Señal ¡Wow! (Foto de The Ohio State University Radio Observatory). |
El mundo científico se olvidó de la señal ¡wow!, ese
increíble registro del radio telescopio Big Ear, en Ohio, Estados Unidos, recibido y grabado por una
computadora la noche del 15 de agosto de 1977, a las 23:16 horas. El equipo
orientado hacia la constelación de Sagitario recogió durante 72 segundos una
señal que a todas luces había sido generada por una fuente inteligente en el
espacio exterior. El registro, sin embargo, fue descubierto al día siguiente
por el astrónomo Jerry Ehman, cuando revisaba el interminable papel con datos
binarios recogidos por el telescopio. En la monotonía del registro sideral,
saltó a sus ojos, una señal que se sobreponía 30 veces al ruido de fondo. Por
eso, rápidamente tomó su lápiz y anotó al lado ¡wow!, nombre que después se le
dio a la señal. En el papel saltaba a la vista 6EQUJ5, secuencia que no era
ruido, sino ¡un mensaje inteligente!
Este habría sido el sonido de la señal wow. El registro en
realidad es sólo una reconstrucción a partir de la data
recogida por el computador del telescopio aquella noche.
Es lo único que la Humanidad ha obtenido –que
conozcamos–después de largos años de trabajo con costosos equipos para
establecer algún contacto con civilizaciones extraterrestres. Infortunadamente no contamos con un registro de audio directo de ¡wow!. Lo que se
grabó fue sólo la data proveniente del cosmos. Después
distintas personas han tratado de convertir a sonido el registro haciendo la
operación inversa. Aunque sí lo han conseguido, no es lo mismo porque no es una versión de primera fuente.El astrónomo Jerry Ehman junto al telescopio Big Ear, en 1995. El telescopio fue demolido 3 años después para dar paso a uno nuevo. |
Se hicieron numerosos esfuerzos para captar nuevamente el
mensaje, orientando Big Ear exactamente hacia el punto celeste de donde provino
la onda. Pero, el fenómeno no se repitió nunca más. No hubo un nuevo mensaje,
se perdió todo contacto. Al punto que los astrónomos se echaron para atrás y
negaron que ¡wow! haya sido una señal inteligente y que bien pudo ser el tubo
de escape de algún vehículo terrestre que pasó por ahí cerca y engañó a la computadora. El propio
Ehman, un entusiasta científico buscador de señales extraterrestres, descartó
su propio descubrimiento ¡wow!: no fue más que un espejismo.
Sin embargo, la investigación continúa para descartar con
una prueba concreta que ¡wow! fue el cuetazo de un tubo de escape y no otra
cosa. Parece que todavía no han resuelto eso.
Muchos años antes de esta experiencia, el escritor
estadounidense Ray Bradbury había publicado un cuento que narraba acerca de una
comunicación amorosa entre un astronauta en el espacio exterior y su novia acá
en la tierra. Dice el cuento, aproximadamente, que la onda de choque de una
súper nova, una tormenta solar, un enjambre de meteoritos o los anillos de
Saturno, barrieron el mensaje que el astronauta le envió a su amada desde su
soledad en el cielo nocturno. Pero, el cuento añade que sólo una palabra
traspasó todas esas barreras planetarias y llegó a destino. Y no fue posible
repetir esa voz en los oídos de la muchacha. Y esa palabra fue:
“amor”.
¿No habrá pasado algo parecido con 6EQUJ5, que el resto del mensaje se lo llevó el viento? Les falta
imaginación a estos científicos para averiguar el auténtico contenido. ¿Y si efectivamente la envió alguien inteligente desde Sagitario?