Foto tomada de internet (www.viajesieuzkadi.es). |
Los
seres vivos hacemos eso querámoslo o no. Pero, antes de aceptar o rechazar esta
afirmación, establezcamos una diferencia dentro del concepto. Cuando
comunicamos en forma intencionada hablamos, actuamos, o si se quiere, emitimos
señales. De ese modo, si recibimos
señales es que alguien inteligente inició un proceso de comunicación. Y ese
alguien puede ser una persona o un animal (también son inteligentes).
Un
segundo aspecto del análisis del concepto es la comunicación no intencionada. En
tal caso no enviamos señales… transmitimos indicios. Estos indicios también hablan
de nosotros. ¿Y qué son? Por ejemplo, nuestro aspecto, nuestros modales,
maneras o costumbres, nuestra educación que contribuyen a formar nuestro perfil, cómo nos
percibe la gente. Entonces una conjugación consciente entre señales e indicios nos
ayudaría mucho en la vida. Así como una desafortunada mezcla de ambas nos hará
daño.
No
busquemos más público que el que tenemos (y no lo sepamos). Sólo los políticos
andan siempre tratando de ganar más adeptos. En cambio nosotros, como no
estamos en ese propósito, al menos cuidemos el público que eventualmente tengamos.
Mejoremos nuestras señales y preocupémonos de nuestros indicios. Eso casi
seguro nos reportará algo que nos favorezca.
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