Friday, April 30, 2021

LO MÁS LEJANO QUE HEMOS PODIDO VER

FOTO DEL ESPACIO PROFUNDO, cuya superficie corresponde a la 
cabeza de un alfiler.

            Al doctor Bob Williams le gusta apostar, porque dice que es la única forma de obtener resultados sorprendentes; bueno tampoco descarta el fracaso, porque eso es apostar. Williams es un astrónomo renombrado en el mundo científico, fue director del telescopio espacial Hubble, también director del observatorio de Cerro Tololo en La Serena. Las nuevas generaciones de astrónomos lo conocen como el padre de la observación en el campo profundo. ¿Y qué es eso? Tratar de ver si es que hay alguna cosa en aquellas inimaginadas zonas más alejadas del cielo.

            La idea loca de Williams –y en el uso de sus atribuciones como mandamás del Hubble– fue averiguar qué pasaba si apuntaba el telescopio hacia la nada, un lugar oscuro, donde nada brillaba, nada se veía. Y optó por un punto negro como el azabache y hacia allá dirigió el equipo. Enfocó en una zona equivalente a la cabeza de un alfiler, como un agujerito por el que se podía mirar. Mantuvo el telescopio encendido por 14 noches seguidas, a la espera de saber si captaba algo. Los científicos permanecían con los dedos cruzados, mientras Williams sonreía confiando en que algo resultaría, si no, bueno cuando más se habrían perdido 14 noches de observación, un alto costo sin embargo, pero valía la pena intentar.

EL DOCTOR BOB WILLIAMS y a su lado el telescopio orbital Hubble.

        El día 15 el Hubble despachó a las facilidades científicas de California, su trabajo. Y ¡wow!, apareció una fotografía de esa zona invisible del cielo con miles de galaxias conteniendo cada una millones y millones de estrellas, todo en una superficie no más grande que un alfiler. Esto fue en los años noventa. Y hasta la fecha la imagen es un clásico de la astronomía, la foto de los fenómenos que ocurren en lo más profundo del cielo. Nunca el ojo humano había logrado ver cosas tan, pero tan lejos.

         Conocí al doctor Williams en Cerro Tololo y en los noventa me lo encontré en el aeropuerto de Pudahuel. Y allí sacó de su mochila la foto que se despliega aquí y me la mostró. Estaba orgulloso, esa foto que parece papel mural para empapelar una habitación, era el resultado de su apuesta, el límite máximo al que podemos ver. La imagen captada ocurrió hace 12 mil millones de años y recién llega a nosotros. Bob Williams, un crack.

 

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