Friday, August 31, 2007

LA PERICONA FUE EL ROCK DEL SIGLO XIX


Tuve la oportunidad de ver la presentación más reciente del Ballet Folclórico de Chile, Bafochi, en un evento en el teatro Caupolicán. El grupo goza de gran prestigio y popularidad. Bonitas danzarinas.

Una de las piezas que cantaron y bailaron fue una pericona. Pegajoso el ritmo, sabroso el escobillado de los pasos de baile. La pericona tiene sangre, adrenalina, evoca y anima. Por eso cuando vi esta presentación, se me vino a la mente la idea que este baile debió ser el equivalente del rock actual, pero del siglo XIX.

La pericona es un baile, una música, compuesta de cuatro y siete versos, que nació en la Argentina y Uruguay y llegó a Chile en 1817, junto con el Ejército Libertador, que encabezó José de San Martín, según contó don José Zapiola. Ya en 1835, la pericona había echado raíces en Chiloé, donde se desarrolló y evolucionó.

La pericona --o baile del maestro de ceremonias-- vuelve cada septiembre a la escena nacional, mezclada con otras piezas del folcklore: la cueca, la trastasera, las cuecas balseadas, las tonadas. Pero, a diferencia de estas últimas, la pericona levanta el ánimo de las audiencias, las contagia.

A falta de música rockera y de medios electrónicos, nuestros antepasados del siglo XIX pudieron hallar en la pericona, un sustituto del rock. ¿A ninguna banda se le ha ocurrido interpretar una pericona con todos los instrumentos electrónicos modernos y en tiempos de rock? Quien se atreva, podría obtener resultados sorprendentes.

Thursday, August 23, 2007

IMÁGENES "SCHILENAS" PARA MIRAR, CELEBRAR Y SONREÍR

En una bomba de bencina usan este letrero para advertir a los automovilista que el aire no es adecuado para echarle a los neumáticos. Curiosa advertencia.

La fuente de soda Piratas al Paso, del redoviario de Coquimbo, necesita jóvenes para atender a los clientes. Como pueden ver, el curriculum que se les exige debe ser bastante grande, a juzgar por la redacción de este aviso puesto en una de las ventanas.


Esta hojalatería se ubica en la calle Baquedano en Coquimbo. El letrero, bastante creativo, se ve desde lejos.

El minimarket de la fotografía no tendría nada de particular si no fuera por su nombre "El Juicio", y porque se ubica exáctamente al frente de los nuevos tribunales de la calle Pedro Montt.

Este aviso puede ayudar a los parroquianos que salen de un pub ubicado frente a la plaza de Curacaví, para que levanten la cabeza y no arriesguen sus vidas.

Este colegio bilingüe de Curacaví, en realidad parece un establecimiento tri-lingüe, porque a juzgar por el cartel aquí se enseña castellano (colegio), mapudungún (curacaví, que significa encuentro de piedras) e inglés (college, que habitualmente se traduce como educación superior o universitaria).

En Olmué junto al conocido resort Agustina, era posible encontrarse hasta hace poco con este curioso letrero de venta de especies botánicas de la zona.

Friday, August 10, 2007

UN TÉ EN EL ASCENSOR

Escena de 1850 en Nueva York:

Para hablar de un negocio puntual, el empresario John Gunsman, decide reunirse con su socio en el ascensor del edificio de 15 pisos donde están las oficinas de su empresa en Manhattan. Allí se tomaron un té con galletas y llegaron a acuerdo...
Escena en el 2007:

Entrar en un ascensor hoy en día es compartir con más gente un espacio estrecho, similar al del transporte público, salvo que el sentido del movimiento es vertical y la permanencia a bordo es infinitamente más pequeña.

Por lo general en un ascensor no se habla, porque como el recorrido es tan corto, no es posible hacer amigos, ni conversar. Y cuando dos o más van chachareando sobre algún asunto, es muy difícil captar la totalidad del cuento. Allí se dan sólo fragmentos de relatos.

En definitiva, nuestros viajes en ascensor son brevísimos, el tiempo se puede medir en segundos. Fue este invento técnico el que permitió el crecimiento hacia arriba y hacia abajo de muchas zonas de las ciudades.

Antes de la creación de los elevadores, había ideas muy distintas a nuestra experiencia cotidiana de hoy. La imaginación de entonces le agregaba mucho a este medio de transporte. Fue a mediados del siglo XIX, cuando estos aparatos tomaron forma y en 1857 se instaló el primero en Nueva York. El elevador se masificaría con el paso del tiempo, como efectivamente ocurrió.

Escena en un libro de siglo XIX:
Julio Verne escribió el libro Paris en el Siglo XX en 1863, pero su obra permaneció oculta hasta 1994, año en que fue editada en la capital francesa. El autor habla allí de los ascensores a los que dio la característica de una nueva pieza de la casa. O sea, estaban el comedor, la sala de estar, la cocina, los baños, los dormitorios y los ascensores, como espacios útiles y habitables.

Verne imaginó que, como tales, estos espacios tenían que ser decorados. Y por eso, en su relato, los describió con muros muy bien pintados, bellos cuadros a modo de adornos, una mesita de centro y sillones alrededor. O sea, se podía hacer vida social mientras se disfrutaba del placer de subir o bajar cómodamente sentados. Ciertamente creyó que serían buenos lugares para charlas divertidas con invitados.

El escritor jamás soñó que los elevadores derivarían en espacios de tránsito forzado, sin ninguna comodidad, aunque muchos con espejos, como si se tratara de cubículos de baños públicos.

Wednesday, August 08, 2007

MI ENCUENTRO CON NEFERTITI


Contemplé durante varios minutos la imagen de Nefertiti en el museo egipcio de Berlín, cuyo nombre dicen que significa La Bella ha Llegado. Una rara hermosura de color terracota creada hace más de tres mil años. El busto representa a la reina Nefertiti, nacida en el 1397 antes de Cristo en El Amarna, la antigua capital egipcia. Fue la esposa del faraón Akenatón.

La historia de esta mujer presenta un velo de misterio. Dicen que el gobierno de su esposo puso a Egipto patas para arriba y le echaron la culpa a ella. Dicen que a la muerte de Akenatón subió al poder con otro nombre y dicen muchas cosas más. Quizá por esa razón, Nefertiti desapareció súbitamente y nadie más habló de ella, porque su nombre fue prohibido. Ningún relato volvió a referirse a su persona.

Pero, esta escultura que llegó a nosotros desde el tiempo de los faraones, fue el trabajo de un artista extraordinario. Tras su descubrimiento en una tumba egipcia en 1912, fue llevada a Alemania, en situaciones poco claras. Su llegada a Berlín desató otra historia misteriosa. Dicen que Hitler, enamorado de esta obra de arte, ordenó ocultarla en 1945, cuando sabía que tenía la guerra perdida.

El Fuhrer pidió que se hiciera una copia perfecta para que siguiera en el museo y que el original fuera guardado en un cajón sellado para depositarlo en una mina de sal. Luego de una investigación, la televisora Natgeo, afirmó que la búsqueda de un supuesto original continúa. Sin embargo, no dio certezas de que efectivamente se hubiera hecho una copia casi perfecta, como lo indicaban algunos testigos del Tercer Reich. De allí que después de haber visto a Nefertiti me quedó la duda: ¿vi el original o una copia? Puede que haya sido lo segundo, presumo, porque estaba en un cubo de vidrio demasiado cerca del público, como que hasta se podía tocar.

A esta mujer primero la censuraron los egipcios y después la escondió Hitler. Pero, todo intento por prohibirnos a Neferiti ha sido en vano. Ella es un ícono de atractivo femenino aún hoy.
(La foto de la reina egipcia es mía.)

Saturday, August 04, 2007

OLVÍDESE DE LA PACIENCIA DE LOS CHINOS

Hay que tener paciencia de chinos para tratar con algunas personas. Así nos enseñaron: debíamos armarnos de paciencia para enfrentar con éxito algunas situaciones y poder sobrevivir. Hay quienes usan la palabra tolerancia como sinónimo. Pero, ése no es el asunto. Quiero referirme a la idea grabada que tenemos que los asiáticos sí son pacientes.

--Estás muy equivocado, respecto de nuestra supuesta paciencia--, me dijo categóricamente mi amiga china Jingjing (foto) en un mail en el que me informó que luego de ocho meses de matrimonio, no afortunado, ella estaba pensando en la posibilidad del divorcio.

--La paciencia asiática ha desaparecido en la nueva generación de chinos, en virtud de la independencia económica lograda por las mujeres en mi país--, continuó diciéndome con un dejo de orgullo, mi joven amiga radicada en Beijing.

Pero en sus palabras yo noté un poquito de pena, también. No pierdo de vista el hecho que ella es hija única, que llegó a la capital china sola a ganarse la vida como intérprete de inglés. Jingjing dejó su hogar en una provincia del norte y cada vez que va a visitar a sus papás a su pueblo natal, le significa 15 horas de viaje en un tren.

--Una de las razones de la pérdida de nuestra paciencia, creo, es el resultado de la política china de un solo hijo por pareja. Así un niño o una niña se convierten en el rey o en la reina de la familia, porque son únicos. De este modo sus padres hacen todo por ellos, cuando los llevan al colegio, cargan con sus mochilas. Así lo niños pierden la noción de cuidarse solos. No saben y, por tanto, tampoco saben amar. Terminan malcriados, amándose a sí mismos--, continuó Jingjing en su mail.

--Déjame volver sobre la idea de la independencia económica de la mujer. Hoy en día no dependemos de nadie. Podemos hacer lo que queramos. Ya no somos ni sumisas ni inferiores como antes. Eso es una nueva realidad en China.

En su último mail advertí que Jingjing, 27 años, estaba algo molesta porque había discutido nuevamente con su joven marido. La diferencia de opiniones --según ella--, se refería a que él no aceptaba que le dijeran cómo tenía que ser un dueño de casa. Parece que esa discusión rebasó el vaso y condujo a mi amiga a pensar seriamente en llevar una vida independiente.

EN CONCE CLAUSURARON A TIEMPO EL PUENTE VIEJO


Los medios de comunicación informaron con gran detalle acerca de la tragedia del colapso del puente I-35 W en Minneapolis, Estados Unidos, que causó la muerte de seis personas.


El viaducto cayó estrepitosamente a las aguas del río Mississippi en la hora de mayor circulación de vehículos. En su caída se llevó camiones, camionetas, autos y hasta un bus escolar.

No se trató de un ataque de Al Qaeda. No se trató de un desastre natural. La armazón se vino abajo porque falló su estructura. No hubo aviso ni advertencia. Simplemente capotó.

En chile hemos tenido un caso parecido, el puente sobre el río Loncomilla, que cayó por una falla de construcción a pocos meses de haber sido entregado al uso público. Sin embargo, tenemos un ejemplo contrario, que demuestra prevención, capacidad proactiva frente a un eventual siniestro.

El caso que menciono se refiere al puente viejo sobre el río Bío Bío en Concepción. Construido primero de madera en 1937, posteriormente se lo transformó en un moderno viaducto de concreto. Las autoridades de la ciudad, sin embargo, decidieron dejarlo fuera de servicio y clausuraron sus dos accesos en el invierno de 2002, por temor a que se pudiera desplomar por el exceso de uso.

El puente viejo, con sus casi 1.500 metros de largo, es hoy en día una reliquia, pero a su vez, un ejemplo de previsión. Si esta virtud de prevenir estuviera presente de veraz en todo Chile, entonces crucemos nuestros puentes sin sobresaltos. En Estados Unidos no pueden decir lo mismo. ¿Cruzarán seguros, por ejemplo el Golden Gate en San Francisco?