En todas las escuelas de periodismo del
mundo se enseña la técnica del relato en un formato de pirámide
invertida, planteamiento que implica jerarquizar una noticia según
la importancia de los elementos: lo más relevante arriba y
lo menos, abajo. Según sus cultores esta fórmula le permite al
lector ganar tiempo porque conoce lo que interesa en el instante
mismo en que empieza a leer y también le da la libertad de abandonar
la lectura en cualquiera parte del texto a sabiendas que lo que viene
es de relevancia menor.
La pirámide invertida es, entonces, el
sello del periodismo, del llamado periodismo informativo. Así es
aceptado.
Pero, si miramos estas cosas de una
manera más fina llegaríamos a la conclusión que la parte aguda de
la pirámide invertida no es menos interesante que lo que está
arriba. Porque es el punto de apoyo de toda la estructura que la
precede.
RENÉ GIRARD (1923-2015) |
Mucha filosofía, por ejemplo se
construye sobre la base de un solo punto de apoyo, la parte aguda de
la pirámide. Por ejemplo, el filósofo francés René Girard edificó todo su pensamiento
siguiendo el modelo de la pirámite invertida. En la parte más
aguda, o sea, abajo puso su premisa fundamental: el deseo mimético (el objeto de deseo no es deseado por uno solo, sino también por un tercero).
Todo lo que dijo después, lo que escribió se sustentó en eso, en
un solo punto.
De allí que, a modo de conclusión, no
miraría tan a la ligera la pirámide invertida señalando que lo
menos importante está abajo. De pronto, es allí donde se funda
todo.
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