Saturday, December 30, 2017

FÚTBOL CHILENO POR TV, UN DESCONOCIDO

       
Foto tomada de www.diarioregistrado.com
    S
i a usted le gusta el fútbol como un espectáculo para disfrutar en casa, a través de la televisión, me alegra que considere mi punto de vista. Cuando nos sentamos frente a la pantalla para presenciar un partido –me refiero a los internacionales de categoría– nuestro cerebro se enfoca en dos sentidos: la visión y la audición. La primera, para apreciar las buenas jugadas, el talento y la creatividad de los protagonistas; y la segunda, para oír relatos y comentarios informados, bien hablados y con sentido. Si las dos condiciones se dan, le aseguro que usted quedará muy satisfecho de haberle entregado 90 minutos de su tiempo a ver un espectáculo con merecimientos.
            Presento mis disculpas si lo que diré a continuación no es de su gusto. Creo que en Chile el fútbol por televisión es un fiasco porque, a lo menos, una de las condiciones señaladas no se cumple. No me referiré a la visión sino a la audición. Por eso, sé de mucha gente que lo dice por redes sociales, que prefiere ver un partido en modo “mudo” (o mute) por la deficiente calidad del relato y el comentario. A ese extremo.
           Quiero ser mesurado en las calificaciones y haré un esfuerzo por ser justo. Los relatores de la TV chilena no siguen las jugadas ni añaden valor a lo que estamos viendo. Los comentaristas usan clichés y rara vez emiten un juicio informado que haga meditar al espectador. Tampoco se atreven a meterse en las cabezas de los jugadores, es decir, intuir lo que aquellos están pensando y verbalizarlo, por tanto, que los auditores le encuentren sentido a por qué los hombres en la cancha hacen tal o cual cosa.  Cuando ninguno de estos aspectos de la audición se cumple, el espectáculo se vuelve pobre aunque la vista sienta agrado. Sin embargo, el espectáculo tiene que ser completo. Por eso,  muchos que hacen el mute en el control.
          Creo que este problema tiene remedio. Y he aquí mis sugerencias para relatores y comentaristas: infórmense, lean antes de los partidos textos complementarios sobre los equipos, los clubes, las ciudades a las que representan. Investiguen en la historia que sea pertinente. Revisen las anécdotas, atrévanse a interpretar aquello que el espectador no alcanza a traducir, anticípense a situaciones, conecten el fútbol o las jugadas con otras actividades parecidas. Y, sobre quienes narran, no griten, usen la riqueza del vocabulario sin cursilerías, creen giros nuevos, recurran a los juegos de palabras. Creo que si hicieran al menos una parte de esto, volvería mucha gente a ver y oír fútbol chileno en la televisión. Porque en la actualidad los partidos no son tan malos por los jugadores, sino por el relato y el comentario.

Friday, September 29, 2017

BLINDAR EL SOL COMO «LA ESTRELLA DE LA MUERTE»

     
          Cuando el problema de la energía está en el tapete y las fuentes para conseguirla generan controversias, toman fuerza las ideas que rondan el ámbito de la ciencia ficción. El físico estadounidense Freeman Dyson propuso en 1960 la posibilidad de crear una esfera a nivel planetario que encerrara al sol para capturar así toda su energía y usarla a discreción. Aunque es difícil imaginar cómo se podría construir semejante mega estructura, la ciencia la estima plausible. No es descabellada como para echarla por la borda.
    La llamada “Esfera de Dyson” tendría que usar todo el material disponible en el sistema solar para fabricar los paneles que finalmente rodearan el sol. Los más osados dicen que habría que comenzar por desmantelar Mercurio para esa construcción. Como ese planeta sería insuficiente para la enorme demanda, añaden que habría que echar mano al cinturón de asteroides para completar la obra…

     Para poder tener una idea de cómo sería eso, habría que recurrir a la imagen de la estrella de la muerte de la saga La Guerra de Las Galaxias: un caparazón metálico rodeando al sol en una órbita situada más allá de la órbita terrestre. Así dispondríamos de toda la energía que necesitemos, dicen algunos científicos y otros tantos escritores. Podríamos viajar en naves gigantescas por la galaxia, añaden textos periodísticos algo alocados. Un guión de un programa de televisión que oí recientemente agregaba –respecto de esta mega obra que a lo mejor, en uno de esos viajes, podríamos incluso encontrarnos con Chewbacca y tomarnos algunas copas.

Sunday, September 24, 2017

EL CUENTO DE «CREERSE EL CUENTO»

Foto referencia tomada de internet.
      Según otros puntos de vista ─respecto de los habituales─ el concepto de la autoestima, (eso que se recomienda o se busca para hacer que una mejor valoración interna nazca de uno mismo) tiene algunos peros que habría que atender y andar con cuidado por la vida.
     No es cosa de imaginar que la autoestima es siempre una cuestión positiva. Porque, entendiéndola como una amplificación subjetiva de virtudes personales, también le da rimbombo a aspectos negativos de la personalidad. Este propósito alimenta los egos que pueden llegar a ser socialmente hostigosos. Para una mujer, autoestima podría ser creerse más linda de lo que la persona es; y en un hombre, por ejemplo, estar convencido de poseer una inteligencia superior al entorno y hacer que se note.
     Hay tantos autores que viven vendiendo autoestima. Las librerías tienen secciones con libros de auto ayuda, un disfraz para clientes que sienten la necesidad de creerse el cuento.
     Hace un par de días, una revista de Santiago difundió una entrevista al cantante español Joaquín Sabina quien, en el contexto de su conversación con el periodista, dijo:
     «...eso es culpa de la autoestima, que se ha puesto tan de moda y está haciendo un gran daño. La gente verdaderamente sabia que yo conozco no tiene una pizca de autoestima. No va por la vida diciendo ‘yo soy como soy’ o tú tienes que ser tú’.  Y ahora que todos poseen un altavoz (redes sociales), a los idiotas los reconoces por su autoestima. Mientras más idiotas, mayor autoestima tienen. ¡Pero si es tan fácil quererse con lo poco que uno vale!»

        A modo de conclusión, diremos que una dosis de autoestima a veces nos hace bien. No buscarla es pecar de pesimismo. Cuando se trata de una actitud personal moderada por sentirse un triunfador va perfecto. El punto es determinar cuál es la cantidad justa de esta sensación que estamos dispuestos a echarnos encima para vestirnos de ganadores. Un equilibrio razonable es útil para uno y para los demás.

Friday, September 22, 2017

JUVENTUD VS. "VIEJITUD"

Transporte público en los años 40, aprox. (Foto Memoria Chilena)
     Las peleas generacionales son un cuento de nunca acabar. Los jóvenes se mofan de los viejos, los viejos son sarcásticos con los jóvenes. Los primeros se sienten desplazados por los segundos y éstos se quejan que los marginan por la edad. Los primeros son rebeldes los segundos son arrogantes aunque la rebeldía tiene una cuota de arrogancia también.
     Las mofas juveniles contra los mayores apuntan a lo pasado de moda. Cuando miran imágenes que tienen más de cuarenta años se ríen, por ejemplo, de la tecnología de entonces, por nombrar, los teléfonos alámbricos de color negro y disco giratorio. O el transporte público con micros y los nombres de sus recorridos; la ropa que incluía un pantalón ancho y chaqueta larga. ¡Qué decir de videos en blanco y negro! O de fotografías más antiguas aún. Los giros en el hablar, las palabras obsoletas, etc. Ésa es la causa del tono burlón.
     El sarcasmo de los viejos se funda en casi los mismos parámetros. Les da lata ver a todos los jóvenes pegados a sus celulares y más aún si no se quitan los audífonos para hablar, por ejemplo. No entienden que un muchacho imite ejecutar una guitarra cuando va solo por la calle. Menos concebible todavía es que lleven los pantalones rotos y el pelo desordenado. Oírlos hablar les es insufrible, con puros neologismos o barbarismos. Los viejos consideran que a los jóvenes les falta disciplina y que son demasiado relajados.
     Se puede hablar mucho más... Si analizamos, advertimos que las diferencias entre unos y otros no son tan grandes. Ambos han vivido y viven en un mundo parecido. Las distancias de algunos años tal vez son la verdadera causa de los dispares puntos de vista. Pero, en este contexto, jóvenes y viejos por igual tienden a mirar en menos el pasado. Incluso creen que el mundo ha sido siempre igual a hoy, con más descubrimientos científicos, avances en las comunicaciones, televisión, internet, súper aviones, viajes espaciales, etc.
Concepción artística de cómo se creía que era la Tierra en tiempos remotos. 
      A jóvenes y viejos hay que tirarles las orejas. Señores, no tendríamos lo que tenemos de no haber sido por el infinito aporte de las generaciones pasadas. Absolutamente todo se lo debemos a ellos. Los avances logrados en nuestros años no habrían sido posibles de no haber contado con el piso donde nos dejaron. Lo mismo vale para las interpretaciones y lecturas del mundo. Nuestros antepasados, por ejemplo, alguna vez creyeron que la tierra era plana, no imaginaban un planeta redondo. Y hoy hay quienes sonríen con algo de ironía por aquellas realidades. ¡Pero, si en esos tiempos ellos no tenían cómo saber lo que conocemos hoy!

Friday, September 15, 2017

MENOS TICKETS A LA TIERRA DEL TÍO SAM

Entrada a una sala de embarque en un aeropuerto internacional. Foto tomada de Internet.
           Es sólo una tincada, pero parece que cada vez menos personas quieren viajar a Estados Unidos, a diferencia de antes en que todos queríamos ir a Nueva York. A ojos cerrados, decían unos. Pero, como que de pronto el entusiasmo comenzó a declinar, quizá desde el derribamiento de las torres gemelas el 2001. De ahí para adelante la idea de un viaje al país del norte se hizo menos atractivo. O tal vez ésta no es la palabra, sino que se hizo más intimidante.
                   Los viajeros reales y potenciales cambiaron el rumbo de sus destinos. Según mis cálculos veo que más gente en plan de turismo se va a pasar una semana a islas paradisíacas o, derechamente se traslada a Europa. Incluso a pesar de los atentados graves o medianos que conocemos de tarde en tarde y que ocurren allí. Da la impresión que los bombazos islámicos amedrentan menos que tener que cruzar una aduana en Estados Unidos.

               En definitiva veo que muchas personas conocidas, amigos o parientes prefieren Europa y menos la tierra del tío Sam. No creo, en modo alguno, que la causa de esta tendencia que observo sin datos objetivos a la mano, tenga que ver con la administración política de ese país y toda su caterva de nuevas normas para sospechar de los visitantes.

Thursday, September 07, 2017

MI CERVEZA CON MIGUEL DE CERVANTES

  
      Por algún motivo tuve que revisar títulos de las numerosas obras de Miguel de Cervantes y Saavedra, sin considerar su libro máximo y cumbre de la literatura universal “El Ingenioso Hidalgo don Quijote de La Mancha”. Me importaba memorizar al menos un par de nombres de otros textos del autor. Un segundo motivo pudo ser quizá un cierto orgullo personal de conocimiento. Nunca imaginé que este segundo propósito me serviría en el futuro para ganarme una lata de cerveza…
     Ocurrió en una oportunidad que fui a un negocio ─de cuyo nombre no quiero acordarme*─ a comprar una pizza para llevar a la casa. El dependiente, un hombre de algunos años, estaba en su puesto detrás del mostrador conversando con un cliente, bastante animoso este último. Los tres éramos las únicas personas en el local. El cliente tenía una lata de cerveza en la mano y bebía sorbos en cada pausa de su discurso o cuando era el turno de su interlocutor. El dueño tomó nota de mi pedido y me dijo que debía esperar a que me prepararan la pizza, unos quince minutos. Me di cuenta que el cliente de la cerveza estaba un poquito cufifo, pero se veía un tipo agradable y que hacía gala de ciertos conocimientos literarios. Ése era, sin duda, el tema de la conversación. Al parecer el dueño también era un hombre «letrado». Así que dialogaban sobre asuntos afines.
     El hombre que bebía cerveza seguramente vio en mi cara aspecto de aburrimiento, así que me invitó a sumarme a la conversación. Me dijo, amablemente, que el dueño de la pizzería era una persona muy culta y que incluso escribía. El aludido sonrió con timidez sin ocultar tal vez una íntima inclinación hacia cuestiones de «las letras». Era claro que se trataba de viejos amigos.
        «En lo que a mí respecta ─me dijo el parroquiano─, no escribo, pero me gusta mucho leer. Imagino, amigo, que usted también», afirmó mirándome con una sutil nota de desafío. Sin esperar mi respuesta, me contó que conversaba con el dueño de la pizzería acerca de la vida de Miguel de Cervantes y Saavedra. «Yo siempre le hago preguntas literarias a mis amigos, así que, perdóneme que le haga una a usted», me dijo y antes que yo asintiera disparó: «Nómbreme al menos un título escrito por Cervantes que no sea El Quijote».
     Silencio. La pregunta fue a boca de jarro. El preguntón se cruzó de brazos esperando mi respuesta mientras sonreía desafiante. El dueño, detrás del mostrador, lo miraba moviendo la cabeza y de seguro que también esperaba oír qué respondería yo. Tomé el guante y comencé a recordar el episodio enunciado al comienzo de este texto. A ver, a ver, a ver… Pasó casi un minuto, silencio. Y me acordé de uno de aquellos títulos y exclamé en voz alta:
     ─¡La Galatea!**
     El dueño se rio con malicia tapándose la boca y el hombre sorprendido se acercó y me estrechó la mano. «No puedo creerlo», nos dijo a mí y al dependiente. Todavía con cara de incrédulo me miró y me dijo, «permítame que lo invite a una cerveza». Le respondí: «no puedo, voy a manejar, gracias». Así que le indicó al dueño «letrado» que agregara una lata a mi pizza y que la cargara a su cuenta para que me la llevara a modo de premio. 
      Gracias don Miguel (de Cervantes) por la «Paceña».
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*«De cuyo nombre no quiero acordarme» es un giro empleado por Cervantes en el inicio de El Quijote, el que según la Real Academia Española (RAE) equivale a decir «no voy a acordarme» o «no llego a acordarme» en nuestro español contemporáneo.

**La Galatea es una novela del género pastoril, sin embargo, su gran contenido psicológico es notable por las visiones del sentimiento de amor de sus personajes. Fue escrita por Miguel de Cervantes y Saavedra en 1585 en Alcalá de Henares. «La Galatea» es anterior a «El Quijote», novela esta última publicada en su primera parte en 1605. 

Wednesday, July 26, 2017

HERNÁN OSSES SANTA MARÍA

 
El periodista y profesor de periodistas Hernán Osses Santa María. A la izquierda el libro que conservo y que él me regaló en los años 70. Contiene el guión de la película "La Dolce Vita".
POR NELSON PALMA


     Un periodista de Concepción, de los diarios y las radios, de los años 60 y los 70, captó con agudeza los movimientos culturales renovadores que llegaban desde Europa en la música popular y en el cine. Fue Hernán Osses Santa María, además formador de periodistas en la Universidad local y en los medios. Él comprendió el significado que tenía para Concepción esa influencia europea y vibró con ella. Pero, también comunicó eso con entusiasmo en su entorno más cercano y lo llevó donde quiera que se desempeñara.

  Para nutrirse acerca de esta valiosa innovación foránea investigaba en revistas como «L’Europeo», «L’Espresso», «Paris Match»; leía guiones de películas magníficas como «La Dolce Vita»; iba al cine para ver con fruición el trabajo de directores y maestros: Rissi, Antonioni, Demy, Truffaut, Passolini, Bergman, Kurosawa, Rosselini, De Sica, Bertolucci.

Instantáneas , escenas y personajes de películas de Fellini. Imágenes "fellinescas" 
al decir de Hernán.
    Si hasta se hizo amigo del distribuidor cinematográfico de Concepción, Marcos Emilfork, con quien departía animadamente sobre la «fábrica de sueños» mientras oían tangos. Uno de sus referentes era el genial Federico Fellini, quien en pasajes de sus producciones ensalzaba lo grotesco, de circos descoloridos. A Hernán le atraía esa estética de lo feo embellecida y expuesta por el artista italiano. O de esa dificultad para distinguir en sus películas entre lo soñado y lo vivido. 
Marcos Emilfork, experto en 
cine y tangos fue un gran 
amigo de H. Osses.

    Por eso, Osses creó el adjetivo «fellinesco» para calificar a la fealdad dialogando con un ambiente de belleza escénica o para significar personajes de pesadillas al estilo del director italiano con los que uno se tropieza de tarde en tarde. Fellini se deleitaba mostrando el contraste casi extremo de sus personajes, por ejemplo, entre Sophia Loren y la inabarcable María Antonietta Beluzzi («Amarcord»). En una ocasión a la salida de un cine, Hernán me comentó: «Pareciera que Fellini nos dijera: 'no busquen la belleza en el pueblo'». Nos reímos juntos un largo rato por la apropiada reflexión. La frase me quedó grabada como apotegma de un maestro. 

    ¡Qué decir de las películas francesas que fueron su pasión! Se deslumbraba con «Los Paraguas de Cherburgo», que interpretaron Catherine Deneuve y Nino Castelnuovo con la dirección de Jacques Demy. Le oí decir que esa película la vio ¡quince veces! Apuesto a que la cifra aumentó después de haberla yo escuchado. Se conocía de memoria cada escena de ese filme. 
Catherine Deneuve en dos escenas de «Los Paraguas de Cherburgo», 
una de las películas francesas preferidas de Hernán Osses.
     En su repertorio no faltaba Luis Buñuel y entre las obras de éste: «El Discreto Encanto de la Burguesía». Le intrigaban las situaciones embarazosas presentadas en esa película, pero también le encantaba su título lleno de ironía. Él lo usaba para referirse con un poquito de sarcasmo a los gustos excéntricos de algunos empingorotados  burgueses de Concepción. 

   A sus estudiantes los motivaba para que crearan un guión cinematográfico y producir un filme en la escuela de periodismo, porque la universidad tenía latas de películas para filmar y que había que usarlas. Quizá él mismo ¿habría querido dirigir una producción? Conversar con Hernán sobre estos asuntos era entrar en esos recovecos de las inquietudes, de los sueños adolescentes. Observarlo como trabajaba, como reporteaba, como instruía a los fotógrafos, a los diagramadores, era algo inspirador.
Arriba, desfile de personajes circenses de la película «8 ½»; abajo, Fellini dirige a
Marcello Mastroiani para la escena final de "La Dolce Vita".
 
    Escribía con una velocidad superior a la de un periodista promedio; y, lo cautivante que era luego leer sus rápidas y atildadas crónicas, notas, lecturas de fotografías; titulaba, despachaba, iba a los talleres a observar el desarrollo del proceso del diario. Estamos hablando de la prensa escrita.

     Verlo desempeñarse en la radio era un Hernán en una dimensión fuera de lo común: preciso, seguro, de buen vocabulario, utilizaba expresiones que desdeñaban el lugar común o la frase cliché, con ideas innovadoras, de una fina capacidad de observación que le conferían su talento profesional y su calidad humana.

La voz de Catherine Spaak en el programa de
radio "«Simón Bolívar» de Concepción.
     Pero, volvamos a su pasión por la corriente cultural europea. Hernán descubrió la música popular que provenía de ese continente con el oído de un discjockey. En los espacios que producía ─en la radio “Simón Bolívar”, que ya no existe─ introducía esas canciones novedosas, recién salidas y a la venta en las disquerías de Roma, París o Berlín que difundía el programa Paris Ritmo, de la Radio y Televisión Francesa. Así en horario matinal del domingo podíamos oír a Catherine Spaak, Edoardo Vianello, Silvie Vartan, Bobby Solo, Doménico Modugno, Adriano Celentano; con comentarios suyos sobre esas grabaciones musicales intercalados entre tema y tema. Ese espacio radial creado por Hernán fue entretenidísimo y de alta sintonía.

    De regreso en el diario, moviendo el dial de una radio Hallicrafters de la segunda guerra mundial Osses sintonizaba la Deutche Welle (La Voz de Alemania) , la RAI (Radio y Televisión Italiana) o el servicio de noticias dictadas de La Voz de América. Se informaba a través de los medios disponibles entonces. Hernán era un periodista documentado no sólo de lo expuesto, también del fútbol, de la política, de los nuevos movimientos políticos que nacían en el seno de los centros de educación superior. 
La estética del contraste en el cine italiano, admirada por Hernán. A la izquierda 
Antonietta Beluzzi («Amarcord»); a la derecha, Sophia Loren («Boccaccio 70»).
   Como profesor universitario contagió con los ideales periodísticos a muchos de sus alumnos en el Curso Propedéutico (Periodismo 114, así se llamaba su asignatura) y fue por eso que una cantidad selecta de ellos optó por seguir esa profesión precisamente cuando la balanza de las dudas  juveniles podía inclinarse hacia cualquier lado. Un profesor como pocos, un amigo incondicional, una persona inspiradora, hombre generoso para brindar oportunidades, comprensivo, con sentido del humor, con conocimientos, con técnica. No encontraremos otro ser humano con sus características de excepción en los años que nos quedan. Tal es mi testimonio sobre Hernán Osses cuando han pasado apenas unas semanas de su partida.
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En la revisión de estilo de este texto participó el periodista Max Wenger.


EL TESTIMONIO DE LUIS GARCÍA DÍAZ, 
«EL MAESTRO»
     
El periodista y abogado Luis García Díaz, conocido con el seudónimo de «El Maestro», retrató una imagen de lo que fue Hernán Osses Santa María, en un texto de su libro «Setenta y tantos» publicado el 30 de mayo de 1992.  Luego de asumir como director del diario La Patria en reemplazo de Jorge Gómez Torres, recuerda García Díaz:
     «Tuve entonces la suerte de contar con la cooperación de Hernán Osses Santa María, para mi gusto el periodista más capaz y de más alta creatividad que ha surgido en Concepción».
   Y agrega el Maestro García para reafirmar lo escrito en el párrafo anterior:
    «A Hernán Osses se le ocurrió que el diario (La Patria), a despecho de sus falencias, debía publicar un suplemento dominical  y todos nos metimos de cabeza en la idea para sacar virtualmente de la nada un producto que, ciertamente, fue modelo de categoría y esfuerzo periodístico».

Saturday, June 24, 2017

UN MAESTRO DEL PERIODISMO PENQUISTA

               En la tarde de este 24 de junio de 2017 fueron sepultados los restos del destacado periodista de Concepción Hernán Osses Santa María (87). La ceremonia se efectuó bajo fuerte lluvia en el cementerio parque de San Pedro de La Paz, luego de una misa en su memoria en la iglesia San Agustín. En el acto de despedida hablaron una dirigente del Colegio de Periodistas, y los periodistas Carlos Basso y Max Wenger, quien fuera, este último, un gran amigo de Osses. Wenger rememoró al fallecido precisamente desde la perspectiva del periodismo y de la amistad. Resaltó las características personales de Hernán, quien dedicara gran parte de su tiempo a la profesión, sin descuidar por ello su entrañable amor por su familia integrada por Sonia, su mujer, y sus hijos Andrea y Pablo.
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          A continuación presento a mis lectores lo que para mí es una semblanza del periodista fallecido, quien fuera mi profesor en la Escuela de Periodismo en la Universidad de Concepción.

Hernán Osses Santa María.
          Hernán Osses Santa María ha partido de este mundo donde dejó una estela de recuerdos en lo personal y profesional que cada uno de sus cercanos los contará a su manera. Como una de esas personas narraré parte de los míos.
       En perspectiva, estimo que Hernán se desencantó de los dirigentes políticos de su época y tal vez con razón. Frente a ellos fue un escéptico. Por su capacidad para observar, de temprano llegó a la convicción que ellos jerarquizaban acomodar sus propias vidas en lugar del primer objetivo, luchar por el bien común. Y esa pelea de desenmascarar, Hernán la dio solo desde su máquina de escribir. Valiente, porque enfrentaba a un dogmatismo local de adversarios chatos y sin vuelo. En venganza lo secuestraron. Los detalles del episodio son historia conocida. De ese modo quisieron acallarlo. Pero, Hernán estaba por encima de sus enemigos, por eso siguió escribiendo sin trauma, sin buscar revancha. A sus torturadores no les guardó rencor.
           En el periodismo regional trabajó sin calcular resultados. Para los críticos ortodoxos, simplemente caminó por la vida fuera del carril de lo políticamente correcto. Sin llegar a ser irreverente puso en su lugar a quienes lo merecían. Ese valor le admiramos y parece ser la tónica de quienes trabajaron con él y que han escrito sobre su persona en estos días. Con los años los políticos también llegaron a respetarlo, reconociendo en él virtudes profesionales y no militantes.
            Fue un vanguardista, un enamorado del cine europeo de post guerra. Hablar con él en este campo era transportarse lejos de la lluvia de Concepción. Y esta influencia optimista y alegre la sabía transmitir muy bien por la radio y la publicaba con fotos y amenos textos en el diario. Quería que sus lectores soñaran, que se sintieran importantes y que sus auditores levantaran la mirada oyendo trozos del programa «Paris Ritmo» de la radio y televisión francesa cada domingo en las mañanas. 
            Fue un hombre de pensamiento moderno, un innovador que estuvo por fuera de los marcos de la rutina. Su inspiración y su sensibilidad se captaban en el medio. Como comunicador buscó sorprender a los penquistas con sus publicaciones. No fue un hombre común y corriente, por eso estar cerca de él era enriquecedor.
      Tampoco fue grave, ni partidario de formar clanes. Sus relaciones interpersonales abarcaron todo el abanico social. Por ejemplo, asistió al funeral de la humilde abuela que vendía café en la Escuela de Periodismo demostrando así que para él la amistad tenía que ser incondicional. Su conducta estuvo muy lejos de adoptar poses para agradar.  Sentía una íntima rebeldía contra los oportunistas. Le cargaba la mediocridad.
         En su juventud jugó fútbol por el gremio de periodistas. Un texto publicado en la prensa en 1956 así lo ratifica. Después se hizo comentarista deportivo. La personalidad que hemos descrito también se manifestó en esta disciplina. En una ocasión en un camarín le preguntó al técnico argentino José Pérez, que por qué su equipo Wanderers jugaba tan mal. El entrenador se salió de sus casillas y pretendió desautorizarlo. Hernán no se amilanó y siguió con las preguntas. La entrevista, que estaba saliendo en vivo por la radio desde Las Higueras, se convirtió en un debate con un acalorado Pérez. Quizá esa tarde memorable la radio «Simón Bolívar» obtuvo la mayor sintonía de su historia.
Texto del diario El Sur publicado en 1956.

         La ausencia del doble estándar, la generosidad para dar oportunidades y la autoridad profesional fueron su sello. Ese es el reconocimiento de quienes lo conocimos de cerca y de verdad. Hernán Osses Santa María fue el periodista preciso para la ciudad penquista del siglo XX y para los estudiantes de esa carrera de la Universidad de Concepción. Sus crónicas, sus comentarios, sus ideas renovaras en los medios de comunicación le imprimieron un nuevo rumbo al periodismo de entonces. Enorme trabajo. Adiós Hernán, maestro.

Monday, March 13, 2017

EL QUEBRADERO DE CABEZA CONTINÚA

Gráfica que narra el infinito de π (PI).
      Cada 3 de marzo se celebra en Estados Unidos el día nacional de π (PI), el famoso número irracional que ha intrigado a los matemáticos a lo largo de los siglos. 3,1416... es el número en la palestra, asunto que no ha sido resuelto y que es un quebradero de cabeza. Tal es la cifra que corresponde a la circunferencia de una rueda con respecto a su diámetro. Así, si echamos a correr la rueda, ésta dará la vuelta completa y en ese punto. la medida longitudinal corresponde a tres diámetros y un poquito más. Pues, bien, ese «poquito más» es una cifra abierta, sin final. Entonces los matemáticos no pueden entender por qué la circunferencia tiene un valor  irracional, infinito en relación con el diámetro. De este modo el valor de PI es 3.1416....(n).
     Algunos matemáticos en su insatisfacción por la incapacidad humana o de la ciencia de resolver esta incógnica han llegado a decir que es un misterio maldito del universo. Quien así lo dijo fue el matemático británico Hardy, personificado por el actor Jeremy Irons en la película «El Hombre que Conoció el Infinito». La fecha de la celebración se refiere al 3,14 o sea, marzo, día 14 y fue instaurada el 2009 con el apoyo del Congreso de Estados Unidos.
Otra manera de expresar la intriga matemática.



Thursday, January 19, 2017

EL MONSTRUO DEL MAR DE FERMI

Godzilla, el monstruo del mar, filme de 1954.
      Mi amigo astrónomo me hablaba de su profesor de física en la Universidad de Princeton. Según su relato el mentado maestro era muy bueno, sabía mucho, pero era muy feo. Tanto así que sus alumnos le habían puesto el apodo de monstruo, un poco ─me agregaba mi amigo─ como un remedo de la película El Monstruo del Mar, producción de 1954 que inspiró la serie de películas de Godzilla… O sea, el profesor aquel tenía sus «atributos de fealdad».
     ─Pero, añadió mi amigo, la palabra monstruo a secas le quedaba chica así que le decíamos el monstruo del mar de Fermi…
     ─¿Y dónde queda ese mar?─, le pregunté.
    Él me miró sorprendido, mientras yo me sentí incómodo por no saber en qué parte de la geografía se hallaba el mar en cuestión. «Se llama mar de Fermi ─me explicó en general─ a la acumulación de electrones en la superficie de algunos metales conductores a baja temperatura. Teóricamente presentan el aspecto de un mar agitado y quien postuló la tesis fue el físico italiano Enrico Fermi, por eso la ciencia ha denominado a ese fenómeno mar de Fermi…».
Enrico Fermi 1901-1954.

     Entonces, amigos lectores, si les hacen la pregunta, no intenten una respuesta geográfica, porque es un asunto que corresponde al campo de la física. Y en lo que respecta al monstruo, podemos afirmar 2 cosas: ① el profesor no supo lo del apodo (o a lo mejor, sí) y ② menos se ha oído ─y esto es parte de la chimuchina agregada por nosotros─ que se haya visto alguna creatura como Godzilla escondida bajo las tempestuosas olas del mar de Fermi.

Thursday, January 12, 2017

LA VOZ QUE VIBRÓ EN LAS RADIOS DE CONCEPCIÓN

Carlos Muñoz Martínez, locutor radial y gran lector de noticias por casi 60 años. 
(Foto tomada de Facebook).
           Tenía una voz limpia, cristalina, de barítono. Así era oír a Carlos Muñoz, gran locutor de Concepción, que ha fallecido este verano a causa de un cáncer de hígado que se le declaró hace casi un año. Si se hubiera dedicado al canto, habría tenido el timbre de Elvis o del italiano Boby Solo. Y tal como las grandes estrellas, conservó hasta sus últimos días, su voz juvenil y diáfana, con la que se inició en las radios de Concepción hace 56 años. Leía comerciales, promociones; era el mejor leyendo noticias. Tenía un mechón que le caía sobre la frente y que se lo arreglaba a cada rato mientras se concentraba en dar lectura a las informaciones. Delgado y de buena estatura. Daba la impresión de andar siempre apurado. Leer frente a un micrófono fue su pasión de vida.

         Conocí a Carlos Muñoz en el propedéutico universitario porque coincidimos en las clases de economía. La primera vez él pidió permiso para plantear una pregunta y lo hizo con buen volumen y adecuada modulación. Estaba tres filas por detrás de mí, así que me giré para mirarlo porque su voz me era familiar, de la radio. Así lo conocí. Un par de años después nos encontramos en la ex radio Simón Bolívar, donde trabajamos unos meses juntos. Yo escribía las noticias y él las leía. Hablábamos sobre eso. Después él se fue a otro medio y no lo volví a encontrar físicamente, pero lo seguía oyendo porque estaba presente en las ondas radiales.

           Muñoz también se dedicó al comercio. Incluso se trasladó a Punta Arenas en esa actividad. Al regresar instaló un negocio en la galería Alessandri y siguió vinculado al comercio con la ciudad austral. Sin embargo, la atracción de la radio terminó por cautivarlo definitivamente y volvió en cuerpo y alma a los micrófonos.

       Hace un par de años que me hice la idea de buscarlo en Concepción, saludarlo, conversar con él y hacerle una entrevista grabada en video en virtud de su enorme experiencia y vivencias en el desarrollo de su oficio. Pero, cuando a uno se le ocurren estas cosas hay que hacerlas ya; si no te quedas en el intento como me ha ocurrido una vez más. Termino de escribir esta modesta nota de recuerdos de Carlos Muñoz precisamente a la hora en que son sepultados sus restos en el cementerio de Concepción.

Tuesday, January 10, 2017

UN PREMIO NOBEL A LAS COMUNICACIONES

Alfred Bernhard Nobel.
     He revisado un par de veces el discurso de Bob Dylan para recibir el Nobel de Literatura 2016 y que fuera leído por la embajadora de Estados Unidos en Suecia Azita Raji, a expresa solicitud del galardonado, ya que él no concurrió a la ceremonia.
  ¿Es esto literatura?, se preguntaba el cantante  en su mensaje frente a la clasificación de su trabajo artístico dentro de ese género. Como se sabe, el punto derivó en una polémica mundial. ¿Por qué le dieron el premio a él si su arte no es literatura? La misma Academia Sueca que confiere el premio ha sostenido que la distinción se otorga a "escritores que sobresalen por sus contribuciones en el campo de la literatura".

    Pero, si observamos el argumento dado para distinguir a Dylan, la Academia sostuvo: «por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción». O sea, el cantante, según el Nobel, abrió un nuevo camino para el género literario: la canción popular. Ya no es sólo el texto en prosa, en poesía, en ensayo, en drama, en tragedia o en historia, también dio paso a las composiciones que diariamente oímos en las radios. La Academia actuó con criterio inclusivo. Y me parece correcto.
    Después de conocida su designación me puse a escuchar algunas canciones de Dylan para buscar si sus contenidos líricos calzaban con el sentido del premio. Y me encontré con que muchas de ellas cantan al drama humano de la ausencia de sinceridad consigo mismo, al sueño de una vida más allá, al poeta anónimo de la calle que entrega su arte para el bien del alma. O sea, modestamente yo encuentro contenido, hallo ideas. Dylan es un poeta dotado de un fino sentimiento que comunica como un maestro en sus canciones. Por eso, no me extraña la distinción. Los que no están de acuerdo, hubieran querido a alguien en tono mayor, con más alcurnia o sofisticación. 
Bob Dylan, premio Nobel de Literatura 2016.
    ¿Es esto literatura? pudo ser la última pregunta que se planteara el compositor. A simple vista no, pero hay literatura en el fondo. Dijo Dylan en su discurso: 
     "He estado haciendo lo que me propuse durante mucho tiempo. He hecho decenas de discos y he tocado miles de conciertos por todo el mundo. Pero son mis canciones las que están en el centro vital de casi todo lo que hago. Parecían haber encontrado un lugar en la vida de muchas personas a través de muchas culturas diferentes y estoy agradecido por eso". Y aquí está la respuesta: literatura es lo que se deposita en el alma, moldea los pensamientos, inicia la acción y aflora en la memoria de tarde en tarde para hacernos sonreír o evocar...
     Por lo expuesto y para evitar discusiones en el futuro, propongo que la Academia Sueca debería cambiar el nombre del galardón. En lugar de llamarse Premio Nobel de Literatura debería ser Premio Nobel de las Comunicaciones Humanas.