Thursday, March 29, 2007

LA BELLEZA DE LA FEALDAD

¿Cómo es posible que una cosa fea pueda alcanzar belleza? Escenas de dolor o entes repugnantes por naturaleza resultan a veces agradables de ver. La respuesta a esta contradicción, nos la entrega, Umberto Eco, quien señala que es el arte el que tiene el poder para representarlas de manera hermosa.

Lo anterior, sin embargo, no significa que la cosa fea sea hermosa en sí misma. La belleza se la otorga la representación artística, porque en la realidad la cosa fea es chocante e indeseable.

En cambio, los hechos hermosos de la naturaleza no tienen un fin, ellas causan placer per se, porque simplemente son. Pero, el arte es el fin de una causa. Esa es la diferencia entre lo hermoso natural y lo hermoso en el arte.

En la Edad Media, dice Eco, los ricos adornaban sus cuerpos con ropas exquisitas y extravagantes para sobresalir, en cambio los pobres se vestían con harapos descoloridos por el uso. La única opción que le quedaba a los desposeídos era la armonía de sus cuerpos, si la tenían. De lo contrario, no. A propósito de esto, un profesor me decía: 'no busque la belleza en el pueblo'.

Y la única hermosura gratis que los pobres podían ver era la que les regalaba generosamente la naturaleza: un hermoso árbol, un río, un amanecer, una arrebolada, una luna llena, el campo florido. No tenían acceso al arte o a los adornos.
Hoy en día, el asunto es un poquito más distinto. La diferencia respecto de la Edad Media es que los pobres hoy pueden ver la belleza desde la pobreza de sus humildes hogares, gracias a los medios de comunicación como la tele. Algo hemos avanzado. Buena conclusión, mi amigo.

Thursday, March 22, 2007

HABLEMOS CON MAYÚSCULA DE FÚTBOL



     Oír los comentarios del fútbol en la tele para mí es una frustración, porque son espacios donde no se habla de fútbol. Quienes deben hacerlo, porque para eso reciben un sueldo, escapan el bulto abordando asuntos laterales que lindan con la farándula. Si se trata de hablar de la U, sale a la palestra el fracaso de Bombalet para llegar a la banca o los desatinos del síndico Edwards o del ex diputado Waldo Mora. Pero, nadie hace mención que el mal momento azul es debido a la falta de un buen volante armador del juego, la carencia de velocidad del atacante que avanza por las puntas o la falta de precisión en el cabezazo. Porque eso sí que me interesa como espectador de un programa deportivo.
     Cuando hay que hablar de la selección, sale al baile lo que ha hecho o lo que está haciendo el presidente de la ANFP, un tipo por lo demás introvertido y algo abúlico, con problemas de comunicación, pese a que me han dicho que es periodista. Pero, los comentaristas no dicen, en este caso, por qué pena la falta de David Pizarro, a quien se echa de menos por su capacidad para hilvanar juegos, imponer respeto y dominio en la zona de creación.
     Si se trata de Colo Colo, emerge una supuesta fobia a los aviones del técnico Luis Borghi o el problema de los accesos al estadio Monumental. Se sacan cuentas respecto de los puntos que deben reunir los albos para seguir en la copa Libertadores. No se habla de la aplicación del equipo y su capacidad para superar problemas dentro de la cancha gracias al talento de Alexis Sánchez, las sorpresas de Suazo o el sentido de ubicación en el arco del guardavallas Cejas.
      Si hay que abordar el juego de Lota Schwager, lo primero que hará un comentarista será referirse a que los suelos están impagos, que el presidente del club influye en el técnico; pero no me dicen que el equipo inspirado tiene la habilidad de armar juego desde atrás y que con el control de la pelota a ras de pasto se convierte en un rival peligroso.
    Parece que al hablar de los dirigentes por sus aciertos o sus fallas y no de fútbol, los comentaristas creen hacerse más influyentes e importantes. De ese modo, yo entiendo que ellos no demuestran ningún cariño por la actividad que les da el sustento.
    A ninguno le he oído describir el perfil de juego del equipo tal o cual, las fortalezas del jugador tal o cual, la inteligencia en la entrega del balón de un arquero tal o cual, una fórmula no explotada por un técnico tal o cual…
     Pero, lo que llega a ser patético es lo que se dice durante las transmisiones en vivo. La narración del juego es lo último. Lo primero, por cierto, es el comentario insulso de alguna a situación administrativa del club, del término del contrato de un jugador, de las tensiones entre el entrenador y la dirigencia, del problema de los pasajes del avión, la población en número de habitantes de la ciudad, la fecha de fundación del club y todo lo demás imaginable.
     Entonces el periodismo deportivo está en deuda, porque pese a la carencia de juicios técnicos que evidencian los comentaristas, el fútbol aún sobrevive, por el amor de los hinchas, los simpatizantes y el pueblo futbolero, no por lo que dicen aquellos que tienen el micrófono.
     Por eso, un amigo mío, me cuenta que cuando ve el fútbol por la tele, baja totalmente el audio, para no contaminarse con la mediocridad del sistema. Sabia actitud.

Wednesday, March 21, 2007

LA TRÁGICA EXPERIENCIA DE UN PENQUISTA ELEGANTE

Fui compañero de curso y amigo de Jaime S. en el Enrique Molina Garmendia. Un tipo bien plantado que gustaba de las corbatas, los buenos trajes y que lucía siempre los zapatos lustrados. Era de Cañete, pero usted lo ponía en Manhatan y pasaba soplado como neoyorkino, tez blanca y pelo algo ondulado, elegante. Además era un gallo de familia acomodada. Conversar con él significaba terminar hablando de asuntos forestales, pulgadas de madera, pinos o aserraderos, porque su padre tenía fundos en Nahuelbuta. Pero, gracias al buen humor de Jaime S., todas esas cosas áridas resultaban divertidas.

Cuando entramos en la Universidad, Jaime S. se fue a Derecho y después saltó a Sociología. Ya en la U nos encontrábamos con menos frecuencia, algunas veces tomándonos un cafecito o comiendo un berlín a media mañana en el Ombligo. Conversábamos sobre asuntos comunes, pero noté, en breve tiempo, que mi amigo se estaba radicalizando. Ya no hablaba cosas divertidas. Sin saber cuándo y por qué, dejé de verlo. Ni supe más de él en décadas.

Este fin de semana asistí a un seminario del partido Socialista, lugar donde vi muchos rostros de entonces. Durante el break tuve oportunidad de acercarme a muchos de ellos, para mirarlos de cerca y reconocerlos, en la esperanza de hallar a algún amigo de aquellos años. Cada uno llevaba su tarjeta de identificación a la vista. Me sorprendió una de las tarjetas, en particular: Eliseo S. Adiviné, por el apellido y por el semblante del portador, algún parentesco con mi amigo Jaime S. Me acerqué y lo saludé. Ésta fue, más o menos la conversación:

--¿Disculpe, por casualidad es usted de Cañete?
--Sí. Pero de eso hace tiempo. ¿Por qué?
--¿Será usted pariente de Jaime S.?
--Claro, es mi primo. ¿Lo conoce usted?
--¿Qué es de él. Dónde está. Qué hace?
--Vive en México, pero no sé adónde. No lo veo desde hace años, ni ha escrito.

En seguida Eliseo S. me dio antecedentes amargos:

--Bueno, como tú sabes, este hueón era loco. Se fue al mir y tomó en serio esto de los movimientos sociales. Adonde había protestas de estudiantes o de trabajadores en Latinoamérica, allá iba el hueón. Una vez, en México, lo acompañé a una manifestación pública. El loco estaba en la primera línea de combate, cuando le llegó un balazo en la cabeza. Cayó, tuve que ayudarlo y llamar una ambulancia. La bala le entró por la nuca y le salió por arriba de la cabeza. El proyectil le arrancó masa encefálica y huesos. Se salvó por milagro, pero quedó con secuelas. Tuvo que aprender a hablar de nuevo. No sabía caminar…

Antes de despedirnos le pedí a Eliseo S. que le diera saludos míos a su primo si alguna vez volvía a encontrarse con él.

Ése parece que fue el destino de mi amigo Jaime S., de Cañete, perdido hoy en algún ignoto lugar de México, viviendo sepa Dios en qué condiciones. Su vida hoy sería tan distinta si hubiera seguido cultivando su afición por las corbatas, los buenos trajes y los zapatos bien lustrados.

(N. de la R.: Omití deliberadamente el apellido, pero, quienes conocen a Jaime saben a quién me he referido.)

Monday, March 19, 2007

EL MISTERIO DE LOS DISCURSOS ANTIGUOS



Dicen que el papa Urbano II era un hombre corpulento de casi dos metros de altura, rubio, joven y francés. Una novela sobre las Cruzadas recuerda su discurso en Clermont, en el centro de Francia, el 27 de noviembre de 1095, ante una gigantesca multitud de enardecidos caballeros feudales. El papa los urgió para que fueran a recuperar el Santo Sepulcro.

Les dijo su santidad desde un podio en medio de la plaza estas conmovedoras palabras:

“Guerreros que me escucháis. Vosotros que buscáis sin cesar pretextos para la guerra, regocijáos porque ésta es una guerra legítima. Vosotros que fuiste tantas veces terror de vuestros conciudadanos y que vendéis por un vil salario vuestro brazo al furor ajeno, id a defender la casa de Israel, que es la viña del Señor de los Ejércitos”.

Dicen que los miles que lo escuchaban se pusieron a llorar de emoción y decidieron actuar, fruto de esta arenga guerrera del pontífice, quien durante su discurso esgrimía un crucifijo como si fuera una espada.

Con sus electrizantes palabras, Urbano enviaba a ejércitos de guerreros europeos a Palestina a recuperar para la cristiandad el Santo Sepulcro a cambio de obtener, los combatientes, la salvación de su vida eterna.

Ésa es la historia conocida. Lo que ningún escritor ni novelista ha dicho es cómo ese papa, por muy maceteado que haya sido, se hizo oír más allá de veinte metros de distancia. Sin parlantes, sin micrófonos, sin energía eléctrica, sin técnicos de audio resulta hoy imposible imaginar, cómo sus palabras llegaron a todos los presentes congregados en la plaza de Clermont.

Los libros de comunicaciones, los especialistas en estos temas, siempre dan por hecho algo que es inexplicable hoy en día: cómo se hacían oír los oradores antiguos en sus discursos ante las masas. Ojalá haya algún estudiante de periodismo que investigue este asunto y construya una tesis.

Me pregunto si los retóricos modernos, como Fidel Castro por ejemplo, serían capaces de enardecer a las masas sin un micrófono. ¿Qué recursos de audio empleó Urbano II para desatar la Cruzadas, una guerra que nos pena hasta el día de hoy con las réplicas del terrorismo islámico? Misterio.

LOS PUERTOS DEL PLANETA MARTE


Las distintas visiones que hemos tenido del planeta Marte, en menos de un siglo, nos dan el mejor referente de las profundas diferencias que pueden existir entre un sueño y la realidad. A través del telescopio, los científicos creyeron ver gigantescas líneas en la superficie marciana, que unían –aparentemente—grandes mares y lagos. Esas líneas oscuras y borrosas fueron interpretadas entonces como una red de canales. Por lo que, durante un largo período, a Marte se le conoció también como el planeta de los canales.

En la década de 1920, el artista norteamericano, John Cameron, se inspiró en esos relatos vagos de la ciencia para interpretar una escena marciana, como lo muestra la primera fotografía que acompaña a este texto. Allí se observan los canales que unían océanos y lagos a través de desoladas estepas. Los marcianos utilizaban dichos cursos de agua para ir de un punto a otro del planeta. Aquí vemos un puerto muy importante donde decenas de viajeros esperan tomar sus naves para dirigirse a su punto de destino. En la distancia se pueden ver otros dos puertos importantes y los canales, perdiéndose en el horizonte. Este era el sueño, la visión artística de una ordenada sociedad marciana, desarrollada y moderna.

Sin embargo, la hipótesis de los canales se derrumbó en 1964 con las primeras fotografías que envió una sonda espacial. Aquellas imágenes captadas desde unos siete kilómetros de altura mostraron sólo una superficie irregular llena de cráteres, depresiones, llanuras y montañas. Canales no había por ninguna parte. Esa era la verdad.

La realidad está expresada aquí en foto tomada por un robot desde el suelo de Marte y enviada a la tierra el 2004. Se aprecia el suelo desértico y yermo de un planeta rodeado de una atmósfera anaranjada e irrespirable para el ser humano o para cualquier ser viviente de los conocidos.

Como nos gustar soñar, es que quisiéramos los canales y los modernos puertos marcianos descritos por el artista. Pero, la dura realidad es la otra, la que debemos enfrentar.

Friday, March 09, 2007

UN CUENTO: LA CONFERENCIA DEL SEÑOR


  Finalizada la santa conferencia del Señor, fue el momento para las preguntas.

    El científico preguntó: ¿Qué hora es?
      Pero, el filósofo preguntó: ¿Señor, dime qué es la eternidad?

  El científico preguntó: ¿Cuáles son las coordenadas exactas del lugar donde nos hallamos?
     Pero, el filósofo preguntó: ¿Señor, por qué estamos en este mundo?

    El científico preguntó: ¿De qué está constituida la materia?
   Pero, el filósofo preguntó: ¿Señor, aclárame, qué hay más allá de la física?

   El científico preguntó: ¿Cuáles son las expectativas de vida del ser humano?
    Pero, el filósofo preguntó: ¿Dime, por favor qué es la muerte?

    El científico preguntó: ¿Cuáles son los límites del yo?
    Pero, el filósofo preguntó: ¿De qué está constituida el alma?

   El científico preguntó: ¿Dónde comienza y dónde termina este camino?
   Pero, el filósofo preguntó: ¿Dios, hacia adónde se dirige la raza humana?

  Compadecido, el Señor dio sus sagradas respuestas y en el ambiente hubo satisfacción. Pero, no pudo cerrar su conferencia, porque el filósofo siguió preguntando.

Tuesday, March 06, 2007

LIMPIAR EL PISO NO PUEDE SER UN CASTIGO


Naomí Campbell.
     La justicia de Nueva York condenó a Naomí Campbell a pagar 340 dólares en multa y a cinco días de trabajo comunitario por agredir a su nana en la cabeza. La víctima es de nacionalidad chilena, Ana Scolavino.
   Naomí pidió perdón. Pero igualmente le cayó la condena encima.
   Me sorprende el sentido del fallo: limpiar el piso de un edificio en Manhatan y que eso constituya una pena.
   Primero, considero que el trabajo en sí no es algo malo, sino que valioso en esencia. Si la justicia considera que es un acto que al cumplirlo se convierte en una pena, me surgen las dudas. El trabajo no es un castigo, de lo contrario estaríamos todos castigados, hasta el juez.
   Pero, lo más preocupante de este asunto es el tipo de trabajo. La justicia considera un castigo limpiar pisos. Quiere decir, que mira con desprecio a las personas que honestamente hacen esa labor y así se ganan la vida.
   Desconozco los fundamentos teóricos para una legislación de ese tipo. Pero, creo que se comete un acto lamentable al considerar que los trabajos más humildes son indignos. De mayor justicia sería haber condenado a Naomí a hacer lo que ella sabe hacer muy bien, modelar, pero sin paga para ella, de manera que los ingresos hubieran sido destinados a una fundación benefactora.

LA EFICIENCIA ES ASIMÉTRICA

Entiendo por eficiencia, conseguir lo máximo por lo mínimo. Por ejemplo, un auto que da más kilómetros por un litro de gasolina es más eficiente que otro que cubre menos kilómetros por la misma unidad de combustible.

Extrapolemos el modelo al transantiago. Desde el punto de vista de los empresarios micreros el nuevo sistema de transportes es mucho más por menos. Los microbuses van siempre llenos. O sea, se transporta a más gente en un solo vehículo y se gasta menos bencina. Ingresa más dinero y por anticipado, qué mejor. Para el gobierno, también es más por menos: más aire limpio, más calles despejadas, más orden. Menos buses a la vista en las avenidas de la ciudad.

Veamos el asunto desde el otro lado, desde el punto de vista de usuario. Para éstos, eficiente es un servicio que los lleve más rápido, holgados, cómodos y que los deje más cerca de su lugar de destino, por menos dinero. Estos aspectos, no tienen cobertura con el transán –como lo conocemos hoy--, por lo que la eficiencia es categóricamente asimétrica: positiva para unos y negativa para otros.

Las asimetrías, como parte de las nuevas reglas del juego, son injustas. Por eso vemos manifestaciones y quema de neumáticos contra el transán. Y el gobierno ha dicho que los problemas con el nuevo sistema de transporte se mantendrán a lo menos por noventa días. Queridos usuarios, serán tres meses de injusticias, según mi parecer. O sea, el costo de una ciudad más limpia, con menos buses y con pago anticipado que tenemos ahora, corre por cuenta de los ciudadanos, porque las empresas siguen ganando más dinero que antes gracias a esta nueva eficiencia asimétrica descubierta en alguna oficina de ingenieros.