Wednesday, November 17, 2021

KAFKA CREA UN NEXO ENTRE LA TORRE DE BABEL Y LA GRAN MURALLA CHINA

ESTA FAMOSA PINTURA del pintor renacentista neerlandés Peter Bruegel, "El Viejo" (1525-1569), describe el relato bíblico de la Torre de Babel.  La arquitectura elegida por Bruegel para su Torre está inspirada en el coliseo romano. La pintura se halla en el museo Kunsthistorisches de Viena.

         Cuando estaba en plena construcción, la Torre de Babel no continuó adelante porque de pronto los albañiles, ingenieros y arquitectos,  comenzaron a hablar cada uno en un idoma distinto, desconocido para el resto. Nadie entendía nada. Tal confusión fue un castigo de Dios por la desmedida pretensión humana. Consecuencia de esta nueva situación, la obra se detuvo y no se reanudó. Según la fe ese episodio bíblico dio origen a las diferentes lenguas.

       Pero, regresemos a la idea de construir la Torre, originalmente concebida con el ambicioso propósito de llegar al Cielo. La súbita incomprensión de las lenguas entre los trabajadores pudo no ser un obstáculo eficiente, porque al fin y al cabo podrían haberse hecho entender ya fuera por señas, gestos, guiños y, de seguro, habrían aparecido los intérpretes y los traductores. Sin embargo, la construcción llegó hasta ahí porque la raza humana comprendió el mensaje: la voluntad divina. Además el edificio se vino al suelo.

          De esta narración bíblica ha surgido mucha literatura. Cito uno de esos ejemplos del campo de la ficción.

          En su cuento «De la Construcción», Kafka*, habla de un letrado que compuso un libro cuando se inició la Gran Muralla China y que ese autor hizo un paralelo entre la Torre de Babel y la nueva construcción, reconociendo, eso sí, que la Muralla era muy posterior. 

           Sigue Kafka diciendo que el letrado postuló la tesis, con documentos en mano y luego de una visita al lugar, que la Torre de Babel colapsó debido a la debilidad de sus cimientos. Pero que ahora se podría iniciar la construcción de una nueva Torre a partir de la Gran Muralla. Kafka, en su entretenido relato (¡como lo son todos!) añade que en ese libro, sin embargo, no queda claro si el letrado se refiere a ¿usar de Gran Muralla como la base de la nueva Torre? Y termina conjeturando que la propuesta es todavía más confusa (tanto como la separación de las lenguas) si tenemos en cuenta que la Gran Muralla no presenta una planta circular...

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*  Franz Kafka: "La Muralla China"


Sunday, November 14, 2021

PROPAGANDA EN ESTA SEMANA DE ELECCIONES

TOMADA DE CAMBIO21.CL

          Tanto la publicidad como la propaganda son recursos retóricos para persuadir y, por consiguiente, convencer. La publicidad puede llegar a ser creativa, mientras que la propaganda no tiene esa obligación, aunque lo intente, sólo que es por naturaleza majadera.

          Una publicidad que no destaca por su creatividad puede llegar a no vender el producto que promueve. Otras veces puede ser tan atractiva que el espectador se olvida de comprar eso que ella vende. Hay muchos matices, lecturas y resultados sobre este asunto y en la vida diaria estamos llenos de ejemplos.

         La propaganda política en cambio es ruidosa, etridente, machacadora, muchas veces desvergonzada y otras tantas, ridícula. Por lo general, trata al espectador como a un tonto. Por esas características, la propaganda se concentra en las temporadas de elecciones, si es que hablamos de democracia. Si se tratara de dictaduras, la propaganda está ahí siempre.

         Cuando más se acercan las votaciones se hace más intensa. Está en los medios tradicionales y también en las calles, en las plazas. La propaganda no tiene piedad con los públicos, no escatima en gastos y le importa poco la estética común, así como los graffitis en los muros. Es un temporal de promesas que cuando se cumplen los plazos quedan denudas.

          La publicidad, la propaganda, las relaciones públicas, el periodismo institucionalizado, los opinadores a sueldo, etc. emplean técnicas de comunicación que promueven la «buena onda» del sistema y uno se pregunta si se proponen que nos adormezcamos para que no cambie nada.  

Saturday, November 13, 2021

UN NUEVO PROBLEMA MARCIANO, ¿HACIA DÓNDE IR?

EL ROVER PERSEVERANCE pasará por el
portezuelo que se abre entre esos dos cerros marcianos.
        Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Estos versos de Antonio Machado contienen una profunda sabiduría popular y ancestral. En cambio los antropólogos dicen que desde que en la tierra habitan los humanos hay caminos. Aunque ambas afirmaciones se vean contradictorias, concedámosle a la primera un valor poético y filosófico porque no se refiere a espacios físicos sino al tránsito de los seres por la vida...

       Quiero trasladar esta aparente dicotomía al ambiente marciano, donde a lo menos cuatro ingenios robóticos no tripulados recorren su superficie. Primero, allí no hay caminos. No los hubo jamás ‒por lo menos hasta donde sé‒. Tampoco hay vida  ‒hasta ahora no se han dado pruebas en contrario‒. Con estas dos afirmaciones entre rayas, yo me pongo a cubierto. Pero, sigamos...

       Para abrochar quedémonos con los antropólogos. Si en Marte no hay caminos porque no hay seres vivos libres que los necesiten, los rovers (robots) manejados desde la tierra, avanzan a campo traviesa o sea, sobre un nivel bruto y yermo trasladándose hacia adelante. 

     ¿Para dónde vamos? Para allá, no, para este otro lado, por acá, por acá...

        Evidentemente que no es tan así la cosa, los científicos deben ir haciendo sus apuestas basadas en sus intereses mientras las ruedas de los rovers corren sobre sustrato marciano a la velocidad de una tortuga. Y las huellas que quedan registradas en ese planeta, si no las borran los vientos y las tormentas de arenas, ¿podrían ser clasificadas alguna vez como caminos que conduzcan a visitantes futuros hacia ninguna parte?

      Este es un problema científico con un fuerte componente filosófico que será recurrente en otros planetas por visitar.
 

Thursday, November 11, 2021

EL «ULISES» DE JOYCE EN LA CONSULTA DE UN MÉDICO

 
          De «La Odisea» sabía harto. Siendo niño como todos leí primero la versión de la colección Billiken, después vi la película (Kirk Douglas) y más tarde disfruté del relato íntegro de Homero. El protagonista era Odiseo o Ulises. Cuando aún era estudiante liceano sorprendido abrí bien los ojos al tomar conocimiento de la novela «Ulises» del irlandés James Joyce. Durante una clase en mi liceo, un compañero de curso de apellido Villa (Juan Villa, hoy abogado) le pidió una opinión a la profesora de castellano de apellido Batarce (Graciela Batarce) sobre ese libro. Ella no se sorprendió con la pregunta y le respondió que con respecto a ese  «Ulises» los comentarios eran dispares y que sólo el tiempo decantaría la obra y que quizá la historia terminaría con la controversia. Con su respuesta, algo a la rápida y quizás incómoda, Graciela no fue al fondo, ni a la trama, ni a los personajes ni a la forma de la obra. Pero, a partir de lo que ella dijo entendí que "Ulises" estaba ahí haciendo ruido en el medio académico y en el mundillo intelectual penquista.

          Muchos años después el libro llegó a mis manos y quise salir del empacho que me tenía metido desde los años 60. Comencé a leerlo y, confieso, no pasé de la página 5 (de un total de 720). No le hallé ni patas ni cabeza y eso que estoy bien entrenado porque leo harto. Tiempo después intenté de nuevo hincarle el diente un par de veces y renuncié en cada oportunidad por el mismo motivo. Ocurrió que en una reunión social conversé con un médico sobre literatura, llegamos a «Ulises» y él sí lo había leído. Le conté mi problema para enganchar con la trama y me aconsejó intentar otra vez y que tratara de pasar de la página 30. Y me añadió que era una obra extraordinaria, que incluso inspirado por ella él había viajado a Dublin nada más que para recorrer las calles de la ciudad donde se desarrollaba la acción y visitar el castillo desde donde se veía el mar (color verde-moco, según Joyce) de esa bahía irlandesa; en fin, razones no le faltaron para ir de paseo a Irlanda.

         Después me pregunté qué ventajas tendrían aquellos que lo leyeron de las que yo carecía que no podía avanzar por los entresijos del relato. Con el orgullo herido ataqué de nuevo pasé de la página 30, como me lo prescribió el médico, y rematé en la 720. ¡Leído! Ahora podría yo darle mi opinión al entonces estudiante Villa, quien la solicitó a la profesora 50 años antes. Les resumiré aquí mi punto de vista y no la que hubiera leído u oído de otros.

          Para meterse en ese libro no hay que ir con ideas preconcebidas ni con la esperanza de seguir una historia hasta el final. Una exigencia de Joyce es presentarse en blanco. Los estudiosos dicen que el nombre se debe a un paralelo con las peripecias del Odiseo de Homero. Pero, la gran diferencia está en que la historia del héroe de Joyce, llamado Leopold Bloom (Ulises) transcurre en un solo día (en 1904), en cambio la de Odiseo tomó 10 años.

          No hago referencia al contenido porque no es mi propósito aburrirlos con un análisis si hay tantos disponibles por todas partes. Me enfocaré nada más en lo que para mí fue realmente lo novedoso: la forma. Joyce ensaya aquí todos los tipos de relatos posibles: poesía, música, prosa, pentagramas, textos sin puntuación, empleo de algunos espacios sin escribir, como desafiando al lector a que los llene. En la forma se descubre una estética nueva de la lengua, que rompe con todos los relatos lineales de siempre y con el sentido común. El héroe es un diletante, uno más. Sus construciones gramaticales resultan intencionadamente estrambóticas. Como que el mismo Joyce hubiera estado hasta la coronilla con lo que había leído hasta entonces y que por eso exploró algo distinto. De allí su audacia de zambullirse en un estilo que no existía en el que da al lector libertad para significar las oraciones. Por eso, la dificultad de entrarle a la primera. Y resulta curioso pero la persona que lee ‒en algunos pasajes‒ se puede reír a carcajadas, como a mí me ocurrió, por lo insólito de su lógica llevada al límite de la cordura. Tal sería, desde mi punto de vista, lo cautivador de este libro.

       Usted lector me podría consultar: ¿Lo leerías de nuevo? Mmmm, quizá sí, en atención a que la primera vez me lo planeteé como un desafío, como un este no me la gana. ¿Una segunda vez?Probablemente sí, pero sería por placer. Igual, buena la pregunta.

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Dos apuntes sobre el texto anterior:

Lenka Franulic escribió lo siguiente: "El Ulyses no será jamás un libro para el grueso público debido a las enormes dificultades que encierra su lectura".

Umberto Eco, científico, escritor y filósofo italiano dijo respecto del tema de las interpretaciones de textos: Hay dos tipos de lectores, el semántico que es aquel que busca contenidos, cuentos o historias en los libros y el lector crítico que lee y analiza buscando la belleza del trabajo del escritor, su estilo, su idea, la armazón, su punto de vista. Para este último tipo de lectores fue escrito Ulises. Punto.


  

Wednesday, November 10, 2021

LA CURACIÓN EN LA MÚSICA

 
         Cualquiera sabe que un largo y aburrido viaje en auto o en cualquier medio de transporte se puede mitigar con música popular. Los viajeros cargan sus equipos electrónicos con sus canciones preferidas y, nos fuimos.

        El problema se presenta cuando la retahíla de temas se escucha por segunda o por tercera vez. Eso aburre porque sabemos el orden: cuál es primero y qué le sigue. No hay sorpresa. O sea, el asunto es la curación que es la selección de las canciones y su yuxtaposición. Ahí parece estar la clave.

          Si uno escucha una radio, todos los temas que difunde han sido oídos  una multiplicidad de veces. Lo que sorprende o hace que el auditor permanezca en la sintonía es la sucesión, la concatenación. Y conseguir eso es un arte lo construyen artistas programadores (curadores) en sus momentos de inspiración. Decidir qué va primero, qué cosa después y cautivar al público con la propuesta no debe ser nada fácil.

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Tim Cook, mandamás de Aple, dio una charla sobre este asunto de las curaciones en la música popular. El hombre sabe de la importancia del ordenamiento de los discos por su impacto comercial.

Tuesday, November 09, 2021

LAS PROFUNDIDADES DE LO PEOR

 
         Lo mejor tiene un solo nivel,  quizá lo óptimo estaría más arriba, pero es como lo mismo. En cambio, lo peor presenta varios escalones que conducen hacia lo más oscuro. Esas gradas sombrías carecen de nombre por lo fatales. Siempre se podría estar más mal. Pero, no quiero que se confunda esta afirmación como esos consuelos vanos de optimismo negativo.

        Veamos ejemplos en la literatura acerca de lo peor. En «Un Día en la Vida de Iván Denisovich», de Solzhenitzyn, las cosas van cada vez más para mal. En las cárceles soviéticas, esas de Siberia, el sufrimiento y la humillación de los cautivos eran extremos. Sin embargo, todos los internos sabían que debían evitar castigos adicionales que harían la vida aún más deplorable. O sea, dentro de ese infierno ya destestable, había otros más horribles aún que era mejor eludir. Bueno, y así suma y sigue, después de ese segundo infierno había aún más. Esas escalas de la degradación hacia lo profundo hacían que los prisioneros agradecieran el hecho de estar en los primeros niveles, ya de por sí insufribles... 

       El capitán Buinovski, personaje de esta novela, quien era un ex prestigioso marino, por una nimiedad el jefe de los guardianes soviéticos, lo condenó a pasar una temporada en esa celda de castigo para presos díscolos. Esa que todos sabían que era horripilante y de la que nadie comentaba detalles. Pocos imaginaron que el ex marino podría salir vivo de allí y siempre lo ayudaron con buenas vibras. Pensaban que si  tuviera la suerte de sobrevivir, lo esperaba otro recinto de «recuperación» pero no para vivir sino para terminar sus días.

      No obstante, la novela guarda una cuota de esperanza. Este ejemplo de que lo peor no tiene límites viene al caso cuando a veces, en meditaciones pensamos que en nuestra realidad mucha gente lo pasa mal, muy mal. Y si nadie solidariamente acude en su ayuda, para ellos sus vidas seguirán escalas abajo. No nos olvidemos de esa gente.    

Monday, November 08, 2021

DE LO PARTICULAR A LO GENERAL


            Hay profesiones compartimentadas en demasía, hecho que se podría graficar: los árboles no dejan ver el bosque. Ocurre con las especialidades de la salud. Y ya no son las clásicas: gastroenterólogos, traumatólogos, urólogos, cardiólogos, por dar ejemplos. No, las especialidades se han fragmentado aún más. Y eso es bueno por el nivel de conocimiento y dominio puntual, pero presenta un inconveniente. Las opiniones de estos médicos redundan en lo suyo, sin que ninguno dé un veredicto desde la generalidad.

          Cualquiera que haya consultado a un especialista y le haya hecho una pregunta amplia, el médico se abstiene y deriva la opinión porque el celo parece ser muy fuerte. Como que hoy en día faltaran médicos generales, doctores con visión de conjunto, capaces de emitir un primer juicio, una aproximación, sobre indicios de mal funcionamiento en cualquier recoveco del cuerpo humano. 

         Es el resultado de la parcelación profesional, muy valiosa y un gran progreso, sin duda. Pero, el pero es que al fin, la mirada desde arriba corre por cuenta del paciente.

Saturday, November 06, 2021

ES BUENO QUE SEAMOS TANTOS

                  Debe existir el número máximo de seres humanos que el planeta sea capaz de tolerar. De ser así, si traspasáramos esa cifra, la vida ‒como la conocemos‒ comenzaría a degradarse. Quizá alguien ya hizo el cálculo sobre cuál es ese máximo. Para el 2020 [el último dato conocido] en el mundo habíamos 7.750 billones de habitantes. Consumiendo aceleradamente todos los recursos que el agua, el aire y la madre tierra pueden proveernos, la vida aún es bella. Pero debe haber un límite.

             Sin embargo, en lugar de entregar mi visión cuantitativa cargada de pesimismo, que parece ser la que impera, daré mi perspectiva desde la calidad. Y es sencilla: el mundo es bueno y bello porque habemos tantos. No somos solamente un rebaño gigantesco que se abulta a cada segundo dando la impresión de repletar las capacidades planetarias. Veo que en la enorme masa humana surgen destellos de brillantez, de genialidades.

                 Gracias a que somos tantos, hay más posibilidades que aparezcan ideas revolucionarias para transformar lo que haya que transformar y hacer lo aconsejable. Si no fuéramos el número que somos, hoy estaríamos en otro momento de la historia pasada. De la cantidad de seres del ahora o de la que seamos mañana saldrán las mentes que aporten las soluciones de los problemas que nos aquejan.

                    Y es justamente hoy que ya vemos como los jóvenes visualizan el futuro y que asoman propuestas para mejorar nuestro mundo. Los medios abusivos que nos oprimen, que estrujan el planeta movidos por la insensatez de amasar fortunas tendrán que modificarse. Deposito mi fe en la fe y en que de los números ‒o sea, de entre las personas que somos‒  emergerá eso que necesitamos.  


Thursday, November 04, 2021

URGENTE SE NECESITAN POETAS

           Nos sobran ingenieros comerciales, expertos y economistas*. Nos faltan músicos, pensadores y poetas. Pongamos un aviso: Se necesita poeta con harta experiencia o con poca, nos da lo mismo. Enviar su CV a nuestra dirección, incluya una foto tamaño carné. Trabajo: imaginar un camino de salida a nuestra realidad que es ya una aporía. ¿Funcionaría algo así? Puede que haya llegado la oportunidad para el arte.

           Veamos por qué hemos ofrecido un puesto a un poeta. Según el teorema de Kurt Gödel, [equivalente a la teoría de la relatividad de Einstein]  nunca llegaremos a la verdad porque estamos encerrados en axiomas y procedimientos. La cabeza no nos da para conseguir la salida. Nuestro pensamiento tiene límites y no podemos hacer más, toda las ciencas y la filosofía juntas terminan en el punto de partida, en lo no demostrable. Es como estar conscientes de que nos pisamos la cola, que estamos empantados sin posibilidad de escape. De ahí la aporía. 

      Estudiosos sugieren que sólo los poetas tienen la llave de esa puerta hermética. Dicen que la poesía no viola el teorema de Gödel porque ella  no se basa en axiomas y reglas y goza de toda la libertad para el uso del lenguaje. 

       Añaden: «los poetas escapan a las garras del maldito teorema porque trabajan en el campo del misticismo». Y a este respecto, qué mejor nombre que Rainier María Rilke, quien en sus Elegías del Duino llama a escuchar con humildad la voces de los ángeles.

        Otra opinión, no lejos de la anterior, sostiene que a la poesía no hay que buscarle sentido con los códigos de la comunicación corriente. En el caso poético, los códigos están en las palabras mismas que se han utilizado y en los versos mismos. Intentar con nuestra semántica del día a día pretender traducir lo que dice una poesía es un error, además de ser imposible. Hay que poner de nuestra parte, porque muchas veces el mensaje está escondido en las metáforas y en su polifonía.** 

      «Se trataría de gestos del espíritu hacia algún tipo de perfección», nos dice por su lado el escritor José Ingenieros en su intento por definir a los poetas.

Herman Hesse aporta lo suyo: 

«... siempre consideraré como función del poeta el recordar, el no olvidar, el guardar en palabras lo perecedero, el evocar el pasado a través de la invocación y la descripción llena de amor. Es el estado supremo y más deseable de nuestra alma: amor si avidez».

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* Esta afirmación no tiene por fin menoscabar el trabajo de estos profesionales.

** «Los Límites de la Interpretación», Umberto Eco,