Saturday, September 18, 2010

VOCES DEL AYER EN CONCEPCIÓN

            Mientras de prisa compraba lo último para las fiestas y temeroso que el supermercado cerrara por tres días, oí la oferta del minuto:
         «¡Atención, mucha atención porque esta es otra Jumbo oferta relámpago para usted!»

      La voz del locutor resonó fuerte en el ambiente caótico del establecimiento. Pero, fue lo suficientemente evocadora y me condujo al portal de los recuerdos: de las voces olvidadas de las radios de Concepción. Porque el registro que acababa de oír, mientras el público se abalanzaba sobre la ganga del momento, era la de Petronio Romo (foto), locutor penquista fallecido en abril de 2010 a una edad avanzada.

     Se hizo famoso en todo Chile en la década del sesenta como animador del programa de radio Corporación El Show Efervescente de Yastá. Impulsada por las potentes ondas de la emisora de entonces, su voz sólida, transparente, contagiosa daba vida a un espacio radial que en sí mismo se convirtió en una época.

      Antes de la llegada de los setenta Petronio Romo dejó Santiago y se radicó en Concepción para animar, leer noticias y crear entretenidísimos programas en radio Bío Bío. La trayectoria de ese locutor inspiraría la preparación de un libro. Pero, su trabajo no opacó la labor de otros maestros penquistas del micrófono.

      Mario Chandía calentaba los motores de radio Simón Bolívar con espacios matinales propios. «Mi voz es pastosa» decía cuando le preguntaban por su registro vocal. Con los dedos sobre los puños de la camisa se estiraba las mangas y se componía el mostacho en los instantes previos a la lectura de las noticias y la animación de los programas en vivo. Su afán por lo novedoso le llevó a crear un festival de la canción del verano que se transmitía al aire libre desde el parque Ecuador. Chandía era un hombre laborioso, imaginativo, hiperkinético, las audiencias de entonces sin duda agradecieron silenciosas su talento. Para enfrentar los cambios radicales que hubo después debió dedicarse a otra actividad, la venta de seguros de vida, a pesar que su pasión y vocación era el micrófono. Chandía fue generoso en su labor de comunicador social, siempre dio oportunidades a voces jóvenes, nunca temió a la competencia o a quienes le hicieran sombra.

       Los domingos en la mañana, Anatole Figueras, ponía en el aire su dinámico y entretenido programa Ritmo y Canción de los Domingo a través de radio Cóndor. El espacio era una plataforma apetecida por los grupos artísticos locales que no tenían cabida en otra parte. Figueras hablaba, comunicaba, planteaba problemas, oía las penas del público y hacía campañas rápidas que terminaban con ayudar a esas personas a resolver en parte sus estrecheces. Todo lo anterior en medio de un ambiente de fiesta que llegaba al corazón de las audiencias pegadas a los receptores.

      Una voz profunda, segura, informada, culta era la de Roberto Romero (foto). Leía noticias con propiedad y dominio de los contenidos. A lo anterior había que agregar su adecuada pronunciación de nombres extranjeros. Su tono grave le brindaba credibilidad plena. Pero, no sólo se dedicó a la lectura de informaciones. También animaba espacios artísticos en vivo, sin perder un ápice de las virtudes antes dichas. Terminó su trayectoria en radio Minería de Santiago.

    ¿Existía alguna diferencia entre los animadores radiales de entonces con los de hoy? Diría que había una brecha marcada entre la voz y la personalidad. Es decir, el locutor hacía su trabajo sin mezclar su vida personal con el lado público de esta profesión. Por ese motivo, los locutores radiales de entonces eran voces sin rostro, personalidades al servicio del propósito: comunicar y no al revés.

FERNANDO ÁLVAREZ leía
«Las voces del cuento» en Radio
Universidad de Concepción.
    Los nombres que he dado son apenas referentes de un universo de voces que llenaron las radios de Concepción, Talcahuano y la zona minera. Enumero algunos otros nombres: Juan Cerda, Ricardo Vásquez, Francisco Miguieles, Elvia Vergara, Javier Navarrete, Sergio Castillo, Enrique Arjona, Fernando Álvarez, Max Wenger, Carlos Muñoz, Roberto Caqueo, Héctor Alarcón, Moisés Tiznado, Manola Pachuante, Ismael Muñoz, Germán Santana, Bernardo Saldías... 
Abrazos muy afectuosos a todos esos queridos talentos de la comunicación.

Thursday, July 22, 2010

EL MODERNO MOBY DICK

Esta ballena de lomo blanco (izquierda) atacó a una embarcación con turistas que sobrepasó el límite que debe existir entre el hombre y los cetáceos en el medio natural. La oportuna fotografía captada por otro turista me trajo a la memoria la novela de Herman Melville: Moby Dick. Aquella ballena iracunda se vengó del capitán Ahab, comandante del ballenero Pecuod, quien la persiguió por todo los mares del mundo para darle muerte. El ángulo y el instante fotográfico se exacto con el concepto gráfico del afiche de la película que lleva su nombre (derecha). El Ahab de la realidad sólo resultó con heridas menores. El Ahab de Melville murió enredado en las cuerdas de los arpones de sus propios balleneros a un costado de Moby Dick.

Tuesday, May 11, 2010

EL PROTOCOLO DE LOS MUERTOS


         El fallecimiento de una persona muy querida me enseñó un protocolo que va de boca en boca. ¿Cómo se desplazan los muertos, no por sí mismos, sino cómo se los traslada? No es simplemente tomar el asa de la urna y salir caminando con el difunto. Hay una manera. El cuerpo sin vida tendido en el ataúd debe avanzar con los pies hacia adelante. La cabeza va siempre atrás.

            De ese modo hay que tener cuidado al momento de trasladar la urna ya sea hacia la iglesia para las ceremonias fúnebres o hacia el carro mortuorio para su traslado al cementerio. Los pies deben ir adelante. Lo que cuento me lo dijo recientemente una persona encargada del protocolo en la iglesia San José Obrero de Concepción.

Saturday, May 08, 2010

NUESTRA HERENCIA DE LOS OTROS HUMANOS

A los neandertales siempre los dibujan feos.
     Me apasiona la investigación científica que tiene que ver con nuestros orígenes. En su edición de este viernes El Mercurio reveló que el experto Svante Paabo, líder del equipo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, Alemania, descubrió que huellas del ADN en restos óseos de neanderthales encontrados en cavernas de Europa, están presentes en nosotros.

(La revista National Geographic llamó a esa especie "los otros humanos".)
        Entre el 1 y el 4 por ciento de su material hereditario se aloja dentro de nuestra información genética. O sea, señores, no somos herederos absolutos del cromañón (llamado hombre moderno). También somos en pequeña proporción, neanderthales.
     ¿Y eso qué tiene que importarnos? Claro que sí, porque hasta ahora se creía que cromañones y neanderthales no se cruzaron. Los primero invadieron Europa desde África y desplazaron a los neanderthales hacia las regiones frías del norte. Pero, en esta conquista territorial cromañones y neanderthales interactuaron y nosotros heredamos en nuestros genes el fruto de esa interacción.

   Como publicáramos en un post anterior, los neanderthales desaparecieron de la faz de la tierra y hoy tenemos que conformarnos buscando entre huesos algunas pistas de su remota existencia. Sin embargo, los resultados obtenidos por Paabo, nos dan luces acerca de aquellos lejanos parientes. Ellos estarían dentro de nosotros mismos. Por eso, no se sorprenda cuando vea a algún tipo muy corpulento por ejemplo, en el metro. Puede ser un neanderthal viviente.

Saturday, March 27, 2010

EL APRENDIZAJE ÍNTIMO DE UN TERREMOTO

                      Una casucha arrastrada por las olas por dos cuadras a lo largo de la calle Maipú. Foto del 27 de febrero de 2010.
        Vivimos conectados a la Naturaleza diariamente: vemos la luz del día, nos mojamos con la lluvia, caminamos a pie descalzo por la arena, respiramos el aire fresco de los bosques, nadamos en el mar, nos zambullimos en los ríos. La Naturaleza va con nosotros a donde nos movamos.

       La experiencia colectiva de los terremotos la conocemos por los relatos de los demás y por nosotros mismos. Cada cual cuenta lo suyo y cada cual le agrega algo, "le pone un poquito de color". Así, el episodio queda grabado en el pensamiento colectivo por algún tiempo.

     Sin embargo, junto con la experiencia de todos, hay una vivencia personal, íntima en estas situaciones. Es una comunión individual, intransferible de cada uno con la madre Naturaleza. Vivir el fenómeno con más gente o en soledad siempre es una cuestión personal.

      Durante el sismo pensamos en los demás, en las amenazas que nos rodean, esto es que las construcciones se nos puedan venir encima. Pero, es el momento en que recibimos el mensaje de la Naturaleza, que pertenecemos a ella, que no podemos mirarla desde lejos. No, porque está ahí y ahora. Es un mensaje fuerte y claro. Es conocimiento puro.

      Sentir el rugido del temblor, el movimiento, la inestabilidad, la pequeñez, el miedo es un baño en adrenalina. Lo que se aprende durante el temblor es algo que jamás lo aprenderíamos en un libro. Cada vez que vivimos un terremoto nosotros mismos cambiamos, vemos la vida desde un ángulo distinto. Un terremoto es un cambio de fondo en la intimidad del ser humano. Es un duro regreso al origen, una violenta vuelta a las raíces de la existencia, un retorno forzado que ninguna tecnología podría ayudarnos a evitar.

Wednesday, January 06, 2010

UN AÑO NUEVO DESDE UN BUQUE


He aquí una perspectiva novedosa de los fuegos artificiales en la bahía de Valparaíso durante la reciente celebración del Año Nuevo 2010. Las imágenes fueron captadas con una cámara fotográfica de bolsillo desde el remolcador de alta mar Huilo Huilo, a una milla de la playa, frente a la Universidad Federico Santa María.

Tuesday, January 05, 2010

LA IMAGEN QUE TENGO DE SANDRO

     Cuando mueren las personas es el momento en que los recuerdos llueven. ¿Hay un nombre más pegado a las emociones que Sandro, el cantante argentino? De allí que cuando me impuse de la noticia se me vino a la mente el día en que lo entrevisté para el diario Noticias de la Tarde, de Talcahuano. De eso hace más de cuarenta años.
   Ahí estaba el artista en su habitación del hotel penquista acompañado de su manager. Yo llegué con un fotógrafo. Me saludó serio, casi como por obligación. Vestía el traje con el que saldría a escena, aunque para eso faltaban muchas horas. La camisa blanca tenía vuelos en las mangas y en el cuello. Sin duda me esperó así para reforzar la imagen de Sandro, el personaje, en la portada de mi diario.
     Cuando nos dimos la mano me di cuenta que mi conversación sería con el personaje, no con el hombre de carne y huesos detrás de ese vestuario. Le dije para empezar: ¿Sandro viste siempre así?

     Un artista tiene que presentarse como tal. Me gusta vestir así. Esa fue su respuesta.
     No podría reconstruir en este momento cuál fue el contenido de la entrevista específica porque no vendría al caso. Rescato del recuerdo la imagen de una persona que no sonreía con facilidad y que irradiaba seguridad en sí mismo. Yo no estaba frente a un tipo común y corriente dispuesto a caerle en gracia al entrevistador.
     Aclaro que no lo hallé pesado a pesar de la química, porque él se comportó correctamente. Por último recuerdo que me dijo que se sentía artista en todo el sentido de la palabra y que su meta era satisfacer a su público y que en la escena él no se desdibujaba así estuviera en el modesto gimnasio del Lord Cochrane de Concepción o en el Madison Square Garden de Nueva York.

Sunday, December 20, 2009

UN INFALIBLE REMEDIO PARA EL CANSANCIO


    Hay palabras que levantan el ánimo, voces que sirven a tu espíritu en un momento de aflicción. Cuando hay que pasar por encima de obstáculos o avanzar por donde uno no ve sendero, las palabras iluminan.

        Pero, no cualquier palabra.

        Traigo al tapete una expresión que le oí a un cura hace muchos años. Él la atribuyó a Dios. Y cuando dijo "Dios nos dice esto", me puse en guardia.

         La bendita expresión la hemos escuchado muchas veces:

        “¡En marcha!”

        Cuando nos despertamos ¿cuál es el imperativo para iniciar el día? Es ¡en marcha!

      En marcha fue la orden que recibieron los israelitas cuando abandonaron Egipto.

       Cuando nosotros necesitamos el empujón para actuar alguien nos dice en marcha. Pero, no al estilo de una orden militar. El “en marcha” divino tiene un ingrediente de dulzura, de invitación como si a eso agregara un suave palmoteo en la espalda.

     Y escribo de un modo tan elemental sobre mi percepción de aquella vez cuando oí esas palabras, a propósito de estos días de fin de año, en que debemos prepararnos para el próximo. En medio del agotamiento y el cansancio soy capaz de oír la invitación paterna:

      ¡En marcha!

    Comparto con mis amigos lectores este sentimiento, como un remedio para los tiempos de agotamiento físico y mental. Llega el 2010. Por eso, ¡vamos!, ¡en marcha!

Wednesday, December 09, 2009

NATIONAL GEOGRAPHIC MATÓ SU PROPIO CUENTO


El acierto.
        Es la mejor portada en la historia de la prestigiosa revista National Geographic, el rostro de la refugiada afgana, captado por el fotógrafo norteamericano Steve MacCurri en 1984 y publicado en junio del año siguiente. Debe ser la mirada más notable y enigmática del siglo XX. La niña de 12 años es una especie de Mona Lisa reciente.

       La segunda historia de la foto de la niña afgana fue la búsqueda de esta mujer realizada por el mismo fotógrafo durante 17 años. El cuento termina con su hallazgo en un remoto lugar de Afganistán y el descubrimiento de su nombre Sharbat Gula. Ella está casada y tiene tres hijas: Robina, Zahida y Alia. Y su foto de adulta de 30 años ilustró nuevamente la revista.

      La tercera historia es la que me interesa. El fotógrafo la buscó por mar y tierra hasta que dio con ella. Una suerte de amor imposible, como el de Tristán e Isolda. En la primera foto, la niña Sharbat de 12 años mostró su alma en esa mirada aguda y profunda. Fue la mirada que sorprendió e impactó a millones. A través de esos ojos el mundo se acercó al drama de los refugiados afganos en Pakistán, del pueblo Pashtún que huía de la invasión soviética. La segunda foto de MacCurri nos mostró otra realidad.
Sharbat Gula, 17 años después.

        El rostro de la niña fue el sueño, el cuento, la ficción, el encantamiento. La foto tomada después fue el portazo en las narices porque rompió el encanto y el sueño se evaporó. La segunda foto hizo polvo la primera. Si MacCurri no la hubiera encontrado nos quedamos con el sueño, con la ilusión, con un hermoso misterio eterno. Pero, la halló porque estamos en la aldea global y en una aldea todos nos conocemos. Además le tomó todas las fotos que quiso y las publicó todas.

         De ese modo la imagen de la primera portada perdió su brillo, ese halo de misterio psicológico que le daba vida y fuerza. ¿Sería la misma la Mona Lisa si tuviéramos otras pinturas que la mostraran en otras situaciones y con varios años encima? Ese desconocimiento, esa especulación es lo que engrandece la obra de Leonardo. Con el hecho de haber sido encontrada la huidiza e ignota niña afgana se convirtió en un ser común y corriente. Así la primera foto quedó reducida a un acierto fotográfico, pero sin vida y hoy es sólo una buena imagen más.

Monday, November 09, 2009

MI VIAJE AL OTRO LADO DEL MURO DE BERLÍN


El muro captado con mi cámara.
        El día en que crucé el muro de Berlín para entrar en Alemania del Este tuve que pasar por una puerta estrecha y presentarme en una sala donde había un oficial del ejército alemán pro soviético. El militar tomó mi pasaporte y otros papeles que me dio el gobierno federal alemán. No me habló, pero me miró un buen rato, como queriendo leer mis pensamientos. Luego se concentró en los papeles y finalmente me dio la autorización. Crucé una reja, seguí por un pasillo angosto y desemboqué directo en una calle de Berlín Oriental.
      Caminé hacia el centro de la ciudad. Se podía ir por la calzada, porque no pasaban autos. Calles vacías. Al cabo de unos minutos de marcha, pasé frente al hermoso edificio del ayuntamiento, construido con ladrillos, una joya de la arquitectura germana. Seguí caminando hasta que llegué al referente máximo de la ciudad, la torre de comunicaciones, que tenía una gran esfera en la parte superior, coronada por una enorme aguja.
     Allí por primera vez me encontré con un grupo de alemanes del este. Era gente joven, las mujeres vestidas a la moda y los hombres todos en uniforme del ejército. Este grupo enorme de unas doscientas personas, estaba haciendo cola para ingresar a un subterráneo. Averigüé de qué se trataba. Esperaban su turno para entrar en una disco para bailar y divertirse. Llovía y ellos se cubrían con impermeables y paraguas. No les importaba el sacrificio si al fin ingresarían al apetecido lugar, previo retirada de los que los habían antecedido. Eran como las cuatro de la tarde.

El autor de esta nota en Berlín Oriental.
        Después me dirigí a un museo que tenía sus puertas abiertas al público. En uno de sus muros me encontré con una pintura que representaba al poeta chileno Pablo Neruda y a la salida había venta de merchandising. La ciudad era preciosa, pero carente de presencia humana suficiente como para pensar en una ciudad habitada. No tuve más tiempo para seguir recorriendo, la tarde se terminaba y debía regresar a prisa a la puerta para poder regresar a Berlín Occidental, donde el bullicio, la multitud y los grupos de pandilleros cabeza rapada pedían limosnas y se mofaban de la gente.
       En las imágenes de la caída del muro, veinte años después, se ve a la gente pasándose para el oeste. Pero, hoy día sin duda, la multitud se fue para el otro lado, donde la ciudad era una desolación.

Tuesday, November 03, 2009

LOTA Y LA PLAYA DEL CHAMBEQUE


   Un gerente de aspecto como sacado de Subterra me recibió muy sonriente en su oficina de la entonces empresa Enacar de Lota. Me atendió en mi calidad de reportero de El Diario Color de Concepción.
   El despacho del gerente era muy espacioso y pulcro, demasiado para los estándares lotinos. De un lado miraba hacia una calle de tierra y de atrás se conectaba con las faenas de extracción de carbón a través de un enorme patio lleno de máquinas unas operativas, otras abandonadas, de la revolución industrial. Ese patio enorme remataba en una playa de arenas amarillas, mar azul y olas espumosas brillando bajo el sol de diciembre.
     Esa playa hermosa, chiquita de un largo no mayor de 50 metros y flanqueada por dos enormes peñones, que le servían de rompeolas, llamó mi atención y mi mirada seguía pegada en ella haciendo abstracción total de las maquinarias de museo aún en uso productivo. Tampoco le daba mucha bola a lo que me hablaba el gerente.
   Salimos al patio conversando y el tipo se dio cuenta de mi atención concentrada en la playa. «Bueno esa playita es de nosotros, pues», me dijo sin disimular orgullo. Y siguió: «Pero, como está en el área industrial, no viene gente. Además tenemos guardias y nadie querría bañarse un día cualquiera vigilado por un equipo de celadores», me dijo el gerente, como para desalentar una posible solicitud de algún permiso especial de mi parte para un fin de semana veraniego. Aunque el uso libre de las playas está garantizado en la constitución.
     En todo caso, pese a los elementos de la industria que la rodean es una linda playa, le dije para halagar al gerente, aunque en belleza natural el lugar se lo merecía con creces. ¿Cómo se llama?, le pregunté. «Es la playa del 'Chambeque'», me dijo muy orondo y seguimos hablando de la materia que me había llevado a Lota: los nuevos volúmenes de extracción de carbón.
   Terminada mi tarea de reportero y cuando regresábamos a la oficina del gerente, caminando por ese patio, le dije: curioso el nombre de la playa, «Chambeque», ¿por qué le habrán puesto así?Y el gerente me respondió:
    «La verdad es que no sé el origen. Pero, es seguro ahí antes debió haber un ‘Chambeque’».
  (¿Perdón?, pensé.) No más preguntas y con esa respuesta, bien anotada en mi libreta, regresé al diario.

Monday, October 26, 2009

EL DRAMA DE CHARLY GARCÍA


     Claro que debe ser un drama que te molesten porque te recuperaste de una adicción que parecía sin vuelta. Es el caso del cantante argentino Charly García, quien se viró de su caída libre en manos de la droga. ¡Dejó la cocaína y en vez de abrazarlo y felicitarlo, se mofan de él!
   Un ácido programa de televisión bonaerense se refirió al nuevo Charly: «¿Ése es Charly García?. No, qué va, ése no es Charly. Es un clon. ¿Dónde estás Charly?, que no nos vengan con copias».
      El artista estuvo tanto tiempo desfigurado, maltrecho en el abismo de la droga y, por su postrera y propia decisión enfrentó el flagelo y salió. Si usted hoy ve al cantante es distinto, es un tipo normal versus el cantante que actuaba borracho o volado de hace un par de meses.
        Desde este blog te felicito Charly, venciste al mal. Eso no es fácil. No lo hace cualquiera. Mantente sólido y deléitanos con tus creaciones. Eso deberían decirle al artista, apoyarlo. Pero, no; se burlan. Un medio de comunicaciones no puede prestarse para felicitar lo malo.

Thursday, September 17, 2009

"ME LO CONTÓ UN PAJARITO"


Informan que Twitter está valorado en dos mil millones de dólares. El nombre de esta entretenida plataforma de comunicaciones modernas, en la que contamos a quien quiera acerca de lo que estamos haciendo, significa gorjeo de pájaro. Curioso, pero la traducción me trajo a la mente una historia.

En Chile los niños que hacían alguna travesura a escondidas sabían que por muy secreta que fuera la broma, la información siempre llegaría a sus padres. ¿Cómo? Difícil saberlo. Pero, de algún modo lo sabían y eso que no se había inventado Twitter.

Cuando el padre o la madre informado enfrentaba al autor de la travesura, lo reprendía o le pedía amistosamente una confesión mayor para conocer bien el asunto. Antes que el aludido preguntara, el papá o la mamá decía: "me lo contó un pajarito".

¿Un pajarito?

Pasaron muchos años hasta que pudiéramos atar cabos: el supuesto pajarito denunciador o parlanchín era un decir para referirse a terceras personas o a evidencias indesmentibles. Y nació Twitter, el que conocemos hoy en día. Me lo contó un pajarito. De algún modo la tecnología no se despega de la naturaleza humana y rescata aquellos cuentos que parecían perdidos. Ahora los niños, a diferencias de antes, podrían culpar a Twitter, aunque no sospechen de terceros o de las evidencias. Hoy como ayer los papás siempre sabrán cuándo se portaron mal con o sin Twitter.

Tuesday, September 01, 2009

LA DENUNCIA DE LOS PRESOS


    "Los presos habían desplegado un cartel en el pasillo de la cárcel, por donde iba nuestra delegación, que no podía pasar inadvertido”, contó el sacerdote Felipe Berríos sobre una visita suya a un recinto penal, que organizó el gobierno. Su relato iba dirigido a un gran número de estudiantes universitarios y profesores congregados en el auditorio para oír su mensaje. Y prosiguió: “Fíjense, chiquillos, que el letrero decía: Aquí estamos los que hemos robado poco”.

     Lo que pareció ser una broma adquirió pleno sentido, cuando en una charla sobre problemas sociales, exclusión, pobreza y desafíos pendientes, el cura continuó diciendo que "los que roban harto no están en la cárcel porque tienen muy buenos abogados. Y, claro, esos ladrones no son de clase baja, sino de la alta sociedad. Porque no es cierto que los ladrones son sólo los pobres. Eso es estigmatizar a los pobres, los ladrones también son de los barrios acomodados. ¿No es un robo la colusión, como llaman, al acuerdo de las farmacias para subir los precios de los medicamentos? ¡Eso es robo, sólo que le ponen otro nombre!"

    Oírlo metido en las patas de los caballos es una experiencia convincente. Su voz no es altisonante. El cura se atreve a decir cosas fuertes en público, a su modo, humildemente. En otro frente dijo: "Nos están robando al padre Hurtado. Fíjense chiquillos que nos lo muestran metido debajo de los puentes rescatando cabros chicos. ¡Ésa es la imagen que nos quieren imponer! Si el padre Hurtado luchaba por la justicia…"

    Como hemos visto en su retórica, el cura Berríos, se vale de ejemplos, para extraer una abstracción o una enseñanza. Contó un episodio de los uruguayos que cayeron en la cordillera en 1972. Dijo que los que sobrevivieron, usaron como refugio una parte del fuselaje del avión. Al comienzo, los más fuertes se ubicaron en las partes más abrigadas de la estructura. Y agregó: "Pero, pronto cambiaron de actitud, llevaron a esos lugares a los enfermos y los más débiles y ellos pasaban las noches cubriendo con sus cuerpos el boquerón, para proteger del frío a los enfermos. ¡Eso es lo que falta en nuestra sociedad, que los más poderosos apoyen a los más débiles y que los más poderosos lo sean por meritocracia, no por pitutos!"

     En su mensaje el cura Berríos instó a los jóvenes a estudiar mucho, a pensar, a ser capaces de enlazar cosas, de sacar conclusiones. Los llamó también a incorporarse a la política, para desde ahí erradicar a aquellos que se aprovechan. No se trata de lamentarse y quejarse que la política y los políticos son malos. Hay que actuar desde las instituciones.

     Por último el cura se refirió a los estudios. Ser estudiosos no significa repetir lo que dijo el profesor, sino leer, investigar, meditar. Pero, también dijo "un mal estudiante es aquel que copia. Porque eso es un robo. Los que se coludieron por el asunto de las farmacias son profesionales, sí. Pero, les apuestos a que fueron malos estudiantes: copiaron, hicieron la cimarra, no prestaron atención en las clases. Cuando un estudiante es así, termina siendo un mal ciudadano, un ladrón, un evasor de impuestos. Y ese no es el camino, y los invito a sacarse la cresta estudiando, porque es la forma para cambiar lo malo".

Thursday, August 13, 2009

SIN GUITARRA ELÉCTRICA NO TENDRÍAMOS ROCK

        Si alguien no hubiera creado la guitarra eléctrica, el rock’n roll no habría existido. Y sin el rock no seríamos los mismos. No imagino un rock metálico ejecutado con guitarras españolas. ¿Slash tocando November Rain en un instrumento de cuerdas con caja? ¡No! ¿Los integrantes de Sex Pistols retando a su propio público desde el escenario aferrados a vihuelas? ¡No!
Slash 
     Por eso fue importante la creación del músico norteamericano Les Paul fallecido en Nueva York, a las edad de 94. En 1943 inventó la guitarra eléctrica, cuyo primer propósito fue limpiar el sonido de la guitarra tradicional, esto era, quitarle a las cuerdas el agregado concomitante de la madera de la caja del instrumento. De allí que ideara una tabla rasa sobre la que tensó cuerdas, a la que unió un micrófono. De ese modo, obtuvo un sonido nuevo, inédito, extraordinario.
    Casi quince años más tarde de su creación, los músicos comenzaron a tomar el invento en serio. Bill Halley, Elvis Presley y todos los que vinieron después. La guitarra eléctrica facilitó la irrupción del rock y dio carta blanca a los compositores modernos para crear toda la variedad de música electrónica que conocemos hoy.
      La invención de la guitarra eléctrica dio un viraje a la música, inspiró a los jóvenes de una manera distinta y generó un cambio cultural profundo sin vuelta atrás. Hubo, sin embargo, una tendencia que buscó destronar a la guitarra eléctrica: el rock unpplagued, pero fue sólo una pequeña moda, aunque no por eso menos bella. Sin embargo, la guitarra eléctrica se quedó en la escena como una reina.
El creador y su invento: Les Paul. 
    Ese instrumento introdujo un cambio drástico en la manera de oír la música popular. Su sonido limpio y reverberante semeja al sonido de una metralla y, a veces, sus ejecutores "amenazan" al público con ráfagas de vibraciones estridentes, potentes, únicas.
     Y como en todas las cosas importantes, probablemente su autor Les Paul ni siquiera imaginó cuando rasgó por primera vez las cuerdas de la primera guitarra eléctrica de la historia, que ese instrumento iba a ser la madre de una generación distinta de hombres y mujeres. A partir de ese día, el mundo ya no volvería atrás. Paul se merece un tremendo aplauso.

Monday, August 10, 2009

LA PENA DE MUERTE EN LA TELE


       Me opongo a la pena de muerte, por atroz y horrible que sea el caso que la invoque, porque un castigo de esa naturaleza al final recae sobre nosotros. Sí, dicen los que apoyan, ¡reinstaurémosla! Y de ese modo los asesinos potenciales retrocederán. Quienes piensan así lo hacen movidos por la pasión del momento, pero castigar quitando la vida de alguien es algo mayor que la pena.
     Explico: Se condena al sujeto a la pena máxima, la muerte. Tan pronto el tribunal se pronuncia, se inician movimientos contra la pena. Si las apelaciones no fructifican, viene el cúmplase. Y, por último, la opción de la instancia de la gracia presidencial.
   Imagínese Ud. qué pasaría, en el intertanto, la farándula televisiva tomaría el caso, el debate se plantearía en estos términos, qué sí y que no. Los abogados defensores rogando con caras angelicales para salvar al sujeto y el público de por medio sufriendo «que no lo maten, que no lo maten».
  El día de la aplicación de la pena, supongo el fusilamiento, Gendarmería seleccionaría a los medios de prensa que presenciarían la ejecución. Y desde afuera del recinto, la TV transmitiendo en vivo. Los grupos opositores prendiendo velas. El país en vilo, sufriendo, esperando el sonido de los balazos. ¡Por Dios que lo salven! Y ¡PUM! Se murió el asesino.
     De inmediato su tumba se llenaría de flores, velas y rogativas. Gente llorando diciendo que el santito hizo el milagro. Para qué decir los espacios especiales de reportajes en televisión: «Ejecución Cumplida», «Los que Dispararon», «Las Imágenes no Vistas del Ajusticiamiento», etc. Por último, una gran película. ¿Nos olvidamos del Chacal de Nahueltoro?
    Eso es lo que pasaría. En cambio si el asesino queda vivo en una cárcel, nadie se acordaría de él y sufriría mucho más que el susto o el pánico de un momento. Por eso, me opongo a la pena de muerte, no es por favorecer al asesino.

Thursday, July 30, 2009

LOS CHINOS SABEN ESO QUE PASÓ EN TIANANMEN

La foto clásica del episodio de Tianamen en 1989.
         Me sorprendió una nota reciente de Televisión Española, que mostraba entrevistas a jóvenes chinos en Beijing. El entrevistador les mostraba un video de la Masacre de Tiananmen, ocurrida el 4 de julio de 1989 y los entrevistados dijeron no saber nada ni de qué se trataban esas imágenes, aunque reconocían la famosa plaza de la capital china.

     Hoy tuve la oportunidad de preguntarle a un especialista en comunicaciones, el profesor emérito de la universidad de San José del Estado de California, el doctor James Lull, quien ha hecho publicaciones sobre China.

    ¿Por qué los jóvenes chinos de hoy dicen no saber nada de la masacre que terminó con las exigencias de reformas políticas en 1989?
    Sí, ellos dicen no saber nada. Pero, lo saben. A su modo, lo saben todo. Lo que pasa es que si alguien se los pregunta en público, prefieren evadir la respuesta.

    El académico realiza una visita de una semana a Chile para participar en numerosas reuniones con docentes de diversas universidades nacionales. Tuve la suerte que me invitaran a una reunión con profesores de la Universidad Mayor, unas doce personas.

       El encuentro se prolongó por una hora y en ella, Lull entregó un resumen de su último libro “Culture-on-demand”. Mi interpretación de su charla es la siguiente:

      En este siglo hemos comenzado a vivir entre dos culturas: la clásica, que se escribe con mayúscula, que es conservadora e ideologizada y la cultura con minúscula, la personal, que construimos cada uno a partir de lo que recibimos de nuestra vida en sociedad o que nos llega a través de los medios.

     Las tecnologías empoderan a la gente y acortan la distancia entre el ciudadano y la autoridad. Las audiencias ya no son solo receptores. Los usuarios crean mensajes desde abajo, libremente. Es pura creatividad simbólica. Los blogs son algo más que blogs, son una realidad más grande.
James Lull y Nelson Palma.
          La cultura personal es individualismo puro, pero no es egoísmo. Existen comunidades entre los individuos. Es una súper cultura personal que se manifiesta a través de redes y grupos de relevancia.

          El nuevo mundo, de la súper cultura personal, es globalizado, es de migraciones, de abundancia simbólica y de disponibilidad de medios, como la Internet.

        Hoy ya no somos solamente integrantes de las audiencias, sino que participamos y creamos. La televisión ha perdido la enorme relevancia que tenía en el siglo XX. Necesitamos aprender de los niños y de los jóvenes para construir nuestros mensajes desde la base. Debemos abrir todos los medios. Que permanezcan abiertos es lejos, mejor que estén cerrados o que alguien o una ideología proponga clausurarlos.

Monday, July 27, 2009

EL FUTURO YA ESTÁ ESCRITO


     Ya disponemos de antecedentes que nos dicen cómo serán nuestros últimos días. Desde el fondo del futuro recibimos mensajes de anticipación de cómo habrán cambiado las cosas para entonces. A nuestro sol, fuente de la vida que conocemos, le quedan cinco mil millones de años. Cuando el plazo se cumpla, los físicos dicen que ocurrirá lo siguiente:

     El sol permanecerá como está hoy, de color amarillo, hasta que haya quemado su último átomo de hidrógeno. Sin ese combustible comenzará a quemar las cenizas o el helio que resultó de la fusión nuclear del hidrógeno que lo mantuvo encendido por millones de años. El sol del futuro será de puro helio, el que comenzará a arder con cambios aparentes y también físicos para nuestro astro rey. Lo primero que le ocurrirá es que volverá rojo.

Un sol rojo emitirá luz de ese color, parecida a los rayos de los últimos instantes de un hermoso atardecer. Pero, además de enrojecido, también se expandirá enormemente. En su expansión primero alcanzará la órbita de Mercurio, para después engullirse a Venus. La Tierra quedará a tiro de cañón, orbitando el sol en el punto mínimo para no caer en las fauces del león.

     Tendremos un sol gigantesco encima de nuestras cabezas, irradiando un calor incalculable en grados centígrados y todo nuestro planeta estará bañado de luz rojiza, como un atardecer sin final.

     No es necesario tener mucha imaginación para pensar que ese sol monstruoso cubrirá todo el cielo desde el oriente al occidente. Así los amaneceres durarán muchas horas y antes que haya salido completamente, comenzará a meterse en el oeste más allá de las montañas. Simplemente no tendremos noches, porque antes de esconderse completamente en el horizonte, estará comenzando a asomarse por el este.

     Brrrrr. ¡Aterrador! Pero, nosotros no estaremos aquí para verlo y contarlo. Los mares habrán desaparecido y el suelo sólido será lava ardiendo. Para entonces nuestros descendientes se habrán mudado a otro lugar, probablemente a Marte. No me quiero imaginar el éxodo. El último cohete despegará con el último pasajero, quien mirará para atrás para ver por última vez esta masa terrestre retorciéndose de calor. Y de seguro que los ojos del último hombre terrestre no serán como los nuestros: habrán evolucionado para adecuarse a la luz roja del sol. Serán ojos mucho más grandes, como globos de color sangre.



(N. de la R.: las fotos muestran como imagino la cosa. En la primera imagen, un atardecer de verano en Viña del Mar; en la segunda, aspecto de la Plaza de Armas y la Catedral a eso de las 7 de la tarde; foto tres, una panorámica de Santiago con vista hacia el poniente al final de un día de primavera; y la cuarta imagen, la Tierra orbitando peligrosamente a un sol gigantesco.)

Saturday, July 18, 2009

MI CAFÉ CON WALTER CRONKITE


      Un día me dijeron que la credibilidad era el gran sino el único capital del periodista. Por eso, continuaron esas personas, el reportero debe averiguar bien y estar muy seguro de lo que comunica, para acrecentar su capital.

     Pues bien, la credibilidad enriquecida se convierte en confiabilidad de parte de las audiencias. En esa posición el periodista es creíble, se puede confiar en él.

     Tal fue la fórmula de uno de los grandes periodistas del siglo XX, quien falleciera a los 92 años el pasado 17 de julio, el norteamericano Walter Cronkite. Entrevistador de notables figuras de la historia moderna, reportero en dos conflictos: la Segunda Guerra Mundial y la guerra de Vietnam. Periodista deportivo, primero; político, después; y finalmente divulgador científico. Sin contar que fue un tremendo presentador de noticias.

    Conocí a Walter Cronkite en su terreno: reporteando. Ambos estábamos en Egipto trabajando para nuestros medios él para CBS, yo para TVN. Reporteábamos las circunstancias del asesinato del presidente egipcio Sadat, ocurrida en una parada militar en El Cairo.

     CBS tenía arrendado un piso completo en un hotel cairota. Yo y mi equipo, en cambio, ocupábamos una estrecha pieza del décimo piso del hotel Ramsés. Me presenté en las oficinas de CBS para que me ayudaran a resolver un problema técnico con mi cámara. Los electrónicos me ayudaron, pero nada fue gratis. A cambio les cedí parte de una entrevista que me había conseguido con el ministro del interior del gobierno egipcio. En esas tratativas estábamos, cuando se me acercó Walter Cronkite. Sentí orgullo, pero también me sentí minúsculo, frente a una estrella mundial del periodismo. Me ofreció un café y hablamos de la situación a raíz de la muerte de Sadat, pero él estaba interesado en Pinochet y como yo venía de Chile, me hacía preguntas. Nos tomamos el café ahí mismo entre cables, cámaras y equipos.

     Entonces se me ocurrió pedirle una entrevista, no en vano Cronkite ostentaba el título honorífico y real de ser el hombre de mayor credibilidad en Estados Unidos y un potencial candidato a la Casa Blanca. Salimos al balcón y de espaldas al río Nilo, Cronkite habló para Chile. Ese material debe estar hoy en los archivos de TVN.

    “Era la voz de 'la verdad', que brindaba confianza y tranquilidad”, dijo el profesor Todd Gitlin, de la escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia para referirse a su muerte.

          Tal como lo señalé en un post anterior el de Edison Grandón, la tarea del periodista es dar tranquilidad, confianza, aunque pareciera que el mundo se esté viniendo abajo. Eso es lo que busca la gente, tener a quien creerle en los momentos de apremio y de temor, porque sólo la verdad dicha calmadamente devuelve el alma al cuerpo. Y eso fue lo que hizo tan bien a su manera Walter Cronkite en momentos inciertos como el asesinato de Kennedy, la guerra del Vietnam o cuando nos moríamos de nervios si los astronautas que llegaron a la Luna podrían volver a la Tierra. Adiós extraordinario maestro.

Friday, July 17, 2009

LA HERENCIA DE ESPARTA

Homenaje al espartano Leónidas en 
las Termópilas, Grecia.
    Presté mucha atención cuando oí decir a mi profesor: “En la Grecia antigua, la ciudad de Atenas produjo creativamente lo que hoy heredamos, la democracia, la tragedia, el teatro, la historia, la ciencia. La otra ciudad importante, Esparta, se desarrolló también, pero a diferencia de Atenas, en doscientos años en esa ciudad no pasó nada”.
     ¿Nada? Pensé sin atreverme a preguntarle al profesor durante la clase. Pero, comencé a investigar y me encontré con el libro de Jean Pierre Vernant «El Individuo, la muerte y el amor en la antigua Grecia». En el capítulo 9, Vernant se refiere a Esparta. Lo que sostiene allí es que en Esparta pasaron cosas importantes, como la educación, por ejemplo. La educación espartana la conocemos perfectamente hoy y seguirá con nosotros en el futuro. Es la enseñanza de la disciplina, el sentido del honor y el trabajo en equipo.
    Al respecto Heródoto dice: «La mejor hazaña individual de un soldado, por muy heroica que sea y que hasta le comporte la muerte, no tiene valor si escapa a la disciplina colectiva de la falange de la que forma parte».
    Por su parte Vernant agrega que, en el sentido espartano, para ser el mejor había que destacar entre los demás, pero permaneciendo junto a ellos, solidario con ellos, semejante a ellos.
    Una prueba de esa disciplina férrea está contenida en la Batalla de las Termópilas (II Guerra Médica), en el 480 a de C, donde el rey espartano Leónidas resistió durante tres días con trescientos soldados el asedio de miles de tropas persas, hasta que el último hombre fue aniquilado.
     El texto al pie de una lápida moderna en ese lugar proclama el sentido del deber de un individuo subrayado por el principio del honor, la gran herencia de los espartanos a la cultura occidental.
     El emotivo mensaje de la placa dice:
    «Viajero, ve y dile a Esparta que aquí cayeron sus hijos en  el cumplimiento de sus leyes».