Thursday, March 20, 2008

MINISTRA EL CAMPAÑA: HIJA ILUSTRE DE TOCOPILLA

JAVIERA BLANCO
      Es poco común la designación de un ministro en campaña. Cuando los ha habido destacan por sus logros. Notables fueron los aportes, por ejemplo, de don Rafael Sotomayor Baeza, ministro de guerra en campaña durante el conflicto con Bolivia y Perú, en el siglo XIX. Como civil, supo organizar bien el despliegue militar chileno y destacó por si visión de estratega. 
    Sin embargo, en «Adiós al Séptimo de Línea», el escritor Jorge Inostroza se queja que el país no haya erigido ni un monumento a don Rafael, quien murió por causas naturales junto a las tropas, lejos de su familia. Malo, pues.
       En nuestro tiempo presente, Chile cuenta con una ministra en campaña, la abogada Javiera Blanco, quien es subsecretaria de Carabineros.
     Javiera fue designada por la Presidenta Bachelet ministra en campaña para que se hiciera cargo, en terreno, de prestar ayuda a los nortinos luego de los daños causados por el terremoto del 14 de noviembre de 2007.
     Al parecer Javiera Blanco ha tenido un buen desempeño en llevar adelante las políticas de recuperación y desarrollo de la zona afectada, porque leo en el diario que la comunidad de Tocopilla agradecida la ha distinguido con el título de Hija Ilustre.
       Aunque las condiciones y circunstancias son distintas bien vale reconocer que la ministra en campaña ha estado a la alturas de Rafael Sotomayor, no en la guerra sino en la paz

LOS BUSES URBANOS NO TIENEN CORTINAS


      Leo en la columna de cartas al director del diario El Mercurio a una persona, usuaria del Transantiago, quien se queja porque los artistas populares, con licencia estatal, rompen los tímpanos de los pasajeros cantando o tocando a todo volumen. Claro que es un problema, especialmente en la tarde cuando uno regresa cansado a su casa. Con ellos en la micro no se puede ni leer.

Tampoco se puede hacer nada, puesto que ellos cantarán fuerte para que los escuchen en todos los rincones de la micro.
     Lo que no he leído, sin embargo, es la falta de consideración de las empresas del Transantiago para con sus pasajeros, que son sus clientes, en un aspecto particular. Las micros amarillas ─por así llamar al sistema antiguo─, tenían eso que no preocupa al sistema nuevo. Un buen porcentaje de aquellas micros tenía cortinas, lo que permitía al pasajero usar los asientos junto a las ventanillas expuestas directamente al sol.
     En ese sentido, había más humanidad de parte de los micreros. Ahora ningún vehículo de transporte público lleva cortinas, ni vidrios polarizados. Por lo que hay que soportar estoicamente el impacto del tórrido verano.
   Los pasajeros tenemos el consuelo de estar temporalmente arriba de estas micros modernas. Los conductores o choferes, en cambio, se pasan la jornada completa sin cortina por modesta que sea, que los proteja de la incruenta radiación.
     Que alguien haga algo. ¡Pónganle cortinas al Transantiago!

Wednesday, March 19, 2008

LA UNIVERSIDAD NO ESTÁ PARA PRESTAR ROPA


     No escuché nunca a un astrónomo presentarse como soy astrónomo Princeton, aludiendo a la universidad donde obtuvo el título. Ellos dicen soy astrónomo. U otro diciendo soy economista de la University of Chicago, simplemente dicen soy economista. O soy médico Universidad de Los Andes, no, dicen soy médico. O soy abogado Harvard, tampoco, dicen soy abogado. Ni mucho menos soy psicólogo Universidad Diego Portales, para nada, solamente psicólogo. Menos aún, soy dentista Universidad de Concepción, dirían soy dentista.
      Basten estos ejemplos para centrarme en el asunto de mi interés o de mi preocupación. Los profesionales mencionados se identifican por su especialidad, no citan la casa universitaria que les otorgó el certificado. Esto no ocurre en el diario vivir, más bien tal particularidad queda relegada al currículum y éstos pertenecen al ámbito privado cuando corresponde.
    Si aquellos profesionales anduvieran atando siempre la especialidad al apellido universitario transmitirían la idea de inseguridad, es decir, que necesitan el respaldo de su casa formadora para tener sus pies pegados a la tierra. Serían profesionales mamones. La profesión y punto. Lo demás es marketing o, si usted quiere, parafernalia.
     Sólo una profesión admite, en el sentido general, su especificación universitaria y son los enfermeros y las enfermeras. Probablemente porque antes había personas que ejercían esa actividad sin haber cursado en la universidad. Pero, jamás ellas hubieran dicho soy enfermera universitaria Universidad de la República, por ejemplo.
       Bueno termino este análisis contándoles una sorpresa. El otro día me presentaron a una persona que dijo ser colega. Y para redundar me extendió su tarjeta personal: Juanito Pérez, periodista UC.

ARTHUR C. CLARKE: USEMOS COMBUSTIBLES NO CONTAMINANTES


          Arthur C. Clarke, uno de los escritores de ciencia ficción más notable del siglo XX, especialmente por su capacidad de anticipación, nos ha dejado una enseñanza sobre las predicciones:

       «Prefiero presentarme como un extrapolador y no como un profeta. Intento anticipar futuros posibles sin dejarme tentar por la videncia».
             Tal vez por eso nadie llamó gurú a este extraordinario escritor británico fallecido esta semana en Sri Lanka.
          Algunas de sus predicciones, a partir de su sensibilidad sobre las señales del mundo futuro, no lo satisficieron del todo:
     «La investigación en inteligencia artificial no fue tan lejos como yo pensaba».
       En este campo, fue capaz de imaginar el desarrollo de las computadoras, hecho que quedó expresado en su famosa obra 2001, Odisea del Espacio. Que una computadora fuera capaz de rebelarse y planificar sus propias acciones causó un fuerte impacto entre los amantes por avizorar el futuro. ¿Se frustró Clarke porque eso no ocurrió en la realidad?
          El escritor cumplió 90 años en diciembre pasado. Durante la celebración dijo que esperaba que pronto se supiera de la existencia de vida inteligente en el espacio exterior. Este deseo no es exclusivo de un profesional de la ciencia ficción, lo comparte mucha gente. Pero, no adelantó ni luces ni pistas.
        Sin embargo, el mensaje más valioso de su último cumpleaños tenía que ver más con el destino final de nuestro planeta. «Por favor, que las generaciones venideras usen combustibles menos contaminantes».

Tuesday, March 18, 2008

LAS IMÁGENES QUE EVOCA EL SONIDO

     El sonido o la imagen, ése es el asunto.

   Si bien la visión es considerada el más noble de los sentidos, atendiendo a la afirmación aristotélica de que la vista es al cuerpo lo que la razón al alma, la audición no lo es menos. Baste tener en cuenta lo que está ocurriendo por estos días.

   Miles de personas estarían dispuestas a pagar fuertes cifras de dinero a cambio de un boleto para presenciar la actuación de Ennio Morricone y su orquesta. El director italiano, junto con su talento, se hizo famoso por las películas. O sea, alcanzó al público masivo por la visión. Pero, el sentido que le dio el visto bueno fue el oído.
Van Cleef.

La gente que asistirá a sus presentaciones no verá la figura de Lee Van Cleef disparando su Smith & Wesson, verá ─en cambio─, los oboes, los clarinetes, las flautas traversas, la soprano, los integrantes del coro durante una pulcra ejecución de las partituras.

     Entonces llegamos de nuevo a la dualidad ojo u oído; imagen o banda de sonido. La diferencia entre uno y otro estímulo la marca el sonido. Porque puede ser el mismo, para imágenes diferentes.

    ¿Cómo? Oyendo una composición ─digamos el tema El Éxtasis del Oro, podremos estar en una butaca del cine viendo esa película, como podríamos estar una noche de otoño al aire libre viendo y oyendo la orquesta y coro interpretando la misma melodía. Dos imágenes, para un mismo sonido.

     Vamos a la conclusión. La imagen puede quedar congelada en el tiempo como una fotografía. El sonido que también queda registrado, puede entregarnos nuevas emociones. Cada vez que lo escuchemos descubriremos nuevas notas o nuevos instrumentos.
Morricone.

Sin menoscabar la nobleza de la vista, el más maravilloso de los sentidos, el oído tiene la fuerza de la emoción. Los pelos se ponen de punta cuando se corre el telón y el maestro Morricone levanta su batuta.

     Pero, para qué seguir debatiendo, el estímulo más valioso es aquel en que ambos: audio e imagen se nos presentan perfectamente entrelazados.


Tuesday, March 11, 2008

EL BUENO, EL MALO, EL FEO... MUY FEO


      Tal como usted o usted, yo tenía ganas de ver y oír a Ennio Morricone dirigiendo su gran orquesta y coro, en la interpretación de sus propias creaciones que evocan grandes producciones cinematográficas, en especial aquellas llamadas spaghetti westerns, durante su actuación en Santiago de Chile. Pero, me quedé con las ganas.

¿Por qué? Porque los organizadores idearon el reparto de boletos para el espectáculo a través de Internet. Y para eso dieron la dirección, URL, y establecieron una fecha y hora para el inicio de las solicitudes.

Y cataplum, en un par de minutos los boletos de acabaron. No hay más, señores. No hay más, no insistan.
Abajo, Ennio Morricone, en su presentación de Santiago.

Un recto pensamiento concluiría que la demanda simultánea fue de tal magnitud, que ocurrió lo que tenía que ocurrir. Sé de personas que intentaron ingresar al sitio web a lo menos media hora antes y no pudieron. Cuando llegó el momento publicitado la respuesta fue “ñet”.

Yo no hice siquiera el intento, intuyendo que así sería la cosa, que el sistema colapsaría. Pero, adonde quiero llegar con este texto es a la sospecha –mera sospecha, nada más--, que los boletos se hicieron humo mucho antes.

Por el método que se estableció, ni el mismísimo Clint Eastwood habría sido capaz de obtener un ticket, a menos que hubiera echado mano a su Colt 45.

Monday, March 03, 2008

EL EDÉN EN LA TIERRA ES POSIBLE


     La geografía está llena de lugares que visitar. ¿Qué es un lugar? Es un sitio especial y particular.

   Pero, hay ciertos lugares todavía más precisos, que ensamblan muy bien con algunas personas. ¿Podríamos llamarlos Shangri-la? Nuestros edenes vivientes particulares son aquellos sitios donde los sentidos perciben a toda su capacidad, donde la memoria evoca en forma automática, donde lo que nos rodea invita a callar, donde se oye hasta el vuelo de un insecto diminuto, donde dan ganas de estirar los brazos hacia arriba y mirar las luz rebotando en el paisaje. Son aquellos sitios donde sintonizamos con el universo, donde queremos quedarnos, donde el tiempo es una fotografía. A diferencia de los lugares, nuestros edenes vivientes tenemos que descubrirlos.
      La ciudad nos ofrece lugares: plazas, parques, avenidas, cerros, jardines. Pero, también nos presenta no-lugares, que son aquellos espacios muertos, producto de errores arquitectónicos y urbanísticos. En los no-lugares no se puede estar, ni transitar, ni mirar con algún propósito estético. En ellos es imposible la interacción humana. Pero, existen y están ahí. Ejemplo de ellos son algunos estrechos bandejones centrales sin ningún destino de algunas avenidas.
     Los lugares, en cambio, son para estar. Es donde se puede conversar, escuchar, trabajar, reflexionar o simplemente disfrutar el ocio. Los edenes vivientes, en cambio, son sitios únicos, donde la sutileza supera al mundo ordinario.
      En mi vida he descubierto estos sitios peculiares, peculiares al menos para mí. Al fondo del Cajón del Maipo, por ejemplo, están las termas de Colina. Es un vallecito en la altura, pleno de aire es fresco y transparente. Ahí la quietud cordillerana única de ese lugar, está subrayada por el ronco sonido del naciente río Maipo.
    Para mí, otro ejemplo, es estar a orillas del Río Bueno, en Trinidad, cerca de Osorno, al caer una tarde de verano. Eso es inspirador. Cuando no corre ni una brisa, la superficie del Bueno es un espejo perfecto, que refleja el Paraíso, mientras es posible oír el desplazamiento del agua por entre las raíces de los árboles. Permanecería allí de pie, por siglos, extasiado.
    Son la Naturaleza, la persona humana y los semejantes, en circunstancias especiales, los que propician estos sentimientos íntimos de una comunicación silenciosa perfecta. Los edenes vivientes producen una relación auténtica entre espíritu y materia, sin ser necesariamente místicos. Están muy lejos de las fotos sobre veraneos que vemos en las páginas de vida social.