Imagen referencial tomada de Internet. |
La
lógica nos ayuda a comprender el mundo y a explicarnos, a través de fórmulas,
algunas cosas oscuras. Nos permite sacar conclusiones siguiendo ciertas reglas
para el razonamiento. Y estas conclusiones a las que llegamos pueden ser
verdaderas o falsas, según cada caso.
Igual
como cuando nos disponemos a analizar una oración, la primera regla es que
hayamos comprendido bien su significado. Y aquí, la lógica suele jugarnos
algunas bromas que pueden conducirnos a conclusiones disparatadas. Repito, lo
primero, comprender lo que nos vamos a desmenuzar.
Cito
un trozo del libro «A Través del Espejo» (Lewis Carroll, 1871) que nos servirá de
ejemplo en esto del juego de las palabras y los significados lógicos:
«El
rey pregunta a Alicia: ‘¿A quién ves venir por el camino?’ Y ella responde: ‘A
nadie veo venir’, a lo que el rey le replica: ‘¡Qué buena vista tienes! Yo
apenas puedo ver a alguien con esta luz’».
Según
los expertos en lógica, no da igual decir «a nadie veo» que «no veo a nadie».
Esta última transmite la idea que la persona tiene los ojos cerrados; en cambio
la primera «a nadie veo» afirma que miro y no veo a nadie.
Así
es la cosa, ojo con la sintaxis o el orden de las palabras en la oración. Si no
nos fijamos bien, podríamos negar algo que a todo el mundo es verdadero.
(Nota: texto original del autor de esta nota. Conceptos tomados del pensamiento de Bertrand Russell)
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