El mensaje que uno interpreta el proyecto es: ¡fíjese usted cómo nosotros cuidamos el medio ambiente!
En el mirador hay un museo de sitio donde existe un reloj de sol, que permite a los curiosos ver la hora con su propia sombra proyectada contra el suelo, siguiendo una fórmula matemática simple y hay información sobre las características de los molinos de viento y los beneficios que ellos traerán al planeta al generar energía limpia.
La hermosa explanada permite una vista preciosa del horizonte con los equipos y sus aspas girando. El sitio es ideal para fotografiar a gusto en todas direcciones para luego seguir viaje.
Lo que no se les ocurrió a los profesionales del marketing de Endesa fue volar con la imaginación, con la literatura y con la fantasía. Pudieron haber creado una alegoría de Don Quijote y Sancho en una actitud de defensa a los molinos, al contrario de lo que relata Cervantes.
“Calma Sancho, que estos no son monstruos. Protejamos a estos molinos de viento que son el futuro de la humanidad”.
Eso podría decir la alegoría al pie del monumento, cuyo montaje fotográfico aquí es obra mía. ¡Les faltó ingenio muchachos de márketing, para haber hecho aún más simpático el lugar!
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