La FIFA no quiere sorpresas deprimentes en el mundial que se inicia mañana viernes. Como, por ejemplo, que se muera un jugador en la cancha. Ni tampoco pruebas positivas por uso de drogas prohibidas.
Los organizadores no quisieran ver las imágenes de un Marc Vivian Foé agonizando en la cancha, como ocurrió en 2003 en la Copa Confederaciones; ni a un Maradona del brazo de una norteamericana rumbo a hacerse los exámenes químicos.
Haciendo uso de una táctica proactiva, la institución del fútbol ordenó que su propio equipo médico emitiera certificados de salud del corazón y de los riñones de los integrantes de cada equipo. Pero, estas medidas apuntan también a la dirigencia deportiva. Son una advertencia para que sean rigurosos en el autocuidado referido al dopaje.
De todas maneras, quienes quedan fuera de estas medidas de seguridad y salud exigidas por la FIFA serán los seguidores del fútbol. ¿Cuántos ataques cardíacos se registrarán alrededor del mundo durante el desarrollo de los partidos en esta copa?
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