Tuesday, October 18, 2022

RETÓRICA EMPLAZADA

 
          Uno siempre entiende más o menos la retórica como el buen hablar, eso en mi caso. Una vez escuché al ex presidente de Estados Unidos G.W. Bush decirle a un periodista: «Veo que a usted no le gusta mi retórica», refiriéndose a la forma y el fondo de sus discursos políticos en general. O sea, es un recurso del hablar, del propósito que se intenta conseguir a través de las palabras, un medio para transmitir credibilidad. Pero, investigando, el asunto no es tan simple, tiene una larga historia, es un arte y pertenece a la lógica.

          En la Grecia clásica los sofistas enseñaban «el buen decir» a sus alumnos interesados en incorporarse a la política. La necesidad de prepararse para dar buenos argumentos en la vida pública interesó también a Sócrates y después a Platón. Pero ambos parece que advirtieron que los sofistas usaban indistintamente la retórica y la filosofía como cuestiones equivalentes, como que les daba lo mismo. Sin embargo, si bien la retórica era necesaria como una de las tantas técnicas para regir políticamente la ciudad, no se la podía confundir con la filosofía, que era un saber riguroso que aspiraba a la verdad absoluta. Así Platón acusó a los sofistas de pretender convertir el bien decir en un mero arte para la persuasión, lejos del contenido de sus enunciados.

             Más tarde Aristóteles, la abordó también y acentuó su carácter técnico diciendo que la retórica era el arte de la persuasión que servía ya fuera para refutar o para confirmar, a diferencia de la dialéctica que sólo expone razonamientos. El concepto retórico siguió evolucionando en la historia hasta que llegamos a nuestros días.                          Leyendo a Jacques Rancière, un reconocido filósofo francés contemporáneo, sale a la palestra con una crítica ácida hacia esta técnica de la persuasión desvirtuándola totalmente. Dice el filósofo citando a Jeremie Bentham: «La retórica es una poética pervertida. La retórica tiene por principio la guerra. No busca la comprensión, sino la destrucción de la voluntad adversa. Habla para hacer callar. 'No hablarás ya, no pensarás más, harás esto'. Tal es el programa de la retórica».

              Y añade: «No existe retórica razonable, no existen discursos políticos razonables».







Jacques Rancière


-----

«La Retórica», Aritóteles

«Diccionario de Filosofía», José Ferrater Mora

«El Maestro Ignorante», Jacques Rancière

No comments: