Monday, February 20, 2006

SORPRESAS EN UNA VUELTA POR EL SUR

EN LA FOTO se aprecia la pequeña rada de San Vicente y al fondo, el muelle y las instalaciones de la usina de Huachipato.
VISTA DESDE LA CUMBRE de los cerros del fundo Playa Negra hacia la bahía de Penco. La foto fue tomada a la salida del peaje, en la población Desiderio Guzmán.
EL AUTOR DE estas notas aparece aquí junto a uno de los leones que custodian la entrada del Parque de Lota.


EL MACHISMO DE CAP

Un amigo cercano, funcionario de Huachipato, me respondió que en la usina no trabajan mujeres. “Bueno, hay secretarias, gente de aseo, de computación y telefonistas”, me dijo que atenuar un poco el efecto de mi sorpresa. Pero, en el frente de faenas no las hay.

Insistí, porque me pareció que en tiempos en que mujeres se entrenan para guiar aviones F-16 y una de ellas es Presidenta electa de la República, es anticuado el machismo que impera en CAP.

Las féminas tienen posibilidades de trabajo en Huachipato, pero en cuestiones secundarias, no relacionadas con la producción directa del acero chileno. Y me queda la duda: ¿Cuántas mujeres quisieran trabajar con buzos y cascos codo a codo con hombre en el vaciado del arrabio, la operación de huinches con láminas recién fundidas o en los convertidores al oxígeno? Buena pregunta para el presidente de la compañía…
 

A 100 KM/HORA POR ISLA ROCUANT
Siete minutos tarda conducir por la moderna autopista que va de Penco a Talcahuano a través de la isla Rocuant, propiedad de la concesionaria Interportuaria S.A.

A este tramo se ingresa en el trébol ubicado en el sector Desiderio Guzmán, en el empalme de la ruta del Itata. Desde lo alto, donde uno retira un ticket de ingreso, la vista hacia la bahía de Penco es extraordinaria. Debido a que se han talado los bosques de pino del sector, se puede ver todo el panorama. No sería extraño que ahora se desarrollen allí proyectos inmobiliarios teniendo en consideración la conectividad y el paisaje.

Una vez que la ruta llega al nivel del mar, cruza el río Andalién e ingresa de lleno en la isla Rocuant, un lugar deshabitado, de tierras bajas, médanos y humedales. La pista se carga al norte paralela a la playa, desde donde se ven, siguiendo los punteros del reloj, Talcahuano, la isla Quiriquina, Cocholgüe, Tomé, Lirquén y Penco. Todo este placer cuesta 450 pesos que es el valor del peaje.

ACARICIANDO LEONES
Me detuve a ver en detalle los hermosos leones apostados en la portada del Parque de Lota, otrora residencia de don Matías Cousiño y familia. El fiero felino que está al lado derecho domina a una serpiente, la que se enrosca en una de sus extremidades delanteras. El león del lado izquierda tiene fuera de combate a un enorme caimán. La actitud de ambos es de pura adrenalina.

Me dicen que las estatuas fueron traídas del Callao durante la Guerra del Pacífico. Estos leones, que se supone de bronce, están pintados de blanco y sus víctimas de tono verde botella. Son similares a los instalados en la entrada del Apostadero en Talcahuano y a los emplazados en la avenida Providencia.

Pero, hay una diferencia –y de eso se trata este apunte--. Los leones de Lota están a nivel del suelo. Uno de los puede apreciar como si estuvieran vivos, se pueden tocar o acariciar y, junto con ello, posar para una fotografía. Eso, lamentablemente, no se puede hacer en Talcahuano ni en Santiago, donde los pusieron sobre pedestales de más de 2,5 metros de altura.

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