Monday, May 28, 2007

ÁRBOLES FORZUDOS



     Me sorprende la fuerza de los árboles. Lucen el poder de un levantador de pesas pero, sin descansar, sin elongar, sin hacer ruido. Observo y me deslumbra la potencia de poderosas raíces bajo los pavimentos. Me pregunto cómo ese ramaje subterráneo levanta pesadas losas de concreto, cómo se hunde en la tierra dura y pedregosa sin usar palas o azadones.
     El otro día vi un pavimento pulverizado por las raíces aceradas de una acacia y después, un muro y una vereda torcidos por la fuerza subterránea de un aromo. Me pregunté ¿cómo es posible liberar tanta energía sin músculos, sin palancas? ¿El crecimiento vegetal puede tener en sí mismo tanta fuerza? ¿Alguien habrá calculado cuantos kilos por centímetro cuadrado puede ejercer una raíz?
     Cuando uno se compra un arbolito y lo lleva a su lugar de destino, debemos tener a mano una pala de hierro, un azadón y un chuzo ─así llaman a una barra de metal con un extremo afilado como un atornillador─. Hay que hacer el hoyo de alguna manera. Y toma un buen rato excavar, retirar la tierra y dejar el orificio listo. Quienes lo hemos hecho, estamos claros que la tierra es dura y a veces durísima. Los chuzos rebotan en el suelo rocoso.
     Cuando el arbolito ocupa su puesto, empieza su crecimiento, muchas veces sin riego. Su raíz delicada se vuelve fuerte y agresiva horadando la tierra más dura que podamos imaginar. Si hay pavimento, esa raíz empuja hacia arriba, quebrándolo, en la construcción de su propio espacio. Pero, ¿cómo se genera la fuerza necesaria para ese pesado trabajo? La única respuesta es el crecimiento, que puede llegar a demostrar tanta fuerza, como el que pueda tener una retroexcavadora.

(Foto: www.ciudadjardinmalaga.es)

LOS TEMAS PROPIOS IMPROPIOS DE LA TV


Durante dos décadas --entre finales de los setenta a finales de los noventa--, los canales nacionales se preocupaban de informar a sus audiencias, bien o mal con o sin omisiones. Un telespectador promedio quedaba con un barniz de lo más importante en política, en internacional, en policía, en medio ambiente, en asuntos regionales, en espectáculos, en variedades y en cosas insólitas. Aquellos espacios incluían comentarios sobre política, tecnología, sobre hechos del exterior. Los editores de entonces enviaban equipos de reporteros a distintas partes, con el fin de estar presentes en la cobertura de noticias duras.

La excepción se daba sólo para los lanzamientos de un noticiario renovado. En esas fechas, los editores creaban espacios entre las noticias, para insertar temas propios, llámese un reportaje de una gira por el exterior, una o dos notas exclusivas de regiones.

Yo creo que ése fue el génesis de los “temitas propios”, como hoy llaman los editores a sus coberturas, apartándose de la agenda de interés nacional. Así, en los noticiarios abundan reportajes tales como el submundo de la droga, las pandillas que asaltan bencineras, la trata de blancas, el tráfico de baterías usadas, etc. Pero, no es extraño deducir que esta moda se haya originado en las llamadas "pautas blancas", generadas durante el régimen militar.

Los temitas propios tienen dos fuentes: los pensantes de una reunión de editores y los pensantes de los departamentos comunicacionales que asesoran a empresas, instituciones, corporaciones y el gobierno.

Un reportaje se puede fraguar en una oficina corporativa con periodistas y comunicadores, muy lejos de un departamento de prensa independiente. Los profesionales corporativos pasan el dato de su asunto de su interés, a un editor amigo y le ofrecen medios, movilización, hospedaje o imágenes para su realización. El editor le da vueltas al ofrecimiento y plantea la idea en reunión de pauta. Allí los pensantes barajan la opción de producir el reportaje ofrecido, al que agregan complementos y se arma el cuento: tenemos listo un temita propio.

De ese modo, los noticiarios de hoy se llenan de hechos de este tipo que se presentan con llamados rimbombantes: el oculto robo hormiga en los supermercados, la verdad detrás de las carreras clandestinas de automóviles y no sigo.

Hay editores arrogantes en los medios que desprecian las noticias de la agenda nacional, diciendo que no interesan a nadie. Así, privilegian sus hechos puntuales, que son fruto de su creación la mayoría de las veces. Pero, en ciertos casos, con clara influencia corporativa.

Los temitas propios interesan más al medio y a las corporaciones que a los millones de telespectadores. No niego que dan rating y que son rentables por lo extraño, las imágenes o el asombro pasajero. Pero, de eso no queda nada en los discos duros de la población. En vista de estas realidades, propongo crear dos noticiarios por estación de tv. Cuarenta minutos para “temitas propios” y diez minutos para los hechos que nos interesan a todos y que hoy son los grandes ausentes de las pantallas.

Thursday, May 17, 2007

LOS MINISTROS, LAS LLUVIAS Y LOS DIOSES


    Desde distintos sectores han molestado al ministro René Cortázar por afirmar que él rezaba para que no lloviera en Santiago. Mi comentario al respecto no pretende ser una talla más, sino un razonamiento.
      Cortázar cometió un primer error y fue su intento por involucrar a los dioses, como lo hacían los héroes atenienses antes de entrar en batalla. Les pidió una ayudita. Si en el Olimpo frenaban la lluvia, él se evitaría un grave problema: un millón de usuarios del Transantiago no se mojarían, resfriarían y eventualmente morirían esperando un bus en los paraderos inconclusos.
    ¿Pero, qué pasaría si estos ruegos fueran atendidos? Sería un gran favor para Cortázar. Pero, derechamente los dioses se meterían en política. No por los beneficiosos efectos de sus decisiones en los pasajeros de los buses, sino porque detener las lluvias causaría otros problemas mucho peores para el gobierno de Bachelet.
      Veamos, el hecho de no tener lluvias a estas alturas del año ha generado la mayor contaminación del aire de la capital en casi una década. Flaco favor de los dioses, en tal caso, para la intendenta Del Piano. Sin agua ni vientos, el aire viciado queda dentro de la cuenca capitalina afectándonos a todos.
    Consideremos otro impacto de la falta de precipitaciones. Los trabajos de la agricultura, de la preparación de las tierras para los próximos sembrados pueden sufrir un retraso. El afectado sería el ministro del ramo, Alvaro Rojas, quien a su vez seguramente comenzaría a invocar a los dioses para evitar las quejas de los agricultores y su eventual aumento en las tasas de desempleo en ese sector.
   Por último, los ruegos de Cortázar podrían ser una fea bofetada para el flamante ministro de energía, Marcelo Tokman. Porque sin agua se secan los embalses y en consecuencia escasea la electricidad. Yo creo que los dioses deben estar reflexionando a esta hora entre meterse o no en la política local.

Thursday, May 10, 2007

¿QUÉ ES UN SER HUMANO?


     Mi profesor de Física en el Liceo Enrique Molina Garmendia, el gran Marcos Ramírez Cofré, en una clase ─a título de no sé qué─, nos dio su definición de hombre o, digamos, ser humano, para no herir a nadie por el género. Dijo con su voz carraspeada, fruto del abundante consumo de cigarrillos y con remarcada pronunciación de las s, casi como sh: «hombre es el animal que mide».
     En ese momento le hallé sentido, pero después advertí que de alguna manera los animales también miden, si bien no como los hombres, ellos calculan con un buen grado de acierto. Por ejemplo, en una competencia de equitación, un caballo salta sólo los obstáculos que calcula puede pasar. Un mono en la selva salta de una rama a otra cuando está seguro que la puede alcanzar, de lo contrario, no. O sea, los animales miden a su manera, no en centímetros o en otra unidad, pero miden.
       Una definición más atinada que la anterior la leí años más tarde: «hombre es el animal religioso». Pero, después de ver tantas barbaridades, llegué a la conclusión que hay hombres que están muy lejos de la religión o que hacen chambonadas dentro de ella. ¿Dejan de ser hombres en tal caso?
      Creo que deberíamos convencernos que un ser humano no es un animal, porque tiene un alma, porque es capaz de establecer comunicación con otras esferas, porque puede oír una voz que le dice aun sin palabras: «eso está bien o eso está mal. Ten cuidado. Sé prudente. Ahora es el momento. ¡En marcha!»
    A cuarenta años de aquella clase de Física, hoy si pudiera le diría al fallecido gran Marcos Ramírez Cofré: el hombre mide. Sí, pero no es un animal. Para comprender qué es un ser humano, hay que desprenderse de la condición animal y aceptar que el hombre no tiene nada en común con los perros o con los gatos, salvo los huesos.
    Para finalizar, creo que la definición más certera de todas, la dio el filósofo británico John Locke en el siglo XVII: el hombre es el lobo del hombre.

Thursday, May 03, 2007

ATRAPADOS EN EL PENSAMIENTO

     Pensamos porque hablamos. No tendríamos pensamientos complejos si careciéramos de nuestro lenguaje aprendido. Por eso, ─dicen los estudiosos─ los animales no piensan y ésa es otra gran diferencia con los seres humanos.
     Pero, ¿cómo pensamos? Nuestros pensamientos siguen el patrón aristotélico. Son operaciones de lógica formal. Esto es que usamos premisas y sacamos conclusiones como las sumas o las restas. Es el pensamiento racional de Occidente el que nos hace ser como somos. Aristóteles dice que hacemos ciencia de las cosas que ocurren habitualmente y que no es posible teorizar sobre asuntos ocasionales.
     Y como pensamos de esa manera, estamos acostumbrados a hacer que el mundo funcione dentro de esa cancha rayada por la cultura. Si los hechos no calzan en esa dinámica mental, los descartamos por inservibles, absurdos y lo demás.
     Debido a esa forma de pensar, es que queremos racionalizar la religión, por ejemplo, entender a Dios como un fenómeno de ocurrencia histórica. A nuestro pensamiento le cuesta comprender un milagro o los misterios divinos. Estamos atrapados en esta forma de pensamiento que se ajusta muy bien a la vida ordinaria, pero que no da el ancho para comprender los vericuetos de la realidad poco común.
    Este intro viene al caso, para aceptar que, por al menos un momento, hay que dejar de lado el pensamiento aristotélico para abrirnos a la comprensión de otras realidades. 

Wednesday, May 02, 2007

EL PODER ASOMBRADO FRENTE A LA IRA

Nada tienen en común la ciudad sureña de Río Gallegos, en Argentina, ni la humilde localidad de Empedrado, en las serranías costeras de la séptima región, salvo por los hechos registrados el pasado fin de semana. En ambos puntos, dos personas tomaron equipos pesados, para dar rienda suelta a su furia.

En Argentina, el chileno nacionalizado, José Mancilla, tomó un camión cargado que no era suyo, y corrió varias cuadras, chocando a otros vehículos, hasta volcarse a doscientos metros de la residencia desocupada del hijo del presidente Kirschner. La Casa Rosada habló de un atentado contra la vida del mandatario. Pero, la prensa demostró que Mancilla estaba fuera de sus cabales. Aparentemente su ira se desató por las injusticias del gobierno contra el gremio de profesores. En todo caso, un hecho insólito y sin parangón en una ciudad apacible como Río Gallegos.

Otro lugar apacible –supongo—es Empedrado. Allí el protagonista fue Claudio Carrasco Chamorro, de 23 años, un trabajador forestal, retenido por Carabineros, aparentemente por estar bebido. Cuando vi esta noticia por televisión me formé la siguiente idea de los hechos:

La policía sostuvo un entrevero con Carrasco y le dijo algunas cosas desagradables a él y a su esposa. No se metan con ella, les advirtió el trabajador molesto. Terminado el asunto, el obrero, ofendido, pudo haberles dicho a los agentes: “esperen, que vuelvo”, como Shwartzeneger en Terminator.

Carrasco dejó a su mujer camino de su casa y él se dirigió a su empresa. Dicen que ingresó por la fuerza, porque ya era de noche. Allí, tomó las llaves de un cargador frontal pesado que él operaba en su trabajo diario, hizo el contacto, arrancó el motor y partió conduciendo el equipo forestal en dirección al retén de carabineros.

En el lugar, los policías estaban enfrascados en sus quehaceres. Por eso, se sorprendieron al oír retumbar un motor tan cerca. Carrasco embistió a los vehículos policiales estacionados en la calle y después chocó de frente contra los postes del corredor del recinto. Parte de un muro se vino al suelo y también la techumbre. El carabinero que quedó adentro logró salir corriendo como los otros. Carrasco giró las palancas de su máquina y comenzó a perseguir a este último agente, aparentemente la misma persona con la que tuvo el altercado. Aquél se dirigió hacia el centro de la plaza.

El cargador frontal pesado subió a la vereda arrancando luminarias y escaños. Mientras huía, el policía miraba para atrás y veía como se le venía encima una enorme mole amarilla con sus luces encendidas, rugiendo y avanzando a escasos metros. En los mandos venía Carrasco echando chispas por los ojos y haciendo rechinar los dientes. Desesperado, el carabinero se escondió detrás de unos tilos de la plaza. En ese momento el monstruo mecánico quedó varado en la pileta central. Después, obvio, Carrasco fue reducido y hoy está preso. Probablemente una agresión de este tipo no está en los manuales de contingencia de Carabineros.

Moraleja: La ira frente al abuso de poder puede adquirir ribetes de una película de terror, como lo visto en Río Gallegos y en la apacible –supongo-- localidad de Empedrado.