Tiene 2.600 metros de altitud. En la cumbre se yerguen cuatro enormes y modernos telescopios y desde ahí también se puede ver el mar.
En el cruce del desvío al observatorio y el camino que baja a la costa, hay un aeródromo. A medio andar entre el cruce y la cumbre del Paranal se abre un vallecito donde están las instalaciones de apoyo, laboratorios, equipos de mecánica y un gimnasio. También allí, pero orientado hacia el oeste, está semienterrado en la arena el hotel La Perla de Las Dunas.
El autor de esta nota dentro del hotel La Perla de las Dunas.
Tres kilómetros más arriba se llega a los telescopios instalados dentro de esos edificios metálicos con aspecto de robot de 40 metros de altura cada uno, sin los domos de los observatorios tradicionales, porque éstos son instrumentos del siglo XXI.

Paranal, sin embargo, fue además temporalmente un estudio cinematográfico. La Perla de las Dunas albergó indistintamente a astrónomos provenientes de cualquier parte del mundo, pero también a artistas cinematográficos durante el tiempo en que se rodó la última película del agente 007.

En ese ambiente cargado de científicos cosmopolitas y personal chileno se filmó “Quantum of Solace”.
La Perla de Las Dunas, el hotel escondido bajo tierra dispone de un microclima interior artificial, con abundante vegetación del trópico, --lo que es insólito para un recién llegado--. En el comedor de ese hotel se vieron las caras el personal del observatorio y los artistas, entre ellos Daniel Craig (James Bond), su doble –igualito, al decir de quienes los vieron—y la chica Bond también con su doble.

La persona que me contó estos detalles trabaja para Paranal y me dijo, durante el almuerzo en La Perla de Las Dunas, que Bond en una oportunidad se había sentado en el mismo asiento en el que me hallaba yo en ese momento. De modo que lo mejor sería callar y oír historias de Bond fuera de pantalla.
“Ten cuidado con las escenas que se producen en el avión. La chica Bond se ve estupenda, pero, ojo. No es ella, es su doble, que es un hombre vestido de mujer y con peluca”, me advirtió mi amigo.

“A Bond le costó pronunciar un parlamento que tenía que filmar junto a los telescopios. Era una frase cortita para amenazar a los malos. Pero, no le salía y repetía y repetía. En el intertanto nosotros esperábamos que terminara el asunto para subir un espejo en un camión con balizas y escoltas. Hasta que el director aprobó y a nosotros nos dieron la orden de iniciar la marcha de subida. Íbamos en lo mejor cuando viene Bond bajando en un boogie. Yo comencé a gritarle ¡move aside!, ¡move aside! (¡sale!, ¡sale!) y él no me hizo caso. Como yo no podía detener el camión y Bond no despejaba la pista le grité en chileno: Sal de ahí conchas de tu… Y salió el tipo y nos quedó mirando como preguntándose ¿qué onda?”, agregó mi interlocutor.
Las tallas de Bond seguirán recordándose por muchos años en cerro Paranal. Una construcción hecha especialmente para el personal de la película, en el vallecito donde están las instalaciones de apoyo, se llama hoy B-22 (Bond, película Nº 22).

Entonces le pregunté a mi amigo que me explicara la explosión que aparece en la película, que se registra cerca de los telescopios. Y me respondió sin satisfacción:
“Yo creo que ahí la embarraron, en la película hicieron volar todo este hotel donde estamos almorzando. Lo hicieron polvo. No quedó nada en pie. Una pena que haya tenido ese final La Perla de las Dunas.

Después de la pena nos reímos y le dije que en vez de llamarse Quantum of Solace, la película filmada en el desierto de Atacama debió titularse La Perla de las Dunas.

Y mi amigo estuvo muy de acuerdo.

Wednesday, October 29, 2008

ESE CURIOSO RUIDO BLANCO


      Mi camarógrafo me dice que esto pasa siempre, que cada vez que graba video en un cementerio es lo mismo, que se meten esos ruidos raros, como que el sonido se levanta o baja aleatoriamente. «Supongo que debe ser porque hay muchas construcciones, eso de las mesas y los nichos. Y no sólo me pasa a mí. Es a todos. Pregúntale a un sonidista y te va a decir lo mismo».

      De regreso en el estudio comprobé esos ruidos que eran como sonidos de teléfonos celulares, se presentaban en la grabación, sin interrumpir, eso sí, la esencia de lo que me interesaba. O sea, que no habría que hacer la pega de nuevo. Sólo que se trataba de tener un poquito de paciencia y dejar pasar ese ruido concomitante.

      Mi camarógrafo no me dio una explicación científica al origen del ruido, que para él era una cosa normal en un cementerio. Pero, un ingeniero electrónico lo atribuyó a ruido blanco, ése que está, pero que no estorba. En todo caso, no dejó de llamar mi atención el hecho que aquel ruido molesto se presentara sólo –según mi camarógrafo en los cementerios.

   ¿Existe alguna fuente de energía que afecte el espectro electromagnético justo en la zona en que emplea una cámara de video profesional? Porque no puede ser otra cosa. Sólo alguna forma de energía radioeléctrica puede meterse e interferir, sin dañar, una grabación de video en esos lugares.

      Luego de comprobar una y otra vez la presencia del ruido, durante la revisión del video miro al camarógrafo a los ojos y éste con una actitud displicente encoge los hombros como diciendo exijo una explicación. Es en ese momento donde la fantasía empieza a especular con los espíritus.

Monday, October 27, 2008

LOS DELITOS DE ANTES ERAN MENOS VIOLENTOS


El día de la elección, como a las dos de la tarde, una señora en el supermercado le dijo a su marido que se comerían un asadito en casa y que sólo le faltaba comprar un vinito. Se dirigieron al sector de los vinos, pero, sorpresa, las góndolas estaban clausuradas. Por ley el día de votaciones no se expende alcohol. La cajera, a modo de broma, le dijo a la dama que tendría que buscar un clandestino.

Y ahí me acordé de esas mismas prohibiciones de antaño en zonas declaradas “secas”, como el mineral El Teniente, por ejemplo, a mediados del siglo XX. Los clandestinos de entonces eran sujetos arriesgados que iban contra la ley y cargados de botellas de vino osaban entrar en la zona de veda y, si no eran sorprendidos, vendían su producto a muy buen precio. El delito era contrabando, su autor contrabandista y el alias huachuchero (foto). En la imagen de 1950, un huachuchero posa para la foto de la policía, el sujeto luce todo su apreciado cargamento, luego de su detención.
El huachuchero que lograba tomar contacto con los mineros, tenía su negocio asegurado, sin embargo, como se puede ver, la vida tampoco era fácil para estos muchachos de entonces.

Años antes, la misma fuente dio a conocer innumerables fotos de otros delincuentes aprehendidos. Uno de ellos aparece al lado. Según la lectura al pie de la imagen, este sujeto se dedicaba a contar el cuento del tío, delito que consistía en estafar con billetes falsos.
Capturado en sus andanzas, tuvo que posar para la policía y en su momento la imagen fue dada a conocer a la comunidad. Este episodio ocurrió el año 1918.
La forma de mostrar a estos sujetos tenía por fin advertir a los potenciales delincuentes a pensarlo varias veces antes de actuar.

Monday, October 20, 2008

NECESITAMOS NOCHES OSCURAS

(Foto de Jim Richarson, National Geographic Magazine)

Hemos alargado los días a voluntad, gracias a la luz eléctrica. Nuestras noches están contaminadas de tanta luz artificial, que ya se nos olvidaron las estrellas. ¿Ha visto usted alguna desde el centro de Santiago? Sí, un par de luceros, digamos Venus, la Luna, a veces Júpiter pero rara vez Las Tres Marías. ¡Qué decir de la Vía Láctea, menos las Nubes de Magallanes, antes un orgullo del hemisferio sur celeste!

Leo en la última edición del National Geographic, que la humanidad ha contaminado de tal manera la noche con luz que estamos alterando la vida misma tanto del ser humano como el resto de las especies.

Las tortugas marina, por ejemplo, necesitan playas oscuras para depositar sus huevos. Pero, cada vez hay menos. Las playas donde acostumbraban a anidar están llenas de luz artificial todo el tiempo.

Millones de insectos caen en la trampa de la luz, en lo que para ellos debería ser una noche total. Allí mueren sin ser alcanzados por los murciélagos, dejando a estos últimos sin su diario sustento.

Los pájaros cantan a partir de la medianoche, confundidos por un alba que no es tal. Otros se levantan y comienza a alimentarse creyendo que ya llegó el día. El artículo de la revista añade que se ha comprobado que hay aves que vuelan toda la noche en círculo hasta que caen exhaustas engañadas por un día que es falso.

El ser humano y los seres vivientes necesitan las noches oscuras, donde se puedan ver las estrellas y hasta su propia sombra difusa proyectada por la luz cósmica. Sólo se ese modo, la vida adquiere su ritmo natural. Las noches-días son una estafa, cuyos efectos en el largo plazo los científicos recién están empezando a estudiar.

Thursday, October 16, 2008

¿QUÉ DIRÍA HERÓDOTO, EL PADRE DE LA HISTORIA?


Entretenido el partido Chile-Argentina. De meta-y-ponga. Me agradó esa actitud de nuestros seleccionados de pelear todos los balones, de no dar nunca una opción por perdida. Eso no era habitual en nuestros muchachos, pero se vieron los cambios. Por eso el partido me agarró hasta el final. Sin embargo, tuve que verlo por TV con el volumen cero, mute.

Es que no soporto algunas ideas verbales repetidas hasta el cansancio. Eso de “resultado histórico”, desde los años no sé cuánto “que no ganábamos a los argentinos en casa”. ¡Uf! Ésa es una actitud que reduce a quien la dice al tamaño de un alpiste. El partido fue un encuentro más, nada histórico. Si hacemos esa afirmación le damos los créditos a los argentinos. ¡Qué feo eso de mirarlos de abajo hacia arriba! Pésimo señores de la transmisión.

Y lo peor del caso fue que mientras veía el fútbol en mute, pensaba “seguro que los diarios van a ponerlo mañana en titulares”. Hecho, los diarios grandes pusieron en sus primeras planas: triunfo histórico.

No, pues, así no.

Si yo hubiera sido el director de alguno de esos diarios hubiera titulado sólo a una columna: Chile Venció a Argentina.

Nada de histórico, señores. Si fue un partido más, no metamos la Historia en este asunto. ¿Qué diría Heródoto? Claro que queríamos el triunfo especialmente frente a nuestros agrandados vecinos. Pero, si los agrandamos nosotros, más nos empequeñecemos. Una lata del periodismo.

Monday, October 13, 2008

OFICIO: ESTROBERO

          A Juan, un obrero forestal, lo trasladan todos los días desde su casa en Curanilahue al predio situado hacia la costa donde la empresa para la que trabaja, explota pino radiata. Bien equipado con implementos de seguridad, a las 9 AM inicia su trabajo: estrobar pinos del volteo (foto 1). Cada árbol que cae pesada y estrepitosamente al suelo, queda en manos de Juan. Por la aspereza del terreno inclinado, con dificultad se acerca al tronco lleno de ramas. Un olor a resina fresca inunda el ambiente. Entonces el trabajador toma un cable de acero y con sus brazos rodea el pino. Con sus manos enguantadas ata el tronco con los extremos de los estrobos, que son los terminales del cable de acero.

          Terminada esta tarea y perdido entre el follaje, Juan levanta la mano. Una máquina distante se pone en movimiento, tensiona el cable de acero y arrastra el pino recién derribado para ser trozado en la cancha. Entre tanto, los motosierristas siguen derribando más pinos, los que deben ser nuevamente estrobados por Juan. Un trabajo agotador, riesgoso, desconocido.

         Los troncos de los pinos tienen una corteza abrasiva, como una escofina. Quienquiera que roce un pino corre el riesgo de sufrir una erosión en la piel. De allí que los estroberos lleven siempre guantes gruesos. Pero, una cosa es defenderse de la corteza y otra cosa es tener cuidado con los estrobos del cable de acero. Trenzados con finos alambres, estos cables muchas veces están dañados, por lo que las puntas agudas de los alambres pueden atravesar los guantes y causar lesiones. Qué decir de los estrobos mismos, que requieren de una técnica especial para maniobrarlos, de lo contrario se corre el peligro de quedar con un dedo estrangulado. A todo lo anterior se debe sumar el desplazamiento sobre un terreno bruto, resbaladizo e irregular, lleno de trampas y pequeñas alimañas del bosque (foto 2, cabrita de los pinos, es un insecto inofensivo, que anda en cámara lenta, único amigo del estrobero en la montaña) .

      Juan, el estrobero, trabaja lejos de sus colegas, esquivando los pinos en su caída, a pleno sol o bajo aguaceros inclementes. Recién al mediodía llega la hora de la colación. Sube a la cancha para comer alguna merienda de pie, porque no hay un solo lugar apropiado para sentarse.

     A las 6 de la tarde, Juan el estrobero, sube al minibús que lo lleva de vuelta a casa. Y a fin de mes recibe su salario: poco más de 180.000 pesos.

Wednesday, September 10, 2008

DEJAMOS ESCAPAR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN


Mi amigo Luis Santibáñez me dijo que él tenía la impresión que los blogs estaban perdiendo importancia. Menos gente los visita, menos gente escribe. Si es como dice Santibáñez, los blogs calzarían en la categoría de una moda que como tal pasará pronto, para convertirse en un registro más en la historia de la red.

Cuando se inició esto de los blogs, el senador Fernando Flores, a quien le gusta fantasear sobre el futuro, dijo que desde ahora todos podríamos ser periodistas y que los blogs serían un duro rival de los diarios. Por fin tendríamos voz pública.

Años antes, en la escuela de Periodismo, cuando hablábamos de la libertad de prensa, decíamos que la única opción para ejercer nuestra libertad individual plena, era que cada uno tuviera su diario propio. Y hasta ahí llegábamos porque quién sería capaz de comprar prensas, calandrias, linotipias, rollos de papel, tinta y después salir a la calle a vender o a repartir los diarios propios. Imposible.

Hasta que llegaron los blogs y por primera vez pudimos escribir libremente, hacer nuestros diarios propios. Los blogs florecieron como la mala hierba. El senador Flores convenció al entonces Presidente Lagos y éste le hizo caso, creó su blog: Presidente de la República. ¿Dispondría de tiempo y voluntad para escribir el ex mandatario?

Ha pasado el tiempo. Quedamos menos escribiendo en blogs. No hay dinero de por medio. El único pago son los comentarios, los que cada vez son menos también. ¿Será que la libertad de prensa, como la soñábamos, fue sólo una moda? Cuando la tecnología nos dijo: “Ya, ahí está el blog, tu sueño materializado, ¡escribe!”. Así escribimos pensamientos, poemas, recuerdos, canciones, hasta que nos vino la lata.

Mi amigo Luis Santibáñez --flamante presidente de Colegio de Periodistas—me miró por encima de sus lentes ópticos. Con fina intuición me dijo: parece que los blogs están quedando en el olvido.

Thursday, September 04, 2008

UN PEQUEÑO ERROR EN LA CARRETERA AUSTRAL

        La última semana de agosto pasé por el sector Piedra del Gato, en la carretera austral, esto es cerca de Villa Mañihuales. A quienes necesiten circular por ahí, les informó que el bypass recién terminado, sufrió un problema grave en el cabezal sur, por un problema de cálculo de ingeniería. El río se llevó todo el terraplén, creando un enorme forado difícil de rellenar, dadas las actuales condiciones invernales. De modo que el viaducto, construido para sortear la peligrosa senda apegada al muro de granito, está inutilizado. Personal de la Dirección de Vialidad inició los trabajos, pero hay para rato. Lo novedoso es que nadie ha dicho nada. El derrumbe pasó piolita para el Ministerio de Obras Públicas. Para superar el problema se habilitó la estrecha pista antigua.

Monday, September 01, 2008

SI LA POLÍTICA PRESTARA UN POQUITO DE ATENCIÓN


Ese día me encontré con mi amigo Gómez en la puerta del Palacio de La Moneda. Según me dijo, venía saliendo de una reunión en la Presidencia. Gómez, un ingeniero muy joven, tenía un cassette, un discurso, que era su prédica, un sueño frustrado. Hablaba de su asunto a quien se le ponía por delante. Y ahí aparecí yo.

“Hablé con el Presidente y le dije que nos metiéramos como país en el negocio de los computadores, que la IBM no da pie en bola haciendo equipos grandes que funcionan mal. Chile puede ser líder mundial en la fabricación de computadores más chicos y no en esos roperos que construyen los gringos. Es el momento preciso para empezar a hacer computadores pequeños”. Eso me dijo Gómez, un muchacho que gozaba de fama de cabezón en la juventud socialista.

¿Y qué te dijo el Presidente?, le pregunté. Gómez me respondió mirando para ninguna parte, pero con el rostro lleno de entusiasmo: “Me clavó los ojos. Porque parece que me apresuré demasiado, se lo dije directamente, en frío. Es que tenemos que hacerlo y en el partido no me han dado pelota”.

Gómez hablaba de computadores, no de softwares. Pero, de ahí a lo otro, no hay más que un paso.

Como yo tenía asuntos profesionales que cumplir me despedí de Gómez, quien se quedó parado en la puerta de La Moneda, frente a la Plaza de la Constitución, como esperando a cualquiera otra persona que pasara a quien contarle su idea. No he visto a mi amigo desde ese día del mes de abril de 1972.

¿Si hubieran escuchado a Gómez, seríamos hoy el mismo país? Probablemente sí, pero con la diferencia de estar entre los líderes mundiales en la construcción de computadores y seguramente también en el diseño de softwares.

Tres años después de aquel encuentro en La Moneda, en 1975 Waldo Muñoz, un ingeniero computín de Huachipato me dijo que dejaba CAP para establecer su propia empresa de computadores en villa San Pedro. Él no pretendía fabricar equipos, sino que prestaría servicios de informática a empresas con un enorme computador recién adquirido a IBM. Y Muñoz, un sujeto de ojos pequeños llenos de fuego, me dijo: “Tenemos que avanzar en este asunto rápidamente. Tenemos que imitarles a los israelíes que van muy de prisa, pero por detrás de los gringos. Para este negocio informático, nuestro modelo son los israelíes”.

Cuando Muñoz me dijo eso, me acordé de Gómez. Y pensé, perdimos una primera oportunidad, competir con los gringos; ahora nos queda una segunda, alcanzar a los israelíes.

De Muñoz sólo sé que cambió de giro, porque los servicios de informática que prestaba a las empresas con su equipo grande, no le sirvieron de mucho cuando llegó la avalancha computadores personales, de los que a su modo me mencionaba Gómez en la puerta de La Moneda en 1972. Muñoz hábilmente transformó su empresa en un instituto para enseñar computación.
Si nuestra política actuara en sintonía con las nuevas ideas planteadas por sujetos con visión, que los hay muchos, y que lo predican en los pasillos del poder, nuestro país sería mucho mejor. Pero...

Tuesday, August 19, 2008

HASTA DONDE NOS DÉ EL CUERO


¿Qué giro adoptarán los juegos olímpicos en el futuro? Es una pregunta que seguramente no se plantean todavía en el comité organizador. Sin embargo, la respuesta ya está escrita en los genes de los atletas: el límite de las capacidades físicas del ser humano.

A los espectadores de los juegos nos atrae la incertidumbre de quién ganará una prueba específica, a qué país representa y cuál será, si es posible, el nuevo record. Son tres variables que conjugadas producen el encanto olímpico. Pero va a llegar el día en que una de esas variables no podrá ser modificada: el récord final, que estará dado por el rendimiento extremo del cuerpo humano más excelso.

Si hablamos de velocidad, ¿cuál será marca aun no lograda que se convertirá en el registro final? Todavía queda tiempo para sorprendernos y maravillarnos con nuevos record. Pero, el límite se presentará algún día.

Veamos una comparación. Gordon Moore, uno de los fundadores de Intel, se dedicó a extrapolar el avance de las potencialidades de los microprocesadores y concluyó que la capacidad informática de éstos se duplica cada año. A esta progresión matemática se la denomina Ley Moore.

Sin embargo, Bill Gates estima que la Ley Moore sólo será aplicable en diez años más. Después ya no se cumplirá “porque será cada vez más difícil ampliar la tecnología a las tasas del pasado”.
Eso creo que ocurrirá con los récords. Cada vez, las marcas de velocidad o de cualquier otra disciplina en la que concurra el cuerpo humano, serán más estrechas hasta el límite. Puede que nuestros descendientes salten alborozados cuando un atleta marque un nanosegundo (millonésima de segundo) menos que la marca anterior, una vez cada cien o doscientos años.

¿Sólo por eso perderán su atractivo las olimpiadas? No, de la antigua Grecia saltaron a los tiempos modernos para continuar. Podemos extrapolar lo que podría ocurrir en el futuro, pero no sabemos qué giro pueden tomar los juegos, al punto que puedan convertirse, incluso, en eventos más atractivos mañana de lo que son hoy.

Thursday, August 14, 2008

LAS VOCES QUE DESAFIARON AL TIEMPO

      La muerte reciente, por causas naturales, del excelente Isaac Hayes marcó, al menos para mí, el cierre de una época extraordinaria del soul.

      Hayes murió el 10 de agosto de 2008, en Memphis, a los 65 años. Su voz profunda la recordaremos y junto con eso su clásico Tema de Shaft será registrado por la historia.
     Una combinación maravillosa de instrumentos electrónicos, bronces, percusión y un ritmo que cala, nos recordará por el resto de nuestras vidas, esta magnífica composición musical de Hayes, que narra como en la serie de TV, la vida de John Shaft, un policía neoyorkino incomprendido.

      Si usted quiere escuchar el Tema de Shaft pulse abajo y puede que comparta mi admiración.


       Otra voz que fue acallada mucho antes, Marvin Gaye (+1984) pasará a la historia con su fenomenal Sexual Healing. Creada por Gaye mientras estaba en Bélgica, llegó a ubicarse en los primeros lugares de las encuestas disqueras.

Una versión periodística, nada que ver con el artista, lamentó su muerte, pero le lanzó una palada de tierra cargada de olvido. Dijo una nota de la agencia norteamericana AP que con la vida artística de Gaye nunca pasó nada, salvo Sexual Healing. Pronto ya nadie lo recordará, decía impúdicamente aquel texto de prensa. 

Si a lo anterior sumamos la circunstancia de la muerte del cantante, fue todavía mucho más duro leer eso. Gaye murió de un balazo disparado por su padre en una discusión familiar el 1 de abril de 1984. Desde entonces Sexual Healing y muchas otras canciones como Let's get it on siguen oyéndose aventando esa palada de olvido echada por una nota periodística. 

Tuesday, August 12, 2008

LA SERPIENTE DESCRITA POR HERNÁNDEZ PARKER



     A un desaparecido maestro del periodismo, Luis Hernández Parker, HP (foto), en uno de sus comentarios Tribuna Política de la ex Radio Portales, hacia finales de los sesenta, le oí decir que Santiago tendría en los años venideros un tren subterráneo o metro, como las grandes capitales.

     Recuerdo que HP se refirió más o menos en los siguientes términos al avance modernizador del transporte público en Santiago. Dijo: Un día no muy lejano, Santiago será distinto porque incorporará el servicio del metro. Entonces veremos diariamente a una serpiente de acero deslizarse suave y rápidamente por el subsuelo de la ciudad.

      Para entonces, el metro era un sueño y HP nos dio una visión, acorde con sus tiempos. Cuando lo oí, con su voz carraspeada, hablarnos de la serpiente de acero, me imaginé vívidamente ese tren subterráneo culebreando por túneles subterráneos.

           Cuando por fin se construyeron los primeros tramos del metro, este medio de transporte limpio y puntual, se convirtió de sueño en orgullo nacional. A los turistas se los invitaba a viajar en metro: limpio, rápido, suave, holgado, moderno. Estábamos todos ufanos.

    La ciudad siguió creciendo. La gente se fue a vivir cada vez más lejos y las líneas se multiplicaron. Hoy las serpientes de acero son centenares. Lo que no imaginó HP y con esto no se lo reprocho— fueron esas serpientes de sangre caliente, integradas por seres humanos, que se agolparían en las escalas cada día tratando de conseguir un lugar. Adiós sueño, chao orgullo nacional.

Tuesday, August 05, 2008

EL MEJOR DE TODOS MIS REPORTEROS



   Una forma de viajar es soñar. Y para que el soñar sea más real que un simple sueño, hay que inventar. Como entonces quería viajar y no podía, inventé a alguien que lo hiciera por mí, un corresponsal en viaje que iba por el mundo enviándome noticias cada día. Y para que esto fuera todavía más concreto, a mi corresponsal le puse un nombre: John Callaway. Y para abundar en la verosimilitud yo escribía las notas que supuestamente me reportaba Callaway desde cualquier parte y las publicaba, en un diario real (eso lo expliqué a mis lectores reales). Llegamos a un acuerdo con John y lo "contraté" para que trabajara para mi publicación.
      De modo que tuve a mis lectores pendientes de los percances y chascarros de Callaway por meses, mientras yo atendía los servicios internacionales de ese periódico hoy desaparecido.
    Está claro que los reportes de Callaway no dieron nunca un golpe periodístico en los lugares remotos en los que se encontraba, pero sí entregaron una percepción imaginaria de lo que allí estaba ocurriendo. Eran un punto de vista subjetivo, un relato en primera persona. Por eso yo le tenía estima a Callaway y le "ordenaba" desde mi modesto escritorio provinciano desplazarse urgentemente a tal o cual parte del orbe. Si estaba en Saigón (Vietnam), Callaway preparaba sus maletas, abandonaba el hotel, tomaba un taxi, se iba al aeropuerto y volaba a El Cairo, lugar al que yo le había pedido que viajara. Desde allí me hacía el reporte solicitado. Y ese reporte lo leía la gente, clientes del diario en el que yo trabajaba.(*)
       Era un juego divertido que me entretenía. Era soñar con los ojos abiertos. Imaginaba que la tarea de mi corresponsal debía haber sido extenuante, viajar y viajar por todo el mundo: comprar boletos aéreos, reservar hoteles, ir al foco de la noticia para reportear, volver al hotel a despacharme su informe. Ese periodista no veía nunca a su familia, su hogar eran los hoteles y los aeropuertos los sitios donde pasaba la mayor parte del tiempo, esperando las más alocadas conexiones. Nunca protestó por las órdenes que yo le impartía. Siempre obtuve de él la misma respuesta: ok sir!
       Sólo una vez me pidió venir a Chile. Tenía interés en cubrir la noticia del hallazgo de los uruguayos perdidos en Los Andes. Rechacé su solicitud, porque tenía servicios suficientes aquí.
     Quizá por esa negativa, perdí la oportunidad de "conocer" a John personalmente. Me caía en gracia por lo encendido de sus informes, pero, sobre todo, por su dedicación al trabajo. Una vez en Washington reporteando un cambio de presidente para mi diario, terminó su despacho señalando que el día había sido tan agotador que terminaba su informe desde el bar del hotel Baltimore junto a un vaso de whisky on the rocks. Le perdoné el giro frívolo de su actuar en virtud de su esfuerzo. Porque, además, al día siguiente Callaway debía agarrar su maleta, dejar temprano el Baltimore y dirigirse al aeropuerto Dulles. Desde Concepción, Chile, yo le había ordenado volar a Manila, para que me preparara un informe lo más completo posible del movimiento rebelde de Mindanao, que amenazaba el poder del filipino Ferdinando Marcos.
      Así era la vida de Callaway. Luego de meses de trabajo decidí terminar con sus servicios. Cuando le comuniqué la decisión, mi corresponsal estaba en Nepal, reporteando, a solicitud mía, una nueva expedición al Everest. Ningún periodista como él ha estado en tantos lugares y en la cobertura de noticias tan relevantes. Creo que ninguno como él gozaba tanto reporteando.
     Cuando sus crónicas dejaron de aparecer en el diario de Concepción, algunos lectores amigos me preguntaron que qué había pasado con John. Les dije que por razones de fuerza mayor habíamos tenido que terminar y que en Nepal había enganchado de inmediato un nuevo empleo en una agencia internacional de noticias.
     Hoy cuando han pasado tantos años, John debe seguir viajando por el mundo, saltando de noticia en noticia. Imagino que debe estar en primera fila, en la cobertura de las olimpiadas de Beijing; porque el mejor reportero es el que creas tú mismo.
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(*) El diario era Noticias de La Tarde y el público sabía o intuía que la comuna la firmaba un reportero imaginario, aunque los hechos narrados eran reales, obtenidos de las agencias de noticias serias.

¿SE HAN FIJADO QUE LOS ECONOMISTAS METEN MIEDO?

Debe haber alguna razón por la que economistas –imagino que del sector especulativo de la economía—se dedican a hacer pronósticos. Nunca he leído o escuchado de ellos vaticinios optimistas. Son garúes de los malos resultados, de las escasas ganancias, de las alzas desmesuradas, de un futuro negro.

Son economistas con nombres y apellidos que viven a la sombra de grandes empresas, de institutos, de universidades, de organismos internacionales. Y desde ahí ejercen su tarea de predecir porvenires caóticos.

Esta gente tiene harta prensa para cuando hacen sus anuncios, pero desaparecen de las cámaras cuando expiran los plazos para que tales anuncios se cumplan. Nadie dice nada y la prensa no los busca para que den las explicaciones del porqué de sus predicciones erradas. Los lectores nos quedamos con el susto inicial, susto que desaparece cuando la realidad dice presente. “Los porfiados hechos”.

Estos economistas no perciben dinero por hacer sus anuncios sombríos en ruedas de prensa. A quienes sí comprendo cuando no aciertan es a los meteorólogos. Ellos hacen sus pronósticos buenos o malos, que se cumplen o no, pero viven de eso. Se ganan la vida de ese modo. En cambio los economistas agoreros meten miedo gratis.

Veamos una muestra. Leo El Mercurio on line de hoy dice: Economía crece un sorpresivo 5% en junio. Analistas (economistas) estimaban que el Indicador Mensual de Actividad Económica, IMACEC, de junio llegaría a un 3,1% en promedio.

No sigamos más con este asunto, ejemplos, tenemos por montones.

Wednesday, July 30, 2008

EL PECADO DE LOS ADOLESCENTES

Un psicólogo --respetado entre sus pares-- me dice: la adolescencia es un invento posterior a la segunda guerra mundial. Incluso, me dice, ni siquiera el nombre es correcto, eso de adolescente, na’ que ver, cómo que los jóvenes adolecen de algo.

Parece que antes de 1939 los niños pasaban de esa edad a la madurez como de un ¡suácate! Se hacían hombres o mujeres, los primeros iban a las fábricas, a las milicias, mientras que las segundas a la labores de casa y también a las fábricas.

Los adolescentes son un fenómeno de nuestra sociedad de postguerra, en que niños mamones critican a sus padres y viven y conviven a su alero por años. Frente a ellos, los papás pierden autoridad y los muchachos comienzan a ingresar en la edad madura probando: el alcohol, los cigarrillos o la droga, a veces, llevando vidas paralelas.

Los papás sufren y hasta temen las reacciones de sus hijos en esa edad de transición. Leen libros de autoayuda, adoptan posturas acartonadas y formales para recuperar la autoridad, consultan a especialistas. Pero, allí están los adolescentes amurrados, molestos, ausentes, pesados.

Sólo en este marco contestatario llego a comprender en parte actitudes como el caso de la niña del jarro de agua. Y también en ese contexto, llego a comprender a su madre. ¿Será que la apoya porque ella misma teme, sin decirlo, que un día le llegue un jarrazo de agua fría?

Por cierto, que entre los adolescentes hay muchas, muchas excepciones.

Wednesday, July 23, 2008

ENTRE UNA SONRISA Y UNA VERGÜENZA


La Barra es una fuente de soda, con patente de expendio de cervezas, ubicada en Pedro Aguirre Cerda 688, en el sector El Llano de Coquimbo. Es un lugar rico, adornado con fotografías antiguas, bancas de madera, mesones con superficies de cerámica y, sobre todo destaca la atención. Esto último, me dicen, porque es un empresa familiar.

Me recomendaron que pidiera el plato de la casa, por su precio, por sus ingredientes y por su sabor. “Los ases que venden ahí son exquisitos”, me dijeron. Claro, pensé, si se trata de la carta más importante del naipe, el as, el campeón; o del golpe más letal del tenis, un ace, debe ser así.

Nos sentamos a una de esas mesas rústicas con cubierta de cerámica. Llegó la persona que atendía, con una sonrisa, nos extendió la carta. Y ahí se me produjo mi sorpresa o estupor, motivo de este post. La carta decía: chacarero: 2.300 pesos; Barros Lucco 2.200 pesos; Completo 700 pesos; Ass especial 900 pesos.

Quedé pensando antes de reaccionar. Mi anfitriona (mi hija) me dijo pide eso. Y, claro, lo hice. Pedí un ass que estaba –dicho sea de paso--, exquisito, carne sabrosa bien condimentada en pan de completo.

Cuando llegué a mi casa me fui directo al diccionario Simon and Schuster’s para confirmar mi duda:

Ass significa asno, torpe, en una primera acepción. Y en la segunda, dice: nalgas, culo. Por pura pretensión la familia administradora de La Barra le agregó una “s” al final de as, sin saber, al parecer, el efecto de la nueva palabra: ass.

Si usted está en una reunión social con damas en esa fuente de soda y le ofrecen ese bocado, ¿cuál de las dos acepciones –burro o nalgas--, se le viene a la mente para evitar una ligera vergüenza o una disimulada sonrisa?

Monday, July 14, 2008

UNA LAMENTABLE ACCIÓN DE UNA NIÑA


El jarro con agua que una alumna lanzó a la ministra de Educación, Mónica Jiménez, es un acto que no tiene precedentes en nuestra historia.

El gobierno culpó a los profesores, los profesores se lavaron las manos diciendo que no podían responder por todo, pero justificaron el malestar de los muchachos. ¿Qué dirán los padres? (1)

Formulo la pregunta porque sólo falta por conocer ese punto de vista, del tríptico que, en la formación de las futuras generaciones, integran la autoridad política, los docentes y los padres y apoderados.

El episodio no es un acto de orgullo para que quede como un ejemplo registrado en la historia, porque habla mal de los jóvenes, de su formación y de quienes les entregan valores: los profesores y sus familias.

Es muy peligroso eso que sostienen los docentes porque envalentonan a los muchachos. Y digo peligroso, porque si bien le pudieron faltar el respecto a un ministro de estado y particularmente a una mujer, un día las van a emprender contra sus profesores.

No es raro ver imágenes de alumnos castigando a sus maestros en sitios de internet. Y ahora comprobamos que no es raro que le falten el respeto y humillen a una ministra.
Si estas cosas no se corrigen, no sólo peligra la democracia, sino que el mundo quedaría vuelto al revés: que los propios estudiantes se pusieran las notas so pena de una fleta para los profesores que se negaran.
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(1) La madre de la niña respaldó la acción y la justificó. No tengo comentario al respecto.

Wednesday, July 09, 2008

¡QUÉ POCO HA CAMBIADO EL MUNDO!

Cardenal Mazarino.
El siguiente es un extracto del libro que acabo de leer Breviario para Políticos, del Cardenal Mazarino (1602-1661). Los comentarios entre paréntesis son míos.
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No intentes, en ningún caso, atraer la amistad de alguien imitando sus defectos.
(Ponerse a fumar, por ejemplo).

Si quieres contar con la simpatía de la gente de pueblo, promételes gratificaciones materiales, son las que causan efecto. Al pueblo, la gloria y los honores le son indiferentes.
(Esto lo practican algunos candidatos).

Si un inferior te invita a su mesa, acepta y no critiques nada. Compórtate con exquisita cortesía. Sin embargo, aunque la conversación sea distendida, mantén una cierta gravedad en tu actitud. (Nunca tan familiarizados, tampoco).

Cuando acometas una empresa, no te asocies nunca con alguien más competente y capacitado que tú. (Seguro que vas a salir para atrás).

Guarda siempre algunas fuerzas de reserva, para que nadie pueda conocer los límites de tu capacidad. (Buen punto).

Si tienes que abandonar un cargo, evita que tus sucesores posean capacidades visiblemente superiores a las tuyas. (No depende de uno, pero es seguro que serán mediocres).

Abstente de intervenir en discusiones en las que se enfrenten puntos de vista opuestos. (Porque necesariamente vas a tener que matricularte con una de las partes y te ganarás enemigos).

No des la impresión de mirar fijamente a tu interlocutor, evitar adoptar un aire triste y sombrío. No gesticules en exceso, mantén la cabeza erguida y un tono algo sentencioso. Camina a paso regular y conserva en toda ocasión una actitud llena de dignidad. (Haberlo dicho antes).

No confieses nunca a nadie tus inclinaciones íntimas, ni tus repugnancias, ni tus miedos.  (Ojo).

No vayas a creer que son tus cualidades personales y tu talento los que harán que se te conceda un cargo. Ten presente que siempre se prefiere confiar un cargo importante a un incapaz que a un hombre que lo merezca. (La pura verdad.)

Friday, July 04, 2008

¿ABOGADOS DE SEGUNDA CLASE?


         Hace rato que se viene debatiendo, obviamente por las partes interesadas, el excesivo número de abogados en el medio nacional. Junto con la cantidad también se cuestiona la idoneidad de una gran mayoría de esos profesionales para litigar en las cortes. Se critica que no sirven.
          En consecuencia, quienes debaten, proponen que una entidad –bien podrían ser los tribunales u otra, otorgue una licencia especial a aquellos capacitados para los alegatos. De prosperar esta postura, habría abogados de primera clase y otros de segunda: los autorizados y los que no.
        También se debate que no debería ser ante la Corte Suprema que presten juramento los licenciados en Derecho, quienes a partir de ese bautismo pasan a ser considerados abogados.
        Fui profesor del ramo de Periodismo Televisivo en la Universidad Diego Portales por años. Y la experiencia me enseñó que había alumnos que no servían para desempeñarse frente a las cámaras en cambio otros la disfrutaban. Sin embargo, tenía que calificarlos a cada uno, conscientes que muchos no llegarían a la tele.
         A diferencia de lo que dicen quienes proponen la clasificación de abogados idóneos, yo les digo dejen que los clasifique el mercado laboral. Igual que en el Periodismo, un mínimo de los egresados aterriza enfrentando las cámaras, la gran mayoría se dedica a otra cosa, dentro de la profesión.
        Sospecho, no tengo evidencia, que detrás del debate se esconde un negocio: crear una instancia pagada –tal vez muy bien pagada--, para que los abogados interesados se sometan a ella con el fin de clasificar en el lote de la primera categoría. Así, no importaría que las universidades siguieran egresando abogados, porque existiría una segunda barrera cara. Y lo digo, a la luz de que los más animados críticos del excesivo número de esos profesionales, son profesores en alguna escuela de Derecho.

Tuesday, June 24, 2008

CRÓNICA DE UN CRIMINAL


Fue el propio periodista el autor de los crímenes que estaba investigando y que los daba a conocer, en todos sus detalles, en la prensa nacional en Macedonia, al norte de Grecia.
No tengo noticias de otro caso tan propio de un cuento policial que de la realidad. El periodista-asesino era Vlado Tanevski (foto), quien fue detenido el viernes pasado, luego de comprobarse que mató por estrangulamiento a tres mujeres.

La pista para su captura estuvo en sus propias crónicas. La policía sospechó que el autor de los textos sabía más que todos los peritajes realizados con las víctimas e, incluso, se sirvió de las notas, para probar la responsabilidad de Tanevski.

En el periodismo particularmente en el norteamericano hay un sinnúmero de casos de periodistas que han inventado mentiras muy famosas, que les han valido incluso premios y reconocimientos, pero no se había sabido jamás de un reportero que fuera él mismo el autor de los delitos y que más encima los contara en sus crónicas con pormenores imposibles de imaginar para el más creativo de los escritores. O sea, a diferencia de algunos mentirosos reporteros gringos, este macedonio decía la verdad.

Sin embargo, no sabremos mucho más de las causas de este tipo de reality periodístico, porque el autor fue hallado muerto en su celda. Tenía la cabeza metida adentro de un balde con agua. La policía dice que fue un suicidio, por eso, esa parte de la serie de reportajes de muertes narradas tan documentadamente por Taneviski, de 58 años, no será escrita por él mismo.

La trama está lista para una película cuyo título podría ser: “Crónica de un Criminal”

Wednesday, June 11, 2008

UN CUENTO SOBRE LA PRIMERA VÍCTIMA DEL DIÓXIDO DE CARBONO

Nota: Asistí a una conferencia sobre las emisiones de CO   y el calentamiento global y escuché con atención la charla del abogado Vicente Ossa, encargado del área Medio Ambiente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD. Me sorprendió que dijera que los gobiernos del mundo están tomando conciencia del problema planetario y que hay voluntad política para frenar el calentamiento global. De lo contrario, dijo, la situación será crítica hacia el 2020. Mi sorpresa se relaciona con los escasos progresos. Mientras lo escuchaba, se me ocurrió el escenario ficticio pero basado en eso que oí. Este es el cuento que se me vino a la mente:

            La pequeña Juani della Constanza se convirtió en la primera víctima mortal de las emisiones de dióxido de carbono, que ahogaban al planeta desde comienzos del año dos mil. Hoy, 24 de diciembre de 2024, la niña fue llevada de urgencia al hospital para víctimas del CO que el gobierno, previsor del problema, había construido en Lo Valdés, en el Cajón del Maipo. Todos los esfuerzos médicos por rescatarla, esto fue colocarla en una burbuja de aire puro, no dieron resultados. Juani falleció porque sus pequeños pulmones no se pudieron adaptar al nuevo aire pestilente que recorría la Tierra, que soplaba en las ciudades, en los campos y sobre los océanos. Cuando venían rachas del norte, el viento se sentía más desagradable aun, como el aire saturado que sale de un subterráneo cerrado por mucho tiempo.
      Las medidas adoptadas por Naciones Unidas el 2008 para limpiar el aire dieron resultados a medias. Si bien el calentamiento global logró detenerse y los casquetes polares pararon de desintegrarse, con el aire no ocurrió lo mismo. Ni los bosques ni los mares pudieron absorber tal cantidad de CO producido por las industrias, en un afán sin tregua por aumentar el crecimiento de los países.
       La gente se había acostumbrado a respirar el aire pesado, de encierro, falto de oxígeno suficiente. El cielo dejó de ser azul, siempre se veía gris anaranjado, cargado de esmog. Los mares presentaban un color café claro, al reflejar la pátina del cielo. Las olas tenían crestas lechosas y las playas turbias parecían inundadas por desembocaduras de ríos de barro. Era un paisaje marciano.
     Si bien el aire original era inodoro, hoy se percibía hediondo. La gente respiraba con facilidad sólo en sus casas herméticas. Unas máquinas inventadas en el 2018, cuando la situación comenzaba a hacerse insostenible, filtraban el sucio aire callejero y lo inyectaban al interior. Por lo que la respiración era más saludable dentro de las casas. Las vacaciones dejaron de ser al aire libre. La gente se iba a resorts herméticos con el solo fin de disfrutar oxígeno filtrado.
      La mayoría de las veces los temidos informes meteorológicos anunciaban temporales de vientos provenientes de todas partes. Las borrascas no traían nubes de lluvias, arrastraban más dióxido de carbono, por lo que el ambiente se hacía pesado hasta niveles insoportables.
      Una mañana de la primavera de 2024, Juani della Constanza, de ocho años, salió de la escuela y no subió, como todos los días, al bus hermético que la llevaría a su casa hermética. Desafiando las instrucciones, cruzó la calle y se fue a jugar a los juegos que desde años estaban abandonados en la plaza. Subió a un columpio oxidado, se deslizó por un resbalín mohoso, entró por los vericuetos de casas para muñecas hechas de lata corroída. Estaba sola y feliz disfrutando como los niños del mil novecientos y tanto, cuando al cabo de un rato cayó desmayada.
      Sus papás la levantaron desvanecida y se la llevaron a casa. Allí recobró el conocimiento, pero no la salud, la que se fue deteriorando hasta que tuvieron que trasladarla de urgencia al hospital. Juani murió a los pocos días, el 24 de diciembre, y se convirtió en la primera mártir, de la enfermiza carrera por el crecimiento económico, que enloqueció a los gobierno desde fines del siglo XX hasta comienzos del XXI. El costo catastrófico de aquella política fue echar dióxido de carbono sin límites a la atmósfera transparente.

Thursday, May 22, 2008

¿POR QUÉ PRAT FUE UN HOMBRE VALIENTE?



N. de la R. El presente artículo fue publicado el 21 de mayo de 2008 en la página de opinión del diario El Sur de Concepción.

Los valientes también temen. Por ejemplo a la infamia, a la ignominia, a la pobreza, a una enfermedad cruel. Los valientes --y quienes no lo son-- temen a estas cosas. Sin embargo, las cosas a las que el valiente no teme, hacen la diferencia con el audaz y el cobarde.

La valentía es una elección del ser humano. Los capaces de elegir el valor con fines nobles son los valientes. La osadía como exceso y la cobardía como defecto distan del valor que se ubica en el medio entre la temeridad y la falta absoluta de coraje.

Un valiente no teme a las cosas más temibles, como a la muerte en la guerra, por ejemplo. Pero, sí teme a la muerte por una enfermedad penosa o a la causada por las fuerzas de la naturaleza. Alguien que diga no temer a ser aplastado por la nube de cenizas de un volcán, no es un valiente, es un audaz ignorante. En cambio, la valentía como virtud es una decisión voluntaria y obra por la nobleza.

Desde este análisis aristotélico, Arturo Prat fue un arquetipo de valiente, siendo él mismo un hombre promedio, abogado, con una familia adorable y profesor de una escuela nocturna en Valparaíso. Escenas de la batalla del 21 de mayo de 1879 fueron descritas en una carta por el cirujano de La Esmeralda, Cornelio Guzmán: “El Capitán estaba de pie junto a sus cañones. Vestido de media parada, hablaba con voz firme sólo que su semblante se veía pálido”.

Cuando el Comandante comprobó que vencer resultaría muy difícil, pronunció su inmortal arenga. “Al escuchar a este hombre --agrega Guzmán--, todo mi cuerpo se conmovió y me pareció oír una sentencia de gloria y de muerte”. El cañoneo lo inició La Esmeralda de inmediato.

Al primer golpe de espolón, Prat saltó a la cubierta del Huáscar. Recuerda el cirujano: “Prat, llevado por una fuerza irresistible, que enciende el alma de los héroes, grita ¡Al abordaje! Y salta primero llevando en alto su espada de combate”.

“Un rumor corre por el entrepuente –dice más adelante el cirujano Guzmán--, rumor que se confirma: el Comandante Prat ha muerto. El Teniente Uribe ocupa su puesto”.

Por eso Prat fue un hombre valiente porque no temió a una muerte gloriosa, ni a las horrorosas circunstancias del combate. La cubierta de la Esmeralda era una carnicería: cuerpos despedazados y quejidos de los moribundos. No era un espectáculo para cobardes. Prat, en cambio, se mantuvo firme y concluyó que sólo sería posible revertir la situación, abordando el buque y arrebatarlo de las manos del enemigo.
Es cuestión de imaginar ese escenario terrible, para reconocer la valentía en un hombre moderado, como el Capitán Prat. En esas condiciones, fue capaz de apelar a su arrojo para intentar alcanzar su propósito a riesgo de su vida. Por eso cuando el Comandante avanzaba entre las balas, las llamas, los gritos y los ruidos horribles, ya iba caminando rodeado del aura de la gloria. ¡Esa es la conducta de un valiente!