La capacitación que comienzan a ofrecer las empresas a sus trabajadores adopta un giro nuevo, más preciso al interés del trabajo y del desempeño. No se trata simplemente estudiar tal o cual disciplina, sino capacitarse en función de los requerimientos del puesto.
Los expertos en recursos humanos de las empresas, junto con las gerencias hacen un levantamiento de las características que exige cada puesto y después se avalúa si las personas que los ocupan se ajustan a las exigencias establecidas. De esa manera se determinan brechas o diferencias que presenta el trabajador con el cargo que desempeña.
Establecer las brechas todavía no es cosa fácil, porque se requiere de una confesión honesta por parte del trabajador, quien debe por sí mismo reconocer sus falencias. Y es en este punto donde se complica la cosa, porque al trabajador se le encienden todas las alarmas y puede sospechar que se trata de un argumento para ser reemplazado por otra persona que no presente brechas. De allí que las empresas derrochen harta energía para convencer a la parte laboral que el propósito es favorecer desempeños y no buscar sustitutos.
Los estudiosos de los recursos humanos de las empresas sostienen que una vez que la evaluación individual está terminada, es posible plantear un programa de capacitación como traje a la medida a cada trabajador evaluado para fortalecerlo en sus debilidades y hacerlo más eficiente. De este modo los programas de capacitación son personalizados.
Los mismos expertos aseguran que el gasto en capacitación que realizan las empresas deberían reducirse porque serán más acotados a las necesidades productivas. Dicen también que los trabajadores estudiarán con más interés y que no se aburrirán con programas que muchas veces nada tienen que ver con lo que necesitan saber para lograr el mejor desempeño con su puesto. Por último, afirman que se trata de una relación nueva entre el trabajador y su empresa y que, por este camino el empleado se sentirá más seguro y que, por tanto, creará un clima favorable en su entorno.
...Ojalá estos estudiosos tengan razón.
(Ilustración www.fao.org)
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