Saturday, December 30, 2017

FÚTBOL CHILENO POR TV, UN DESCONOCIDO

       
Foto tomada de www.diarioregistrado.com
    S
i a usted le gusta el fútbol como un espectáculo para disfrutar en casa, a través de la televisión, me alegra que considere mi punto de vista. Cuando nos sentamos frente a la pantalla para presenciar un partido –me refiero a los internacionales de categoría– nuestro cerebro se enfoca en dos sentidos: la visión y la audición. La primera, para apreciar las buenas jugadas, el talento y la creatividad de los protagonistas; y la segunda, para oír relatos y comentarios informados, bien hablados y con sentido. Si las dos condiciones se dan, le aseguro que usted quedará muy satisfecho de haberle entregado 90 minutos de su tiempo a ver un espectáculo con merecimientos.
            Presento mis disculpas si lo que diré a continuación no es de su gusto. Creo que en Chile el fútbol por televisión es un fiasco porque, a lo menos, una de las condiciones señaladas no se cumple. No me referiré a la visión sino a la audición. Por eso, sé de mucha gente que lo dice por redes sociales, que prefiere ver un partido en modo “mudo” (o mute) por la deficiente calidad del relato y el comentario. A ese extremo.
           Quiero ser mesurado en las calificaciones y haré un esfuerzo por ser justo. Los relatores de la TV chilena no siguen las jugadas ni añaden valor a lo que estamos viendo. Los comentaristas usan clichés y rara vez emiten un juicio informado que haga meditar al espectador. Tampoco se atreven a meterse en las cabezas de los jugadores, es decir, intuir lo que aquellos están pensando y verbalizarlo, por tanto, que los auditores le encuentren sentido a por qué los hombres en la cancha hacen tal o cual cosa.  Cuando ninguno de estos aspectos de la audición se cumple, el espectáculo se vuelve pobre aunque la vista sienta agrado. Sin embargo, el espectáculo tiene que ser completo. Por eso,  muchos que hacen el mute en el control.
          Creo que este problema tiene remedio. Y he aquí mis sugerencias para relatores y comentaristas: infórmense, lean antes de los partidos textos complementarios sobre los equipos, los clubes, las ciudades a las que representan. Investiguen en la historia que sea pertinente. Revisen las anécdotas, atrévanse a interpretar aquello que el espectador no alcanza a traducir, anticípense a situaciones, conecten el fútbol o las jugadas con otras actividades parecidas. Y, sobre quienes narran, no griten, usen la riqueza del vocabulario sin cursilerías, creen giros nuevos, recurran a los juegos de palabras. Creo que si hicieran al menos una parte de esto, volvería mucha gente a ver y oír fútbol chileno en la televisión. Porque en la actualidad los partidos no son tan malos por los jugadores, sino por el relato y el comentario.