Thursday, May 22, 2008

¿POR QUÉ PRAT FUE UN HOMBRE VALIENTE?



N. de la R. El presente artículo fue publicado el 21 de mayo de 2008 en la página de opinión del diario El Sur de Concepción.

Los valientes también temen. Por ejemplo a la infamia, a la ignominia, a la pobreza, a una enfermedad cruel. Los valientes --y quienes no lo son-- temen a estas cosas. Sin embargo, las cosas a las que el valiente no teme, hacen la diferencia con el audaz y el cobarde.

La valentía es una elección del ser humano. Los capaces de elegir el valor con fines nobles son los valientes. La osadía como exceso y la cobardía como defecto distan del valor que se ubica en el medio entre la temeridad y la falta absoluta de coraje.

Un valiente no teme a las cosas más temibles, como a la muerte en la guerra, por ejemplo. Pero, sí teme a la muerte por una enfermedad penosa o a la causada por las fuerzas de la naturaleza. Alguien que diga no temer a ser aplastado por la nube de cenizas de un volcán, no es un valiente, es un audaz ignorante. En cambio, la valentía como virtud es una decisión voluntaria y obra por la nobleza.

Desde este análisis aristotélico, Arturo Prat fue un arquetipo de valiente, siendo él mismo un hombre promedio, abogado, con una familia adorable y profesor de una escuela nocturna en Valparaíso. Escenas de la batalla del 21 de mayo de 1879 fueron descritas en una carta por el cirujano de La Esmeralda, Cornelio Guzmán: “El Capitán estaba de pie junto a sus cañones. Vestido de media parada, hablaba con voz firme sólo que su semblante se veía pálido”.

Cuando el Comandante comprobó que vencer resultaría muy difícil, pronunció su inmortal arenga. “Al escuchar a este hombre --agrega Guzmán--, todo mi cuerpo se conmovió y me pareció oír una sentencia de gloria y de muerte”. El cañoneo lo inició La Esmeralda de inmediato.

Al primer golpe de espolón, Prat saltó a la cubierta del Huáscar. Recuerda el cirujano: “Prat, llevado por una fuerza irresistible, que enciende el alma de los héroes, grita ¡Al abordaje! Y salta primero llevando en alto su espada de combate”.

“Un rumor corre por el entrepuente –dice más adelante el cirujano Guzmán--, rumor que se confirma: el Comandante Prat ha muerto. El Teniente Uribe ocupa su puesto”.

Por eso Prat fue un hombre valiente porque no temió a una muerte gloriosa, ni a las horrorosas circunstancias del combate. La cubierta de la Esmeralda era una carnicería: cuerpos despedazados y quejidos de los moribundos. No era un espectáculo para cobardes. Prat, en cambio, se mantuvo firme y concluyó que sólo sería posible revertir la situación, abordando el buque y arrebatarlo de las manos del enemigo.
Es cuestión de imaginar ese escenario terrible, para reconocer la valentía en un hombre moderado, como el Capitán Prat. En esas condiciones, fue capaz de apelar a su arrojo para intentar alcanzar su propósito a riesgo de su vida. Por eso cuando el Comandante avanzaba entre las balas, las llamas, los gritos y los ruidos horribles, ya iba caminando rodeado del aura de la gloria. ¡Esa es la conducta de un valiente!

Tuesday, May 13, 2008

NUEVAS "CRUCES" EN EL CEMENTERIO


Me quedé pasmado al leer que en el cementerio número dos de Talcahuano, están construyendo una torre de telecomunicaciones para la empresa Claro. La torre en cuestión estará ubicada casi al medio del recinto destinado al descanso de los muertos.

El permiso para erigir el mástil lo otorgó el año pasado el concejo comunal del puerto. Y uno de los argumentos es que nadie podrá reclamar nada porque, en este caso, la radiación no afectará la salud de los vecinos. Por tal motivo la autoridad dio luz verde, a cambio de algunas luminarias y al pago de quinientos mil pesos mensuales.

Resulta insólita una autorización de este tipo, para que una empresa opere equipos en un lugar que tiene como sinónimo el sustantivo de camposanto. ¿Es que la idea de hacer negocios no tiene límites? Imagine usted que los equipos se echan a perder una noche y cuadrillas de trabajadores deban ingresar al recinto a reparar el desperfecto, con todo lo que eso conlleva: camionetas, ruidos, comunicaciones por radio, gritos y capataces dando órdenes, etc. Todo eso, en un camposanto. Y va a ocurrir porque los trabajadores tienen que hacer su pega.

He visto en algunas partes que las compañías telefónicas camuflan sus antenas para hacerlas más amistosas con el vecindario. Así, entonces, usted verá en algunos cerros palmeras increíblemente altas, que no son palmeras sino remedo de árbol.

¿Qué cree usted que va a ocurrir en el camposanto de Talcahuano? Creo que pueden suceder dos cosas: una, que los deudos de los que descansan en el cementerio hagan una manifestación pública contra las torres de comunicación. Porque, la autorización no consultó a esas personas. Y dos, que Claro convierta a su antena en una gran cruz en medio del camposanto, para estar a tono.

Wednesday, May 07, 2008

LA IRA DE ZEUS CON CHAITÉN

La imagen que tenemos de Zeus es la del dios supremo del Olimpo, sujetando un rayo con la mano. La inspiración griega para este mito debió originarse en la erupción de algún volcán. Pienso que los poetas de entonces y los artistas vieron alguna erupción en los Balcanes y de allí, la imagen que nos ha llegado de Zeus desde el pasado.

La explosión del Chaitén me hizo recordar a Zeus sujetando el rayo, una fuerza incontrolable para un simple mortal. La nube de tierra, piedras y ceniza incandescentes que levantó el volcán se parecía el dios mítico que inspiró a los griegos.

El material sólido expulsado a miles de metros de altura desató una tormenta eléctrica raras veces vista. Rayos, relámpagos y truenos emitían su ronco sonido, el que era eclipsado por el rugido desgarrador de la tierra. Un ruido tan gigantesco, parecido al del fin del mundo.
Tres fuentes de luz --en una combinación de terror--, se podían ver y fotografiar contra el fondo oscuro creado por la gran nube de cenizas. Una, provenía de la tormenta eléctrica; una segunda fuente de luz se generaba en la erupción misma, el rojo-blanco de la lava abriéndose paso por el cráter del Chaitén. Y la tercera luz, visible sólo por momentos, se filtraba por las rendijas de la nube de tierra y era la luz del sol.

La escena, como sacada del día del juicio final, la han transmitido los medios y es sólo un pálido reflejo de la realidad. El Zeus mítico de los griegos sacó a relucir todos sus iracundos rayos en Chaitén.

Monday, May 05, 2008

LAS PÍLDORAS DEL DOCTOR PITAPITOW


     Esta historia es una aspirina para aquellos que sienten pánico escénico, cuando, por distintas razones, profesionales u otras, tienen que hablar en público. Es un cuento que escuché en los tiempos de radio, en un espacio radial nocturno, de misterio y muy entretenido. Despertaba la imaginación.
   Juan Alberto era un tipo común y corriente, con todos los rollos de una persona insignificante. Pero, sin que nadie se explicara cómo, podía transformarse en un tipo exitoso hablando ante micrófonos. Hablaba ante miles de personas con dominio de sí mismo y gran aceptación de la audiencia. Un auténtico fenómeno comunicacional. Podía decir lo que quisiera y todo el mundo aplaudía.
    Pero, el hombre tenía sus detractores, envidiosos que no soportaban su éxito. Querrían saber el secreto de tan inexplicable talento, porque era un tipo del montón. Pero, de pronto, se inspiraba y dominaba a las multitudes.

     ¿De dónde sacó tanta labia, si es una persona tan común como nosotros?, se preguntaban los envidiosos.
   Su secreto –decía el cuento radial– radicaba en las píldoras que le suministraba un amigo, oscuro investigador químico, de apellido Pitapitow. Su magia del dominio escénico era una consecuencia de haber ingerido media hora antes del evento, una píldora del doctor Pitapitow. La medicina actuaba directamente sobre su personalidad, en tales circunstancias, olvidaba sus miedos y salía a relucir ese otro yo avasallador que todos quisiéramos tener.
    Juan Alberto tenía un pacto con Pitapitow, quien le proporcionaba las píldoras en forma muy medida y sólo de a una por vez. Pero, la verdad, dependía demasiado de ese poco transparente doctor.
        Un día el hombre del cuento radial tenía que presentarse en televisión ante un gran público y de millones a través de las pantallas. Ese día debía contactar a Pitapitow. Pero, el doctor en cuestión había muerto súbitamente en su laboratorio la noche anterior y Juan se quedó sin la píldora.

         Su actuación en la TV fue un desastre –proseguía el relato. Nunca más pudo actuar como lo hacía. Lo despidieron y, por tanto, tuvo que volver a su vida ordinaria. Había basado su éxito demasiado en la píldora de Pitapitow.
         Sus amigos le dijeron que aprovechara sus talentos, porque los tenía, sólo que debía estudiar y prepararse mejor para despertarlos de verdad sin la ayuda de fármacos inventados y conquistar de corazón a las multitudes.

Wednesday, April 23, 2008

LOS LIBROS VIVIENTES


No todos los hombres –y mujeres-- merecen ser considerados libros en sí mismos. Incluso, libros que narran las historias de los más conspicuos del pasado, no incluyen todos los pasajes de sus existencias. En La Odisea, Homero dejó afuera varios episodios de la vida de Ulises, por considerarlos fomes. O sea, el rey de Ítaca también tuvo a veces, un pasar rutinario que no merecía quedar impreso, de acuerdo con Homero.

La Odisea, de Homero, estaba entre los libros que la asistente de la biblioteca del Hospital de Trabajador, llevaba en su carrito con el que recorría el recinto pieza por pieza visitando a los pacientes para ofrecerles literatura. Los consumidores de libros de ese establecimiento tienen tiempo suficiente para meterse en las aventuras y fábulas de los personajes reales o imaginarios de las novelas.

Hablé con uno de esos lectores, Pedro Aguilar, quien permanecía en cama, entubado, pero lúcido. La funcionaria del hospital le había dejado recién un libro fresquito en su velador: La Odisea.

Aquel paciente era un pirquinero. Su propia historia cuenta que mientras trabajaba, cayó al fondo de un abismo de sesenta metros. Lo rescataron en medio de la oscuridad y del dolor. Estaba fracturado entero. Lo llevaron al hospital para las primeras atenciones, en esa lluviosa noche de 1973. Desde entonces, el pirquinero ha permanecido hospitalizado en total, dieciocho años, en distintos períodos. Para reconstituirlo, lo han sometido a todas las cirugías imaginables.

Cuando me despedí, tomó La Odisea y se sumergió en la lectura. Creo que sus peripecias bien podrían sonrojar al propio rey de Ítaca. Polifemo, el cíclope que devoraba vivas a sus víctimas y que estuvo a punto de descuartizar a Ulises, era un juego de niños, frente al boquerón que se tragó al pirquinero. ¡Ésa vida real sí que es un libro! Y ese “libro” viviente permanecía ante mis ojos, leyendo, acostado, sin piernas, en una cama, en la sala del hospital.

Thursday, April 10, 2008

EL VENDIMIADOR DE CONCHALÍ


(Ficción breve)

Desde los cerros de Huechuraba Douglas Spawlding miró a lo ancho la comuna de Conchalí y la vio tan llena de árboles frutales, que concibió el proyecto cuya idea rondaba desde hacía tiempo en su cabeza canosa. Vio que abundaban los grandes paltos, los nísperos, los durazneros y vio también que los dueños de esas casas-quintas cultivaban enredaderas todas floridas a pesar de ser abril.

Por entre los techos de las casas, Douglas distinguió las hojas rojizas y amarillentas de los parrones. Y vio, gracias a sus binoculares, que la uva estaba madura y apta para el vino. No en vano, el otoño era la estación de los racimos tardíos.

El hombre tenía su historia. Sesenta años antes su padre lo bautizó Douglas Spawlding, inspirado en el nombre del protagonista de la novela El Vino del Estío (Dandileon Wine), de Ray Bradbury. Sin embargo, el Douglas bradburiano permanecía siempre joven, niño, en cambio él, nacido en Conchalí, había envejecido. Alguna vez ambos Spawldings compartieron la misma edad, tal vez, soñaron lo mismo.

Douglas de Conchalí descendió a pie del cerro Huechuraba por el polvoriento camino que lo dejó en el plan y se fue a casa, para poner en marcha su proyecto. Manos a la obra, se echó al bolsillo todo lo que había ganado ese día y subió a su viejo camión Ford, en el que llevaba sus hortalizas para vender en la feria.


Se fue por las calles de Conchalí con su vehículo directo a las casas con los patios más grandes, con los huertos más extendidos. Golpeó puerta por puerta y a los dueños les propuso comprarles toda la uva de sus parrones urbanos. Tan extraño fue el ofrecimiento que nadie supo cuánto cobrar, ni Douglas, cuánto ofrecer. Así, pagó en algunas casas, en otras le regalaron la cosecha y en las menos, no lo tomaron ni en cuenta.

No podríamos afirmar cuánto tiempo tomó a Douglas vendimiar los parrones. Pero, a la caída del sol, su vehículo de carga estaba repleto de canastos, cajones de madera, cajas de cartón y baldes de plásticos llenos de uvas maduras, dulces y jugosas. ¿De qué variedad?: blanca, negra y rosada. Y así, se fue a casa con su camión perseguido por un séquito de abejas y avispas. Había vendimiado todo el día y aún le quedaba dinero en el bolsillo.

Su idea consistía en hacer vino con las uvas de la ciudad. De ese modo daría un giro en su vida, dedicada hasta entonces y por entero a la venta de hortalizas. Haría lo que siempre quiso hacer, construir una fantasía. A la llegada del invierno, Douglas salió de su casa rumbo a la feria con su camión lleno de botellas del más distinto uso, forma y procedencia. Contenían un líquido granate-brillante, que presionaba por descorchar los envases a causa de los bruscos movimientos.

Cuando los feriantes levantaron sus cosas para retirarse, cerca de las cinco de la tarde, el camión de Douglas se había quedado vacío. El viñatero del vecindario vendió por fin todo el producto. Como nunca ese día de junio los clientes de la feria de Conchalí brindaron y bebieron en sus casas un burbujeante vino nacido en los grandes huertos de las casas de la ciudad. Y después durmieron un plácido sueño.

Friday, April 04, 2008

UN DÍA PERONISTA EN CONCEPCIÓN

     En los tiempos de la presidencia de Juan Domingo Perón, en la Argentina (de su primer gobierno: 1946-1952), un relator de fútbol (argentino y muy hincha de ese general) en una transmisión dominical dijo algo así:

«Señoras y señores, el estadio de Boca, con su capacidad completa. No cabe un alma más en las graderías. El viento es mínimo y agradable. El sol está tibio, agradable, también. El cielo diáfano, limpio, celeste. Por el túnel sur viene saliendo el equipo de Boca al campo de juego. El estadio estalla en ovaciones. Es algo indescriptible. Este es un maravilloso domingo de fútbol, una jornada inigualable. No falta nada, lo tenemos todo. ¡Es un día peronista!»

Esta historia me la contó un cantante argentino ya desaparecido que actuó en Concepción, en los setenta, Leo Marini. Cuando me presenté en el hotel El Araucano para entrevistarlo para el diario local, Leo Marini estaba esperándome en el lobby. Saludos de mano. ¡Cómo está, un gusto! El hombre venía muy acicalado. A la sazón debía tener unos 55 años. Un tipo que gustaba mucho a las mujeres por sus baladas románticas y acarameladas.
Yo había concurrido a esa entrevista con un fotógrafo, quien sugirió que las fotos las hiciéramos en la plaza Independencia para aprovechar la luz natural. A Leo y a mí nos pareció una buena idea por lo que nos fuimos caminando para el lugar.

Eran las 11 de la mañana, o algo así, y había un sol esplendoroso. Entonces cuando Leo vio este día penquista maravilloso, me dijo: «Qué lindo día, es un día peronista». Y a renglón seguido me narró la historia descrita más arriba.

Leo Marini en plena actuación.

Sobre la base de esa historia, en mi círculo familiar decimos «un día peronista» para referirnos a un día pleno de trabajo positivo, que ha significado un gran esfuerzo, pero coronado por el logro. Por extensión decimos también un día peronista para significar una jornada complicada, azarosa, demoledora y en el que hubo que soportar muchas vicisitudes.

Thursday, April 03, 2008

LA MEDICINA OBJETIVA MÁS LA FE


El Reiki y la acupuntura, medicinas de origen oriental, ganan terreno entre los médicos convencionales. Los testimonios de personas que han derrotado a enfermedades mortales gracias al uso de esas técnicas, cuentan. De este modo, podríamos acercarnos a un primer paso hacia su institucionalización. Y en este sentido, las opiniones de los facultativos también cuentan.

Sin embargo, ¿Quién paga estas medicinas?, ¿Cómo se implementarían en los hospitales? Esos son los primeros tropiezos. Pero, donde el punto de su institucionalización tiene su mayor obstáculo es en un gran sector dentro de los propios facultativos tradicionales.

Muchos son escépticos respecto de los verdaderos resultados de la medicina oriental. “Es cierto que oímos de cuando en cuando que personas desahuciadas hoy gozan de espléndida salud. Pero, son casos puntuales, más relacionados con la metafísica o las características personales de cada paciente, que de una cuestión objetivable”, dicen en el sector duro.

Y agregan: “¿Cómo sistematizamos ese conocimiento y sus resultados más allá de lo anecdótico? Ése es el punto”.

Y, en seguida --diríamos--, dan una estocada magistral: “en este tipo de medicina oímos acerca de resultados asombrosos, pero nunca hemos oído de fracasos y es precisamente de los fracasos de donde se obtienen las mejores enseñanzas”.

Como decíamos, la medicina alternativa o complementaria se está abriendo paso, no sin dificultades, en nuestra cultura occidental. Médicos aprenden sus secretos y practican abiertamente el Reiki y la acupuntura. No hay nada de malo. El problema es que tropieza con los parámetros tradicionales de la medicina convencional: cuáles son sus métodos y cuáles sus resultados en una relación verdadera de sus éxitos y fracasos.

La acupuntura y el Reiki son técnicas buenas para su aplicación en salud, en esto todos los médicos están de acuerdo, pero ámbas técnicas pertenecen al campo de la creencias y ése es un dominio tan personal como difícil.

Tuesday, April 01, 2008

«CADENAZOS» EN POSTES TELEFÓNICOS





       Sin duda, bueno y creativo, una vez más, este chiste de Jimmy Scott en la página editorial de El Mercurio de hoy, 1° de abril de 2008. 
   Sin embargo, el dibujante no reparó que su concepto de las líneas de alta tensión eléctrica está equivocado o no actualizado.
    En este caso, él dibujó antiguos postes de líneas telefónicas. Estos postes eran de madera y tenían gran altura, pero hoy en día ya no existen. Hace muchos años, unos treinta o cuarenta, que fueron retirados de las calles y carreteras.

Thursday, March 20, 2008

MINISTRA EL CAMPAÑA: HIJA ILUSTRE DE TOCOPILLA

JAVIERA BLANCO
      Es poco común la designación de un ministro en campaña. Cuando los ha habido destacan por sus logros. Notables fueron los aportes, por ejemplo, de don Rafael Sotomayor Baeza, ministro de guerra en campaña durante el conflicto con Bolivia y Perú, en el siglo XIX. Como civil, supo organizar bien el despliegue militar chileno y destacó por si visión de estratega. 
    Sin embargo, en «Adiós al Séptimo de Línea», el escritor Jorge Inostroza se queja que el país no haya erigido ni un monumento a don Rafael, quien murió por causas naturales junto a las tropas, lejos de su familia. Malo, pues.
       En nuestro tiempo presente, Chile cuenta con una ministra en campaña, la abogada Javiera Blanco, quien es subsecretaria de Carabineros.
     Javiera fue designada por la Presidenta Bachelet ministra en campaña para que se hiciera cargo, en terreno, de prestar ayuda a los nortinos luego de los daños causados por el terremoto del 14 de noviembre de 2007.
     Al parecer Javiera Blanco ha tenido un buen desempeño en llevar adelante las políticas de recuperación y desarrollo de la zona afectada, porque leo en el diario que la comunidad de Tocopilla agradecida la ha distinguido con el título de Hija Ilustre.
       Aunque las condiciones y circunstancias son distintas bien vale reconocer que la ministra en campaña ha estado a la alturas de Rafael Sotomayor, no en la guerra sino en la paz

LOS BUSES URBANOS NO TIENEN CORTINAS


      Leo en la columna de cartas al director del diario El Mercurio a una persona, usuaria del Transantiago, quien se queja porque los artistas populares, con licencia estatal, rompen los tímpanos de los pasajeros cantando o tocando a todo volumen. Claro que es un problema, especialmente en la tarde cuando uno regresa cansado a su casa. Con ellos en la micro no se puede ni leer.

Tampoco se puede hacer nada, puesto que ellos cantarán fuerte para que los escuchen en todos los rincones de la micro.
     Lo que no he leído, sin embargo, es la falta de consideración de las empresas del Transantiago para con sus pasajeros, que son sus clientes, en un aspecto particular. Las micros amarillas ─por así llamar al sistema antiguo─, tenían eso que no preocupa al sistema nuevo. Un buen porcentaje de aquellas micros tenía cortinas, lo que permitía al pasajero usar los asientos junto a las ventanillas expuestas directamente al sol.
     En ese sentido, había más humanidad de parte de los micreros. Ahora ningún vehículo de transporte público lleva cortinas, ni vidrios polarizados. Por lo que hay que soportar estoicamente el impacto del tórrido verano.
   Los pasajeros tenemos el consuelo de estar temporalmente arriba de estas micros modernas. Los conductores o choferes, en cambio, se pasan la jornada completa sin cortina por modesta que sea, que los proteja de la incruenta radiación.
     Que alguien haga algo. ¡Pónganle cortinas al Transantiago!

Wednesday, March 19, 2008

LA UNIVERSIDAD NO ESTÁ PARA PRESTAR ROPA


     No escuché nunca a un astrónomo presentarse como soy astrónomo Princeton, aludiendo a la universidad donde obtuvo el título. Ellos dicen soy astrónomo. U otro diciendo soy economista de la University of Chicago, simplemente dicen soy economista. O soy médico Universidad de Los Andes, no, dicen soy médico. O soy abogado Harvard, tampoco, dicen soy abogado. Ni mucho menos soy psicólogo Universidad Diego Portales, para nada, solamente psicólogo. Menos aún, soy dentista Universidad de Concepción, dirían soy dentista.
      Basten estos ejemplos para centrarme en el asunto de mi interés o de mi preocupación. Los profesionales mencionados se identifican por su especialidad, no citan la casa universitaria que les otorgó el certificado. Esto no ocurre en el diario vivir, más bien tal particularidad queda relegada al currículum y éstos pertenecen al ámbito privado cuando corresponde.
    Si aquellos profesionales anduvieran atando siempre la especialidad al apellido universitario transmitirían la idea de inseguridad, es decir, que necesitan el respaldo de su casa formadora para tener sus pies pegados a la tierra. Serían profesionales mamones. La profesión y punto. Lo demás es marketing o, si usted quiere, parafernalia.
     Sólo una profesión admite, en el sentido general, su especificación universitaria y son los enfermeros y las enfermeras. Probablemente porque antes había personas que ejercían esa actividad sin haber cursado en la universidad. Pero, jamás ellas hubieran dicho soy enfermera universitaria Universidad de la República, por ejemplo.
       Bueno termino este análisis contándoles una sorpresa. El otro día me presentaron a una persona que dijo ser colega. Y para redundar me extendió su tarjeta personal: Juanito Pérez, periodista UC.

ARTHUR C. CLARKE: USEMOS COMBUSTIBLES NO CONTAMINANTES


          Arthur C. Clarke, uno de los escritores de ciencia ficción más notable del siglo XX, especialmente por su capacidad de anticipación, nos ha dejado una enseñanza sobre las predicciones:

       «Prefiero presentarme como un extrapolador y no como un profeta. Intento anticipar futuros posibles sin dejarme tentar por la videncia».
             Tal vez por eso nadie llamó gurú a este extraordinario escritor británico fallecido esta semana en Sri Lanka.
          Algunas de sus predicciones, a partir de su sensibilidad sobre las señales del mundo futuro, no lo satisficieron del todo:
     «La investigación en inteligencia artificial no fue tan lejos como yo pensaba».
       En este campo, fue capaz de imaginar el desarrollo de las computadoras, hecho que quedó expresado en su famosa obra 2001, Odisea del Espacio. Que una computadora fuera capaz de rebelarse y planificar sus propias acciones causó un fuerte impacto entre los amantes por avizorar el futuro. ¿Se frustró Clarke porque eso no ocurrió en la realidad?
          El escritor cumplió 90 años en diciembre pasado. Durante la celebración dijo que esperaba que pronto se supiera de la existencia de vida inteligente en el espacio exterior. Este deseo no es exclusivo de un profesional de la ciencia ficción, lo comparte mucha gente. Pero, no adelantó ni luces ni pistas.
        Sin embargo, el mensaje más valioso de su último cumpleaños tenía que ver más con el destino final de nuestro planeta. «Por favor, que las generaciones venideras usen combustibles menos contaminantes».

Tuesday, March 18, 2008

LAS IMÁGENES QUE EVOCA EL SONIDO

     El sonido o la imagen, ése es el asunto.

   Si bien la visión es considerada el más noble de los sentidos, atendiendo a la afirmación aristotélica de que la vista es al cuerpo lo que la razón al alma, la audición no lo es menos. Baste tener en cuenta lo que está ocurriendo por estos días.

   Miles de personas estarían dispuestas a pagar fuertes cifras de dinero a cambio de un boleto para presenciar la actuación de Ennio Morricone y su orquesta. El director italiano, junto con su talento, se hizo famoso por las películas. O sea, alcanzó al público masivo por la visión. Pero, el sentido que le dio el visto bueno fue el oído.
Van Cleef.

La gente que asistirá a sus presentaciones no verá la figura de Lee Van Cleef disparando su Smith & Wesson, verá ─en cambio─, los oboes, los clarinetes, las flautas traversas, la soprano, los integrantes del coro durante una pulcra ejecución de las partituras.

     Entonces llegamos de nuevo a la dualidad ojo u oído; imagen o banda de sonido. La diferencia entre uno y otro estímulo la marca el sonido. Porque puede ser el mismo, para imágenes diferentes.

    ¿Cómo? Oyendo una composición ─digamos el tema El Éxtasis del Oro, podremos estar en una butaca del cine viendo esa película, como podríamos estar una noche de otoño al aire libre viendo y oyendo la orquesta y coro interpretando la misma melodía. Dos imágenes, para un mismo sonido.

     Vamos a la conclusión. La imagen puede quedar congelada en el tiempo como una fotografía. El sonido que también queda registrado, puede entregarnos nuevas emociones. Cada vez que lo escuchemos descubriremos nuevas notas o nuevos instrumentos.
Morricone.

Sin menoscabar la nobleza de la vista, el más maravilloso de los sentidos, el oído tiene la fuerza de la emoción. Los pelos se ponen de punta cuando se corre el telón y el maestro Morricone levanta su batuta.

     Pero, para qué seguir debatiendo, el estímulo más valioso es aquel en que ambos: audio e imagen se nos presentan perfectamente entrelazados.


Tuesday, March 11, 2008

EL BUENO, EL MALO, EL FEO... MUY FEO


      Tal como usted o usted, yo tenía ganas de ver y oír a Ennio Morricone dirigiendo su gran orquesta y coro, en la interpretación de sus propias creaciones que evocan grandes producciones cinematográficas, en especial aquellas llamadas spaghetti westerns, durante su actuación en Santiago de Chile. Pero, me quedé con las ganas.

¿Por qué? Porque los organizadores idearon el reparto de boletos para el espectáculo a través de Internet. Y para eso dieron la dirección, URL, y establecieron una fecha y hora para el inicio de las solicitudes.

Y cataplum, en un par de minutos los boletos de acabaron. No hay más, señores. No hay más, no insistan.
Abajo, Ennio Morricone, en su presentación de Santiago.

Un recto pensamiento concluiría que la demanda simultánea fue de tal magnitud, que ocurrió lo que tenía que ocurrir. Sé de personas que intentaron ingresar al sitio web a lo menos media hora antes y no pudieron. Cuando llegó el momento publicitado la respuesta fue “ñet”.

Yo no hice siquiera el intento, intuyendo que así sería la cosa, que el sistema colapsaría. Pero, adonde quiero llegar con este texto es a la sospecha –mera sospecha, nada más--, que los boletos se hicieron humo mucho antes.

Por el método que se estableció, ni el mismísimo Clint Eastwood habría sido capaz de obtener un ticket, a menos que hubiera echado mano a su Colt 45.

Monday, March 03, 2008

EL EDÉN EN LA TIERRA ES POSIBLE


     La geografía está llena de lugares que visitar. ¿Qué es un lugar? Es un sitio especial y particular.

   Pero, hay ciertos lugares todavía más precisos, que ensamblan muy bien con algunas personas. ¿Podríamos llamarlos Shangri-la? Nuestros edenes vivientes particulares son aquellos sitios donde los sentidos perciben a toda su capacidad, donde la memoria evoca en forma automática, donde lo que nos rodea invita a callar, donde se oye hasta el vuelo de un insecto diminuto, donde dan ganas de estirar los brazos hacia arriba y mirar las luz rebotando en el paisaje. Son aquellos sitios donde sintonizamos con el universo, donde queremos quedarnos, donde el tiempo es una fotografía. A diferencia de los lugares, nuestros edenes vivientes tenemos que descubrirlos.
      La ciudad nos ofrece lugares: plazas, parques, avenidas, cerros, jardines. Pero, también nos presenta no-lugares, que son aquellos espacios muertos, producto de errores arquitectónicos y urbanísticos. En los no-lugares no se puede estar, ni transitar, ni mirar con algún propósito estético. En ellos es imposible la interacción humana. Pero, existen y están ahí. Ejemplo de ellos son algunos estrechos bandejones centrales sin ningún destino de algunas avenidas.
     Los lugares, en cambio, son para estar. Es donde se puede conversar, escuchar, trabajar, reflexionar o simplemente disfrutar el ocio. Los edenes vivientes, en cambio, son sitios únicos, donde la sutileza supera al mundo ordinario.
      En mi vida he descubierto estos sitios peculiares, peculiares al menos para mí. Al fondo del Cajón del Maipo, por ejemplo, están las termas de Colina. Es un vallecito en la altura, pleno de aire es fresco y transparente. Ahí la quietud cordillerana única de ese lugar, está subrayada por el ronco sonido del naciente río Maipo.
    Para mí, otro ejemplo, es estar a orillas del Río Bueno, en Trinidad, cerca de Osorno, al caer una tarde de verano. Eso es inspirador. Cuando no corre ni una brisa, la superficie del Bueno es un espejo perfecto, que refleja el Paraíso, mientras es posible oír el desplazamiento del agua por entre las raíces de los árboles. Permanecería allí de pie, por siglos, extasiado.
    Son la Naturaleza, la persona humana y los semejantes, en circunstancias especiales, los que propician estos sentimientos íntimos de una comunicación silenciosa perfecta. Los edenes vivientes producen una relación auténtica entre espíritu y materia, sin ser necesariamente místicos. Están muy lejos de las fotos sobre veraneos que vemos en las páginas de vida social.

Friday, February 29, 2008

LAS LLAVES DE LA LOCALIDAD DEL SILENCIO




La entrega de las llaves de la ciudad es una ceremonia instituida, que significa gran aprecio por una persona, pero que en términos reales, no significa nada, porque la mentada llave no sirve para abrir las puertas de la ciudad, la que tampoco tiene puertas.

Pero, donde sí tiene sentido eso de las llaves de la ciudad, es en El Tangue, un sitio pintoresco, situado a 16 kilómetros de Tongoy, por un camino de tierra hacia el sur, cerca de Puerto Aldea.

No más de 25 familias viven en El Tangue, un grupo de casas, emplazadas en un punto de Quebrada Seca, a unos cuatro kilómetros del mar. La actividad es la ganadería, la fabricación de quesos, frutas y la producción de vino.

Para visitar El Tangue sí se necesitan las llaves de la ciudad, decíamos, porque cuando se llega al lugar, el camino está cerrado por una tranca con candado. Hay que pedírsela a don Pedro Álvarez, quien vive en una de las casas, quien no tiene inconvenientes de cederla, sin ninguna ceremonia –eso sí--, y con la sola promesa de cerrar el candado una vez que uno decida irse.

En El Tangue reina el silencio, los fines de semana a partir del viernes. Los trabajadores se van a sus casas, distribuidas en el campo y el conglomerado de bellas construcciones antiguas de la ciudad queda desierto. Entonces es el momento de disfrutar de la quietud.
En este villorrio privado del valle sólo se oyen en la distancia la zalagarda de las aves de corral y más lejos el mugido de reses perdidas en la pradera. Hacía mucho tiempo que yo no escuchaba el auténtico silencio de la Naturaleza al aire libre y en medio de un pueblo. Créame, lector.

Tangue significa alcatraz en lengua diaguita, la cultura que dio origen a este sitio tan bello de la IV Región. Fueron los diaguitas los que imprimieron su sello arquitectónico especialmente en los techos de paja de las construcciones.

No vaya a El Tangue porque si usted se atreve, muchos más lo harán y si se masificara, adiós al lugar donde reside el silencio y donde para entrar hay que tener las llaves de la ciudad.

Wednesday, February 27, 2008

NUESTRO REGRESO A LA ANTIGÜEDAD

         En lugar de empujarnos hacia el futuro, las tecnologías nos llevan al pasado.

         La televisión nos muestra únicamente la capital. Veamos sus problemas de tránsito, de transporte, de delincuencia, de falta de energía, de campañas, de política. La otra geografía está ausente de las pantallas.

     La TV y los medios electrónicos –o sea, la tecnología--, potencian el concepto de ciudad-estado, como en la Antigüedad. Lo único de interés y valioso para nuestras vidas es la ciudad. El resto no cuenta. Santiago es el país, como Atenas era Grecia para Filipo, en el 350 antes de Cristo.

      Añoramos el tren de cuya imagen sólo nos quedan rieles oxidados y estaciones tapiadas y abandonadas. Un amigo muy joven, Luchito, me dijo que él se sentiría tan orgulloso, si Chile tuviera un sistema ferroviario por el que pudiéramos ir en cómodos vagones a todas partes.

       Imagino despertar una mañana de verano en un tren nocturno, levantarme e ir a desayunar al coche-comedor para disfrutar de un rico café mirando por la ventana un amanecer lleno de rocío en los campos de sur, me comentó con nostalgia (y eso que es gallo joven). O, viajar al norte, por el desierto, por las quebradas, por los valles conversando o leyendo abordo de un tren. Antes se podía hacer eso, ahora no, qué lata, terminó diciendo.

      Mi amigo Luchito estaba mirando hacia el pasado. Él quería que todo el conocimiento, la tecnología, los recursos y la voluntad política, reconstruyeran ese tren que él nunca conoció.

     Cerca del Ártico han creado una especie de  Arca de Noé para semillas. Entiendo que quieren preservar bajo el hielo simientes de vegetales aptos para el consumo humano para el caso de ser necesario en un lejano futuro. Como vemos que se acerca un nuevo diluvio universal, bajo cualquiera manifestación catastrófica equivalente, nos preparamos para revivir el pasado.

    En otros posts citaré nuevos ejemplos, de cómo percibo que las velas de la tecnología arrastran a la humanidad de vuelta al pasado.

Sunday, February 10, 2008

MORRILLOS EN PLENO VERANO



Estas imágenes las capté el 10 de febrero de 2008 en la playa de Morrillos, 40 kilómetros al sur de Coquimbo, IV Región de Chile, ó 430 kms. al norte de Santiago. La toma la hice a las 18:30 horas. No había brisa y el mar se presentaba apacible, apto para el baño.

Saturday, February 09, 2008

¡ENTRE MÁS FEO, MÁS CARO!


       La belleza, llámese apostura, equilibrio en la forma, el color del cabello, el matiz de los ojos, la simetría corporal, la estatura o la juventud, son dones, que Aristóteles llamó bienes naturales de la persona que los posea. La belleza y la personalidad marcan diferencias entre un individuo y otro. Hay más posibilidades de éxito en la vida social para aquella persona que sea bella respecto de otra que no lo es.
   Por eso alguien bello y con una personalidad robusta puede acceder con más facilidad a mejores trabajos y ganar más dinero. Esas personas agraciadas usan y gozan de ese favor de la Naturaleza. De allí que, por ejemplo, las llamadas súper modelos obtengan tantas ganancias, gracias a que poseen ese bien natural.
      Apoyándome en Aristóteles, concluyo que lo bello es y será siempre más caro que lo feo.
       Pero, ¡cuidado! Escribo este texto porque hallé la excepción. Sí, como un portazo en la cara, descubrí que algo feo puede doblar en precio o valor a algo bello.
       Visité la librería Ulises en la búsqueda de nuevos títulos. En un lugar destacado encontré la última producción de Humberto Eco, el notable simiólogo italiano. Tomé el libro sellado y fui a la caja a preguntar el precio. «Sesenta y siete mil pesos», me respondió la cajera.
     Pero, cómo, le dije, ¿Es posible que La Historia de la Fealdad valga casi el doble que la Historia de la Belleza, ambas obras del mismo autor y de Lumen, la misma editorial?
     La cajera me miró y encogió los hombros sin darme razones y porque además estaba muy ocupada.
    Segunda conclusión: en la literatura se rompe el axioma de Aristóteles, que lo feo puede ser más virtuoso para el negocio que lo bello.