Tuesday, July 31, 2007

TODOS LOS CONTENIDOS ESTARÁN DIGITALIZADOS



Estar conectado con algo es una necesidad de vida y esa conexión la proporcionan los medios. De allí que integrar los medios: libros, internet, televisión, cine, conciertos, chat y lo demás es un negocio astronómico. Y por ese camino va la prédica del gurú del marketing, Al Lieberman, a quien tuve el gusto de conocer personalmente (foto) en el lanzamiento de su último libro La Revolución del Marketing del Entretenimiento.
      Liberman es el director del programa de MBA de entretenimiento y medios de la Universidad de Nueva York y está de visita en Chile promoviendo su libro, invitado por VTR. El mensaje del experto es arriesgarse, atreverse a crear contenidos para los medios de comunicación, porque las posibilidades de ganar dinero pueden ser incalculables. Con la digitalización, las ganancias serán aun mayores, teniendo en cuenta el enorme ahorro en materiales o soportes que hoy en día requieren esos productos y que ya no serán necesarios.
     La digitalización permitirá el lanzamiento de películas simultáneamente en todo el mundo. Bastará con que el estudio cinematográfico suba su producción a los satélites para que miles de salas en todo el planeta reciban ese material y éstas a través de un computador lo proyecten en sus pantallas digitales. Nunca más se necesitarán copias en los teatros, porque los contenidos serán generados directamente del original, esto es de donde fueron producidos.
         Lieberman nos da una perspectiva del futuro, cómo viene la mano, cómo será el recambio generacional en el negocio del entretenimiento. «Hay gente que no se arriesga, que se va a la segura, trabaja, por ejemplo en Pepsi Cola, porque los humanos siempre estaremos bebiendo líquido. O sea, Pepsi tiene mercado para rato. Ésa es cosa de ellos. Pero, créanme, el negocio del entretenimiento es el más rentable y con la digitalización, los costos serán menores y muchas más las ganancias», dijo el experto en su charla.
      Si bien Lieberman nos anuncia que los cines serán digitales; hace menos de un año otro gurú de la tecnología y las comunicaciones, Nicholas Negroponte, director del MIT, nos dijo que los libros ya no llegarán a nosotros en papel, los leeremos en el computador. Cuide sus libros, guarde sus películas porque durante este siglo serán reliquias.

Monday, July 30, 2007

REÍRSE O MALDECIR CON LAS NUEVAS PATENTES


    Está pendiente la puesta en marcha de la nueva combinación de letras y números identificatorios para los vehículos, debido al aumento explosivo de autos, camionetas, buses, camiones.
      El registro de vehículos motorizados dijo el año 2005, que se quedó corto con las dos letras tradicionales, por lo que ahora corresponde colocar tres letras en las patentes de los autos. Junto con la combinación alfabética se agregarían tres número en lugar de cuatro.
      Por algún motivo esta innovación aún no recibe luz verde.
    Si bien con dos letras era posible leer algo, como por ejemplo: UY, AY, KK, TU, UP y otras; con tres habrá muchas más posibilidades inteligibles. Veamos al pasar: GOL, OUT, GAY, CON, DOS, BIS, CHU, PUT, RIO, MAR, TNT y todas las otras combinaciones que pueda imaginar usted. Todo eso será posible con el paso del tiempo en las patentes del futuro.
   Sin duda que leer las patentes podría llegar a ser un juego entretenido en los estacionamientos, en las plazas de peajes o en las plantas de revisión técnica. Y no faltará alguno que cree un premio en algún programa de televisión ¿Quién tiene la patente más chora? POR, LAP, UTA.

GABRIELA EN LA ENCRUCIJADA KAFKIANA

KAFKA

       Puede haber algo en común entre Gabriela Mistral y Franz Kafka. Creo, que se refiere a publicaciones póstumas.

        Kafka editó sólo algunas cosas menores, pero escribió mucho más que eso. Lo más importante de la obra del gran escritor checo se conoció después de su muerte y contra su voluntad. En 1924, cuando ya presentía que moriría, le pidió a su albacea, Max Brod, que destruyera los manuscritos. Su mensaje, diríamos, fue: “no publiques nada. Rompe todo lo que haya salido de mi pluma”. Y Brod aceptó hacerse cargo del material, pero le había advertido a su amigo Kafka que primero revisaría esos escritos y quién sabe. O sea, se comprometió a medias a cumplir ese deseo. 
    Brod publicó. Y fue gracias a esta "desobediencia" que la humanidad tuvo la posibilidad de conocer una obra extraordinaria.
    Con nuestra Gabriela Mistral podría ocurrir lo mismo. Porque ella dejó unos manuscritos y uno documentos literarios en Nueva York. Para cualquier editor, textos inéditos producidos por un Premio Nóbel son una tentación. Más de una institución quisiera ganar dinero patrocinando una publicación de este tipo. Pero, lo que no nos consta es que ese material sea buena poesía. Si la misma Gabriela no quiso darlas a conocer en su momento, tendría razones, por ejemplo, pensar que ese material no merecía la pena.
    De todas formas ya se han oído voces poderosas. Ignacio Valente, por ejemplo, les envió un mensaje a Luis Vargas Saavedra, a cargo de la investigación en Nueva York, y al propio rector de la UC, Pedro Pablo Rosso, que tuvieran mucho cuidado con ese material póstumo. La sola opinión del cura crítico literario –que considero muy autorizada– debe tener a este último bien complicado porque la idea de ganar dinero es también una opción válida. La disyuntiva de Rosso sería entonces publicar o no publicar, o sea, un buen problema kafkiano.

Thursday, July 19, 2007

EL DÍA FINAL DE LA TIERRA


      No somos capaces de ver el futuro. Los que se acercan un poquito ─y por eso adoptan posturas doctorales─ son los meteorólogos. Pero, también se pegan sus patinadas, aunque nunca los he oído pedir disculpas. ¿Será porque sus predicciones son lights? Si ellos se equivocan, lo peor que nos puede pasar es que vayamos al trabajo con paraguas y al poco rato salga un sol abrasador.
       Con respecto al pasado, lo vemos está ahí. Pero, es intocable. No lo podemos alterar ni modificar.
     Es decir estamos aprisionados en el presente, atisbando el porvenir, intuyendo eso que se nos avecina o cómo viene la mano.
       La ciencia ha intentado dar una mirada profunda. Así la física prevé que la Tierra terminará su existencia inexorablemente achicharrada por el sol, engullida por el fuego de la corona solar, en cinco mil millones de años más.
   Entonces la pregunta es ¿qué pasará con nosotros? Lo más probable es que nos hayamos mudado a Marte. Y algún otro grupo se irá a una de las lunas de Júpiter, Titán, por ejemplo. Según los físicos, para entonces el sol habrá crecido en diámetro una enormidad y su tinte no será el mismo. Ellos dicen que adoptará una tonalidad roja, como al atardecer.
      Si habitáramos en Marte, dicen que tendríamos un espectáculo increíble. El sol tardaría varias horas en salir por el horizonte y veríamos una enorme bola de fuego que dominaría un gran espacio de cielo. Ni pensar en las temperaturas. Podríamos sentarnos en la playa a ver un atardecer, que tomaría un larguísimo rato, horas.
Pero, a los físicos –también bastante endiosados—le podría salir al camino la Teoría del Caos, esto es que si una mariposa vuela erráticamente en Beijing, puede ser la causa de una tormenta al día siguiente en Nueva York. Cuando los meteorólogos se equivocan, nadie les dice nada. Cuando los físicos se equivoquen no estaremos aquí para pasarles la cuenta.

Monday, July 09, 2007

ANTES SE CHATEABA SIN COMPUTADORES NI SMARTPHONES

        Hoy el chat es una cuestión más rutinaria que andar en micro. Sin embargo, es un medio de comunicación inimaginado para millones hace poco más de quince años. En esta nueva forma de contactarnos, el messenger es una herramienta universal.

        Digamos que el chat se generalizó hacia fines de los noventa. Pero, yo lo conocía desde mucho antes. Chateaba con amigos en 1970, cuando no se conocían los computadores personales…

        ¿Cómo es que yo podía chatear sin que existieran los PCs ni se hubiera creado el messenger? Un ejemplo a modo de respuesta:

        El Diario Color de Concepción tenía sus oficinas en la calle Maipú al llegar a Colo Colo. Como se trataba de un medio importante, tenía una oficina en Santiago en la calle Huérfanos a pasos de Ahumada en un décimo piso. Pues bien, en ambos puntos --en Conce y en la capital-- había dos equipos de télex.

    Los télex (en la ilustración) eran como máquinas de escribir eléctricas que tenían un rollo de papel, sobre el que uno escribía y que era, diríamos, la pantalla. Lo que uno escribía aquí en Santiago, se imprimía simultáneamente –tipo a tipo, letra a letra-- también en el télex que estaba en Concepción. Porque ambos equipos estaban conectados vía microondas. Existía una red de antenas en los cerros más elevados que unían a las ciudades por este sistema inalámbrico de microondas y que eran de propiedad de ENTEL, una empresa del estado.  De esta suerte, yo escribía aquí en Santiago en el teclado del télex un mensaje que se imprimía sobre el papel sin fin y también sobre el papel del télex de Concepción al mismo tiempo. Y alguien me respondía desde allá con otro mensaje que se imprimía en el papel de mi télex. Y así nos pasábamos horas chateando sin imaginar qué era un computador personal conectado por wifi.

Se podía chatear por esos equipos, pero en realidad eran para transmitir noticias de un extremo a otro y no para una comunicación interpersonal de ida y vuelta. Cualquier mensaje que se comunicara quedaba registrado en papel, en las dos puntas de la comunicación. Está claro que no había memorias ni discos duros...

        Como se ve, el chat tiene su historia que no empezó con el computador personal, internet o la globalización. Antes --en los comienzos de 1970-- también se chateaba y era súper entretenido, como ahora.


        Esta comunicación de punta a punta, inalámbrica con lugares remotos usando télex no equivalía a la actual internet. Porque no se podía navegar al modo como lo hacemos hoy. Era solamente chat y emisión o recepción de mensajes. Para la existencia de internet faltaban aún cuatro factores claves: el computador personal con pantalla, las constelaciones de satélites de comunicaciones, los data centers y todas las aplicaciones o programas computaciones que usamos a diario. Entonces nada de esto se conocía a nivel público.



Friday, July 06, 2007

EN INVIERNO EL JARDÍN INFANTIL SE TRASLADA A LA CASA



   Como en los cerros, lomas, vegas y bosques de Tirúa el invierno es  aún más bravo, los niños más chicos se quedan en casa ─no los mandan al colegio─, lo que es bueno para su salud, su seguridad y el regaloneo.
     Pero, corren el riesgo de atrasarse en su desarrollo intelectual y social. El tiempo frío atenta contra su futuro, porque quedan en desventaja frente a los que sí pudieron ir al jardín infantil, sin importar el frío.
De allí que en el Hogar de Cristo haya surgido una idea que ya está en marcha: llevar el jardín infantil a la casa de los niños que capean el frío, el agua y el barro. Por esta razón, equipos de profesionales ─muy jóvenes y llenos de energía, por cierto─ de esa institución recorren los cerros, las lomas, las vegas y los bosques de Tirúa con elementos técnicos y juegos que despertarán la modorra intelectual de esos niños.

    El trabajo es admirable porque implica grandes sacrificios para los profesionales: psicólogos, asistentes sociales y educadoras de párvulos que lo realizan.
     Las fotografías que acompañan a esta nota, muestran el esfuerzo y el resultado de ese trabajo admirable, lejos de la ciudad, de la capital, sin carreteras, sin medios de transporte, expuestos a las galernas y a los gélidos aguaceros del fin del mundo.

Wednesday, July 04, 2007

EL ESTILO PERIODÍSTICO SE CONVIRTIÓ EN CLICHÉ


    Somos víctimas del estilo periodístico, cuyas características centrales son las siguientes: lo más importante al comienzo, frases cortas, no a los gerundios, ir directo al tema, evitar los rodeos, no a las metáforas, no se meta en los detalles, no pierda el norte, céntrese en una sola historia. Bla, bla, blá.
      De tanto escribir de este modo, los periodistas perdemos oportunidades valiosas como, por ejemplo, intentar frases largas, que tienen un sabor distinto. Con el fin que todos entiendan el mensaje, dejamos de lado hermosas metáforas, evitamos ejemplos útiles y eliminamos premisas que ayudarían a un silogismo. El estilo periodístico limita al lector, porque no le deja espacio para que él le agregue lo suyo al relato, ni despierta emociones profundas salvo exclamaciones como “oh, increíble, no puede ser, otras vez el mismo cuento”. Tampoco abre las ventanas de la evocación.
      En una librería me encontré con la última novela de una amiga periodista. Excelentemente bien escrita. Impecable manejo del idioma y sus giros. Pero, ella no se desprendió del estilo periodístico. Por eso, leer sus páginas fue como recoger harta información, notar buenos efectos, pero no encontré la vena personal de mi amiga. Porque el estilo periodístico se remite a los hechos y porque esa narrativa pretende, como una de sus metas principales, la objetividad aunque sea disfrazada. O sea, desde el punto de vista formal esa novela la pudo escribir cualquier periodista que siguiera las normas del estilo.
     Los periodistas deberíamos liberarnos de esa manera de escribir presente en nuestros genes, cada vez que intentemos hacer algo fuera de la línea. A mis colegas los invito a escribir con metáforas, con juegos de palabras, con frases largas, con paréntesis, perífrasis, hipérboles, a narrar varias historias simultáneamente, a que se pierdan en la rosa de los vientos. El norte sólo ténganlo como referente, porque como se trata de un placer es mejor no saber por dónde empezar o en qué parte poner el punto final.
   Rompamos alguna vez, aunque por un rato, con el estilo periodístico. No escribamos sólo para nuestros editores jefes. Si intentamos un camino distinto, el lector también participará en el entretenido juego de interpretar y construir él mismo su propio cuento.

EL BOXEO ES MALO, PERO ES HONESTO


     Alguna vez fui aficionado del boxeo. Pagué mis entradas para tantas veladas boxeriles. Y me apiñaba en las tribunas con la gente para ver el desempeño de los púgiles. Pero, cambié de opinión. Hoy en día no me gusta nada de eso. Cuando lo veo en la televisión, salto a otro canal.
     La razón de mi cambio es que después de pensarlo mucho, no me cupo en la cabeza que dos personas civilizadas subieran al cuadrilátero a golpearse con el único fin de que uno de ellos quedara inconsciente en el suelo. Ése sería ─digamos─ el gol si de fútbol se tratara.
     A lo anterior hay que agregar que se aprenden técnicas para botar al rival, para alcanzarlo en sus partes más vulnerables, en sus zonas más sensibles al dolor. O sea, se busca abatir al contrincante, dejarlos exhausto y, si es posible, inconsciente por más de diez segundos. Del otro lado, se aprenden tácticas para esquivar los golpes y para absorber. Esto es, desarrollar la capacidad de aventar con la mente el dolor o su efecto inmediato, cada vez que no se pueda evitar el puñetazo.
    Los boxeadores dicen que los dolores después de un combate duran por lo menos una semana. Y no hablemos de los efectos a largo plazo. O sea, el boxeo es un asco, que ni siquiera debiera llamarse deporte.
    Pero, pensándolo bien, el boxeo es una actividad honesta que se propone derechamente que uno de los rivales quede fuera de combate. No hay eufemismos. Aquí la cosa es golpear para liquidar el pleito. El boxeador ganador levanta los brazos como diciendo «yo fui» el que derribó a este hombre. No como en el fútbol, un deporte bastante mojigato en ese aspecto, porque el jugador que golpea a su rival miente y dice «no señor juez, yo nunca le pegué a este caballero». El golpeador reclama, más encima, que es injusto que el árbitro le aplique la tarjeta roja.