Yo diría tenga cuidado con mirar con el rabillo del ojo. Es la vista lateral, marginal, periférica. Aunque nos entrega una información importante para reaccionar rápido, también nos puede engañar. Desarrollaré sucintamente esto último. La visión de fantasmas o apariciones se inicia en ese campo visual. Es un campo imperfecto, desenfocado. Así cualquier cosa que veamos con el rabillo si no la hemos visto antes o si no podemos clasificarla, entonces el estímulo se transforma en fantasma, en zombie. Porque cuando cuando hacemos foco con la mirada frontal, el objeto ya no está. O sea, fue un fantasma que apareció por nuestro lado y cuando queremos definirlo, tener más información acerca de él, se diluye, es un estímulo huidizo que no podemos definir.
Hay quienes dicen haber visto un fantasma y en la descripción le ponen agregados. Estas apariciones entran en nuestra conciencia por el lado marginal de nuestros ojos. Muy rara vez alguien afirma haberse topado con uno a boca de jarro. La visión por el rabillo es una alerta real, pero también por lo difuso del estimulo, nosotros nos engañamos: hemos visto un fantasma.