Wednesday, September 10, 2008

DEJAMOS ESCAPAR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN


Mi amigo Luis Santibáñez me dijo que él tenía la impresión que los blogs estaban perdiendo importancia. Menos gente los visita, menos gente escribe. Si es como dice Santibáñez, los blogs calzarían en la categoría de una moda que como tal pasará pronto, para convertirse en un registro más en la historia de la red.

Cuando se inició esto de los blogs, el senador Fernando Flores, a quien le gusta fantasear sobre el futuro, dijo que desde ahora todos podríamos ser periodistas y que los blogs serían un duro rival de los diarios. Por fin tendríamos voz pública.

Años antes, en la escuela de Periodismo, cuando hablábamos de la libertad de prensa, decíamos que la única opción para ejercer nuestra libertad individual plena, era que cada uno tuviera su diario propio. Y hasta ahí llegábamos porque quién sería capaz de comprar prensas, calandrias, linotipias, rollos de papel, tinta y después salir a la calle a vender o a repartir los diarios propios. Imposible.

Hasta que llegaron los blogs y por primera vez pudimos escribir libremente, hacer nuestros diarios propios. Los blogs florecieron como la mala hierba. El senador Flores convenció al entonces Presidente Lagos y éste le hizo caso, creó su blog: Presidente de la República. ¿Dispondría de tiempo y voluntad para escribir el ex mandatario?

Ha pasado el tiempo. Quedamos menos escribiendo en blogs. No hay dinero de por medio. El único pago son los comentarios, los que cada vez son menos también. ¿Será que la libertad de prensa, como la soñábamos, fue sólo una moda? Cuando la tecnología nos dijo: “Ya, ahí está el blog, tu sueño materializado, ¡escribe!”. Así escribimos pensamientos, poemas, recuerdos, canciones, hasta que nos vino la lata.

Mi amigo Luis Santibáñez --flamante presidente de Colegio de Periodistas—me miró por encima de sus lentes ópticos. Con fina intuición me dijo: parece que los blogs están quedando en el olvido.

Thursday, September 04, 2008

UN PEQUEÑO ERROR EN LA CARRETERA AUSTRAL

        La última semana de agosto pasé por el sector Piedra del Gato, en la carretera austral, esto es cerca de Villa Mañihuales. A quienes necesiten circular por ahí, les informó que el bypass recién terminado, sufrió un problema grave en el cabezal sur, por un problema de cálculo de ingeniería. El río se llevó todo el terraplén, creando un enorme forado difícil de rellenar, dadas las actuales condiciones invernales. De modo que el viaducto, construido para sortear la peligrosa senda apegada al muro de granito, está inutilizado. Personal de la Dirección de Vialidad inició los trabajos, pero hay para rato. Lo novedoso es que nadie ha dicho nada. El derrumbe pasó piolita para el Ministerio de Obras Públicas. Para superar el problema se habilitó la estrecha pista antigua.

Monday, September 01, 2008

SI LA POLÍTICA PRESTARA UN POQUITO DE ATENCIÓN


Ese día me encontré con mi amigo Gómez en la puerta del Palacio de La Moneda. Según me dijo, venía saliendo de una reunión en la Presidencia. Gómez, un ingeniero muy joven, tenía un cassette, un discurso, que era su prédica, un sueño frustrado. Hablaba de su asunto a quien se le ponía por delante. Y ahí aparecí yo.

“Hablé con el Presidente y le dije que nos metiéramos como país en el negocio de los computadores, que la IBM no da pie en bola haciendo equipos grandes que funcionan mal. Chile puede ser líder mundial en la fabricación de computadores más chicos y no en esos roperos que construyen los gringos. Es el momento preciso para empezar a hacer computadores pequeños”. Eso me dijo Gómez, un muchacho que gozaba de fama de cabezón en la juventud socialista.

¿Y qué te dijo el Presidente?, le pregunté. Gómez me respondió mirando para ninguna parte, pero con el rostro lleno de entusiasmo: “Me clavó los ojos. Porque parece que me apresuré demasiado, se lo dije directamente, en frío. Es que tenemos que hacerlo y en el partido no me han dado pelota”.

Gómez hablaba de computadores, no de softwares. Pero, de ahí a lo otro, no hay más que un paso.

Como yo tenía asuntos profesionales que cumplir me despedí de Gómez, quien se quedó parado en la puerta de La Moneda, frente a la Plaza de la Constitución, como esperando a cualquiera otra persona que pasara a quien contarle su idea. No he visto a mi amigo desde ese día del mes de abril de 1972.

¿Si hubieran escuchado a Gómez, seríamos hoy el mismo país? Probablemente sí, pero con la diferencia de estar entre los líderes mundiales en la construcción de computadores y seguramente también en el diseño de softwares.

Tres años después de aquel encuentro en La Moneda, en 1975 Waldo Muñoz, un ingeniero computín de Huachipato me dijo que dejaba CAP para establecer su propia empresa de computadores en villa San Pedro. Él no pretendía fabricar equipos, sino que prestaría servicios de informática a empresas con un enorme computador recién adquirido a IBM. Y Muñoz, un sujeto de ojos pequeños llenos de fuego, me dijo: “Tenemos que avanzar en este asunto rápidamente. Tenemos que imitarles a los israelíes que van muy de prisa, pero por detrás de los gringos. Para este negocio informático, nuestro modelo son los israelíes”.

Cuando Muñoz me dijo eso, me acordé de Gómez. Y pensé, perdimos una primera oportunidad, competir con los gringos; ahora nos queda una segunda, alcanzar a los israelíes.

De Muñoz sólo sé que cambió de giro, porque los servicios de informática que prestaba a las empresas con su equipo grande, no le sirvieron de mucho cuando llegó la avalancha computadores personales, de los que a su modo me mencionaba Gómez en la puerta de La Moneda en 1972. Muñoz hábilmente transformó su empresa en un instituto para enseñar computación.
Si nuestra política actuara en sintonía con las nuevas ideas planteadas por sujetos con visión, que los hay muchos, y que lo predican en los pasillos del poder, nuestro país sería mucho mejor. Pero...