Medité sobre este regalo y tuve que dar gracias. El espectáculo matinal de la llegada del verano debería ser siempre una fiesta en el corazón de la humanidad.
También he oído razones: «Simplemente se trata del solsticio, el punto más austral al que se desplaza aparentemente el sol debido a la eclíptica de la tierra».
No me importa el argumento científico porque rompe mi contemplación. Sólo quiero ver la luz dorada maravillosa del sol invadir todos los rincones de mi tierra.
No hay razones ni cálculos científicos que pretendan explicarme lo que veo por mi ventana. Porque una realidad maravillosa como ésta no fue hecha para ser explicada. Simplemente está ahí para tenerla.