Thursday, August 14, 2008

LAS VOCES QUE DESAFIARON AL TIEMPO

      La muerte reciente, por causas naturales, del excelente Isaac Hayes marcó, al menos para mí, el cierre de una época extraordinaria del soul.

      Hayes murió el 10 de agosto de 2008, en Memphis, a los 65 años. Su voz profunda la recordaremos y junto con eso su clásico Tema de Shaft será registrado por la historia.
     Una combinación maravillosa de instrumentos electrónicos, bronces, percusión y un ritmo que cala, nos recordará por el resto de nuestras vidas, esta magnífica composición musical de Hayes, que narra como en la serie de TV, la vida de John Shaft, un policía neoyorkino incomprendido.

      Si usted quiere escuchar el Tema de Shaft pulse abajo y puede que comparta mi admiración.


       Otra voz que fue acallada mucho antes, Marvin Gaye (+1984) pasará a la historia con su fenomenal Sexual Healing. Creada por Gaye mientras estaba en Bélgica, llegó a ubicarse en los primeros lugares de las encuestas disqueras.

Una versión periodística, nada que ver con el artista, lamentó su muerte, pero le lanzó una palada de tierra cargada de olvido. Dijo una nota de la agencia norteamericana AP que con la vida artística de Gaye nunca pasó nada, salvo Sexual Healing. Pronto ya nadie lo recordará, decía impúdicamente aquel texto de prensa. 

Si a lo anterior sumamos la circunstancia de la muerte del cantante, fue todavía mucho más duro leer eso. Gaye murió de un balazo disparado por su padre en una discusión familiar el 1 de abril de 1984. Desde entonces Sexual Healing y muchas otras canciones como Let's get it on siguen oyéndose aventando esa palada de olvido echada por una nota periodística. 

Tuesday, August 12, 2008

LA SERPIENTE DESCRITA POR HERNÁNDEZ PARKER



     A un desaparecido maestro del periodismo, Luis Hernández Parker, HP (foto), en uno de sus comentarios Tribuna Política de la ex Radio Portales, hacia finales de los sesenta, le oí decir que Santiago tendría en los años venideros un tren subterráneo o metro, como las grandes capitales.

     Recuerdo que HP se refirió más o menos en los siguientes términos al avance modernizador del transporte público en Santiago. Dijo: Un día no muy lejano, Santiago será distinto porque incorporará el servicio del metro. Entonces veremos diariamente a una serpiente de acero deslizarse suave y rápidamente por el subsuelo de la ciudad.

      Para entonces, el metro era un sueño y HP nos dio una visión, acorde con sus tiempos. Cuando lo oí, con su voz carraspeada, hablarnos de la serpiente de acero, me imaginé vívidamente ese tren subterráneo culebreando por túneles subterráneos.

           Cuando por fin se construyeron los primeros tramos del metro, este medio de transporte limpio y puntual, se convirtió de sueño en orgullo nacional. A los turistas se los invitaba a viajar en metro: limpio, rápido, suave, holgado, moderno. Estábamos todos ufanos.

    La ciudad siguió creciendo. La gente se fue a vivir cada vez más lejos y las líneas se multiplicaron. Hoy las serpientes de acero son centenares. Lo que no imaginó HP y con esto no se lo reprocho— fueron esas serpientes de sangre caliente, integradas por seres humanos, que se agolparían en las escalas cada día tratando de conseguir un lugar. Adiós sueño, chao orgullo nacional.

Tuesday, August 05, 2008

EL MEJOR DE TODOS MIS REPORTEROS



   Una forma de viajar es soñar. Y para que el soñar sea más real que un simple sueño, hay que inventar. Como entonces quería viajar y no podía, inventé a alguien que lo hiciera por mí, un corresponsal en viaje que iba por el mundo enviándome noticias cada día. Y para que esto fuera todavía más concreto, a mi corresponsal le puse un nombre: John Callaway. Y para abundar en la verosimilitud yo escribía las notas que supuestamente me reportaba Callaway desde cualquier parte y las publicaba, en un diario real (eso lo expliqué a mis lectores reales). Llegamos a un acuerdo con John y lo "contraté" para que trabajara para mi publicación.
      De modo que tuve a mis lectores pendientes de los percances y chascarros de Callaway por meses, mientras yo atendía los servicios internacionales de ese periódico hoy desaparecido.
    Está claro que los reportes de Callaway no dieron nunca un golpe periodístico en los lugares remotos en los que se encontraba, pero sí entregaron una percepción imaginaria de lo que allí estaba ocurriendo. Eran un punto de vista subjetivo, un relato en primera persona. Por eso yo le tenía estima a Callaway y le "ordenaba" desde mi modesto escritorio provinciano desplazarse urgentemente a tal o cual parte del orbe. Si estaba en Saigón (Vietnam), Callaway preparaba sus maletas, abandonaba el hotel, tomaba un taxi, se iba al aeropuerto y volaba a El Cairo, lugar al que yo le había pedido que viajara. Desde allí me hacía el reporte solicitado. Y ese reporte lo leía la gente, clientes del diario en el que yo trabajaba.(*)
       Era un juego divertido que me entretenía. Era soñar con los ojos abiertos. Imaginaba que la tarea de mi corresponsal debía haber sido extenuante, viajar y viajar por todo el mundo: comprar boletos aéreos, reservar hoteles, ir al foco de la noticia para reportear, volver al hotel a despacharme su informe. Ese periodista no veía nunca a su familia, su hogar eran los hoteles y los aeropuertos los sitios donde pasaba la mayor parte del tiempo, esperando las más alocadas conexiones. Nunca protestó por las órdenes que yo le impartía. Siempre obtuve de él la misma respuesta: ok sir!
       Sólo una vez me pidió venir a Chile. Tenía interés en cubrir la noticia del hallazgo de los uruguayos perdidos en Los Andes. Rechacé su solicitud, porque tenía servicios suficientes aquí.
     Quizá por esa negativa, perdí la oportunidad de "conocer" a John personalmente. Me caía en gracia por lo encendido de sus informes, pero, sobre todo, por su dedicación al trabajo. Una vez en Washington reporteando un cambio de presidente para mi diario, terminó su despacho señalando que el día había sido tan agotador que terminaba su informe desde el bar del hotel Baltimore junto a un vaso de whisky on the rocks. Le perdoné el giro frívolo de su actuar en virtud de su esfuerzo. Porque, además, al día siguiente Callaway debía agarrar su maleta, dejar temprano el Baltimore y dirigirse al aeropuerto Dulles. Desde Concepción, Chile, yo le había ordenado volar a Manila, para que me preparara un informe lo más completo posible del movimiento rebelde de Mindanao, que amenazaba el poder del filipino Ferdinando Marcos.
      Así era la vida de Callaway. Luego de meses de trabajo decidí terminar con sus servicios. Cuando le comuniqué la decisión, mi corresponsal estaba en Nepal, reporteando, a solicitud mía, una nueva expedición al Everest. Ningún periodista como él ha estado en tantos lugares y en la cobertura de noticias tan relevantes. Creo que ninguno como él gozaba tanto reporteando.
     Cuando sus crónicas dejaron de aparecer en el diario de Concepción, algunos lectores amigos me preguntaron que qué había pasado con John. Les dije que por razones de fuerza mayor habíamos tenido que terminar y que en Nepal había enganchado de inmediato un nuevo empleo en una agencia internacional de noticias.
     Hoy cuando han pasado tantos años, John debe seguir viajando por el mundo, saltando de noticia en noticia. Imagino que debe estar en primera fila, en la cobertura de las olimpiadas de Beijing; porque el mejor reportero es el que creas tú mismo.
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(*) El diario era Noticias de La Tarde y el público sabía o intuía que la comuna la firmaba un reportero imaginario, aunque los hechos narrados eran reales, obtenidos de las agencias de noticias serias.

¿SE HAN FIJADO QUE LOS ECONOMISTAS METEN MIEDO?

Debe haber alguna razón por la que economistas –imagino que del sector especulativo de la economía—se dedican a hacer pronósticos. Nunca he leído o escuchado de ellos vaticinios optimistas. Son garúes de los malos resultados, de las escasas ganancias, de las alzas desmesuradas, de un futuro negro.

Son economistas con nombres y apellidos que viven a la sombra de grandes empresas, de institutos, de universidades, de organismos internacionales. Y desde ahí ejercen su tarea de predecir porvenires caóticos.

Esta gente tiene harta prensa para cuando hacen sus anuncios, pero desaparecen de las cámaras cuando expiran los plazos para que tales anuncios se cumplan. Nadie dice nada y la prensa no los busca para que den las explicaciones del porqué de sus predicciones erradas. Los lectores nos quedamos con el susto inicial, susto que desaparece cuando la realidad dice presente. “Los porfiados hechos”.

Estos economistas no perciben dinero por hacer sus anuncios sombríos en ruedas de prensa. A quienes sí comprendo cuando no aciertan es a los meteorólogos. Ellos hacen sus pronósticos buenos o malos, que se cumplen o no, pero viven de eso. Se ganan la vida de ese modo. En cambio los economistas agoreros meten miedo gratis.

Veamos una muestra. Leo El Mercurio on line de hoy dice: Economía crece un sorpresivo 5% en junio. Analistas (economistas) estimaban que el Indicador Mensual de Actividad Económica, IMACEC, de junio llegaría a un 3,1% en promedio.

No sigamos más con este asunto, ejemplos, tenemos por montones.

Wednesday, July 30, 2008

EL PECADO DE LOS ADOLESCENTES

Un psicólogo --respetado entre sus pares-- me dice: la adolescencia es un invento posterior a la segunda guerra mundial. Incluso, me dice, ni siquiera el nombre es correcto, eso de adolescente, na’ que ver, cómo que los jóvenes adolecen de algo.

Parece que antes de 1939 los niños pasaban de esa edad a la madurez como de un ¡suácate! Se hacían hombres o mujeres, los primeros iban a las fábricas, a las milicias, mientras que las segundas a la labores de casa y también a las fábricas.

Los adolescentes son un fenómeno de nuestra sociedad de postguerra, en que niños mamones critican a sus padres y viven y conviven a su alero por años. Frente a ellos, los papás pierden autoridad y los muchachos comienzan a ingresar en la edad madura probando: el alcohol, los cigarrillos o la droga, a veces, llevando vidas paralelas.

Los papás sufren y hasta temen las reacciones de sus hijos en esa edad de transición. Leen libros de autoayuda, adoptan posturas acartonadas y formales para recuperar la autoridad, consultan a especialistas. Pero, allí están los adolescentes amurrados, molestos, ausentes, pesados.

Sólo en este marco contestatario llego a comprender en parte actitudes como el caso de la niña del jarro de agua. Y también en ese contexto, llego a comprender a su madre. ¿Será que la apoya porque ella misma teme, sin decirlo, que un día le llegue un jarrazo de agua fría?

Por cierto, que entre los adolescentes hay muchas, muchas excepciones.

Wednesday, July 23, 2008

ENTRE UNA SONRISA Y UNA VERGÜENZA


La Barra es una fuente de soda, con patente de expendio de cervezas, ubicada en Pedro Aguirre Cerda 688, en el sector El Llano de Coquimbo. Es un lugar rico, adornado con fotografías antiguas, bancas de madera, mesones con superficies de cerámica y, sobre todo destaca la atención. Esto último, me dicen, porque es un empresa familiar.

Me recomendaron que pidiera el plato de la casa, por su precio, por sus ingredientes y por su sabor. “Los ases que venden ahí son exquisitos”, me dijeron. Claro, pensé, si se trata de la carta más importante del naipe, el as, el campeón; o del golpe más letal del tenis, un ace, debe ser así.

Nos sentamos a una de esas mesas rústicas con cubierta de cerámica. Llegó la persona que atendía, con una sonrisa, nos extendió la carta. Y ahí se me produjo mi sorpresa o estupor, motivo de este post. La carta decía: chacarero: 2.300 pesos; Barros Lucco 2.200 pesos; Completo 700 pesos; Ass especial 900 pesos.

Quedé pensando antes de reaccionar. Mi anfitriona (mi hija) me dijo pide eso. Y, claro, lo hice. Pedí un ass que estaba –dicho sea de paso--, exquisito, carne sabrosa bien condimentada en pan de completo.

Cuando llegué a mi casa me fui directo al diccionario Simon and Schuster’s para confirmar mi duda:

Ass significa asno, torpe, en una primera acepción. Y en la segunda, dice: nalgas, culo. Por pura pretensión la familia administradora de La Barra le agregó una “s” al final de as, sin saber, al parecer, el efecto de la nueva palabra: ass.

Si usted está en una reunión social con damas en esa fuente de soda y le ofrecen ese bocado, ¿cuál de las dos acepciones –burro o nalgas--, se le viene a la mente para evitar una ligera vergüenza o una disimulada sonrisa?

Monday, July 14, 2008

UNA LAMENTABLE ACCIÓN DE UNA NIÑA


El jarro con agua que una alumna lanzó a la ministra de Educación, Mónica Jiménez, es un acto que no tiene precedentes en nuestra historia.

El gobierno culpó a los profesores, los profesores se lavaron las manos diciendo que no podían responder por todo, pero justificaron el malestar de los muchachos. ¿Qué dirán los padres? (1)

Formulo la pregunta porque sólo falta por conocer ese punto de vista, del tríptico que, en la formación de las futuras generaciones, integran la autoridad política, los docentes y los padres y apoderados.

El episodio no es un acto de orgullo para que quede como un ejemplo registrado en la historia, porque habla mal de los jóvenes, de su formación y de quienes les entregan valores: los profesores y sus familias.

Es muy peligroso eso que sostienen los docentes porque envalentonan a los muchachos. Y digo peligroso, porque si bien le pudieron faltar el respecto a un ministro de estado y particularmente a una mujer, un día las van a emprender contra sus profesores.

No es raro ver imágenes de alumnos castigando a sus maestros en sitios de internet. Y ahora comprobamos que no es raro que le falten el respeto y humillen a una ministra.
Si estas cosas no se corrigen, no sólo peligra la democracia, sino que el mundo quedaría vuelto al revés: que los propios estudiantes se pusieran las notas so pena de una fleta para los profesores que se negaran.
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(1) La madre de la niña respaldó la acción y la justificó. No tengo comentario al respecto.

Wednesday, July 09, 2008

¡QUÉ POCO HA CAMBIADO EL MUNDO!

Cardenal Mazarino.
El siguiente es un extracto del libro que acabo de leer Breviario para Políticos, del Cardenal Mazarino (1602-1661). Los comentarios entre paréntesis son míos.
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No intentes, en ningún caso, atraer la amistad de alguien imitando sus defectos.
(Ponerse a fumar, por ejemplo).

Si quieres contar con la simpatía de la gente de pueblo, promételes gratificaciones materiales, son las que causan efecto. Al pueblo, la gloria y los honores le son indiferentes.
(Esto lo practican algunos candidatos).

Si un inferior te invita a su mesa, acepta y no critiques nada. Compórtate con exquisita cortesía. Sin embargo, aunque la conversación sea distendida, mantén una cierta gravedad en tu actitud. (Nunca tan familiarizados, tampoco).

Cuando acometas una empresa, no te asocies nunca con alguien más competente y capacitado que tú. (Seguro que vas a salir para atrás).

Guarda siempre algunas fuerzas de reserva, para que nadie pueda conocer los límites de tu capacidad. (Buen punto).

Si tienes que abandonar un cargo, evita que tus sucesores posean capacidades visiblemente superiores a las tuyas. (No depende de uno, pero es seguro que serán mediocres).

Abstente de intervenir en discusiones en las que se enfrenten puntos de vista opuestos. (Porque necesariamente vas a tener que matricularte con una de las partes y te ganarás enemigos).

No des la impresión de mirar fijamente a tu interlocutor, evitar adoptar un aire triste y sombrío. No gesticules en exceso, mantén la cabeza erguida y un tono algo sentencioso. Camina a paso regular y conserva en toda ocasión una actitud llena de dignidad. (Haberlo dicho antes).

No confieses nunca a nadie tus inclinaciones íntimas, ni tus repugnancias, ni tus miedos.  (Ojo).

No vayas a creer que son tus cualidades personales y tu talento los que harán que se te conceda un cargo. Ten presente que siempre se prefiere confiar un cargo importante a un incapaz que a un hombre que lo merezca. (La pura verdad.)

Friday, July 04, 2008

¿ABOGADOS DE SEGUNDA CLASE?


         Hace rato que se viene debatiendo, obviamente por las partes interesadas, el excesivo número de abogados en el medio nacional. Junto con la cantidad también se cuestiona la idoneidad de una gran mayoría de esos profesionales para litigar en las cortes. Se critica que no sirven.
          En consecuencia, quienes debaten, proponen que una entidad –bien podrían ser los tribunales u otra, otorgue una licencia especial a aquellos capacitados para los alegatos. De prosperar esta postura, habría abogados de primera clase y otros de segunda: los autorizados y los que no.
        También se debate que no debería ser ante la Corte Suprema que presten juramento los licenciados en Derecho, quienes a partir de ese bautismo pasan a ser considerados abogados.
        Fui profesor del ramo de Periodismo Televisivo en la Universidad Diego Portales por años. Y la experiencia me enseñó que había alumnos que no servían para desempeñarse frente a las cámaras en cambio otros la disfrutaban. Sin embargo, tenía que calificarlos a cada uno, conscientes que muchos no llegarían a la tele.
         A diferencia de lo que dicen quienes proponen la clasificación de abogados idóneos, yo les digo dejen que los clasifique el mercado laboral. Igual que en el Periodismo, un mínimo de los egresados aterriza enfrentando las cámaras, la gran mayoría se dedica a otra cosa, dentro de la profesión.
        Sospecho, no tengo evidencia, que detrás del debate se esconde un negocio: crear una instancia pagada –tal vez muy bien pagada--, para que los abogados interesados se sometan a ella con el fin de clasificar en el lote de la primera categoría. Así, no importaría que las universidades siguieran egresando abogados, porque existiría una segunda barrera cara. Y lo digo, a la luz de que los más animados críticos del excesivo número de esos profesionales, son profesores en alguna escuela de Derecho.

Tuesday, June 24, 2008

CRÓNICA DE UN CRIMINAL


Fue el propio periodista el autor de los crímenes que estaba investigando y que los daba a conocer, en todos sus detalles, en la prensa nacional en Macedonia, al norte de Grecia.
No tengo noticias de otro caso tan propio de un cuento policial que de la realidad. El periodista-asesino era Vlado Tanevski (foto), quien fue detenido el viernes pasado, luego de comprobarse que mató por estrangulamiento a tres mujeres.

La pista para su captura estuvo en sus propias crónicas. La policía sospechó que el autor de los textos sabía más que todos los peritajes realizados con las víctimas e, incluso, se sirvió de las notas, para probar la responsabilidad de Tanevski.

En el periodismo particularmente en el norteamericano hay un sinnúmero de casos de periodistas que han inventado mentiras muy famosas, que les han valido incluso premios y reconocimientos, pero no se había sabido jamás de un reportero que fuera él mismo el autor de los delitos y que más encima los contara en sus crónicas con pormenores imposibles de imaginar para el más creativo de los escritores. O sea, a diferencia de algunos mentirosos reporteros gringos, este macedonio decía la verdad.

Sin embargo, no sabremos mucho más de las causas de este tipo de reality periodístico, porque el autor fue hallado muerto en su celda. Tenía la cabeza metida adentro de un balde con agua. La policía dice que fue un suicidio, por eso, esa parte de la serie de reportajes de muertes narradas tan documentadamente por Taneviski, de 58 años, no será escrita por él mismo.

La trama está lista para una película cuyo título podría ser: “Crónica de un Criminal”

Wednesday, June 11, 2008

UN CUENTO SOBRE LA PRIMERA VÍCTIMA DEL DIÓXIDO DE CARBONO

Nota: Asistí a una conferencia sobre las emisiones de CO   y el calentamiento global y escuché con atención la charla del abogado Vicente Ossa, encargado del área Medio Ambiente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD. Me sorprendió que dijera que los gobiernos del mundo están tomando conciencia del problema planetario y que hay voluntad política para frenar el calentamiento global. De lo contrario, dijo, la situación será crítica hacia el 2020. Mi sorpresa se relaciona con los escasos progresos. Mientras lo escuchaba, se me ocurrió el escenario ficticio pero basado en eso que oí. Este es el cuento que se me vino a la mente:

            La pequeña Juani della Constanza se convirtió en la primera víctima mortal de las emisiones de dióxido de carbono, que ahogaban al planeta desde comienzos del año dos mil. Hoy, 24 de diciembre de 2024, la niña fue llevada de urgencia al hospital para víctimas del CO que el gobierno, previsor del problema, había construido en Lo Valdés, en el Cajón del Maipo. Todos los esfuerzos médicos por rescatarla, esto fue colocarla en una burbuja de aire puro, no dieron resultados. Juani falleció porque sus pequeños pulmones no se pudieron adaptar al nuevo aire pestilente que recorría la Tierra, que soplaba en las ciudades, en los campos y sobre los océanos. Cuando venían rachas del norte, el viento se sentía más desagradable aun, como el aire saturado que sale de un subterráneo cerrado por mucho tiempo.
      Las medidas adoptadas por Naciones Unidas el 2008 para limpiar el aire dieron resultados a medias. Si bien el calentamiento global logró detenerse y los casquetes polares pararon de desintegrarse, con el aire no ocurrió lo mismo. Ni los bosques ni los mares pudieron absorber tal cantidad de CO producido por las industrias, en un afán sin tregua por aumentar el crecimiento de los países.
       La gente se había acostumbrado a respirar el aire pesado, de encierro, falto de oxígeno suficiente. El cielo dejó de ser azul, siempre se veía gris anaranjado, cargado de esmog. Los mares presentaban un color café claro, al reflejar la pátina del cielo. Las olas tenían crestas lechosas y las playas turbias parecían inundadas por desembocaduras de ríos de barro. Era un paisaje marciano.
     Si bien el aire original era inodoro, hoy se percibía hediondo. La gente respiraba con facilidad sólo en sus casas herméticas. Unas máquinas inventadas en el 2018, cuando la situación comenzaba a hacerse insostenible, filtraban el sucio aire callejero y lo inyectaban al interior. Por lo que la respiración era más saludable dentro de las casas. Las vacaciones dejaron de ser al aire libre. La gente se iba a resorts herméticos con el solo fin de disfrutar oxígeno filtrado.
      La mayoría de las veces los temidos informes meteorológicos anunciaban temporales de vientos provenientes de todas partes. Las borrascas no traían nubes de lluvias, arrastraban más dióxido de carbono, por lo que el ambiente se hacía pesado hasta niveles insoportables.
      Una mañana de la primavera de 2024, Juani della Constanza, de ocho años, salió de la escuela y no subió, como todos los días, al bus hermético que la llevaría a su casa hermética. Desafiando las instrucciones, cruzó la calle y se fue a jugar a los juegos que desde años estaban abandonados en la plaza. Subió a un columpio oxidado, se deslizó por un resbalín mohoso, entró por los vericuetos de casas para muñecas hechas de lata corroída. Estaba sola y feliz disfrutando como los niños del mil novecientos y tanto, cuando al cabo de un rato cayó desmayada.
      Sus papás la levantaron desvanecida y se la llevaron a casa. Allí recobró el conocimiento, pero no la salud, la que se fue deteriorando hasta que tuvieron que trasladarla de urgencia al hospital. Juani murió a los pocos días, el 24 de diciembre, y se convirtió en la primera mártir, de la enfermiza carrera por el crecimiento económico, que enloqueció a los gobierno desde fines del siglo XX hasta comienzos del XXI. El costo catastrófico de aquella política fue echar dióxido de carbono sin límites a la atmósfera transparente.

Thursday, May 22, 2008

¿POR QUÉ PRAT FUE UN HOMBRE VALIENTE?



N. de la R. El presente artículo fue publicado el 21 de mayo de 2008 en la página de opinión del diario El Sur de Concepción.

Los valientes también temen. Por ejemplo a la infamia, a la ignominia, a la pobreza, a una enfermedad cruel. Los valientes --y quienes no lo son-- temen a estas cosas. Sin embargo, las cosas a las que el valiente no teme, hacen la diferencia con el audaz y el cobarde.

La valentía es una elección del ser humano. Los capaces de elegir el valor con fines nobles son los valientes. La osadía como exceso y la cobardía como defecto distan del valor que se ubica en el medio entre la temeridad y la falta absoluta de coraje.

Un valiente no teme a las cosas más temibles, como a la muerte en la guerra, por ejemplo. Pero, sí teme a la muerte por una enfermedad penosa o a la causada por las fuerzas de la naturaleza. Alguien que diga no temer a ser aplastado por la nube de cenizas de un volcán, no es un valiente, es un audaz ignorante. En cambio, la valentía como virtud es una decisión voluntaria y obra por la nobleza.

Desde este análisis aristotélico, Arturo Prat fue un arquetipo de valiente, siendo él mismo un hombre promedio, abogado, con una familia adorable y profesor de una escuela nocturna en Valparaíso. Escenas de la batalla del 21 de mayo de 1879 fueron descritas en una carta por el cirujano de La Esmeralda, Cornelio Guzmán: “El Capitán estaba de pie junto a sus cañones. Vestido de media parada, hablaba con voz firme sólo que su semblante se veía pálido”.

Cuando el Comandante comprobó que vencer resultaría muy difícil, pronunció su inmortal arenga. “Al escuchar a este hombre --agrega Guzmán--, todo mi cuerpo se conmovió y me pareció oír una sentencia de gloria y de muerte”. El cañoneo lo inició La Esmeralda de inmediato.

Al primer golpe de espolón, Prat saltó a la cubierta del Huáscar. Recuerda el cirujano: “Prat, llevado por una fuerza irresistible, que enciende el alma de los héroes, grita ¡Al abordaje! Y salta primero llevando en alto su espada de combate”.

“Un rumor corre por el entrepuente –dice más adelante el cirujano Guzmán--, rumor que se confirma: el Comandante Prat ha muerto. El Teniente Uribe ocupa su puesto”.

Por eso Prat fue un hombre valiente porque no temió a una muerte gloriosa, ni a las horrorosas circunstancias del combate. La cubierta de la Esmeralda era una carnicería: cuerpos despedazados y quejidos de los moribundos. No era un espectáculo para cobardes. Prat, en cambio, se mantuvo firme y concluyó que sólo sería posible revertir la situación, abordando el buque y arrebatarlo de las manos del enemigo.
Es cuestión de imaginar ese escenario terrible, para reconocer la valentía en un hombre moderado, como el Capitán Prat. En esas condiciones, fue capaz de apelar a su arrojo para intentar alcanzar su propósito a riesgo de su vida. Por eso cuando el Comandante avanzaba entre las balas, las llamas, los gritos y los ruidos horribles, ya iba caminando rodeado del aura de la gloria. ¡Esa es la conducta de un valiente!

Tuesday, May 13, 2008

NUEVAS "CRUCES" EN EL CEMENTERIO


Me quedé pasmado al leer que en el cementerio número dos de Talcahuano, están construyendo una torre de telecomunicaciones para la empresa Claro. La torre en cuestión estará ubicada casi al medio del recinto destinado al descanso de los muertos.

El permiso para erigir el mástil lo otorgó el año pasado el concejo comunal del puerto. Y uno de los argumentos es que nadie podrá reclamar nada porque, en este caso, la radiación no afectará la salud de los vecinos. Por tal motivo la autoridad dio luz verde, a cambio de algunas luminarias y al pago de quinientos mil pesos mensuales.

Resulta insólita una autorización de este tipo, para que una empresa opere equipos en un lugar que tiene como sinónimo el sustantivo de camposanto. ¿Es que la idea de hacer negocios no tiene límites? Imagine usted que los equipos se echan a perder una noche y cuadrillas de trabajadores deban ingresar al recinto a reparar el desperfecto, con todo lo que eso conlleva: camionetas, ruidos, comunicaciones por radio, gritos y capataces dando órdenes, etc. Todo eso, en un camposanto. Y va a ocurrir porque los trabajadores tienen que hacer su pega.

He visto en algunas partes que las compañías telefónicas camuflan sus antenas para hacerlas más amistosas con el vecindario. Así, entonces, usted verá en algunos cerros palmeras increíblemente altas, que no son palmeras sino remedo de árbol.

¿Qué cree usted que va a ocurrir en el camposanto de Talcahuano? Creo que pueden suceder dos cosas: una, que los deudos de los que descansan en el cementerio hagan una manifestación pública contra las torres de comunicación. Porque, la autorización no consultó a esas personas. Y dos, que Claro convierta a su antena en una gran cruz en medio del camposanto, para estar a tono.

Wednesday, May 07, 2008

LA IRA DE ZEUS CON CHAITÉN

La imagen que tenemos de Zeus es la del dios supremo del Olimpo, sujetando un rayo con la mano. La inspiración griega para este mito debió originarse en la erupción de algún volcán. Pienso que los poetas de entonces y los artistas vieron alguna erupción en los Balcanes y de allí, la imagen que nos ha llegado de Zeus desde el pasado.

La explosión del Chaitén me hizo recordar a Zeus sujetando el rayo, una fuerza incontrolable para un simple mortal. La nube de tierra, piedras y ceniza incandescentes que levantó el volcán se parecía el dios mítico que inspiró a los griegos.

El material sólido expulsado a miles de metros de altura desató una tormenta eléctrica raras veces vista. Rayos, relámpagos y truenos emitían su ronco sonido, el que era eclipsado por el rugido desgarrador de la tierra. Un ruido tan gigantesco, parecido al del fin del mundo.
Tres fuentes de luz --en una combinación de terror--, se podían ver y fotografiar contra el fondo oscuro creado por la gran nube de cenizas. Una, provenía de la tormenta eléctrica; una segunda fuente de luz se generaba en la erupción misma, el rojo-blanco de la lava abriéndose paso por el cráter del Chaitén. Y la tercera luz, visible sólo por momentos, se filtraba por las rendijas de la nube de tierra y era la luz del sol.

La escena, como sacada del día del juicio final, la han transmitido los medios y es sólo un pálido reflejo de la realidad. El Zeus mítico de los griegos sacó a relucir todos sus iracundos rayos en Chaitén.

Monday, May 05, 2008

LAS PÍLDORAS DEL DOCTOR PITAPITOW


     Esta historia es una aspirina para aquellos que sienten pánico escénico, cuando, por distintas razones, profesionales u otras, tienen que hablar en público. Es un cuento que escuché en los tiempos de radio, en un espacio radial nocturno, de misterio y muy entretenido. Despertaba la imaginación.
   Juan Alberto era un tipo común y corriente, con todos los rollos de una persona insignificante. Pero, sin que nadie se explicara cómo, podía transformarse en un tipo exitoso hablando ante micrófonos. Hablaba ante miles de personas con dominio de sí mismo y gran aceptación de la audiencia. Un auténtico fenómeno comunicacional. Podía decir lo que quisiera y todo el mundo aplaudía.
    Pero, el hombre tenía sus detractores, envidiosos que no soportaban su éxito. Querrían saber el secreto de tan inexplicable talento, porque era un tipo del montón. Pero, de pronto, se inspiraba y dominaba a las multitudes.

     ¿De dónde sacó tanta labia, si es una persona tan común como nosotros?, se preguntaban los envidiosos.
   Su secreto –decía el cuento radial– radicaba en las píldoras que le suministraba un amigo, oscuro investigador químico, de apellido Pitapitow. Su magia del dominio escénico era una consecuencia de haber ingerido media hora antes del evento, una píldora del doctor Pitapitow. La medicina actuaba directamente sobre su personalidad, en tales circunstancias, olvidaba sus miedos y salía a relucir ese otro yo avasallador que todos quisiéramos tener.
    Juan Alberto tenía un pacto con Pitapitow, quien le proporcionaba las píldoras en forma muy medida y sólo de a una por vez. Pero, la verdad, dependía demasiado de ese poco transparente doctor.
        Un día el hombre del cuento radial tenía que presentarse en televisión ante un gran público y de millones a través de las pantallas. Ese día debía contactar a Pitapitow. Pero, el doctor en cuestión había muerto súbitamente en su laboratorio la noche anterior y Juan se quedó sin la píldora.

         Su actuación en la TV fue un desastre –proseguía el relato. Nunca más pudo actuar como lo hacía. Lo despidieron y, por tanto, tuvo que volver a su vida ordinaria. Había basado su éxito demasiado en la píldora de Pitapitow.
         Sus amigos le dijeron que aprovechara sus talentos, porque los tenía, sólo que debía estudiar y prepararse mejor para despertarlos de verdad sin la ayuda de fármacos inventados y conquistar de corazón a las multitudes.

Wednesday, April 23, 2008

LOS LIBROS VIVIENTES


No todos los hombres –y mujeres-- merecen ser considerados libros en sí mismos. Incluso, libros que narran las historias de los más conspicuos del pasado, no incluyen todos los pasajes de sus existencias. En La Odisea, Homero dejó afuera varios episodios de la vida de Ulises, por considerarlos fomes. O sea, el rey de Ítaca también tuvo a veces, un pasar rutinario que no merecía quedar impreso, de acuerdo con Homero.

La Odisea, de Homero, estaba entre los libros que la asistente de la biblioteca del Hospital de Trabajador, llevaba en su carrito con el que recorría el recinto pieza por pieza visitando a los pacientes para ofrecerles literatura. Los consumidores de libros de ese establecimiento tienen tiempo suficiente para meterse en las aventuras y fábulas de los personajes reales o imaginarios de las novelas.

Hablé con uno de esos lectores, Pedro Aguilar, quien permanecía en cama, entubado, pero lúcido. La funcionaria del hospital le había dejado recién un libro fresquito en su velador: La Odisea.

Aquel paciente era un pirquinero. Su propia historia cuenta que mientras trabajaba, cayó al fondo de un abismo de sesenta metros. Lo rescataron en medio de la oscuridad y del dolor. Estaba fracturado entero. Lo llevaron al hospital para las primeras atenciones, en esa lluviosa noche de 1973. Desde entonces, el pirquinero ha permanecido hospitalizado en total, dieciocho años, en distintos períodos. Para reconstituirlo, lo han sometido a todas las cirugías imaginables.

Cuando me despedí, tomó La Odisea y se sumergió en la lectura. Creo que sus peripecias bien podrían sonrojar al propio rey de Ítaca. Polifemo, el cíclope que devoraba vivas a sus víctimas y que estuvo a punto de descuartizar a Ulises, era un juego de niños, frente al boquerón que se tragó al pirquinero. ¡Ésa vida real sí que es un libro! Y ese “libro” viviente permanecía ante mis ojos, leyendo, acostado, sin piernas, en una cama, en la sala del hospital.

Thursday, April 10, 2008

EL VENDIMIADOR DE CONCHALÍ


(Ficción breve)

Desde los cerros de Huechuraba Douglas Spawlding miró a lo ancho la comuna de Conchalí y la vio tan llena de árboles frutales, que concibió el proyecto cuya idea rondaba desde hacía tiempo en su cabeza canosa. Vio que abundaban los grandes paltos, los nísperos, los durazneros y vio también que los dueños de esas casas-quintas cultivaban enredaderas todas floridas a pesar de ser abril.

Por entre los techos de las casas, Douglas distinguió las hojas rojizas y amarillentas de los parrones. Y vio, gracias a sus binoculares, que la uva estaba madura y apta para el vino. No en vano, el otoño era la estación de los racimos tardíos.

El hombre tenía su historia. Sesenta años antes su padre lo bautizó Douglas Spawlding, inspirado en el nombre del protagonista de la novela El Vino del Estío (Dandileon Wine), de Ray Bradbury. Sin embargo, el Douglas bradburiano permanecía siempre joven, niño, en cambio él, nacido en Conchalí, había envejecido. Alguna vez ambos Spawldings compartieron la misma edad, tal vez, soñaron lo mismo.

Douglas de Conchalí descendió a pie del cerro Huechuraba por el polvoriento camino que lo dejó en el plan y se fue a casa, para poner en marcha su proyecto. Manos a la obra, se echó al bolsillo todo lo que había ganado ese día y subió a su viejo camión Ford, en el que llevaba sus hortalizas para vender en la feria.


Se fue por las calles de Conchalí con su vehículo directo a las casas con los patios más grandes, con los huertos más extendidos. Golpeó puerta por puerta y a los dueños les propuso comprarles toda la uva de sus parrones urbanos. Tan extraño fue el ofrecimiento que nadie supo cuánto cobrar, ni Douglas, cuánto ofrecer. Así, pagó en algunas casas, en otras le regalaron la cosecha y en las menos, no lo tomaron ni en cuenta.

No podríamos afirmar cuánto tiempo tomó a Douglas vendimiar los parrones. Pero, a la caída del sol, su vehículo de carga estaba repleto de canastos, cajones de madera, cajas de cartón y baldes de plásticos llenos de uvas maduras, dulces y jugosas. ¿De qué variedad?: blanca, negra y rosada. Y así, se fue a casa con su camión perseguido por un séquito de abejas y avispas. Había vendimiado todo el día y aún le quedaba dinero en el bolsillo.

Su idea consistía en hacer vino con las uvas de la ciudad. De ese modo daría un giro en su vida, dedicada hasta entonces y por entero a la venta de hortalizas. Haría lo que siempre quiso hacer, construir una fantasía. A la llegada del invierno, Douglas salió de su casa rumbo a la feria con su camión lleno de botellas del más distinto uso, forma y procedencia. Contenían un líquido granate-brillante, que presionaba por descorchar los envases a causa de los bruscos movimientos.

Cuando los feriantes levantaron sus cosas para retirarse, cerca de las cinco de la tarde, el camión de Douglas se había quedado vacío. El viñatero del vecindario vendió por fin todo el producto. Como nunca ese día de junio los clientes de la feria de Conchalí brindaron y bebieron en sus casas un burbujeante vino nacido en los grandes huertos de las casas de la ciudad. Y después durmieron un plácido sueño.

Friday, April 04, 2008

UN DÍA PERONISTA EN CONCEPCIÓN

     En los tiempos de la presidencia de Juan Domingo Perón, en la Argentina (de su primer gobierno: 1946-1952), un relator de fútbol (argentino y muy hincha de ese general) en una transmisión dominical dijo algo así:

«Señoras y señores, el estadio de Boca, con su capacidad completa. No cabe un alma más en las graderías. El viento es mínimo y agradable. El sol está tibio, agradable, también. El cielo diáfano, limpio, celeste. Por el túnel sur viene saliendo el equipo de Boca al campo de juego. El estadio estalla en ovaciones. Es algo indescriptible. Este es un maravilloso domingo de fútbol, una jornada inigualable. No falta nada, lo tenemos todo. ¡Es un día peronista!»

Esta historia me la contó un cantante argentino ya desaparecido que actuó en Concepción, en los setenta, Leo Marini. Cuando me presenté en el hotel El Araucano para entrevistarlo para el diario local, Leo Marini estaba esperándome en el lobby. Saludos de mano. ¡Cómo está, un gusto! El hombre venía muy acicalado. A la sazón debía tener unos 55 años. Un tipo que gustaba mucho a las mujeres por sus baladas románticas y acarameladas.
Yo había concurrido a esa entrevista con un fotógrafo, quien sugirió que las fotos las hiciéramos en la plaza Independencia para aprovechar la luz natural. A Leo y a mí nos pareció una buena idea por lo que nos fuimos caminando para el lugar.

Eran las 11 de la mañana, o algo así, y había un sol esplendoroso. Entonces cuando Leo vio este día penquista maravilloso, me dijo: «Qué lindo día, es un día peronista». Y a renglón seguido me narró la historia descrita más arriba.

Leo Marini en plena actuación.

Sobre la base de esa historia, en mi círculo familiar decimos «un día peronista» para referirnos a un día pleno de trabajo positivo, que ha significado un gran esfuerzo, pero coronado por el logro. Por extensión decimos también un día peronista para significar una jornada complicada, azarosa, demoledora y en el que hubo que soportar muchas vicisitudes.

Thursday, April 03, 2008

LA MEDICINA OBJETIVA MÁS LA FE


El Reiki y la acupuntura, medicinas de origen oriental, ganan terreno entre los médicos convencionales. Los testimonios de personas que han derrotado a enfermedades mortales gracias al uso de esas técnicas, cuentan. De este modo, podríamos acercarnos a un primer paso hacia su institucionalización. Y en este sentido, las opiniones de los facultativos también cuentan.

Sin embargo, ¿Quién paga estas medicinas?, ¿Cómo se implementarían en los hospitales? Esos son los primeros tropiezos. Pero, donde el punto de su institucionalización tiene su mayor obstáculo es en un gran sector dentro de los propios facultativos tradicionales.

Muchos son escépticos respecto de los verdaderos resultados de la medicina oriental. “Es cierto que oímos de cuando en cuando que personas desahuciadas hoy gozan de espléndida salud. Pero, son casos puntuales, más relacionados con la metafísica o las características personales de cada paciente, que de una cuestión objetivable”, dicen en el sector duro.

Y agregan: “¿Cómo sistematizamos ese conocimiento y sus resultados más allá de lo anecdótico? Ése es el punto”.

Y, en seguida --diríamos--, dan una estocada magistral: “en este tipo de medicina oímos acerca de resultados asombrosos, pero nunca hemos oído de fracasos y es precisamente de los fracasos de donde se obtienen las mejores enseñanzas”.

Como decíamos, la medicina alternativa o complementaria se está abriendo paso, no sin dificultades, en nuestra cultura occidental. Médicos aprenden sus secretos y practican abiertamente el Reiki y la acupuntura. No hay nada de malo. El problema es que tropieza con los parámetros tradicionales de la medicina convencional: cuáles son sus métodos y cuáles sus resultados en una relación verdadera de sus éxitos y fracasos.

La acupuntura y el Reiki son técnicas buenas para su aplicación en salud, en esto todos los médicos están de acuerdo, pero ámbas técnicas pertenecen al campo de la creencias y ése es un dominio tan personal como difícil.

Tuesday, April 01, 2008

«CADENAZOS» EN POSTES TELEFÓNICOS





       Sin duda, bueno y creativo, una vez más, este chiste de Jimmy Scott en la página editorial de El Mercurio de hoy, 1° de abril de 2008. 
   Sin embargo, el dibujante no reparó que su concepto de las líneas de alta tensión eléctrica está equivocado o no actualizado.
    En este caso, él dibujó antiguos postes de líneas telefónicas. Estos postes eran de madera y tenían gran altura, pero hoy en día ya no existen. Hace muchos años, unos treinta o cuarenta, que fueron retirados de las calles y carreteras.

Thursday, March 20, 2008

MINISTRA EL CAMPAÑA: HIJA ILUSTRE DE TOCOPILLA

JAVIERA BLANCO
      Es poco común la designación de un ministro en campaña. Cuando los ha habido destacan por sus logros. Notables fueron los aportes, por ejemplo, de don Rafael Sotomayor Baeza, ministro de guerra en campaña durante el conflicto con Bolivia y Perú, en el siglo XIX. Como civil, supo organizar bien el despliegue militar chileno y destacó por si visión de estratega. 
    Sin embargo, en «Adiós al Séptimo de Línea», el escritor Jorge Inostroza se queja que el país no haya erigido ni un monumento a don Rafael, quien murió por causas naturales junto a las tropas, lejos de su familia. Malo, pues.
       En nuestro tiempo presente, Chile cuenta con una ministra en campaña, la abogada Javiera Blanco, quien es subsecretaria de Carabineros.
     Javiera fue designada por la Presidenta Bachelet ministra en campaña para que se hiciera cargo, en terreno, de prestar ayuda a los nortinos luego de los daños causados por el terremoto del 14 de noviembre de 2007.
     Al parecer Javiera Blanco ha tenido un buen desempeño en llevar adelante las políticas de recuperación y desarrollo de la zona afectada, porque leo en el diario que la comunidad de Tocopilla agradecida la ha distinguido con el título de Hija Ilustre.
       Aunque las condiciones y circunstancias son distintas bien vale reconocer que la ministra en campaña ha estado a la alturas de Rafael Sotomayor, no en la guerra sino en la paz

LOS BUSES URBANOS NO TIENEN CORTINAS


      Leo en la columna de cartas al director del diario El Mercurio a una persona, usuaria del Transantiago, quien se queja porque los artistas populares, con licencia estatal, rompen los tímpanos de los pasajeros cantando o tocando a todo volumen. Claro que es un problema, especialmente en la tarde cuando uno regresa cansado a su casa. Con ellos en la micro no se puede ni leer.

Tampoco se puede hacer nada, puesto que ellos cantarán fuerte para que los escuchen en todos los rincones de la micro.
     Lo que no he leído, sin embargo, es la falta de consideración de las empresas del Transantiago para con sus pasajeros, que son sus clientes, en un aspecto particular. Las micros amarillas ─por así llamar al sistema antiguo─, tenían eso que no preocupa al sistema nuevo. Un buen porcentaje de aquellas micros tenía cortinas, lo que permitía al pasajero usar los asientos junto a las ventanillas expuestas directamente al sol.
     En ese sentido, había más humanidad de parte de los micreros. Ahora ningún vehículo de transporte público lleva cortinas, ni vidrios polarizados. Por lo que hay que soportar estoicamente el impacto del tórrido verano.
   Los pasajeros tenemos el consuelo de estar temporalmente arriba de estas micros modernas. Los conductores o choferes, en cambio, se pasan la jornada completa sin cortina por modesta que sea, que los proteja de la incruenta radiación.
     Que alguien haga algo. ¡Pónganle cortinas al Transantiago!

Wednesday, March 19, 2008

LA UNIVERSIDAD NO ESTÁ PARA PRESTAR ROPA


     No escuché nunca a un astrónomo presentarse como soy astrónomo Princeton, aludiendo a la universidad donde obtuvo el título. Ellos dicen soy astrónomo. U otro diciendo soy economista de la University of Chicago, simplemente dicen soy economista. O soy médico Universidad de Los Andes, no, dicen soy médico. O soy abogado Harvard, tampoco, dicen soy abogado. Ni mucho menos soy psicólogo Universidad Diego Portales, para nada, solamente psicólogo. Menos aún, soy dentista Universidad de Concepción, dirían soy dentista.
      Basten estos ejemplos para centrarme en el asunto de mi interés o de mi preocupación. Los profesionales mencionados se identifican por su especialidad, no citan la casa universitaria que les otorgó el certificado. Esto no ocurre en el diario vivir, más bien tal particularidad queda relegada al currículum y éstos pertenecen al ámbito privado cuando corresponde.
    Si aquellos profesionales anduvieran atando siempre la especialidad al apellido universitario transmitirían la idea de inseguridad, es decir, que necesitan el respaldo de su casa formadora para tener sus pies pegados a la tierra. Serían profesionales mamones. La profesión y punto. Lo demás es marketing o, si usted quiere, parafernalia.
     Sólo una profesión admite, en el sentido general, su especificación universitaria y son los enfermeros y las enfermeras. Probablemente porque antes había personas que ejercían esa actividad sin haber cursado en la universidad. Pero, jamás ellas hubieran dicho soy enfermera universitaria Universidad de la República, por ejemplo.
       Bueno termino este análisis contándoles una sorpresa. El otro día me presentaron a una persona que dijo ser colega. Y para redundar me extendió su tarjeta personal: Juanito Pérez, periodista UC.

ARTHUR C. CLARKE: USEMOS COMBUSTIBLES NO CONTAMINANTES


          Arthur C. Clarke, uno de los escritores de ciencia ficción más notable del siglo XX, especialmente por su capacidad de anticipación, nos ha dejado una enseñanza sobre las predicciones:

       «Prefiero presentarme como un extrapolador y no como un profeta. Intento anticipar futuros posibles sin dejarme tentar por la videncia».
             Tal vez por eso nadie llamó gurú a este extraordinario escritor británico fallecido esta semana en Sri Lanka.
          Algunas de sus predicciones, a partir de su sensibilidad sobre las señales del mundo futuro, no lo satisficieron del todo:
     «La investigación en inteligencia artificial no fue tan lejos como yo pensaba».
       En este campo, fue capaz de imaginar el desarrollo de las computadoras, hecho que quedó expresado en su famosa obra 2001, Odisea del Espacio. Que una computadora fuera capaz de rebelarse y planificar sus propias acciones causó un fuerte impacto entre los amantes por avizorar el futuro. ¿Se frustró Clarke porque eso no ocurrió en la realidad?
          El escritor cumplió 90 años en diciembre pasado. Durante la celebración dijo que esperaba que pronto se supiera de la existencia de vida inteligente en el espacio exterior. Este deseo no es exclusivo de un profesional de la ciencia ficción, lo comparte mucha gente. Pero, no adelantó ni luces ni pistas.
        Sin embargo, el mensaje más valioso de su último cumpleaños tenía que ver más con el destino final de nuestro planeta. «Por favor, que las generaciones venideras usen combustibles menos contaminantes».

Tuesday, March 18, 2008

LAS IMÁGENES QUE EVOCA EL SONIDO

     El sonido o la imagen, ése es el asunto.

   Si bien la visión es considerada el más noble de los sentidos, atendiendo a la afirmación aristotélica de que la vista es al cuerpo lo que la razón al alma, la audición no lo es menos. Baste tener en cuenta lo que está ocurriendo por estos días.

   Miles de personas estarían dispuestas a pagar fuertes cifras de dinero a cambio de un boleto para presenciar la actuación de Ennio Morricone y su orquesta. El director italiano, junto con su talento, se hizo famoso por las películas. O sea, alcanzó al público masivo por la visión. Pero, el sentido que le dio el visto bueno fue el oído.
Van Cleef.

La gente que asistirá a sus presentaciones no verá la figura de Lee Van Cleef disparando su Smith & Wesson, verá ─en cambio─, los oboes, los clarinetes, las flautas traversas, la soprano, los integrantes del coro durante una pulcra ejecución de las partituras.

     Entonces llegamos de nuevo a la dualidad ojo u oído; imagen o banda de sonido. La diferencia entre uno y otro estímulo la marca el sonido. Porque puede ser el mismo, para imágenes diferentes.

    ¿Cómo? Oyendo una composición ─digamos el tema El Éxtasis del Oro, podremos estar en una butaca del cine viendo esa película, como podríamos estar una noche de otoño al aire libre viendo y oyendo la orquesta y coro interpretando la misma melodía. Dos imágenes, para un mismo sonido.

     Vamos a la conclusión. La imagen puede quedar congelada en el tiempo como una fotografía. El sonido que también queda registrado, puede entregarnos nuevas emociones. Cada vez que lo escuchemos descubriremos nuevas notas o nuevos instrumentos.
Morricone.

Sin menoscabar la nobleza de la vista, el más maravilloso de los sentidos, el oído tiene la fuerza de la emoción. Los pelos se ponen de punta cuando se corre el telón y el maestro Morricone levanta su batuta.

     Pero, para qué seguir debatiendo, el estímulo más valioso es aquel en que ambos: audio e imagen se nos presentan perfectamente entrelazados.


Tuesday, March 11, 2008

EL BUENO, EL MALO, EL FEO... MUY FEO


      Tal como usted o usted, yo tenía ganas de ver y oír a Ennio Morricone dirigiendo su gran orquesta y coro, en la interpretación de sus propias creaciones que evocan grandes producciones cinematográficas, en especial aquellas llamadas spaghetti westerns, durante su actuación en Santiago de Chile. Pero, me quedé con las ganas.

¿Por qué? Porque los organizadores idearon el reparto de boletos para el espectáculo a través de Internet. Y para eso dieron la dirección, URL, y establecieron una fecha y hora para el inicio de las solicitudes.

Y cataplum, en un par de minutos los boletos de acabaron. No hay más, señores. No hay más, no insistan.
Abajo, Ennio Morricone, en su presentación de Santiago.

Un recto pensamiento concluiría que la demanda simultánea fue de tal magnitud, que ocurrió lo que tenía que ocurrir. Sé de personas que intentaron ingresar al sitio web a lo menos media hora antes y no pudieron. Cuando llegó el momento publicitado la respuesta fue “ñet”.

Yo no hice siquiera el intento, intuyendo que así sería la cosa, que el sistema colapsaría. Pero, adonde quiero llegar con este texto es a la sospecha –mera sospecha, nada más--, que los boletos se hicieron humo mucho antes.

Por el método que se estableció, ni el mismísimo Clint Eastwood habría sido capaz de obtener un ticket, a menos que hubiera echado mano a su Colt 45.

Monday, March 03, 2008

EL EDÉN EN LA TIERRA ES POSIBLE


     La geografía está llena de lugares que visitar. ¿Qué es un lugar? Es un sitio especial y particular.

   Pero, hay ciertos lugares todavía más precisos, que ensamblan muy bien con algunas personas. ¿Podríamos llamarlos Shangri-la? Nuestros edenes vivientes particulares son aquellos sitios donde los sentidos perciben a toda su capacidad, donde la memoria evoca en forma automática, donde lo que nos rodea invita a callar, donde se oye hasta el vuelo de un insecto diminuto, donde dan ganas de estirar los brazos hacia arriba y mirar las luz rebotando en el paisaje. Son aquellos sitios donde sintonizamos con el universo, donde queremos quedarnos, donde el tiempo es una fotografía. A diferencia de los lugares, nuestros edenes vivientes tenemos que descubrirlos.
      La ciudad nos ofrece lugares: plazas, parques, avenidas, cerros, jardines. Pero, también nos presenta no-lugares, que son aquellos espacios muertos, producto de errores arquitectónicos y urbanísticos. En los no-lugares no se puede estar, ni transitar, ni mirar con algún propósito estético. En ellos es imposible la interacción humana. Pero, existen y están ahí. Ejemplo de ellos son algunos estrechos bandejones centrales sin ningún destino de algunas avenidas.
     Los lugares, en cambio, son para estar. Es donde se puede conversar, escuchar, trabajar, reflexionar o simplemente disfrutar el ocio. Los edenes vivientes, en cambio, son sitios únicos, donde la sutileza supera al mundo ordinario.
      En mi vida he descubierto estos sitios peculiares, peculiares al menos para mí. Al fondo del Cajón del Maipo, por ejemplo, están las termas de Colina. Es un vallecito en la altura, pleno de aire es fresco y transparente. Ahí la quietud cordillerana única de ese lugar, está subrayada por el ronco sonido del naciente río Maipo.
    Para mí, otro ejemplo, es estar a orillas del Río Bueno, en Trinidad, cerca de Osorno, al caer una tarde de verano. Eso es inspirador. Cuando no corre ni una brisa, la superficie del Bueno es un espejo perfecto, que refleja el Paraíso, mientras es posible oír el desplazamiento del agua por entre las raíces de los árboles. Permanecería allí de pie, por siglos, extasiado.
    Son la Naturaleza, la persona humana y los semejantes, en circunstancias especiales, los que propician estos sentimientos íntimos de una comunicación silenciosa perfecta. Los edenes vivientes producen una relación auténtica entre espíritu y materia, sin ser necesariamente místicos. Están muy lejos de las fotos sobre veraneos que vemos en las páginas de vida social.