Wednesday, February 25, 2009

EL DESORDEN: LA CAUSA DE NUESTROS MALES

Pandora, John William Waterhouse 1896,
colección privada (Wikipedia).
     El llamado efecto Cialdini, inspirado en el libro Psicología de la Persuasión, del norteamericano Robert Cialdini, considera que el desorden es el origen de todos nuestros males. Se puede resumir así: la gente hace lo que ve que otros hacen, conscientes de que no deberían.
       Un estudio realizado en Holanda denominó al efecto Cialdini efecto de la ventana rota. Si un vidrio está quebrado ─sostiene─, pronto estarán quebrados los demás. El modelo se aplica a la falta de aseo en la calle, en particular a las murallas con graffitis. En un entorno sucio y de muros rayados y con mensajes incomprensibles se dan los robos, los asaltos o los pequeños crímenes (un piedrazo, una pinchadura de neumático, un robo menor).
         Durante la administración del alcalde Rudolph Giuliani, Nueva York mejoró sus estándares de criminalidad bajo la drástica política de tolerancia cero, que consistía en aumentar las penas e incrementar la vigilancia policial. Pero, pareciera que el origen de esos delitos, se encontraría en la premisa de Cialdini. El desorden contribuye a que la gente tienda a no respetar las reglas de la sociedad civil.
         Las calles sucias, mal iluminadas, abandonadas, con los muros rayados apuntan hacia el caos y el desorden ─aunque pasivo, pero desorden al fin─. El aspecto del entorno favorece la delincuencia. Alguien que comentó el efecto Cialdini dijo que sus enunciados tratan solo del comienzo de todos nuestros males de vida en sociedad.
Dr. ROBERT CIALDINI, autor de «Psicología de la Persuasión Social».

Tuesday, February 24, 2009

UN NUEVO LÍQUIDO "MILAGROSO" PARA EL ASEO

       Pronto será materia de comentario la introducción de un nuevo ingrediente en la batería de productos para el aseo doméstico, al que le atribuyen capacidades milagrosas para eliminar la grasa de las cocinas o quitar los malos olores de los baños causados por la humedad y la suciedad. El diario Los Angeles Times lo llama el líquido milagroso, porque limpia sin contaminar y, lo más extraordinario, es que se puede beber.

       El nuevo producto para el aseo cuenta con el visto bueno de las autoridades sanitarias en Estados Unidos. Se trata simplemente de agua electrolizada, que resulta de una combinación de una tableta de sal específica con agua de la llave. El producto ya es usado en Japón y en Rusia y afirman que será un gran paso para terminar con los químicos peligrosos o demasiado fuertes que se emplean en la actualidad.

       El líquido es tan eficaz que elimina las esporas de ántrax y arrasa con las bacterias salmonelas en las cocinas junto con otra serie de microbios peligrosos. Numerosos restaurantes ya lo incorporaron con este fin. También ha comenzado a empleárselo en las cárceles con lo que se evita el riesgo que material químico llegue a manos de los internos. Son muchas las empresas que han dejado de usar amoníaco y cloro y se han volcado al agua electrolizada.

        El nuevo producto presenta desventajas como, por ejemplo, que pierde su virtud rápidamente y no se lo puede almacenar por largos períodos.

Monday, February 23, 2009

MI FRÁGIL PASEO POR EL PARAÍSO

          ¿Se ha asomado usted al Paraíso? La pregunta tiene sentido si aceptamos por Paraíso una sensación de bienestar única que nos alcanza por una milésima de segundo, en raros momentos de nuestras vidas. No es droga. Es una emoción de alegría parecida a la que uno siente, algunas veces, después haber sonreído honestamente. Es un sentimiento superior que nos invade como un relámpago y que no podemos retener. Al quedar registrado en la memoria como una fotografía, lo revisamos a voluntad, pero es una imagen, un reflejo, no lo que fue la sensación vivencial.

        Esa experiencia inenarrable y brevísima la he tenido tres veces en toda mi vida. Si tratara de analizarla, creo que múltiples factores se conjugan al unísono tanto dentro del sujeto como en su entorno. Por ejemplo, la salud, el cariño de las personas, el sonido o la música, la luz del sol inclinada, la brisa, el movimiento de las hojas de los árboles, el estado de ánimo, el paisaje, la gente haciendo lo suyo, la paz. Sin embargo, aun si se dieran todos estos factores al unísono ese estallido de bienestar al que me refiero no se produce necesariamente. Es, más bien, un pulso que nos alcanza y que proviene de no sabemos dónde.

       Es una experiencia tan sutil, fina, frágil, única, esquiva, concentrada, volátil, hermosa, pacífica, inspirada, suprema, añorable, evocadora... Pero todos estos adjetivos hay que imaginarlos en un solo golpe de voz y no yuxtapuestos como aquí, debido a que el lenguaje tiene estas limitaciones. Así, mi intento por describir la señalada experiencia resulta en una osadía. Creo que quizá podría lograrlo si lo escribiera durante la experiencia misma y en estado de inspiración excelsa, hecho que no resultaría tampoco si eso apenas dura un chispazo. Lo tratan de plasmar los poetas. Sin embargo en tal caso no resulta, a mi entender, porque cada uno interpreta después los versos a su modo.

         De todas las palabras enumeradas en el párrafo anterior, la que más me habla de esa vivencia o estado del alma es la evocación alegre. Porque noto que el sentimiento me recuerda "algo" muy apreciado por mi alma, que existe o que existió. ¿Lo habré vivido yo mismo alguna vez o es una idealización, como si uno dispusiera de un santiamén, por gracia divina, para asomarse al Paraíso?


UN FANTASMA DE DÍA

         La enorme casona señorial que existía en Avenida Inglesa frente a la calle Sanhueza, del barrio Pedro de Valdivia en Concepción y que resultó destruida en el terremoto de 1960, tenía un fantasma. Al decir de los vecinos de entonces, por los espaciosos jardines de la mansión rondaba el espíritu de una joven de belleza celestial. Los testimonios dan cuenta que este fantasma se presentaba de día, a diferencia de los que atemorizan y que se dejan ver por las noches.
        Una persona que vio al fantasma, me describió su aspecto y la circunstancia en que se materializó:
       Era un día de verano, alrededor de las 3 de la tarde. La testigo estaba en una habitación cuya ventana daba hacia la parte posterior del jardín, por lo que desde ahí no se veía la reja de la calle, pero sí se oía cuando alguien entraba o salía.
       En esa oportunidad, esta persona tomaba un reposo después del almuerzo, con la ventana abierta. En la quietud de la tarde, oyó que se abrió la puerta de la reja de calle. Alguien ingresó en el jardín, cerró suavemente y comenzó a avanzar por el caminito de cascajos. Se podían oír los pasos lentos, eran pasos de una mujer. Quien fuera, pasaría necesariamente frente a la ventana, pensó la persona en su habitación. Y se dispuso a constatar quién era, esperando el momento que la figura se viera recortada por el marco de la ventana.
      Los pasos se acercaron y se oían cada vez más nítidos. Quién será, se preguntaba la testigo. Hasta que pudo ver claramente la imagen de una mujer joven de extraordinaria belleza cruzando por su ventana de izquierda a derecha. La joven miraba hacia adelante, sin desviar la vista, por lo que su perfil era claro y perfecto.
       La aparición avanzó a pasos suaves hasta que salió del marco de la ventana. Tenía un vestido de hermosos colores claros y su cabeza iba rodeada de un halo blanco, como una nube luminosa, por lo que no se podía ver la totalidad de su cabello.
       Tan pronto el fantasma cruzó el ángulo de la ventana, la testigo se levantó de la cama y corrió fuera de la habitación, para ver mejor a esta mujer acercarse a la puerta de la galería, un par de metros más allá. Cuando tuvo una visión completa de la entrada, por donde la mujer debería verse de cuerpo entero, ya no estaba. Había desaparecido. Otra persona que oyó esta historia, dijo haber visto a este personaje el mismo día, a la misma hora, en igual circunstancia y con el mismo aspecto.
       Hoy existe un condominio en Avenida Inglesa 95. No se ha oído hablar de nuevas apariciones. A lo mejor la mujer fantasma se fue lejos con los escombros de la mansión y los jardines hoy inexistentes.

Thursday, February 19, 2009

CUANDO SE PIERDE LA PEGA HAY QUE GOLPEAR PUERTAS ALTIRO

       Mis sugerencias para cuando llegue la hora de la desvinculación (perder la pega):
                 Como el impacto emocional es fuerte, no hay que dejarse abatir y pensar que la situación se revertirá rápidamente. Tomarlo como que se nos ha presentado una oportunidad y por tanto sonreír. La peor respuesta es encerrarse en la casa.
             Las actitudes positivas hacia la nueva situación resultarán fundamentales en la solución del problema.
             Desde el mismo instante de la notificación, el afectado tiene que abrirse, mirar para el lado, moverse, tomar contactos y vencer el exceso de orgullo. Actuar, no se pierde nada.
            Hay que optar rápido por la acción porque los pensamientos se debaten entre lo positivo y lo negativo, casi sin términos medios.
          Para salir del problema no hay que dudar en usar todos los elementos, principalmente los amigos, los contactos, los parientes, los amigos de los amigos.
             Aceptar que si bien los resultados se pueden dar a la primera, también puede que no sea así. Si partimos de esta premisa, no bajaremos la guardia y pasaremos a la ofensiva. Cuando nos digan que no, sigamos golpeando otras puertas con harto entusiasmo.
            Conversar con la gente sobre los problemas, ayuda. Porque de la conversación salen las ideas. Es el momento en que la gente se acuerda de amigos o parientes en posiciones que pueden contribuir.
         Cuando se produzca el encuentro con el posible nuevo jefe, transmitir confianza, seguridad, conocimiento, humildad y buena disposición. Todo lo anterior ayuda aunque no sea necesariamente una fórmula que opere matemáticamente.
         Lo último, esforzarnos por mantener siempre la sonrisa alegre.

Wednesday, February 11, 2009

UN AUSTRALOPITECUS EN EL METRO


         Hace unos 4 millones de años caminaba en dos pies por los bosques, por las orillas de los ríos y en las costas del planeta una espacie parecida al hombre moderno, un homínido, que la ciencia ha llamado australopitecus, ya extinto. La misma fuente de conocimiento elaboró la teoría que descendemos de ese tronco del que también provienen los primates.
       Quienes tienen dudas dicen ¿si descendemos del mono, cómo es que sigue habiendo monos? Y hay quienes responden: No descendemos del mono, sino de un pariente lejano, el mismo del que salieron los monos.
      Como la teoría está armada a partir de las investigaciones de Darwin hay una reverencia generalizada a aceptarla como cierta. Y parece cierta, es cosa de ver la imagen recreada con las evidencias halladas.
    Una vez oí a un sacerdote decir que Dios creó al hombre moldeándolo a partir de un puñado de materia. Y esta materia, dijo el cura, no necesariamente podía ser puro polvo, sino que algo más: un mono. De algún modo la Iglesia aceptaría la propuesta darwiniana pero agregando algo que Darwin olvidó: la intervención divina.
      En un esfuerzo por conectar la teoría científica con la fe católica podríamos concluir que el hombre moderno proviene del australopitecus, pero no por un simple o complejo proceso evolutivo, sino por decisión del Creador. En todo caso presento mis disculpas por la extremada simpleza de este razonamiento.
     ¿Queda satisfecho usted con ambos argumentos? Claro que es difícil. Por el momento es lo que hay. Ya vendrán en el futuro otros "darwines" con otros razonamientos sobre este asunto.
    No deja de ser curioso el parecido del australopitecus de la imagen inventada con los rasgos fundamentales del ser humano, salvo que la intención del artista queda de manifiesto al colocar a este homínido en un ambiente moderno, lo que parece ser una estación de metro.
VERSION 2020.


LA MUERTE DE EULANA ENGLARO


        Esta crónica está basada en lo ocurrido a la joven Eulana Englaro, quien murió en una clínica italiana, por decisión médica; ella no estaba enferma, había sufrido un accidente que la dejó inconsciente. Veamos primero un contexto más amplio.       
       Los casos de personas que permanecen en estado vegetativo, debido a algún accidente u enfermedad, siempre atraen la atención de los medios. En enero de 1951, El Mercurio informó de la muerte del jugador de fútbol Miguel Martínez, del Atlético Madrid, luego de permanecer ocho años inconsciente debido a un extraño mal que invadió su cerebro. La fe demostrada por su esposa, quien decía que su marido era capaz de sonreír con sus palabras contra la rotunda negación de los médicos, despertó mi imaginación y escribí una historia de ficción a partir del caso.
        A mi héroe vegetativo lo llamé a Homero y a diferencia de Miguel Martínez, Homero despertó a la vida 34 años después de haberse dormido a causa de un error médico. En el relato exploré cuáles podrían ser los impactos que recibiría una persona que despierta luego de haber estado en la inconsciencia todo ese tiempo. Imaginé que las emociones serían extraordinarias: viviendo en el futuro inserto en el pasado.
         La historia de Homero la escribí hace un buen rato y la imagen de mi héroe volvió a mi mente, con la tragedia de Eulana Englaro (Italia), dejada a su suerte sin comida ni agua. Ella no resistió más de cuatro días, porque su corazón deshidratado dejó de latir. Los médicos aseguran que ella no tenía conciencia del sufrimiento. ¿Y si sufría?, se pregunta el doctor Gonzalo Alvear en una carta a El Mercurio. ¿No podría ocurrirle como la vida de los santos que ofrendan su dolor con alegría a Dios?, prosigue este médico. Pero, quienes la cuidaban hicieron un trabajo científico, brutalmente la desconectaron.
        Ése es el punto: negarle el pan y el agua a una persona para que se muera. Como hacían los nazis con los judíos en los campos de concentración. O sea, un crimen. ¿Les costaba mucho seguir sustentándola, si ya lo habían hecho por 17 años? Ella no estaba enferma, estaba en situación de inconsciencia y por tanto no podía alimentarse por sí sola.
     Me invade un sentimiento de vergüenza, por lo que seres humanos cultos han hecho con una persona indefensa. Qué pena que ella no tuvo la suerte de Homero, de volver a la vida después de ese sueño ingrato.

Monday, February 09, 2009

EL CHANFLE DE SÓCRATES

          Sócrates afirmaba sólo sé que nada sé cuando dejaba en ridículo a sabiondos llenos de ínfulas de su tiempo. Con la frase los descolocaba, porque sin duda, él sabía mucho más. 
       Porque Sócrates era conversador, dialogaba. Se dice que su filosofía era viva, porque las ideas iban surgiendo en la conversación. Los diálogos podían alcanzar resultados inesperados y sorprendentes. No se conoce ningún texto que haya escrito el filósofo.
      Cuando en sus razonamientos, ejemplos o respuestas, el filósofo llegaba a un punto demasiado abstracto y observaba que su interlocutor quedaba con cara de no comprender ni una coma, lo miraba a los ojos y se encogía de hombros.
         Sócrates se alejaba sonriendo con picardía porque su frase de término del diálogo era en sí misma una tremenda contradicción y él lo sabía. En el análisis lógico la frase no afirmaba ni negaba.
       Analicemos. En la segunda parte de la cita el filósofo decía: nada sé. Pero, en la primera afirmaba: Sólo sé que. Con eso él confesaba que sabía algo. Sabía no saber nada.
         ¿Pero, y si no sabía nada entonces cómo lo sabía?
      Por último, ¿la frase es verdadera o falsa? Esto no se puede probar, porque la cita es autorreferente. Si lo miramos desde el teorema de Gödel, que dice que una afirmación de este tipo no es decidible (no se puede decidir) dentro del contexto en el que se genera. O sea, el análisis no nos conducirá a ninguna parte. Como decía sabiamente un amigo mío frente a estas materias, «es un quebradero de cabeza». Medio malulo este Sócrates, ¿verdad?*
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   * De acuerdo con la historia de la filosofía, Sócrates  decía esa frase especialmente para ridiculizar a personas arrogantes y presumidas de sus conocimientos. Les hacía un par de preguntas de fondo a esa gente sobre su supuesto saber y les demostraba así que eran unos ignorantes absolutos. Pues bien, esta demostración le originó muchos enemigos, los que finalmente lograron que se lo condenara a muerte. 

Friday, February 06, 2009

EL ENCANTO DE LOS TRENES DE ANTAÑO

(Estación de Bellavista en Tomé, en una foto de los años 50 (1950). El tren local va con destino a Concepción.)

      Mi amigo Luis me dijo que se iba de vacaciones y que lo único que le interesaba era viajar en tren hasta Linares, ahí se cambiaría a un auto. Es que el tren me trae muchos recuerdos lindos, ir sentado, mirar el paisaje, los campos y ese ritmo único que toman los vagones, el pitazo de la locomotora, continuó. Ojalá hubiera un tren con máquina a vapor, sería mucho más entretenido. Los buses interprovinciales mataron el tren, me dijo con tono de tristeza.
    No estuve de acuerdo. Le dije que estaba idealizando una situación, que el tren que tenemos hoy no es chicha ni limonada. No tiene ninguna de las pobres ventajas de los trenes de antaño. Además, continué, hoy el ferrocarril chileno está muy lejos de acercarse a la modernidad. Nuestros trenes de hoy no tienen gusto a nada.
    El ferrocarril a vapor exhibía ese encanto sutil de viajar en un vagón con vista panorámica, nada más. Pero, el traqueteo, te lo regalo. Los chirrido de los metales destemplaban los dientes. Y cuando iba una ventana abierta entraba el humo espeso de la máquina. Los ojos de los pobres viajeros se llenaban con el fino carboncillo que arrojaba la chimenea. Una camisa blanca podría durar una pasada. Y los baños, horribles.
    Le dije a mi amigo que en vez de soñar de irse en tren hasta Linares, mejor aprovechara la comodidad del auto de su hermano. En tren arriesgaba un atropello de alguien alcanzado por la locomotora y las dos o tres horas de espera hasta que un juez diera la orden de seguir la marcha. A Linares, en auto, de todas manera.
    Y la conversación que vino después, se refirió a nuestro ferrocarril de hoy. Le dije que lo que Chile necesita es un tren bala, moderno, con el aspecto de un avión capaz de correr a unos 500 kilómetros por hora. El tren soñado por Luis no murió por culpa de los buses, sino porque no lo adaptaron a los nuevos tiempos.
     Cuando el tren reinaba, existían pocos autos, los que a su vez no eran seguros y más encima costaban caro. Tampoco había buenas carreteras. Pero, después el ferrocarril se quedó atrás por la eficiencia alcanzada por los autos, los buses y las autopistas. Faltó, entonces, invertir a tiempo, investigar y desarrollarse. Para que volver a andar en tren sea atractivo y soñado, se requiere de convoyes muy rápidos, seguros y confortables.
    Luis estuvo de acuerdo con mis argumentos y me dijo, en realidad estamos en otra época. Pero, de todas formas me informó que viajaría por ese medio a Linares y defendió su porfía diciéndome que al final, irse en tren no era más que una humorada.